Sus ojos se abrieron despacio, al principio pensó que tenia las pestañas pegadas por la somnolencia. Miró al techo y todo le pareció distinto, tan familiar y extraño a la vez..

Oh por todos los dioses que se engendraron gracias a Zeus...

No era su habitación. ¿P..pero..pero cómo llegó a estar ahí?

Dado los adornos, el arreglo y el color, estaba en la casa de Camus.

¡N..NO PUEDE SER!

Fue como despertarse con un cubo de agua fría en toda la espalda, desgracia!

¡Si Camus lo ve ahí de seguro lo mataría!
Abrió los ojos como platos cuando despertó totalmente.

Dió un brinco fuera de la cama y las sábanas se le enredaron en las piernas,tenía que salir de allí cuanto antes o su alma sería encomendada al más allá antes de tiempo!

Estaba asustado,muy asustado al pensar en cómo actuaría su compañero de armas.
Si su amigo acuariano lo encontraba acurrucado en su habitación privada le daría el sermón más grande de toda su vida incluido congelación de piernas, o incluso peor en modo de torturarlo lo más cruelmente posible.

Logró zafarse de las sabanas con ayuda de sus manos y bajó las escaleras respirando agitadamente a la par de su pequeño corazón.
En todo ese afán de escapar dió una mala pisada y cayó rodando de cabeza.

-Ngh..caraj..-masculló molesto cerrando los ojos del dolor.
Se incorporó debilmente y sus cabellos le cubrían la cara.
Se los apartó estirando levemente la espalda y..

Un momento, desde cuando sus cabellos eran verdes?

¿¡Desde cuando?!

Miró sus manos.

-¡QUÉ CARAJOS!.-gritó  confundido sin importarle el dolor que le provocó la caída. Su rostro pasó de verde a rojo, y de rojo a blanco conforme comprendió pedacitos de su situación.

En ese momento entraba Shura por el templo y se acercó al peliverde para saludarlo. Mas este observaba atónito sus manos y sus delgadas piernas como si sufriera de tembladera extrema.
Shura fruncio el ceño al verlo con un gesto asustado en el rostro, obviamente jamás lo vió con una expresión tan diferente.

-Camus ¿Qué te ocurre?-Preguntó preocupado. Su amigo no se veía nada bien.
El peliverde se alejó más de shura y mostró sus ojos aturdidos, pero tan oscuros que parecían querer echar lágrimas en ese mismo instante. ¡Daba miedo tan solo ver a su amigo tan fuera de lugar!

Milo se dio cuenta de algo muy malo antes del desayuno, ni siquiera estaba preparado y el enterarse fue como una amarrada con alambre a la boca del estómago.

¡Tengo mi pase al infierno porque ya ni santo soy para pasar al cielo ah!

Ese no era su cuerpo y cuando el dueño original lo viera lo desintegraría.

¡Athena..no soy tan devoto pero pido ayuda, auxilio, te llevaré de paseo al parque o lo que sea pero aiudame!

El peliverde de pronto se colgó por los hombros de shura desesperado, como su hubiera visto al propio buda.

-Dime que esto no es un sueño Shurita. ¡Dímelo!.-pidió a punto de llorar con su voz quebradiza.

Al de Capricornio le dió escalofríos tenerlo así.
Era evidente notar el pánico en los ojos del peliverde.

-Camus..No te entiendo..que te ocurre. ¿Estás bien?-volvió a preguntar al peliverde, apoyando sus manos en los brazos de acuario, más este no respondió ni se movió por unos segundos. De pronto como pareciendo escuchar algo dentro de su cabeza, se apartó de sus brazos corriendo escaleras abajo,e iba directamente al templo de escorpio.

En su mente todo estaba hecho una enredadera. ¡Soy Milo, si, soy el bichito sabroso!

Seguidamente se repetía la misma frase.

Pero al ver su sombra se le arruinaba absolutamente toda concentración.

Pues se veía la figura de acuario..

Entró desesperado y agitado a escorpio. En la mesa con una taza de café se vió a sí mismo, o por lo menos lo que era su cuerpo de escorpión. Ese cuerpo de origen griego y peliazul era de él y de su propiedad,originario de Grecia y devastador del comercio de manzanas!

Por fin logró tragar con dificultad.

-Milo.-habló el que estaba sentado, tan erguido y tomaba la taza elegantemente, de una supo de quien se trataba.

- Con un demonio, Camus eres tú..tú el que está en mi cuerpo?-gritó a punto de desmayarse por oir su propia voz,o la que era del acuariano.

-Si.
Soy Camus y estoy dentro de tu cuerpo.-dijo serio el peliazul.- intercambiamos cuerpos y vaya a saber Athena el porqué. Debemos ir ambos con el patriarca para encontrar una solución pronto.

-Camus..¡¿yo no puedo salir de aquí con tu cuerpo,que te pasa?! ¿Te has vuelto loco?

-Yo no me he vuelto loco Milo. Loco está el que nos hizo esto.-suspiró fastididado.-
¿Además hace cuanto que no te bañas? Tuve que darme un baño de agua fría con varios jabones. Olías a sudor.

-Es la esencia de un guerrero de athena..-se quejó relajandose cruzando los brazos y estirando sus labios en un puchero.
Que extraño era verse a sí  mismo hablar por su propia cuenta. Era como su doble. Pero él también ocupaba un cuerpo ajeno y aún más delgado.

-Camus yo..
¡agh! No sé como llamarte al verte con mi cuerpo.
Me va a dar un paro cardiaco por tantas emociones en menos de una hora te juro!

-Trata de calmarte Milo. Con la calma suficiente podremos solucionar esto.-dijo sin cambiar su expresión dando un sorbo a su café.

-Y tú acaso no estás molesto? No te molesta que yo pueda ver tu cuerpo en la ducha o que?!..Oh santo niño de la mel...-puso sus manos sobre su rostro.- ¿Viste mi cuerpo cuando te bañaste no es así?
Camus...

El mencionado giró su rostro a un lado con un rubor en sus mejillas. No pensaba responder a eso. Lo que desesperó a Milo.

La respuesta era obvia.

-¡Arrg!

Media hora después se veía a ambos recostados sobre la cama de escorpio. Tenían una cara de pocos amigos.

Suspiraron al unísono y se sentaron en la esquina.

El que sería Camus con el cuerpo de Milo mostró un regaño algo enfadado.

-Ponte algo más apropiado. Yo no salgo como si nada con esa ropa puesta. La uso sólo para dormir.-declaró.

-Ah si claro. Y tu te colocas mi ropa como si nada. Que bonito se siente fíjate.
No sé que voy a hacer. Y no se cómo sentirme al mirarme a un espejo,te voy a ver muchas veces..-dijo lo último con cierta vergüenza.

Ambos estaban nerviosos.

Manejar los cuerpos que ni siquiera eran suyos sería difícil, y no del manejo de su forma física, sino en saber hasta donde llegar con algo que no era de su propiedad absoluta.

-Nos llamemos por el nombre que supuestamente teníamos antes.-añadió el peliazul.-Yo Milo de escorpio y tu Camus de acuario.
Se escucha extraño pero no debemos levantar sospechas.-continuó.-Nadie debe saberlo. Solamente nosotros o crearemos conflictos.

-Que me llamen Camus cuando mi nombre es Milo no me agrada. Siento que profano una identidad.

-¿Y crees que yo no me siento igual que tú?-exhaló como liberandose de un gran peso.-
Te comprendo. Por poco y me lanzo por la ventana para comprobar que no estaba soñando cuando desperté en tu habitación.

-Yo me caí por las escaleras.-dijo Milo recordando.-di como quince vueltas y recién supe que algo estaba mal con mi fisionomía.

Ambos sonrieron sin pena alguna en secreto.

-Más te vale que cuando yo regrese a mi cuerpo no encuentre algún moreton,y peor una cicatriz. Ni te Imaginas lo que te haría.

-Me lo imagino, no lo dudes.-dijo suspirando tranquilo.-Oye Camus,tengo un problema.-Añadió haciendo una mueca de desagrado con un rubor en el rostro.

-Que problema?

-Q-quiero ir al baño.

Los rostros de ambos eran un poema del terror. Y un poema de los buenos.

Ah~Que ganas de que caiga un rayo y los pulverise..

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Hola corazón💓 si lees esto dime que tal te pareció el capitulo. Y déjame tu voto para estar de acuerdo en que te hizo pasar un buen rato.
G

racias por leer! 😊