Capítulo 8.
[Disculparán si hay muchos errores ortógraficos puesto que no le he revisado para nada y solo le pasé casí rápido. Esto ya lo tenía desde hace algún tiempo pero la dejé en cero actividad por otros proyectos en los que estoy trabajando. Ahora sí, disfruten (más o menos) la historia]
Mientras tanto, unas horas más tarde, en la sala de interrogación numero A113, un hibrido tenia la cabeza puesta contra la mesa mientras se decía cosas en voz baja y melancólicamente, recordando y repitiendo tantas cosas que le han dicho y lo han hecho sentir una desgracia, como en ese momento pero mas que desgraciado, se sentía aburrido a la espera de su interrogador misterioso. Pero hasta su encuentro... seguía divagando en sus pensamientos.
― "Levantate Max, ya sabes lo que dicen ―se dijo― Algunas cosas en la vida son malas, pueden hacerte enojar mucho... Alguna, alguna 'maldicion'... alguna, alguna..." ―y siguió hablando hasta terminar con su voz por lo bajo―. "Siempre mira el lado bueno de la vida" ―se dijo irónico, aun con la cara y las orejas tiradas encima de la mesa. Y debajo de ella, sus patas unidas a unas esposas de plástico lo suficientemente fuertes.
Habia empezado a tararear una canción de su cabeza cuando escuchó a la puerta que tenia en frente, abrirse. Max alzó la cara, casi somnolienta, para saber si era su interrogador misterioso pero no lo era. Se irguió sorprendido rápidamente y exclamó un "¡Whoa!" al ver al zorro parado en la puerta con su sonrisa picara y molesta.
―¡Impresionante! ―exclamó de nuevo―. Ese es un buen look, oficial. ―dijo aun sorprendido.
―Es de mañana, Doce. ―le dijo Nick relajado―. ¿Estas comodo? ―Nick se empezó a acercar hacia la mesa pero Max, gracioso, comenzó a "aplanarse" el pelaje para arreglárselo.
―Solo dejame arreglar mi pelaje antes de que llegues mas cerca, hombre. ―dijo divertido terminando su movimiento aplanador―. No seré capaz de ocultarte algo durando la interrogación. Ahora, que has atacado mi única debilidad. ―sonrió a Nick divertido―. Zorros.
Nick tambien se veía divertido y finalmente llegó a estar frente a Max que tuvo que girarse para poder verle tambien la cara. Ahora Nick lo miraba serio y tenia una para puesta al filo de la mesa pero Max, solo por molestarlo un poco más ya que estaba aburrido, tomó el filo de la corbata de Nick y se la tiró a la cara. Esta quedó tapándolo los ojos.
―Judy olvidó mencionar eso. ―dijo Nick sacándose la corbata. Max, con una cara de niño inocente y sorprendido dijo.
―Te estaba molestando con eso. ―dijo refiriéndose a su comentario anterior―. Espera... ¿Judy? ¿Estuvo hablando de mi?
―Max, Max, Max, Max... ¡Niño! ―dijo Nick tranquilo―. Vives de tu nombre. Quiero decir, ¡Haciendome levantar a esta hora para trabajar! ¿A la "Medianoche", Midnight? ―bromeó y unas estruendosas carcajadas provinieron de la misma puerta por la que había entrado Nick, momentos antes.
Dos hienas, un macho y una hembra, habían traspasado el portal para poder comenzar con la interrogación pendiente de Max. La hembra tenia en su posecion una tableta en la que tapeaba varias veces sin dejar de mirar a Max con una sonrisa.
―Maxi, Maxi. ―canturreó la hiena con cariño.
―¿Qué estan planeando ustedes? ―preguntó Max con una cara de disgusto―. Todos somos nocturnos aquí... ¿Eh?... Excepto... ―miró a la hiena con la misma cara pero se dirigió al macho―. ¿No deberían, tu y Vilma estar afuera resolviendo Scooby Casos Misteriosos? ―el macho volvió a pegar varias carcajadas con fuerza tambien con un golpe en la mesa, por el comentario gracioso de Max, haciendo que una hoja pequeña saliera volando de la carpeta. Habia alguien que sí se la estaba pasando bien en ese momento, al menos.
―¿Qué sucede con esa actitud, M-m-Max? ―burló la hiena hembra mirando fijamente a Max―. No habia actuado asi de rudo y tenebroso la ultima vez que hablamos.
―Nocturnos... Jajaja. ―comentó el macho―. Eso es tierno... Jejejej... ―y suspiró tirando sus últimos intentos de risa para tranquilizarse―. ¿Por qué estás aquí? ―preguntó finalmente serio hacia Nick, mientras la hiena a su lado atrapaba con su pata el papel que habia salido volando de la carpeta.
―El Jefe me dijo que mantuviera un ojo sobre esta bola de pelos mientras ustedes lo interrogan. ―explicó Nick indiferente mirando a Max―. Y tambien asegurarme de que actua de acuerdo a su edad. ¿Cuántos tienes, Doce? ¿Doce?
―Uh, esta bien, eso no es realmente necesario. ―dijo le macho incomodo―. Pero... Como sea.
―Solo lleguemos al fondo de esto. ―dijo la hiena hembra aguantándose las ganas de reir.
―¿Cómo hiciste la ultima vez? ―comentó Max por lo bajo, pensando que ella no lo escucharía, pero fue un error.
La hiena, de un momento a otro, se habia subido a la mesa con las patas delanteras y puesto a gritar con furia a ambos que tenia en frente con "¡ESCUCHAME-BIEN-TU-PEQUEÑO-TROSO-DE-¡" haciendo que las orejas y la corbata de Nick salieran disparadas hacia atrás por la fuerza de la voz. Ambos quedaron sorprendidos y Nick, con la cara mas asustada que haya puesto en su vida.
―Wou... ―exclamó sorprendido―. Solo tratemos de hacerlo profesional... ¿Esta bien? ―sentenció con cierto temor en la voz, aun mirando a la hiena que veía a su compañero a lado.
―¿Quién es este tonto? ―preguntó ella molesta―. ¡Pense que le habíamos dicho a Bogo que nadie nos molestara! ¿Acaso lo olvido?
―Eso es un no. ―respondió Nick―. Él no lo olvido... Solo no le interesa.
Diez minutos mas tarde, los cuatro salían de la sala de interrogación. Cada uno con un estado de animo muy diferente. La hiena macho, relajado. La hiena hembra, tensa. Max, incomodo porque ella le habia golpeado con la cola y Nick se habia quedado un poco atrás para hacer una llamada.
―Once minutos no estaban mal, Tup. ―le animó el macho a la hiena llamada Tup―. ¿Tienes mas ira que sacar de tu sistema, Tup? Le dije al conserje que dejara sus llaves en mi oficina... Tal vez podríamos encontrar su cuarto de almacenamiento yyyyy...
―¡Dios, Tom! ―interrumpió la hiena escandalizada―. Todo esto huele a problemas. ¿Recuerdas la ultima vez? ¿Era realmente necesario tráerlo a él? ¡JA! Cada vez que veo su cara... Solo quiero reirme. ―Max la miró confundido aunque ella no podia verlo porque ya estaban algo lejos―. Y sí... Trae las llaves.
―Aww... ―exclamó Max―. ¡Oigan! ¡Esperen! ―la hiena se detuvo en seco y se giró para ver a Max que los llamaba. Solo ella se habia dado la vuelta. Al darse cuenta de que lo miraba, Max le mandó un "besito volado" a la hiena que se dio la vuelta de inmediato, nerviosa por el gesto bromista de Max―. Mis gigantescas orejas estan oyendo una bendición... Y una maldición. ―Nick habia aparecido detrás de Max con cara de pocos amigos, seguramente, por la llamada que habia hecho. Suspiró fuerte y habló.
―Bueno, Zanahorias probablemente está durmiendo. ―maldijo de nuevo―. Como si esos dos no supieran quien so yo. ¿Y que demonios les hiciste a ellos, Doce?
―¿A que te refieres? ―Max jugaba con su collar, inocentemente―. Solo soy manojo de alegría. ―Nick ahora murmuraba molesto, seguramente, volviendo a maldecir.
―Bueno, mientras ellos estan en su descanso. ―dijo Nick―. Creo que puedo usar esta oportunidad para hacerte unas preguntas propias. ―hizo una pausa―. No estoy suponiendo nada pero... ¿Que hay con ese diente, Doce? ―preguntó refiriéndose al diente filoso del collar de Max con el que jugaba en ese instante―. ¿Es una especie de trofeo o algo? ¿Hm? ―le dio una sonrisa.
―Algo asi... ―respondió melancolico el hibrido―. Y claro, puedes preguntarme lo que sea... Pero quiero algo a cambio.
Ambos se miraron por unos instantes y al comprenderlo ambos. Max esbozó una sonrisa mientras Nick lo miraba incomodo con las patas en la cintura. No sabia si lo que le iba a pedir, le iba a gustar al zorro pero no debía preocuparse de mucho.
―¡Por favor-por favor-oh-porfa-porfa-por favor! ¿Podrias quitarme estas esposas? ―preguntó suplicante tapándose la cara con las mismas patas―. Con-todas-las-partes-de-mi-cuerpos. Mi deseo de rascarme nunca habia sido tan grande. Hay lugares... ―inhaló incomodo―. Que no puedo alcanzar con estas-ah-ah-ah. ―y se sobó la nariz para evitar un estornudo―. Quiero decir, podrias hacerlo por mi pero no creo que lo disfrutarías tanto como yo... ¿O...? ―Nick suspiró molesto y lo tomó por el hombro para llevárselo a algun lugar cercano donde no los vieran. Se acercaron a una puerta y Nick la abrió como si fuera una especie de misión de sigilo, revisando a ambos lados del pasillo donde estaban. Era un cuarto de conserje.
―Okey, entra rapido aquí. ―susurró señalando el lugar.
―Uhhh, ―soltó sarcastico―. ¿Un cuarto secreto? Solo quieres estar conmigo a solas, ¿No es verdad? ―esa fue la gota que colmó el vaso de Nick, lo metió al cuarto y lo tomó por sorpresa fuertemente por el cuello de la camisa como se le hacia posible, pero no necesito de demasiado esfuerzo, Max se habia asustado.
―¡Escuchame bien, Sucio! ―le susurró con furia―. ¡Suficiente con esa actitud descara de culo! Normlamente, lo dejaría pasar porque, rayos, me recuerda a mi pero... Ahora mismo apreciaría que escucharas y estuvieras mas concentrado. ¡Estoy tratando de llegar al fondo de esto, incluso si tengo que hacerlo por afuera! ―ahora, realmente, Max estaba asustado.
―Lo-lo si-siento N-n-Nick. ―su voz, a pesar de ser dura, estaba temblando pues no era de gusto que un zorro mas alto y fuerte que tu se pusiera a sermonearte con fuerza y a raja tabla. Nick tomó sus patas y metiendo las llaves en las esposas, se las quitó una a una.
―Ahora, solamente estoy haciendo esto, porque Judy dijo y cito: "Él es uno de los mejores animales que conozco..." ―comentó Nick a regañadientes.
―¿Tenias la llave todo este tiempo? ―bromeó Max nuevamente―. Gracias y me disculpo por lo que vas a presenciar. ―dijo aguantándose las ganas de rascarse que habían acabado en ese momento.
Con un suspiro de alivio, se empezó a rascar por todo el cuerpo, fuera y dentro de la camisa haciendo que Nick aguantara las ganas de reírse pero estas se fueron cuando notó unas cuantas cicatrices en el dorso y la espalda baja de Max mientras se rascaba e, involuntariamente, la camisa se alzaba un par de veces. "Si tan solo pudiera sacarme los pantalones ―dijo Max― Ay hombre, seria el cielo" pero Nick aun seguía viendo las cicatrices e intentando descifrar de qué eran.
―¿Algo que te guste? ―preguntó Max percatándose de que Nick lo veía.
―Lo siento, no-no quería molestarte. ―y miró a otro lado incomodo.
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