—Rachel, querida, tenemos que hablar.

Ese comentario de su tía Alice la sacó de su ensoñación matutina, haciéndole levantar la vista de sus cereales de chocolate con leche y té (lo último fue sugerencia de Damian, y ella le agradecía cada día que pasaba por ello) . Era extraño escucharla hablar en ese tono casi exigente , pero no tan extraño era ver la mirada preocupada en sus ojos.

—¿Ocurre algo?

—Escucha cariño, sé que eres joven y que a las jóvenes de estos días les gusta salir con amigos y con... chicos... Pero al menos debes decirnos si vas a salir hasta tarde, ayer nos preocupaste mucho. Pensamos que algo te había ocurrido y no deseamos que se repita.

Ok, ahora estaba confundida.

—No entiendo tía, yo le pedí a Antt que te dijera que llegaría tarde del instituto.

—Pero a nosotros nadie nos dijo nada.

Maldita Antt y su mala memoria.

Alguien sufriría hoy.

—El punto es que nos avises si vuelves a llegar tarde para estar seguros de que estás bien. No nos gusta que nos preocupes de ese modo.

—Está bien, discúlpenme por haberlos hecho preocupar.

—No hay problema, cariño.

Terminó el desayuno y se dispuso a salir de la casa cuando recordó algo de repente.

" Iré a recogerte mañana al instituto"

Se reprimió mentalmente por no haberlo recordado antes, y antes de irse se dirigió a su tía una vez más.

—Tía Alice, hoy saldré con un amigo después del instituto, no sé con seguridad a qué hora exacta llegaré. ¿Está bien?

—¿Un amigo? ¿Es el mismo chico que te dejó aquí ayer en su motocicleta?

—Sí, es él.

—¿Rae, no es por nada pero no crees que es un poco pronto para esto? Es solo que me resulta extraño que un chico llegue y de repente tú te vayas con él a no sé dónde...

—No es así y no tienes de qué preocuparte tía, Damian es mi amigo desde antes de mudarme a San Francisco y vino de visita. Él es una buena persona y solamente salimos a pasar el rato y conversar, se nos fue el tiempo nada más.

—Oh, ya veo. ¿Es el mismo joven de la fotografía de tu habitación?

—El mismo.

—Entonces, creo que puedes invitarlo a cenar con nosotros aquí algún día. Ya sabes, para tener la oportunidad de conocerlo un poco. Tengo curiosidad de saber cómo es el chico con el que mi sobrina se pasa horas hablando por teléfono.

Intervino entonces una nueva voz.

—¿Conocer a quién? ¿Rachel tiene novio?

—Sólo somos amigos, Mary Beth.

—Pues yo creo que son novios.

—Billy, Mary Beth dejen a su prima tranquila y entren al coche que llegan tarde a la escuela.

—Sí, papá.

—¡Pero yo no quiero ir!

—Billy.

—¡Bien!

Ella miró la escena con ternura, le calentaba el pecho cada vez que presenciaba la forma de interactuar de esa familia. ¿Quizás era su niñez fantasma hablando? ¿Aquella que no tuvo por culpa de su sangre oscura? ¿Esto es lo que significa ser normal y tener una familia que te ame?

Ella no lo sabía.

Nunca lo supo.

Y quizás nunca lo haría.

—¿Rachel cariño, estás bien?

—Sí, estoy bien... Creo que mejor me voy, a este paso llegaré tarde.

—Ten cuidado.

—Lo tendré. Adiós tía Alice.

.
.
.

—¡Rachel! ¿ Cómo te fue ayer? Eh picarona.

Creo que esto no lo había calculado muy bien cuando se fue con Damian ayer.

La tortura que le esperaría hoy.

Que Azar le de paciencia.

—No sé a qué te refieres, Madison.

—No, no, no. No te vas a escapar de mi. No puedes irte a quién sabe dónde en una motocicleta con un chico super guapo para luego ignorarme al día siguiente.

—¿Te estás escuchando?

—Sí, sí lo estoy haciendo.

Y por si no fuese suficiente con las insinuaciones de Madison...

Dude apareció.

—Rae, aquí estás. ¿Dime, qué pasó ayer? ¿Él te trató bien? ¿Qué hicieron? ¿Llegaste a salvo a tu casa? ¿Él te hizo algo? Si ese maldito te tocó te juro que yo...

—Okay, Dude, relájate. Respira. En primer lugar , estoy bien, Damian nunca me haría daño así que deja de ser paranoico. Y en segundo lugar, incluso si él me hubiese hecho algo ( que no es así) tú no tendrías una oportunidad en contra de él. Y lo digo por experiencia.

—Uhh. Directo en el orgullo, tío.

—Cállate, Archer.

—Rae tiene razón Dude, seguro que el dios árabe no tiene ese cuerpo por gusto. Además, seguro que Rae quería que él le hiciera algo.

—Oh, por el amor de Azar dame paciencia.

—¡¿Madison te estás escuchando?!

—¿Pero qué te pasa Archer?

—Cómo que qué me pasa? Discúlpame si no me gusta que mi novia ande vacilando a cualquier chico que ve.

—¿Disculpa? ¿Y cuál es el problema? ¿Acaso crees que no te he visto cada vez que pasamos frente a la casa de esa perra de Tara?

—¡Lo que dices no tiene sentido!

Y allá iban otra vez.

—Chicos, solucionen sus problemas de pareja en otro momento por favor, estoy intentando comer.

—¿Y quién dijo que tenemos problemas?

—Ustedes, ahora mismo.

Intentó no escuchar el resto de la conversación , pero como no daba resultados aparentes decidió ponerse sus audífonos. " Løcatiøn Sessiøns : Chlorine" se leía en la pantalla, y aquello logró sacarle una sonrisa sin que se diera cuenta. La canción era suave, melancólica y ligera, la transportó a un mundo de paz.

Al menos hasta que Antt apareció.

Ahí todo se fue al demonio.

Realmente extrañaba el inframundo a veces.

—¡Rachel Roth, me mentiste!

Ahora, eso no se lo esperaba.

—¿De qué estás hablando, Antt?

—No te hagas la tonta y dime. ¿Por qué demonios no me dijiste que conocías al chico más adinerado de América?Ese Damian de ayer es nada más ni nada menos que el hijo de Bruce Wayne.

¿Cuál es la peor pesadilla de alguien introvertido como ella?

Exactamente.

Llamar la atención.

Y eso es justamente lo que estaba pasando ahora.

—¿Antt, podrías bajar la voz? No necesitas montar un espectáculo.

Raven podía sentir los murmullos de la mitad de la escuela a sus espaldas, y no eran agradables. En absoluto.

—¿La gótica invisible con un maldito Wayne?

—Debe ser una broma.

—Esa perra no lo merece.

—Cazarecompensas.

Definitivamente no los escucharía.

—Esperen un momento. ¿A qué te refieres con eso de hijo de Bruce Wayne?

—Exactamente lo que oíste Dude, el chico de ayer es el único hijo de sangre y por lo tanto el heredero legítimo del hombre más rico de esta mitad del mundo.

—Debe ser una broma.

—¿Una broma? ¿Acaso desconfías de mi palabra?

Acto seguido Antt sacó su teléfono del bolsillo de su chaqueta para mostrar... Oh... No podía ser.

Un maldito artículo de periódico con nada más y nada menos que una fotografía de ambos ( del tamaño de toda la pantalla) en la que Damian le posaba suavemente su abrigo sobre los hombros de ella mientras se miraban a los ojos . No estaba consciente de que les hubiesen tomado una foto en ese momento, cuando regresaban del café era de noche y hacía frío, y Damian siendo el educado caballero que es le prestó su abrigo al haber ella olvidado el propio en casa.

Ni siquiera tenía la más mínima idea del hecho de que ambos tenían un par de sonrisas idiotas estampadas en el rostro.

Y luego leyó el titular.

" Joven heredero Wayne tiene novia secreta en San Francisco."

¿Dónde demonios estaba Trigon cuando lo necesitaba?

—¡¿Esa es Rachel?!

—La misma.

—¿Por qué sonríen de esa forma?

—Además de guapo también es rico, ese chico lo tiene todo.

—¡Madison!

—¿Qué?

—Y bien? Algunas explicaciones señorita? —Antt la miró con esa mirada inquisitiva y esa sonrisa que tanto deseaba arrancar de su rostro, bajando y subiendo ambas cejas como quien sugiere algo.

—No tengo nada que explicar, no pueden creer todo lo que leen en la prensa, menos aún en la sección de chismes.

—No intentes escapar Rae, no te dejaré en paz hasta que hables. Y hablarás mucho.

Maldecia a Antt y a esa persistencia curiosa.

Suspiró sabiendo que no tenía opción alguna.

" Aquí yace Rachel Raven Roth, amiga y heroínas. "

—¿Qué quieren saber?

—¿Cómo lo conociste? ¿Y desde hace cuánto tiempo? ¿Son sólo amigos? ¿Te gusta? ¿Tú le gustas? ¿Están saliendo? ¿Es amable? ¿Tiene novia? ¿Qué hace en San Francisco? ¿Cuántos años tiene?

Madre mía...

—Okay, okay... Respira... No puedo creer que voy a hacer esto... Como le digan algo de esto a alguien, cualquier persona entonces no les volveré a hablar. ¿Entendido?

Asintieron animadamente con la cabeza para acercarse más a ella casi sin dejarle espacio para apenas respirar.

—Pues... ¿Por dónde empiezo?

—Edad, cómo lo conociste, personalidad, lo que quieras. Te estamos escuchando.

Estaba más que segura de ello.

—Pues... Terminemos con esto... Su nombre es Damian Hafid Wayne, y es árabe a pesar de que su padre es estadounidense. Tiene cuatro hermanos adoptivos mayores que él, tres chicos y una chica. Tiene nuestra misma edad aunque parezca mayor.

—¿Y cómo se conocieron?

—Yo solía vivir en Jump City con una amiga mía en una torre en la ciudad antes de venir a vivir con mi tía. Kori ( que es su nombre) era la novia de el mayor de los hermanos de Damian, quien se mudó al mismo edificio que nosotras durante un tiempo. Así fue como conocí a Damian, él solía ir a visitar a su hermano e incluso vivió allí con nosotros por un período de tiempo relativamente largo.

—Un momento. ¿Entonces tu amiga es la novia del hermano mayor de Wayne?

—Ya no lo es.

—¿Se separaron?

—Al contrario, se comprometieron y se mudaron juntos a Blüdheaven.

—Oh, ya veo.

—Eso no importa, cuéntanos del dios.

Madison parecía emocionada, cualquiera podría pensar que no estaba en una relación. Y Archer no parecía preocuparse tanto por ello, ambos eran una pareja muy liberal. Y extraña.

—Damian es... complejo... Cuando lo conoces puede parecer arrogante, imbecil, egocéntrico, insufrible, difícil de soportar...  Pero una vez que pasas más tiempo con él... Te das cuenta de que es diferente... Detrás de esa máscara de soberbia suya se esconde un alma sensible y generosa. Le encantan los animales y la literatura clásica . Es el mejor pintor que he conocido en mi vida y tiene una voz privilegiada. Él...

Levantó la mirada solamente para ver como todos sus amigos portaban sonrisas de oreja a oreja como psicópatas.

—Eh... ¿Ocurre algo?

—No, nada de nada Rae, continúa con la descripción.

—¿Qué demonios les pasa?

—A nosotros nada, pero tú pareces vivir en una burbuja cuando hablas de ese dios árabe.

—Están imaginando cosas.

—Si tú te vieras el rostro entonces no estarías tan segura.

Sip, locos de remate.

—Bueno. Cambiando de tema, no respondiste las otras preguntas.

—Estoy bastante segura de que sí.

—No. ¿Dinos, qué hace el rollito de canela aquí en San Francisco?

Tendría que hablar seriamente con Madison acerca de esos apodos más tarde.

—Está representando a la empresa de su padre en unos negocios en la ciudad.

—¿A Wayne Enterprises? Disculpa si no te creo Rachel, ese chico tiene nuestra edad, ninguna empresa confiaría tanto en un adolescente para algo tan importante.

—Damian no es cualquier adolescente. Y yo no lo dudaría tanto, es un miembro de la Junta Directiva de esa empresa desde que tenía 10 años.

Ojos y bocas abiertas como platos.

Ese es el efecto que ese tipos de datos acerca del ojiverde tenía en la gente.

El timbre sonó avisando que la hora del almuerzo había llegado a su fin, y también salvandola de más tortura al escuchar los suspiros mortificados de los chicos al no querer regresar a clases.

Pero ella...

Ella no podría estar más feliz.