𝑣𝑒𝑖𝑛𝑡𝑒
Canción del capítulo: Taylor Swift - Treacherous.
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Estoy en la oscuridad de mi mente, todo está en profundo silencio, cierro mis ojos obligándome a respirar profundo, debo concentrarme y mantener la calma, cuando los abro me encuentro en aquel departamento donde JungKook solía vivir. Mi corazón se acelera cuando me veo a mí misma intentar abrir la puerta de dicho departamento, JungKook me atrapa por detrás llevándome hacia su habitación, mis nervios están a flor de piel, siento angustia.
—SoHee, concéntrate en mi voz—esa es la voz del doctor, ellos no pueden escucharla ni verme—¿Qué ves?
—Es esa noche—mi voz es algo temblorosa, el padre de JungKook se acerca a la puerta de la habitación y mira con descaro lo que pasa dentro—El señor Jeon está mirándonos, está viendo lo que hacemos.
—Tienes que calmarte, respira profundo, necesito que te acerques a la puerta.
Niego con la cabeza, no quiero ver eso. Incluso cuando me niego, la imagen cambia, estoy en la habitación de JungKook donde pasó todo, ambos estamos tumbados en la cama, el hombre asqueroso ríe en el marco de la puerta, cierro mis ojos queriendo salir de aquí, cubro mis orejas con mis manos, pero no es suficiente, escucho mis gemidos con los de JungKook, esa SoHee no era yo, era una persona muy diferente a mí y ese chico no era JungKook, ninguno de los dos somos así.
—¿SoHee?
—Quiero salir, no quiero estar aquí—las lágrimas caen por mis mejillas. Escucho mi propio sollozo, la SoHee de esa noche está llorando—No, esto está mal—sus sollozos aparecen, ella está debajo de JungKook e intenta empujarlo—No quiero esto, déjame en paz, por favor.
JungKook luce como un robot, el chico detiene los golpes que ella le da tomando sus muñecas colocándolas a ambos lados de su cabeza, sus embestidas son más fuertes mientras SoHee llora debajo de su cuerpo, retrocedo queriendo salir del recuerdo. Quiero olvidar esto.
Cuando JungKook queda satisfecho de mi cuerpo su padre se acerca, ese hombre asqueroso nos vio tener sexo esa noche y lo disfrutó. Me veo a mí misma intentar levantarme de la cama cuando el pelinegro se tumba a mi lado desnudo y agitado, el señor Jeon tiene una jeringa lista en su mano. La SoHee del recuerdo se cubre con las sábanas mientras llora.
—¿Dónde está mi esposa?
La sensación de Deja Vu aparece, yo realmente recuerdo esto, siento como si mi cerebro desbloqueara esas escenas, todo viene a mi mente con claridad.
SoHee niega con la cabeza cubriéndose lo más que puede, JungKook luce muy drogado para defenderme, aunque ya no puede hacer nada, sus párpados luchan por mantenerse abiertos, pero no por mucho, su padre inyecta la jeringa en mi brazo, casi puedo sentir eso e inconscientemente toco mi brazo.
—Recuerdo tener moretones—susurro ante el recuerdo del hospital cuando desperté.
—¿Dónde está mi esposa?
—Centro de apoyo—escucho mi voz apagada. ¿Yo revelé la dirección de la madre del chico? La decepción no puede ser más grande que la que siento ahora, el hombre asqueroso sonríe al conseguir lo que quería, para entonces JungKook está inconsciente.
—¿Dónde?
Cuando ella dice la dirección, el hombre se levanta y se retira, miro mi propio cuerpo estar ido, me acerco a la cama encontrándome con mis ojos vacíos, están rojos por el llanto e hinchados, SoHee mira el cuerpo de JungKook a su lado, escucho la puerta del departamento cerrarse, poco después me desmayo y la imagen se vuelve negra.
—Fue mi culpa que la hubiera conseguido—susurro, trago con dificultad sintiendo un nudo en la garganta. Me siento en el suelo llevando mis manos a mi cabeza—Fue mi culpa.
La imagen de aquella habitación aparece, JungKook intenta despertar a SoHee, luce angustiado, ambos seguimos sin ropa en aquella cama.
—SoHee, por favor despierta—el chico mueve mis brazos, noto algunas lágrimas en sus ojos—No, por favor, despierta, SoHee—la chica debajo suyo se queja, entreabre apenas sus ojos, pero vuelve a cerrarlos—Lo siento, lo siento—me abraza sollozando—Perdóname, por favor.
Recuerdo que cuando estuve en el hospital dijeron que JungKook despertó cuando apenas tenía pulso por la sobredosis que tenía, fue él quien me llevó al hospital preocupado. La imagen es más dolorosa, cuando cierro y abro mis ojos estoy en el consultorio del psicólogo.
—SoHee—Suzy coloca su mano en mi espalda cuando me inclino hacia adelante en el sofá donde estaba acostada. Las lágrimas salen sin parar, puede ser ilógico o absurdo, pero siento un peso menos en mis hombros.
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—¿Estás segura de esto? —Suzy me mira con duda mientras yo miro el edificio frente a ambas— ¿Quieres hacerlo sola?
—Debo hacerlo sola, me gustaría que ambos...habláramos con la verdad sobre eso—volteo a verla—Prometo escribirte cuando todo esté claro, gracias por acompañarme y traerme, Suzy—la abrazo.
—Sé que ambos son fuertes y podrán con esto—acaricia mi espalda—Ten cuidado, ¿Sí?
He decidido venir al departamento de JungKook porque no quiero ocultarme como si estuviera haciendo algo malo, además, quiero y necesito hablar con él, ¿Cómo pudo callarlo y sufrir en silencio? ¿Cuándo comenzó a recordar? ¿Por eso seguía buscándome e intentaba hablarme? ¿Por lástima o porque realmente quería hacerlo bien? El ascensor me lleva al piso correcto, camino por el pasillo deteniéndome en la puerta indicada, tomo una bocanada de aire mientras toco la puerta.
Mi mente viaja a dos años atrás cuando estaba tan nerviosa frente a su departamento.
Escucho el seguro de la puerta y ésta se abre. Hago una reverencia llevándome una sorpresa.
—Hola, soy Park SoHee, vine por el alqui... —mi voz se interrumpe cuando frente a mí hay un rostro conocido, sus facciones están más definidas, su cabello sigue siendo el mismo, tiene una camisa manga larga, pantalón de algodón gris y se encuentra descalzo.
La puerta cede del otro lado, se abre permitiéndome ver al chico que vive aquí, JungKook tiene su cabello rubio un poco revuelto, su rostro indica que estaba durmiendo, pero al parecer no muy bien, hay unas ojeras un poco visibles, viste con algo cómodo para estar en casa y que lo mantenga calentito, al fijarse en mí su semblante cambia, creo que incluso se olvida del sueño.
—SoHee...
Respiro profundo parpadeando varias veces, necesito detener las lágrimas por un momento.
—¿Podemos hablar?
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El departamento está en silencio, espero sentada en su sofá, en breves minutos aparece con dos tazas de té perfectas para el frío, JungKook deja una frente a mí y la otra frente a él, se sienta a mi lado, pero mantiene la distancia. ¿Por qué no podemos llevar una relación normal?
—Fui con mi psicólogo—comienzo sin verlo, tengo mis manos metidas en los bolsillos de mi abrigo—Hace semanas que voy a verlo, no quería decírtelo porque creí que te preocuparías o te alejarías—siento sus ojos en mí, pero me obligo a seguir—Descubrí que siempre recordé lo que pasó, mi cerebro se encargó de ocultar el recuerdo en el fondo de mi mente.
—Pude recordarlo en el segundo año de rehabilitación—dice, ahora soy yo quien lo mira—No sabía cómo decírtelo, no es algo agradable para recordar—sonríe con tristeza—Era mejor que no lo hicieras.
Y sí, es doloroso, pero en algún momento esto pasaría.
—¿Sigues pensando que no fue nuestra culpa?
—Fuimos títeres de mi padre esa noche—responde—Fuimos víctimas, So.
—¿Te acercaste a mí recordando todo eso?
Voltea a verme con un suspiro.
—Me acerqué a ti porque me gustas, lo sabía antes de esa noche, pero vivía con temor—dice sin titubear—Me acerqué a ti convencido de hacerlo bien esta vez, de intentar hacer lo correcto.
—¿Por eso cancelaron el ensayo ese día?
—Sí, le dije a Tae que no me sentía bien.
—¿Él y Jennie lo saben?
—Lo supieron ese día cuando cancelaron todo—asiente—Les pedí que no te lo dijeran. Por culpa de ese hombre no podemos tener una relación normal, no podemos siquiera estar totalmente tranquilo con el otro—niega con la cabeza mirando al suelo—Puedes gustarme, SoHee, pero...si no quieres seguir esto voy a entenderlo.
—No estoy molesta contigo—y añado—No vine para eso—eso lo toma por sorpresa—Es doloroso recordarlo, creo que sería menos doloroso si no eres el único en hacerlo—me mira—Sigamos intentándolo como lo hemos hecho hasta ahora, ¿Sí? Ya basta de torturarnos, estoy cansada de eso.
—Lo siento.
—Y ya basta de decir eso—lo abrazo recostando mi cabeza en su hombro. JungKook me rodea con sus brazos estrechándome en ellos, respiro su aroma cerrando mis ojos— ¿Podemos comenzar a decir otra cosa?
Lo que dice a continuación me saca una sonrisa y hace que las lágrimas salgan de nuevo.
—Te amo, SoHee, enserio lo hago.
Se siente realmente bien escucharlo.
—Te amo, JungKook—suspiro—Y no sabes cuánto lo hago.
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