Eran las ocho de la noche, mi libreta donde suelo crear algunos diseños está abierta, se puede apreciar un bonito pero elegante abrigo masculino totalmente negro. Los botones son dorados al igual que el borde del cuello, una pequeña sonrisa se dibuja en mis labios imaginando a JungKook usarlo, por lo general me cuesta crear ropa para hombres pero saber que JungKook puede usarla me inspira de una manera que no sé explicar. Había diseñado un abrigo especialmente para él, usé el negro y el dorado porque siento que dichos colores encajan con él.

Mi celular vibra sobre el escritorio. Cierta persona está llamándome, es una video llamada, acomodo mi teléfono apoyándolo de la pantalla del computador y acepto, JungKook aparece con su cabello rubio algo despeinado, se nota mojado, el chico está sentado en alguna parte de su habitación, él también había alquilado un departamento igual de pequeño que el mío, pero él estaba más cerca de Tae y Jennie.

— ¿Qué estás haciendo?—pregunto cuando lo noto anotar algo.

— El dueño de la pizzería acaba de llamarme, quiere que revise algunos ingresos del mes pasado y el anterior—explica mirando a la cámara. Se acerca tanto que sin evitarlo me sonrojo, sus ojos brillan incluso a través de la pantalla del teléfono—Me gusta cuando llevas tu cabello así.

Paso mis manos por él, tengo una parte recogida y otra suelta. Sonrío un poco aclarando mi garganta.

— ¿Intentas coquetearme?

— No—dice enderezándose—Tal vez.

— Justo pensaba en ti hace segundos.

— ¿Por qué?—inclina su cabeza de lado.

Miro mi diseño cerrando mi libreta, prefiero que eso sea una sorpresa, será mi regalo por su recuperación.

— Bueno...—busco algo que decir—Pensaba visitar a tu madre mañana.

Una sonrisa se dibuja en sus labios.

— Puedo acompañarte.

Eso no era una pregunta.

— Suzy me dijo que fuiste a verla hace unos días.

— Sí pero nunca me canso de verla—lo veo escribiendo. Muerde un poco su labio inferior jugando con el lapicero luego, en medio de aquel silencio una pregunta viene a mi cabeza, una que no dudo en hacer.

— ¿JungKook?

— ¿Sí?—me mira—Estás mirándome fijo de nuevo.

— ¿Tu madre no tiene familia? Es decir, ¿No tiene hermanos? ¿Primos? ¿Tíos?

— Desde que tengo memoria sólo hemos sido los tres—responde pensativo—Ella se alejó del mundo que la rodeaba y se encerró en las drogas, ¿Recuerdas?

— ¿Y antes de que eso pasara?

El chico se queda mirando un punto ciego, parece pensarlo enserio, su madre debe tener algún familiar, al menos uno debe tener pero al parecer JungKook jamás ha pensado en eso. Él siempre ha estado pendiente de su madre y no consideró esa lógica.

— No creo que sirva de mucho preguntarle—comenta cuando vuelve a la realidad—Aunque su Alzheimer no ha avanzado ni retrocedido sus recuerdos siguen sin ser claros.

— ¿Has pensado en sacarla del centro?

— A veces pero sé que allá la atienden mejor, tengo que trabajar y el trabajo hará que esté mucho tiempo aquí sola—niega con la cabeza—Prefiero que Suzy siga cuidándola. ¿Cuándo fue la última vez que la viste?

— ¿A quién?

— A mi madre.

— Ah, fui a verla hace poco también.

— Entonces mentiste—ante eso veo mi libreta junto al teléfono— ¿Por qué pensabas en mí, SoHee?

— Ya, ¿Qué es esta llamada? ¿Intentas ponerme nerviosa?

— No, tú sola te pusiste nerviosa.

— No estoy nerviosa.

— Dímelo mirándome a los ojos.

Se acerca a la cámara sabiendo que es trampa, no puedo hacerlo, no cuando él me mira así. Mi cabeza rápidamente inventa una excusa.

— Sólo pensaba en ti bailando.

— ¿Qué?

— Sí—asiento—Ya sabes, cuando íbamos con Tae y Jennie a aquel salón de baile.

— Era divertido, al menos para mí—sonríe un poco— ¿Quieres ir mañana?

— ¿Me harás un baile sensual?—bromeo.

Me tomó desprevenida su reacción y respuesta, una sonrisa pícara se dibuja en sus labios, JungKook pasa sus dedos por su cabello sin dejar de verme.

— Podría hacerlo.

●●●

Era complicado pedirle a Jennie o Tae que nos acompañaran porque la pequeña Lia les quitaba tiempo libre, por eso, había invitado a BoGum y YeJi que estaban en su día libre, invité incluso a mi hermano, no mentiré, que JungKook haya considerado la idea de un baile sensual me puso nerviosa y más roja de lo normal. Pensé que sería incómodo pero fue entretenido ver la competencia de baile entre Jimin y BoGum, éste incluyó a JungKook quien se empeñó en dejar en ridículo a Jimin.

Por otro lado, YeJi está encantada con mi hermano, fue ella quien me mostró aquel vídeo de Jimin hace dos años, por eso descubrí la verdad del chico, YeJi tenía una atracción hacia Jimin, incluso cuando le indiqué que era un mujeriego ella seguía enganchada de cualquier cosa que hiciera, no parece preocupada por un corazón roto, Jimin disfrutaba esta atención pero me tomó por sorpresa cuando él mismo dijo que tenía novia.

— ¿Enserio tiene novia?—JungKook susurra en mi oreja provocando un cosquilleo. Parte de su tatuaje se nota por las mangas cortas de su camisa.

— Tampoco lo creo pero sí, así es.

— Por tu rostro deduzco que la conoces.

— ¿Cómo es que siempre sabes lo que siento? ¿Lees mi mente acaso?—se ríe—No es justo, se supone que debe ser difícil para ti leerme...

— Te conozco muy bien, pero no evites mi pregunta—alcanza su botella de agua-¿Conoces a su novia?

— Es la ex de mi ex—noto su expresión confusa—Sí, es digno de un dorama, ¿Sabes?

— ¿Puedes explicarme?

— ¿Recuerdas que te conté sobre mi primer corazón roto?—lo miro. Sus mejillas se llenan por el agua unos segundos y asiente—Esa chica fue la razón de ese corazón roto, YoonGi me había dejado por ella.

Traga rápidamente antes de hablar, tiene sus ojos muy abiertos.

— ¿Jimin lo sabe?

— Así es.

— No crees que esa relación sea seria, ¿Cierto?

— No—recojo mi cabello en una coleta alta—Apreciaría mucho que no habláramos de eso.

— ¿Necesitas un baile para relajarte?—insinúa, golpeo su brazo rodando los ojos—SoHee, no necesitas controlar tu atracción por mí.

"Hace dos años me decía lo opuesto"

— Me agradaba más el JungKook gruñón.

— Puedo serlo otra vez—deja su botella de agua sobre su bolso, cuando pretendo alejarme me detiene tomando mi muñeca— ¿Pero sigues queriendo el baile?

— Te detesto pero tienes suerte de que me gustes todavía—él sonríe divertido entrelazando nuestros dedos. Me jala hacia el centro del salón para iniciar la rutina de baile con los demás.