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𝑡𝑟𝑒𝑖𝑛𝑡𝑎 𝑦 𝑢𝑛𝑜

Canción del capítulo: Foxes - Night Owls Early Birds.

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— ¿Puedo mostrarte algo? —JungKook toma mi muñeca cuando pienso retirarme con Jimin, TaeHyung y Jennie se habían ido porque Lia estaba algo inquieta. Seguimos en el cementerio, pero el funeral ha acabado, el entierro de su madre había finalizado hace minutos, JungKook mira a Jimin—Yo la llevaré a casa.

Jimin asiente y voltea a verme.

— Escríbeme si necesitas algo.

— Está bien.

BoGum y YeJi están más lejos, pero se van con mi hermano, JungKook entrelaza nuestros dedos, acaricio el dorso de su mano tomando la otra. Sonrío un poco mirando sus ojos.

— ¿Qué sucede?

— Suzy vino muy temprano a verme.

— Pensé que no había venido al funeral.

— Vino, quería entregarme las cosas de mi madre—ante eso da un suave apretón a mis manos—Hay algo que quería darnos.

Ladeo mi cabeza queriendo saber qué es, ambos caminamos a donde hace rato estábamos reunidos, aquella sala está sola, JungKook desaparece unos segundos, pero regresa con una caja mediana totalmente blanca. Ambos nos sentamos en el suelo abriendo dicha caja, hay dibujos que la señora Jeon no terminó o le faltaba por aplicarle color, tenía varios cuadernos llenos de dibujos, había pocos libros que estaba leyendo, JungKook saca un bloc que tiene una portada verde, lo abre y lo primero que sale es su rostro.

Su madre lo dibujó de diferentes maneras, son diferentes etapas de su rostro, cuando era un bebé, cuando era un niño, un adolescente y hasta la fecha. Era sorprendente como su memoria podía servir en esto, su Alzheimer no podía quitarle esto, la pintura era natural para la mujer.

— Es hermoso—susurro mirando la forma de los ojos, las ondas del cabello, era un perfecto retrato de JungKook, lo miro encontrándolo concentrado en el dibujo—Eras muy importante para ella.

— No puedo creer que ella recordara cuando era niño—sonríe con tristeza—Muchas veces no podía recordarme ni recordar que era su hijo, ¿Cómo pudo pintarme cuando era un bebé?

Mi vista vuelve a posarse en el dibujo, el realismo plasmado en esta hoja es increíble. La señora Jeon tenía mucho talento. JungKook pasa varias páginas para mostrarme lo que quería que viera, la última obra era un retrato de nosotros, su frente y la mía están juntas mientras nuestros ojos se encuentran cerrados. El JungKook y la SoHee de este dibujo parecen serenos pero muy cómodos de estar con el otro, disfrutan la compañía del otro. JungKook tiene su cabello rubio despeinado como suele llevarlo, mi cabello castaño cae suelto en suaves ondas, mis labios tienen una pequeña sonrisa al igual que los del chico.

En la parte inferior del dibujo hay algo escrito que no dudo en leer.

— Mi dulce Kookie ha encontrado su lugar en este mundo, es un lugar muy bonito que le brinda seguridad y felicidad.

— El nombre de ese lugar es Park SoHee—completa el chico.

— Ella realmente estaba feliz por nosotros—intento no soltar ninguna lágrima, pero es difícil, JungKook aparta las lágrimas de sus mejillas, dejo el dibujo a un lado abrazándolo con fuerza, abrazo que corresponde del mismo modo—Estoy contigo, ¿Sí? Nunca te dejes caer, cuando no puedas más estaré contigo aun así.

JungKook esconde su rostro en mi cuello sollozando, acaricia mi espalda y yo acaricio la suya. Cuando su llanto se calma logra decir...

— Te amo, SoHee.

Sonrío tontamente por esas palabras.

— También te amo, Jeon JungKook—deposito un beso en su frente, seco sus mejillas besando ambas y por último deposito un corto beso en sus labios.

●●●

Han pasado unos cuatro días desde el entierro de la señora Jeon, las cosas en mi trabajo están tensas, si tengo una mínima falla mi jefa me echará ya que al parecer le estoy estorbando, su enojo hacia mí es ridículo, había comenzado a buscar empleo en otros salones, el próximo mes era mi regreso a clases por lo cual debería trabajar de nuevo medio tiempo, no a muchos les agradaba contratar a alguien con ese horario.

— ¿Sabes dónde pueden contratarte? —Jimin me acompaña teniendo un batido de fresas en su mano.

— ¿Dónde?

— En el club.

Golpeo sus costillas reprochándole con la mirada.

— ¿Cómo puedes decirle eso a tu hermana?

— Es una opción, ya sabes bailar e incluso fuiste a una clase de Pole dance...¡Auch!—se queja cuando pellizco su brazo.

Ambos caminamos por aquel boulevard de personas y tiendas.

— Conseguiré algo, gracias por tu ayuda, oppa.

— Cuando quieras—sonríe burlón—¿Cómo está tu novio? No has hablado de él desde el funeral.

— Estoy dándole su espacio, no ha pasado nada malo—me detengo y hace lo mismo—Espera aquí, preguntaré en aquel salón de belleza—señalo donde está el anuncio. Jimin asiente revisando su celular, lo dejo solo entrando a aquel local, hay muchas personas aquí, unas esperando y otras siendo atendidas, es más pequeño que el salón donde trabajo.

— Hola, ¿Tienes cita con alguna estilista?

— No, vengo por el anuncio de afuera, dice que necesitan peluquera y maquillista...

— Lo siento, pero el puesto de maquillista está ocupado.

— Oh.

— Espera un momento, llamaré a la dueña.

— Claro—asiento no muy convencida, maquillar es algo que me gusta hacer más que cortar cabello. En una de esas sillas identifico un rostro, no puedo creer que esté aquí como si nada, volteo la cabeza alcanzando a ver a Jimin por la ventana del lugar, está sentado en un banco tomando su batido mientras revisa su teléfono.

SuA está siendo atendida por una estilista, su cabello está recién secado y planchado, una idea pasa por mi cabeza. Salgo del salón acercándome a mi hermano quien se levanta al verme.

— ¿Tan rápido?

— ¿Puedes darme un poco? —señalo el batido—Ya vuelvo—regreso al salón con una sonrisita en los labios. Quito la tapa que tiene aquel vaso, SuA está sola ahora, lee una revista con sus piernas cruzadas, miro alrededor, todos están en sus asuntos. Me acerco a su silla y una vez cerca vacío el contenido del vaso en su cabeza.

— ¡¿Qué demonios?!—se levanta eufórica. Su rostro incluso es rojo por el enojo y también por el batido, su cabello perfecto ha quedado arruinado—¿SoHee? —se sorprende al verme por unos segundos—¡¿Qué mierda te pasa?! ¡¿Estás loca?!

— Lo estoy—asiento—Eso es por jugar con mi hermano y mirar a mi novio tanto—dejo el vaso en la basura—El rojo te queda bien, SuA.

Ella se acerca, pero me apresuro en salir corriendo del salón, Jimin no entiende que pasa, pero cuando tomo su mano para que corra obedece siguiéndome.

No conseguí empleo hoy, pero conseguí algo mejor, una dulce venganza. Literalmente dulce.

Esa SoHee es toda una loquilla xD

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