— ¡Eres una inútil! —se escucha en el salón creando completo silencio de las presentes, dejo de limpiar mi área encontrando una mujer furiosa discutir con una de las chicas nuevas—¡¿Cómo se te ocurre colocarme rímel si soy alérgica a él?!

— Lo siento, señora, usted no me dijo que era alérgica...

— ¡¿Cómo es posible que no sepas eso?! ¿Qué clase de personas contrata este salón?

No todos los clientes son amables, pero algunos son simplemente ridículos.

— Puedo rehacerlo, se lo quitaré ya mismo...

— ¡No me toques! Eres una mocosa ignorante e inútil—reprocha señalándola en la frente con su dedo.

— Disculpe—intervengo al acercarme—Puedo encargarme de su maquillaje, solemos ser precavidos con este tipo de casos, mi compañera es nueva en este ambiente, mil disculpas, señora—sus ojos están ligeramente rojos e hinchados.

— Quiero hablar con la dueña.

— No creo que sea necesario, podemos encargarnos, sígame por aquí...—cuando intento tomar su brazo la mujer se suelta, en medio de ese movimiento uno de sus anillos me hace un rasguño en la muñeca.

— ¿Qué sucede aquí? —la dueña del salón aparece. La chica nueva y yo hacemos una reverencia por respeto, esta mujer me despedirá, tiene días buscando cualquier excusa para hacerlo.

— Esta chica hizo un desastroso trabajo con mi cara y activó mi alergia—señala—Y su amiga intenta cubrirla, ¡¿Qué clase de trabajadoras tiene en su local?!

— Lo siento mucho, señora, ahora mismo la atenderé yo misma—voltea a su derecha—Solar, lleva a la señora a la silla de Park.

— La señora no quiere ser atendida por mí—explico.

— No lo harás tú, lo haré yo, ustedes dos están despedidas.

Una sonrisa irónica se dibuja en mis labios, la chica nueva no piensa decir nada, piensa llorar, pero yo no pienso lo mismo.

— Quizás debería interrogarla antes de seguir maquillándola, la señora tal vez sea alérgica a su propia fealdad—la clienta se hace la ofendida. Yo en cambio salgo de la escena dirigiéndome a los vestidores.

Comienzo a quitarme el uniforme colocándome mi ropa casual, me alegra estar fuera de aquí, quería que me despidieran, ya no era cómodo para mí seguir en este salón. Dejo las cosas que pertenecen al salón en mi casillero, tomo mi bolso una vez estoy lista, salgo de salón bajo la mirada de todas, respiro profundo una vez afuera, estoy furiosa con todo.

— ¡SoHee! —giro sobre mis talones, Solar viene a mi dirección tomando mis brazos—¿Para qué interviniste en esa discusión?

— Está bien, quería renunciar de todos modos—coloco mi bolso en mi espalda suelto mi cabello dejando que el viento lo revuelva.

— Esa chica nueva está suplicándole de rodillas a la dueña...

— No me importa, no haré lo mismo.

— ¿De qué trabajarás ahora?

— ¡No lo sé! —respiro profundo pasando mis manos por mi cabello—No tengo cabeza para pensar ahora, necesito estar sola, lo siento.

●●●

La puerta se abre segundos después de tocar el timbre. Mi madre me mira sorprendida de tenerme allí, yo en cambio la abrazo con fuerza, necesito desahogarme con alguien y sé que ella es la mejor opción en este momento.

— Que sorpresa verte aquí—da palmaditas en mi espalda—¿Estás libre?

Suspiro su perfume suave teniendo mi cabeza apoyada en su hombro, quiero llorar de rabia, pero reír de impotencia, es una mezcla de emociones por lo injusto de la situación.

— Me echaron, mamá.

— ¿Qué? —ante eso se aleja mirándome—¿Qué pasó?

— Una maldita vieja fue lo que pasó—digo frustrada—Perdí mi trabajo, pero me alegra haberlo hecho, aunque al mismo tiempo... ¡Joder!

— Oye—vuelve a abrazarme—Respira, no quiero que sigas maldiciendo—me lleva al interior de la casa, me deja en la sala sentándome en el sofá—¿Quieres algo de beber?

— ¿Puede ser licor?

— SoHee—reprocha.

— ¿Qué tal un limón para amargarme la vida aún más?

Mi madre rueda los ojos dirigiéndose a la cocina, me quito mi bolso dejándolo a mis pies, quiero golpear algo, es injusto, pero estoy contenta de ya no tener que ir a trabajar allí. Mamá me trae un vaso de limonada, la miro y acomoda mi cabello.

— Es limón pero dulce para evitar que sigas amargándote—se sienta a mi lado—Ahora dime, ¿Qué pasó en el trabajo?

— Intenté defender a una compañera de una clienta supuestamente alérgica al maquillaje—bufo mirando el líquido del vaso—Maldita mentirosa—bebo un poco. Mamá golpea mi brazo—¡Auch!

— No maldigas, ¿El problema era contigo principalmente?

— No.

— ¿Por qué interviniste entonces?

— Porque me pareció un trato muy injusto, me pareció...ridículo—miro mis manos—Si eres alérgica a algo tienes que decirlo, no ir directamente a ello.

— ¿Sabías que corrías el riesgo de ser despedida interviniendo?

— Sí.

— ¿Entonces querías ese despido?

— Sí.

Vuelve a golpearme, me quejo tocando mi brazo.

— Tú sola estás amargándote la vida, querías el despido y eso conseguiste.

— ¿No deberías alentarme para conseguir otro y reprocharme por perder este? Así hacen las madres.

— Pero tú no eres como las demás chicas, eres terca—acusa—¿Por qué estás molesta?

— No siempre puedo estar feliz.

— SoHee, estás siendo infantil, no tiene sentido enojarse por algo que querías que pasara, te conozco, hija, conseguirás un trabajo pronto—intenta animarme. Bebo de la limonada escuchándola—Deja de estar enojada, eres muy joven para tener tanto tiempo el ceño fruncido.

Respiro profundo bebiendo el jugo de un sólo trago.

— Lamento haber venido para esto.

— Me alegra que hayas venido—la miro y sonríe—Estaba pensando ir a verte.

— ¿Enserio?

— Quiero saber cómo estás, no te veo desde la competencia—se acomoda en el sofá—Jimin me pasó los vídeos de los bailes, no dejo de verlos.

No mentiré, me sorprende escucharla decir eso.

— ¿Jimin...te dijo algo más? —pregunto algo dudosa.

— ¿Hay algo más? —se cruza de brazos.

"Voy a decirle"

— JungKook y yo...compraremos un departamento.

Su rostro no tiene expresión alguna, está...neutra, quisiera saber que pasa por su cabeza, espero un regaño o reproche de su parte, pero nunca llega, está más tranquila de lo que pensaba.

— ¿Están seguros de esto?

— Sí.

— ¿Cómo van a...?

— El dinero de la competencia será invertido allí, tenemos distribuido todo.

— ¿Y tus estudios?

— Parte de ese dinero será para pagar la universidad.

— ¿Y JungKook...?

— Piensa comprarse algo con su parte—no quiero tentar mucho la suerte y decirle que comprará una moto. Mi madre respira profundo sin dejar de verme.

— Te escuchas muy segura de tu plan.

— Es nuestro plan, queremos hacer las cosas como se debe.

— ¿Y si algo sale mal?

De inmediato pienso en Jimin quien insinuó lo mismo.

— No saldrá mal, ambos estamos recibiendo ayuda, JungKook inició sus citas con el psicólogo hace poco realmente—explico—Yo sigo viendo al mío, eso nos ayudará a superarlo.

— A simple vista...creo que tienes todo arreglado—asiento—¿Ya superaron el trauma?

Sé a lo que se refiere.

— Estamos...trabajando en ello—por alguna razón me siento más cómoda hablando con mi madre de esto—Pero tranquila, no pienso hacerte abuela.

— SoHee—toma mi mano—Dime que enserio sabes lo que haces—busca mis ojos—No voy a entrometerme, intento no hacerlo, pero soy tu madre y no te mentiré, me asusta esto.

Coloco mi mano libre sobre la suya.

— Te entiendo y lo acepto, pero créeme cuando te digo que estoy segura de esto, mamá—sonrío un poco—Quiero vivir con JungKook, quiero descubrir cosas con él, es mi novio y lo amo, tampoco te mentiré.

Ella duda al principio, pero luego me abraza acariciando mi espalda.

— Está bien, confiaré en ti, cielo.

Necesitaba poner esta escena, todos sabemos que para SoHee su madre es importante.