𝑡𝑟𝑒𝑖𝑛𝑡𝑎 𝑦 𝑠𝑒𝑖𝑠
Es fin de semana, estoy en el departamento de mi novio con su laptop en la mesa de café, hay algo de música en el reproductor para acompañar el ambiente, JungKook pidió algo de pollo frito para acompañar las cervezas que habíamos comprado. Afuera lloviznaba un poco, pero por la ventana entraba una brisa aceptable.
— ¿Tienes algo en mente para la casa? —se sienta a mi lado dando un sorbo a su lata—Primero que nada, creo que deberíamos escoger un departamento, me gustan más.
— No tengo problema con eso—asiente, toma una pieza de pollo con los palillos dándole un mordisco.
— De acuerdo—escribo en el teclado para evaluar las opciones, coloco una dirección cercana a la universidad, sé que hay muchos edificios por allí, entro a una página donde aparecen distintos departamentos con diferentes precios. Hace unos días habíamos ganado la competencia teniendo nuestro dinero, dinero que JungKook dividió en dos para ambos—Estos departamentos están en venta cerca de mi universidad, es una buena zona, tenemos muchas tiendas cerca—tomo mi pieza de pollo dando el primer mordisco, uso la servilleta para limpiar mis dedos usando el ratón del computador con la mano limpia.
JungKook y yo echamos un vistazo teniendo opiniones diferentes, a veces no nos gustaba uno, otras veces nos parecía excesivamente pequeño, etc. No era sencillo, pasamos quizás una hora, el pollo se había acabado y la cerveza estaba por acabarse también.
— Este me gusta—JungKook señala la pantalla acercándose, es uno de suelo de cerámica negro, tiene paredes blancas, la cocina es perfecta para dos personas, tiene un espacio donde se cuelga la ropa al lavarse, está la sala, el baño y...
— Tiene una habitación.
Ante eso borra su sonrisa, pero luego inclina su cabeza a un lado.
— Hemos dormido juntos—me mira—¿Te molesta eso?
— No—respondo—Pensé que te incomodaría si era una sola habitación...
— No me incomoda—sonríe un poco—Anotaré el número y llamaré mañana—alcanza su celular.
— Sería bueno echar un ojo pronto, luce muy bonito—sigo mirando las fotos del departamento. Me recuerda un poco al departamento donde vivimos la primera vez—Seguiré mirando.
— ¿Jimin realmente está de acuerdo con esto?
— Sí—acabo mi cerveza—Por cierto—volteo a verlo—¿Tu jefe pudo encontrar algo respecto al dibujo de tu madre?
— Aún no, dijo que estaba trabajando en eso.
— ¿Te sientes bien con ese tema? —apoyo mi brazo de la mesa de café. Su cabello negro va un poco despeinado, tiene una camisa blanca holgada que me deja ver parte de su tatuaje.
— Intento no darle muchas vueltas o me ilusionaré—respira profundo inclinando su cabeza hacia atrás apoyándola en el sofá—Puede que esas personas sean buenas conmigo, pero puede que sean malas, ¿Por qué nunca aparecieron para vernos? Ni siquiera saben que mi madre murió.
Yo tampoco sé que esperar de eso, no sé qué decirle.
— Las cosas saldrán bien—me mira—Has sufrido mucho para seguir sufriendo, mírate ahora, ¿Quién diría que estaríamos viendo departamentos para comprar y vivir juntos? —intento bromear—Tendrás que soportar mis ronquidos.
— Oh, sí, tus terribles ronquidos—me sigue el juego—No sabes cuánto me preocupa.
— Mantente tranquilo—coloco mi mano en su pierna—Las cosas saldrán bien.
JungKook se endereza volviendo a su posición de antes, toma mi mano acariciándola.
— ¿Nos mudaremos antes de que vuelvas a tus clases?
— Me parece buena idea, esperemos que ese departamento esté disponible.
— Las cosas saldrán bien—imita mi voz. Golpeo su brazo y se ríe.
●●●
Despierto en una cama que no pertenece, las sábanas tienen un olor masculino, específicamente un perfume masculino, restriego mis ojos incorporándome. Busco en mi bolso mi cepillo de dientes dirigiéndome al baño, habíamos estado hasta tarde buscando opciones para los departamentos, habíamos anotado cuatro opciones, cuatro posibilidades. JungKook y yo habíamos dormido en la misma cama, pero sólo eso, sólo dormir. Cuando salgo del cuarto con el rostro limpio recojo mi cabello en una coleta baja, acomodo los mechones sueltos detrás de mis orejas, me acerco en silencio al chico que prepara el desayuno, abrazo su delgada cintura y noto su pequeña sonrisa.
— Buenos días.
— Buenos días—echo un vistazo a lo que ha preparado, JungKook se encarga de que el tocino quede bien cocinado en el sartén—Me hubieses despertado para ayudarte a cocinar—levanto las mangas de mi camisa.
— Está bien, puedo defenderme.
— Cuando te conocí sólo tenías ramen en tu cocina—tomo un pedazo de pan tostado. Saco dos platos de los estantes acomodando el pan y los trozos de fruta en un bol pequeño.
— He mejorado en la cocina.
— Si tú lo dices—llevo las cosas a la mesa—¿Dormiste bien? Apenas te sentí anoche.
— Lo mismo digo de ti, pero tienes razón—deja algunas cosas en el fregador—Tus ronquidos son muy fuertes.
— Que novio tan gracioso tengo—ruedo los ojos. Cuando muevo la silla para sentarme me llevo un pequeño susto con JungKook sentándome sobre la mesa, mis ojos bien abiertos lo observan, tiene una sonrisita picarona pero inocente al mismo tiempo.
— ¿Sólo gracioso? —levanta una de sus cejas.
— No lo sé—también finjo inocencia—¿Eres algo más, Jeon JungKook?
—Tal vez—se acerca uniendo nuestros labios, mis piernas están a ambos lados de su cintura, una sonrisita divertida se dibuja en mis labios en medio del beso, es un beso dulce, sin prisa y sin ser muy lento, uno de esos besos donde ambos disfrutan ser tontos mutuamente. JungKook me acerca más a él acariciando mi cintura, mis manos que están en su pecho suben y bajan como si deleitaran aquello.
El beso cambia de tono con el juego que ya conocemos, ese donde nuestras lenguas hacen contacto saboreando al otro, el cosquilleo en mi estómago inicia extendiéndose por cada parte de mi cuerpo, puedo sentir una de sus manos bajar a mi muslo izquierdo, mi corazón está como loco con sólo ese toque, tomo el atrevimiento de introducir mis manos debajo de su camisa ancha, su piel es suave y cálida, mis mejillas arden por el sonrojo que debo tener.
JungKook se separa sólo un poco permitiéndome respirar, coloca su mano en mi nuca como si sostuviera mi cabeza, inclino la cabeza hacia atrás dejándole acceso, sus labios depositan besos húmedos en mi cuello robándome suspiros, mis manos dejan de sentir su abdomen plano para subir por su pecho sobre su camisa, escucho una risita que resulta excitante.
— ¿Qué es gracioso? —mi voz es casi sin aliento debido a mi respiración.
Los labios del chico están hinchados y rojos, sus ojos brillan más de lo normal, JungKook se ve hermoso en cualquier momento.
— Acabo de darme de cuenta que ambos estamos temblando—retrocede un poco.
Y no miente, mis manos están temblorosas, ambos estamos nerviosos. Siempre lo estaremos en un momento así, es gracioso, sí, pero también tierno, más viniendo de él. JungKook me abraza apoyando su barbilla en mi hombro, lo rodeo con mis brazos también sintiendo su corazón latir como el mío.
— Lamento interrumpir la pasión del momento.
Se ríe ante mis palabras, se aleja un poco y niega con la cabeza.
— Está bien, fui yo quien lo interrumpió riéndose—me baja de la mesa—Debemos seguir intentando.
— Sí, seguir intentando—asiento. Al menos ninguno de los dos se detuvo por rechazar al otro, era un avance, claro que sí.
Estoy buscando el momento adecuado para estos dos, nunca me había costado tanto ._.
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