𝑞𝑢𝑖𝑛𝑐𝑒
La alarma de mi despertador me indica que otro día ha comenzado, con un toque hago que se calle, hago mi rutina de cada mañana sintiendo que mis ánimos el día de hoy no están muy elevados, cuando llegué anoche después de hablar con Jimin me sentí muy sola, Jimin tenía razón, si me afectó escuchar eso de papá, pensé en llamar o escribirle a JungKook, pero si lo hacía lloraría como niña pequeña preocupándolo más, no recuerdo haberme quedado dormida pero cuando desperté tenía la ropa de anoche.
Cuando dejé el departamento estaba con ropa limpia, más despierta y aseada, llevo mi bolso en mi hombro con la ropa del ensayo de hoy, bostezo un poco decidiendo tomar un taxi, no me apetece luchar en el autobús para subir. Mi celular vibra en mi bolsillo, el nombre aparece en la pantalla y respiro profundo respondiendo.
—Hola.
—Buenos días—sonrío un poco escuchando su voz— ¿Estás en el trabajo?
—Voy camino al trabajo, ¿Y tú?
—Acabo de llegar a mi oficina, ¿Cómo te fue ayer con tus padres?
—Pudo ser mejor.
—Eso significa que salió mal—hace una pausa, su voz se vuelve más dulce— ¿Te sientes bien, So?
"¿Por qué tiene que preguntarlo de esa manera?"
—Estoy bien—miento mirando por la ventana—Te veo en la tarde para la práctica.
—Está bien, ten cuidado.
●●●
—¡Excelente! —Jennie aplaude convencida de la coreografía. Hemos terminado el segundo baile, nos faltan dos más.
—Lo hicieron perfecto—apoya TaeHyung, hoy tenía la noche libre. Respiro un tanto agitada recuperándome del baile, me acerco a mi bolso para tomar mi teléfono.
—Creo que podemos bailar esta canción—le muestro a Jennie y Tae para que escuchen, JungKook se acerca para escuchar también. Guardan silencio estudiando la melodía, JungKook asiente mirándome.
—Me gusta el ritmo.
—Opino igual—apoya Tae.
—Mañana comenzaremos con ella, quiero que repasemos las dos coreografías que tenemos hasta ahora—me devuelve el celular. Lo dejo en mi bolso regresando a mi posición junto a JungKook con la primera canción, a pesar de ser lenta me siento mareada mediante avanzamos. En el espejo del salón puedo notar mi rostro más pálido de lo normal, JungKook sostiene mi mano para hacerme girar, pero en medio de la vuelta mis piernas pierden fuerzas.
—¿SoHee? —lo escucho a lo lejos, mi vista se vuelve borrosa y puedo sentir como mis sentidos se van apagando de uno en uno hasta hundirme en la oscuridad.
●●●
Despierto encontrando el techo blanco, levanto mi mano protegiendo mis ojos de la luz, puedo notar que hay un cable conectado a mi brazo, una aguja atraviesa la piel permitiendo que el suero entre a mi vena, miro alrededor identificando el hospital, estoy en una camilla, hay más cómo estás, no todas están llenas, las enfermeras van de un lado a otro, cuando me incorporo despacio los chicos aparecen.
—So, ¿Cómo te sientes? —Jennie toca mi espalda—Nos diste un gran susto.
—¿Qué pasó? —mi voz es algo baja.
—Te desmayaste cuando bailábamos—miro a JungKook quien luce un poco serio—El doctor dijo que sólo estas cansada y que tienes mucho estrés, ¿Comiste algo antes de nuestra práctica?
Hago memoria de mi día un poco desorientada.
—No pude almorzar bien.
—Oye, estás teniendo mucha actividad física, tienes que alimentarte bien—dice Tae—El doctor nos dijo que podemos irnos cuando el suero se acabe, mientras te buscaremos algo de comer en la cafetería—toma la mano de Jennie.
—Yo me quedo con ella—JungKook los mira. Toma asiento frente a mí en la camilla, una vez estamos solos voltea a verme—Dime algo, ¿Estás así por lo de tus padres? ¿Es un peso extra?
—Tal vez—miro aquel pequeño cable conectado a mi brazo—He estado muy ocupada con todo, enserio no me dio tiempo de comer.
—Le dije a los chicos que tomaremos dos días de descanso.
—¿Qué? —levanto la vista—No, no podemos perder el tiempo...
—Vamos bien hasta ahora, tenemos tiempo aún para aprender las otras dos coreografías, necesitamos descansar—indica—Tú necesitas descansar, SoHee.
Y tiene razón, en realidad si me siento cansada, no coloco excusas para eso. El chico acomoda algunos mechones de mi cabello, toma mi mano con cuidado por la aguja en el brazo.
—Jimin debió de haberse mudado con SuA.
—Tus padres lo tomaron mal—no es una pregunta.
—Ellos no lo saben—tomo un respiro—Tampoco saben que tú y yo somos novios. La cena con ellos no salió bien porque no pueden aceptar nuestras decisiones, detestan que Jimin siga siendo stripper y detestan que...-me interrumpo a mí misma. El chico rubio asiente entendiendo a qué me refiero.
—Lo siento.
—No lo hagas, no es tu culpa.
—Lo sé, pero aun así lo siento.
—Jimin y yo estuvimos hablando anoche luego de salir de casa, si ellos no nos apoyarán entonces nosotros lo haremos—sonrío un poco—Creo que después de todo si estoy algo estresada, lamento haberlos preocupado.
—No vuelvas a saltarte una comida, ¿Recuerdas cuando me reprochaste por comer mal o no comer? —y sí que lo recuerdo, había sido cuando tenía poco tiempo de vivir con él—Pues yo también puedo enojarme si no comes—advierte.
—Lo siento, ¿Enserio te enojarás y me harás sentir mal? —dramatizo. Rueda los ojos negando con la cabeza.
●●●
TaeHyung y Jennie habían tomado otro taxi cuando salimos del hospital, mi estómago había recibido un sándwich de la cafetería con algo de jugo que ellos compraron. JungKook quería asegurarse que llegara bien a casa, había pensado en escribirle a mi hermano para saber cómo se sentía con su nuevo hogar, pero seguramente estaría ocupado acomodándose en él. Nuestro taxi nos deja frente a mi edificio, saber que voy a estar sola una vez suba a mi departamento me pone algo inquieta.
—Mañana pasaré a recogerte, te invitaré el desayuno—lo escucho decir. Mis ojos están en aquellas ventanas donde algunas luces se encuentran encendidas y otras apagadas— ¿SoHee? ¿Estás bien?
Aclaro mi garganta parpadeando varias veces, los ojos grandes y brillantes del chico rubio junto a mí esperan una respuesta, ¿Estaría mal si...?
—¿Quieres...subir?
—¿A dónde?
—A...mi departamento.
Se nota lo mucho que le toma por sorpresa, supongo que quiere rechazarme, pero por otro lado no quiere dejarme sola luego del desmayo en el ensayo. El taxi se va cuando JungKook baja conmigo del auto, tomados de la mano caminamos hacia el elevador en el interior del edificio, presiono el botón una vez dentro y el silencio entre nosotros no es incómodo, pero si estamos un poco tensos.
Cuando las puertas se abren en el piso donde vivo, caminamos por el pasillo deteniéndonos en mi puerta, introduzco la llave en la cerradura entrando primero encendiendo la luz de la sala. JungKook cierra al pasar echando un vistazo rápido a mi humilde hogar.
—Aquí...vivo—dejo mi bolso sobre el sofá—Es pequeño, pero tiene lo que necesito—me deshago de mi abrigo— ¿Quieres algo de beber?
—Es un bonito departamento.
—Gracias—el chico mira alrededor y luego a mí—Creo que tiene el mismo tamaño del mío.
—¿Enserio?
—Sí—asiente—Y sobre tu pregunta sobre beber algo, me gustaría, ¿Tienes algo caliente? —frota sus manos.
—Preparé algo de chocolate, ponte cómodo.
—¿Tu hermano ha venido aquí? —lo escucho preguntar cuando estoy en la cocina. Busco la tetera llenándola con agua para luego colocarla sobre la estufa.
—Fue él quien me ayudó a conseguir el departamento.
Por unos minutos me muevo de un lado a otro en la cocina, JungKook se acerca para ayudarme incluso cuando le repito que estoy bien, se ha quitado su abrigo quedando con un suéter azul que combina con su cabello, una vez tenemos listo el chocolate regresamos a la sala, enciendo el televisor dejándolo en un canal al azar.
—Creo que Jimin tiene buen gusto—mira alrededor—Por cierto, ¿No le escribiste?
—Pensé en hacerlo en el taxi, pero seguramente está ocupado—doy un sorbo a mi taza— ¿Estás...incómodo?
Sus ojos caen en mí.
—Me preocupa que pueda incomodarte—responde—Me tomó por sorpresa la invitación, ahora debo prepararte algo para invitarte a mi departamento.
—O podemos pedir algo y decimos que lo preparaste—bromeo logrando aligerar la tensión. JungKook vuelve a beber de su taza sin borrar su pequeña sonrisa.
—¿Tienes alguna idea para los trajes de la competencia?
—De hecho, hice unos borradores, no estoy convencida, pero...podría funcionar—coloco mi taza en la mesa de café. Me levanto del sofá dirigiéndome a mi habitación, al regresar traigo mi libreta donde suelo diseñar algunos conjuntos, dejo el estuche de los colores y lápices en la mesa mostrándole a JungKook mis ideas para la competencia—Creo que lo principal es usar algo que nos permita movernos con facilidad.
—Apoyo eso—se acerca más dando otra probada a su chocolate.
—Jennie dijo que me ayudaría a crearlos, pero necesito una máquina de coser, así no tardaría tanto y sería menos complicado—le enseño los borradores.
—Puedo comprarte una—dice como si nada. Volteo a verlo, pero él sigue mirando mi cuaderno—Vaya, eres muy buena en esto, So, es primera vez que veo tus diseños.
Los mechones de su cabello rubio sobresalen de sus orejas y algunos caen ante su frente, su mirada oscura va a mi rostro cuando estoy callada, sonríe un poco sonrojándose e incluso retrocede apenas.
—Sé que debo acostumbrarme a que me veas así, pero sigo sin hacerlo.
—¿Quieres...? —aclaro mi garganta apartando la vista— ¿Quieres aportar alguna idea o cambiar algo?
JungKook comenta algunas observaciones, pasan algunas horas en donde ambos simplemente nos dedicamos a crear nuestro vestuario, las tazas de chocolate se repitieron unas dos veces más, terminamos sentados en el suelo con la mesa de café llena de crayones esparcidos, JungKook pidió algo de comer cuando escuchó mi estómago rugir y cuando escuché el suyo hacer lo mismo, cenamos juntos después de dos años y fue imposible no recordar el tiempo que vivimos juntos.
Es increíble lo mucho que este chico ha cambiado con todos y consigo mismo, no me cansaré de decirlo, estoy orgullosa de Jeon JungKook, estoy orgullosa de mi novio.
—Gracias por la comida—sonrío un poco mientras él recoge los envases vacíos, los coloca en una bolsa para luego llevarlos a la cocina y desecharlos.
—No me agradezcas, ¿Qué hora es? Mañana debo trabajar y tú debes descansar.
Alcanzo mi celular sorprendiéndome de lo rápido que pasa el tiempo.
—Son las dos de la madrugada.
—¡¿Qué?! —a JungKook casi le da algo. Revisa su celular sin creerlo—Mierda.
Sonrío divertida por su expresión, habíamos estado muy enfocados en el vestuario y nos olvidamos del resto.
—Puedes quedarte aquí—ofrezco. La timidez regresa a mí y debo aclararlo—Puedes...dormir en el sofá.
—Se supone que debías descansar, irás a trabajar con unas grandes ojeras debido a mí.
Me levanto del suelo recogiendo las tazas.
—Está bien, llamaré al salón y diré que amanecí enferma—lo miro—Te buscaré una manta y una almohada.
—Yo limpio eso.
—Estás en mi departamento, déjame hacer las cosas—me quejo.
El chico se acerca, toma las tazas de mis manos y deposita un beso en mis mejillas.
—No—responde sin más.
Había olvidado lo agradable que puede ser pasar la noche en compañía de alguien y más cuando ese alguien es el chico que te gusta.
Aún más cuando ese chico es tu novio.
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