𝑐𝑢𝑎𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑦 𝑑𝑜𝑠
Penúltimo capítulo
Tres semanas después
La campana suena indicando el final de la clase, cierro mi libreta guardándola en mi bolso junto a las demás cosas. Los compañeros de mi clase salen de prisa dejando el salón vacío en segundos, camino por el pasillo con mi carpeta llena de diseños en brazos, había terminado por hoy las clases, la universidad había comenzado hace dos semanas o casi tres semanas atrás, mi rutina había comenzado, había conseguido un empleo en la pizzería donde JungKook trabaja, él estaba en la parte administrativa y yo en cambio atendía las mesas. Me había olvidado del maquillaje o los cortes de cabello, quizás no era para mí, el jefe de JungKook no dudó en aceptarme por medio tiempo (el horario que necesitaba por mis clases)
Mientras camino por el pasillo veo algunas parejas ir o venir juntas siendo melosas, siempre que veo una pienso en JungKook y en mí. Estamos conviviendo muy bien, a decir verdad, solemos salir juntos del departamento, pero nos separamos en el autobús ya que el mío toma otro camino, habíamos hecho una pequeña reunión en el lugar para presentar nuestro hogar a los demás, bebimos un poco y fue agradable tener a los demás en un lugar que podemos llamar nuestro.
Salgo de la universidad con los rayos del sol sobre mí, hay un árbol con flores de cerezos que deja caer sus pétalos creando una bonita imagen, me detengo al bajar los escalones de la entrada, mis ojos se encuentran con un chico de cabello negro, tiene labios delgados que dibujan una sonrisa tonta, viste con el color que mejor sabe usar, tiene unos Jeans ajustados en la parte de los muslos, una camisa negra con las mangas subidas hasta los codos, sus manos están juntas detrás de su espalda, algo esconde.
No es común que él venga a buscarme, pero cuando lo hace noto que muchas chicas lo ven.
— ¿Qué estás tramando? —entrecierro mis ojos.
— ¿Qué manera es esa de saludar a tu novio? —frunce el ceño.
Sonrío divertida abrazando su cuello y depositando un beso en sus labios. Me extraña que siga con sus manos detrás de su espalda.
— ¿Qué? —retrocedo un paso.
Me muestra lo que oculta dejando ver unas llaves, tardo segundos en captar, ya me parecía extraño que no la hubiera comprado aún.
— Antes de que salgas corriendo, quiero que la veas—toma mi mano llevándome al estacionamiento—Sé que pude esperar a la noche, pero quiero que ambas tengan buena relación.
— Hablas de ella como si fuera una persona—acomodo mi bolso en mi hombro. JungKook me lleva a donde está estacionada su nueva moto, es negra y más grande que la anterior, es incluso tan intimidante como él cuando está serio, en pocas palabras, es perfecta para él—Tenía la pequeña esperanza de que decidieras comprar un auto.
— Una moto es un vehículo también—me abraza por detrás—Además, luzco mejor en ella.
Sonrío ladinamente negando con la cabeza.
— Luces mejor con cualquier cosa.
— No, tú luces mejor con cualquier cosa—susurra en mi oreja depositando algunos besos por mi cuello, mis mejillas arden en segundos.
No hemos estado juntos de nuevo desde esa primera vez.
— Tienes suerte de tener una novia como yo—comento un tanto orgullosa. Giro sobre mis talones mirándolo.
— La tengo—se acerca a mis labios. El beso es dulce, pero al mismo tiempo algo intenso, antes de que lo alargue más lo detengo—¿Te apetece hacer algo esta noche?
— Te recuerdo que Lia se quedará con nosotros esta noche.
— No, era mañana.
— No, era hoy—me cruzo de brazos—Jennie me llamó por la mañana, TaeHyung y ella estarán ocupados, quieren que cuidemos a Lia.
— ¿No se supone que sus abuelos iban a cuidarla?
— Me gusta cuidar a la niña—sonrío inocentemente—Así que...lamento interrumpir tus planes, pero esta noche tendremos visita.
— Yo pensaba hacer algo...más entretenido—insinúa.
— ¿Podemos entretenernos mañana? —le sigo el juego. Sonríe divertido depositando un beso en mis labios.
●●●
— Tía So.
— ¿Mmm? —Lia está metida en la bañera con su cabeza llena de espuma por el shampoo, hay algunos juguetes acompañándola en el agua.
— Quiero una hermanita—sonríe por la idea. Me atrevo a sonreír divertida porque no imagino a sus padres con otro bebé.
— ¿Por qué?
— Porque sí.
"Me encanta su respuesta"
— Bueno...tener hermanos es bonito—me encargo de quitar la espuma de su cabeza—Yo tengo un hermano.
— Quiero pintarla.
— ¿Enserio? —me echo a reír. La tierna imagen de un bebé siendo pintado por Lia me hace reír, saco a la niña de la bañera cuando está lista, la seco con su toalla de conejitos para luego envolverla en ella—Pero si tienes una hermanita o hermanito no podrás pintarme más—hago un puchero—¿Abandonarás a tu tía?
— ¡No! Te quiero mucho tía So—me abraza.
Salimos del baño y la dejo sobre la cama buscando algo de ropa para ella, Jennie siempre dejaba preparada su bolso. Comienzo a vestir a Lia que se queda quieta, conmigo suele portarse bien, cuando salimos de la habitación va corriendo donde JungKook.
— ¡Tío Kookie! —extiende sus bracitos a él.
— Por fin estás lista—la carga—Estaba sirviendo un poco de leche para comer con galletas Oreo.
— ¡Quiero todas!
— No, tenemos que darle a tu tía SoHee también—me acerco viendo los tres pequeños platos. Cada uno tiene un vaso de leche, ayudo al chico a abrir los paquetes de galleta mientras tiene a la niña cargada, no mentiré, momentos así me hace fantasear con la imagen de nosotros como padres.
Considero que ese futuro está muy lejos cuando apenas acabamos de superar nuestro trauma.
— Lia quiere un hermanito.
— Los hermanitos no son necesarios—ambas volteamos a verlo—Yo no tengo hermanos.
— ¿Por qué?
— Porque sí.
Sonrío divertida por la respuesta.
— Eso es un buen argumento.
— SoHee tiene un hermano y es molesto.
— Ya—golpeo su brazo—No le digas eso.
— Tío malo.
— A tu tía le gusta que sea malo.
— ¡JungKook!
●●●
Lia es acostada en la cama con cuidado, JungKook acomoda las almohadas a su alrededor y yo la cubro con las sábanas, la niña se ha quedado dormida viendo una película animada, cuando recojo las cosas de la sala noto que el pelinegro está pensativo.
— ¿Sucede algo?
— Dices que eres mala con los niños, pero Lia te ama.
— Lia nos conoce desde que nació, no somos extraños para ella—me dirijo a la cocina con él. El chico lava los platos usados y los vasos con gotas de leche—Somos como sus tíos.
— Pero tienes paciencia.
— Tú también tienes paciencia, Lia te ama también.
— Es la única niña que me ama—sonríe un poco—¿Tú...te ves en el futuro siendo madre?
Aquella pregunta no me parece difícil de responder.
— Por ahora no.
— ¿Significa entonces que sí?
— No lo sé—lo miro—¿Te gustaría ser padre?
— ¿Ahora?
— ¡No! —me sonrojo un poco—Me refiero al futuro.
— No creo que sea un buen padre, ni siquiera sé cómo tratar un niño.
— Creo que lo harías bien—sonrío—Eres tierno cuando te lo propones.
— ¿Gracias?
Lo abrazo por detrás recostando mi mejilla de su espalda, cierro mis ojos respirando su aroma. JungKook se subestima muchas veces, no sé si lo nota, pero lo hace. El chico termina de lavar los platos y seca sus manos mientras sigo en la misma posición.
— ¿Dormirás en el sofá?
— Con Lia aquí debo hacerlo.
— Prometo compensarte mañana.
— ¿Estás segura de hacerlo?
— Claro que sí, esta vez estoy muy segura—coloco mis manos en su nuca probando sus labios, JungKook me levanta del suelo al colocar sus manos en mi cintura, una risita se escapa de mí en medio del beso y lo contagia al mismo tiempo.
No me cansaré de esto jamás.
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