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Parte única

Aquella noche se encontró con él, luciendo ese aire de elegancia y porte serio, tan creído y recto como siempre, él era así y a su parecer eso lo hacía perfecto; su carácter, su comportamiento, con todo y eso le atraía así.

El inglés disimuladamente se acercó hasta él y se sentó a una distancia considerable, saludándolo en un tono bajo. —Y bien ¿Comenzamos?

—Cuando gustes.

La conversación no llegó más allá que de trabajo, algunos acuerdos, los pagos y cobros de lo anterior. Evitando otras intenciones.

—Deja de mirarme así y arréglate. Quita los codos de la mesa.

Pero las cosas terminaban siempre por desviarse, el latino dejó escapar un suspiro y siguió con el mentón apoyado sobre su mano, observándolo atento. —Sin importar como lo decís, no me arruinás tu hermosa imagen.

Obtuvo una queja de su acompañante, el cual apartó la mirada de él, molesto, reconocía ese comportamiento y no le dolía, es más le gustaba, lo inspiraba a esforzarse cada vez y el resultado valdría la pena, lo sabía. —No vine aquí para que te quedaras viéndome idiotizado, así que compórtate o ¿quieres que cambiemos la forma de nuestros encuentros?

—Pues, si es en tu apartamento no veo problema.

—Por lo que veo, si sigues así nos comunicaremos por teléfono.

—Una llamada, mensajes, incluso podría ser por fotos, de la forma que sea, no me importa; se trata de vos —El inglés rodó los ojos y después de unos segundos el sudamericano lo notó revisar su reloj y levantarse de su asiento — ¿Te vas tan rápido?

—Ya terminamos con todo, no tengo razones para quedarme. Adiós, Argentina.

Antes de que se alejara demasiado se levantó para seguirle el paso. —Espera, te invito un café —Se ubicó a su lado para salir del lugar. Se trataba un bar algo pequeño para estar en una zona tan céntrica y bastante visitado para estar tan oculto a la vista.

—No, gracias —Afuera del local la fría brisa chocaba contra la piel y se podía ver apenas la media luna en el cielo nocturno.

—Entonces puede ser un helado, compartamos un Banana Split.

—Con eso solo convencerías a un niño ¿te parece que yo caería con eso? —Caminando a su lado notó su confianza y la tranquilidad en sus pasos, no era solo por estar en sus propias tierras, ya fuera en cualquier lugar se comportaba así, sintiéndose tan "superior" a todo; pero eso le resultaba un poco cómico ya que era más bajito que él, esta era una de las razones por las cual le encantaba la idea de hacerlo caer a lo más bajo que pudiera, hacer que se perdiera en el infierno con él —. Tengo trabajo que hacer mañana, mejor ya vete a tu apartamento.

— ¿Por qué no mejor nos vamos a mi apartamento? —Sugirió coqueto y a la primera oportunidad, tomó del brazo al inglés para pegarlo a él, luego empujarlo a un callejón fuera de la vista de curiosos y le susurró —. Podríamos divertirnos, puede ser algo rápido, no me importa.

Para mantenerlo cerca rodeó con sus brazos el cuello del europeo mientras este le ponía las manos en la cintura con la intención de apartarlo, cada paso que retrocedía para alejarse el latino simplemente lo reponía apegándose más.

—No insistas y suéltame —Aunque el inglés se negaba, el argentino no se alejó y se inclinó a él.

— ¿Por qué sos tan terco? —habló a centímetros de rozar esos labios que le tentaban.

—Me pregunto lo mismo.

Sonrió al lograr acorralarlo contra una pared y cuando quiso besarlo un fuerte golpe en el estomago lo hizo soltarlo para sostenerse la zona lastimada

— ¿No te parece suficiente?

Mientras sobrellevaba el dolor vio al inglés alejarse lo suficiente para irse. —No, no es suficiente solo verte, yo quiero más.

UK le miraba cansado, enderezó su postura. —Ve acostumbrándote, yo no juego con latinos. Consigue a alguien más al que puedas sacarle dinero y déjame tranquilo.

Aún con lo que le dijo no borró su sonrisa, no se liberaría tan fácilmente de él. —Sos malo UK, tan malo —comentó meloso acercándose —. Quisiera obedecerte de tantas formas, me gustaría complacerte de verdad; pero esta vez no se va a poder —Acercó su mano a la mejilla del contrario pero antes de siquiera tocarle este le sujetó la muñeca y con un movimiento rápido ya lo tenía detrás suyo presionando su brazo contra su espalda, inmovilizándolo.

—No bromeo, te lo dije y lo reafirmo: No quiero mantener nada sexual contigo, estoy aquí por trabajo, nada más.

Sintió como subió más su brazo causándole dolor y apegándolo a una pared, dejó salir una queja y buscó la mejor postura para soportarlo y aguantar — ¿No podés cambiar de parecer? —Con la presión que ejercía en él soltó varias quejas — Ay, ok, eso duele —Cuando lo soltó se giró a verlo manteniendo la distancia, esta vez sí que le dolía.

—Con esto espero que te quede claro nuestra relación, me hiciste perder valioso tiempo ¿ya estarás feliz?

Lo mencionado lo hizo reír por un momento. —Que bien suena eso de "nuestra relación" —el otro solo lo ignoró mientras se alejaba — ¡No te preocupés por el tiempo que lo podemos recuperar! —Exclamó antes de que desapareciera por completo de su vista —. Viejo necio, solo era un rato —murmuró estirándose para pasar el dolor en el brazo, ya será para la próxima; pero esto no sería en vano, solo era otro tropiezo en su largo, largo camino.

°°°

En las reuniones era casi imposible acercarse, así se reunieran todos los continentes o solo algunas partes, lo evitaba de una manera que al argentino en serio lo sorprendía, se desaparecía de la nada y no lo encontraba por ningún lado, y si se llegaban a encontrar los dos solos, el inglés lo alejaba de cualquier manera, o mejor dicho, ni siquiera lo dejaba acercarse y solo le ponía las manos encima para inmovilizado, como deseaba que fuera para otra cosa. Por suerte, las cosas cambiaban cuando dejaban el trabajo y las reuniones para tomarse unas "vacaciones", algunos se juntaban para salir a una playa o solo se iban a tomar algo, cuando otros pocos se reunían en algún país en especifico se tomaban un pequeño descanso para divertirse, les gustaba agruparse entre varios para olvidar y pasar el rato, otros se olvidaban por una noche de quienes eran o del problema con el que tenían que lidiar al día siguiente.

Esa vez cuando se lo encontró por los pasillos se veía molesto, cansado, su ropa estaba desarreglada, desde su punto vista esa imagen suya le encantó y de igual forma quería saber el por qué de su aspecto. Cuando pasó junto a él el europeo ni siquiera se molestó en voltear a verlo. Sin poder evitarlo, Argentina se decidió en tomar la iniciativa y acercarse.

—Sonreí, UK, que la vida es bella —Se rió al escuchar las maldiciones del más viejo y siguió sus pasos muy de cerca por los pasillos de hotel en el que se hospedaban —. Qué amargado estás, parecés un pequeño ogro —Al acercarse a un balcón detuvieron su caminar observando el paisaje por fuera —. Puedo quitarte lo ogro con un buen masaje —propuso y cuando ubicó su mano izquierda en su hombro este se volteó a la defensiva llevando rápidamente una daga a su cuello.

—Un paso más, solo uno más y te mando a tus tierras en dos segundos —Con las manos elevadas en son de paz, el argentino retrocedió unos pasos dándole espacio mientras el otro caminaba hacia el barandal del lugar, reposando en este.

Sin mucha confianza en acercarse por completo, imitó al europeo pero a una distancia a la que no pudiera clavarle la daga tan rápido al cuello, sin decir nada permanecieron viendo el paisaje a su alrededor, fue una buena elección el hotel con vista al mar, se podría decir que era perfecto. Sonriendo volteó a ver a su contrario, que a pesar de estar más relajado seguía notándose un poco fastidiado, dentro de sí seguían las ganas de provocarle algo, por lo menos una sonrisa, quería intentarlo, aunque se riera de él, eso le bastaría —Ahorita mismo podría irme a la playa y dejarme llevar por el agua sin importarme absolutamente nada ¿sabés por qué? Porque hoy tuve la oportunidad de verte aquí, con la luz de la luna deslumbrando tu belleza y yo embriagado con la brisa de esta noche.

Como era de costumbre el más bajito negó en desacuerdo, viéndolo cansado. —Ni tú mismo te crees esa estupidez, ni siquiera hay luna.

Tomando su respuesta como un avance siguió con el juego. —Eso es lo maravilloso, no necesitás nada más porque vos deslumbrás a donde vayas —Se acercó a él, tomó su mano izquierda y cuando este movió la otra con la daga la sostuvo también apegándolo a sí —. Solo sentir tu aroma alerta los sentidos y los vuelve tontos —el contrario se mantuvo tenso y el latino pudo sentir que en cualquier momento podría atacarlo mas no se alejó —. Hermoso y peligroso.

Como le gustaba.

Aunque le pareciera extraño el inglés no se apartó, tampoco dijo nada, con la cercanía de ambos Argentina percibió el olor a alcohol en el otro, esto no le molestaba pero apenas distinguió ese aroma, sutil pero engañoso. La idea de tomarse unas copas con él nunca habían sido tan fuertes, con que solo tuvieran una charla estaría bien, cada vez se hacía más difícil acercarse si no eran por cosas de trabajo.

No supo el por qué ni el cómo, creyó que tenía el control de la situación pero se equivocó y en menos de un minuto ya lo tenía contra él.

— ¿Te crees muy listo, no? ¿Pensaste que con unas frasecitas cursis ya estaría a tus pies? Estás muy equivocado jodido latino, no volveré a caer con eso —El mencionado sin saber cómo reaccionar se dejó sujetar de la camisa y retrocedió a cada paso que este daba hacia él —. Te lo dije miles de veces, no quiero nada contigo y mucho menos si tiene que ver con... —Este detuvo sus palabras bruscamente cuando tropezaron con uno de los sofás del lugar ambos cayendo sobre este, en una posición un poco incomoda donde también se llevaron uno que otro golpe; aún así el argentino no se movió ni buscó alejarse, en ese momento ya no le importaba si lo terminaba matando, pero sí quería evitar que comenzara a golpearlo con la sola intención de causarle daño, porque sabía que con un golpe certero podría mandarlo rápido a sus tierras y ya, así que no hizo más que mantenerse calmado, sin hacer movimientos bruscos, notando que el europeo dejó caer la daga en algún momento —... Tú, tu cuerpo; tus labios; perderme en tu piel; tu calor. Yo no —aunque lento, UK llevó una mano hasta su nuca y lo sostuvo fuerte, se acomodó sobre él en una postura rígida donde la distancia era casi nula y sus respiraciones se mezclaban — podría reprimirme un minuto más —sin nada de cuidado se unieron en un beso apresurado en el que el inglés lo sostenía y lo sujetaba de forma posesiva.

No reaccionó al momento, todo le fue tan rápido y cuando entendió lo que sucedía no dudó en corresponder el contacto, mientras el otro le sujetaba de la camisa él colocó sus manos en su cintura juntándolo para profundizar el roce, cada vez el cosquilleo en su cuerpo aumentaba, con la presión que hacía contra él de manera tan posesiva sin querer soltarlo, causaba un intenso calor dentro de sí.

Cuando el aire fue necesario se separaron, embobado esperó entre jadeos las acciones del contrario, tenía ganas de seguir con eso pero cuando se acercó con el objetivo de besar el cuello del europeo escuchó una maldición y este sin previo aviso se alejó de él para levantarse e irse por los pasillos, el sudamericano estaba tan agitado que ni siquiera le dio tiempo levantarse y seguirlo, solo se quedó con una sonrisa tonta por el suceso. Ese beso fue más de lo que esperó- bueno, en realidad esperaba mucho más pero nada tan intenso ni agresivo, y menos que terminara así, sin duda era algo que tenían que repetir y terminar como se debía.

°°°

Podría haber pasado varias semanas desde la última vez que se vieron, unas muy tediosas a su parecer, el contacto que tuvieron fue nulo y tampoco quiso insistirle mucho, solo le tocó esperar a que pasara el tiempo y que se calmara todo, ya después aprovecharía las oportunidades que se le pusieran en frente y conseguiría algo más del europeo.

Al llegar el momento de juntarse para sus tratados la conversación fue más cortante y rápida de lo que recordaba, el contrario le hablaba sin siquiera mirarlo, como si él no estuviera ahí mas no le importó. Aún así siguió, sabiendo que le incomodaba su presencia, sabiendo que aunque no haya mencionado nada de lo sucedido y ni siquiera había sugerido comenzar un encuentro el inglés estaba nervioso por lo que mencionara. Dejó que las cosas pasaran, feliz de que por lo menos se encontrara atascado por un tiempo en su mente tal y como él ha estado meses dando vueltas en la suya. Ya como a finales del segundo mes este pareció ceder y se digno en hablarle frente a frente.

Hey, Argentina ¿Me permites un momento?

—A vos todos los días, mi rey —Obtuvo un suspiro desganado de su parte; aún así él lo guió en el pasillo del lugar, aquella reunión había terminado y pocos quedaban repartidos por ahí.

—Se que no hemos llevado las cosas de la mejor manera y que cada uno sabe las intenciones que tiene con el otro —La mirada que le dirigió al mencionar lo último le causó un escalofrío mas siguió manteniendo una sonrisa, en ese momento no quería echarse para atrás —. Por eso, quiero que comencemos de cero, que olvidemos lo que pasó- para llevarnos bien, sin rencores, ni lamentos ¿qué dices? ¿Aceptas? —Se detuvo frente a él extendiéndole la mano esperando a su respuesta.

Sin pensarlo en realidad dejó salir una débil risa y aceptó el apretón sosteniendo la mano ajena entre las suyas. —Aunque quisiera olvidar sabes que no puedo.

—Sí, sí puedes —Con una sonrisa forzada intentó zafarse del agarre pero no se lo permitió —. Mejor suelta.

—Espera, tú lo hiciste ¿verdad? —Antes de que siguiera forcejeando lo soltó — ¿En serio pensás que voy a creerlo? A ver, primero y principal si lo hubieras olvidado todo estaría igual que antes o ¿me equivoco?

El inglés soltó una queja mirándolo molesto. —En serio, eres insoportable. Sabes que esto te conviene mucho y aún así desperdicias la oportunidad.

—No, no, no, al que le conviene es a vos, yo no he tenido problemas en todo este tiempo —Aclaró acercándose —. Además, solo hay una manera de que olvide —Dicho esto obtuvo la atención del contrario mientras él sonreía por dentro —: Podría olvidarlo con más de tus besos, reemplazándolos por nuevos.

Lo dicho no pareció gustarle mucho al inglés, que negó molesto. —No sabes cuánto te odio.

—Ni vos cuánto te deseo —suspirando pensó que era mejor despedirse —. Supongo que las cosas seguirán igual, y no te preocupes diga lo que diga no me creerán ese beso, algo tan intenso y puro de parte tuya hacia mí es imposible de creer —sonriéndole sin ganas se despidió con un movimiento de mano —. Tengo que irme, se me esta haciendo tarde pero te seguiré insistiendo. Nos vemos, mi rey —Le lanzó un beso desde lejos que fue recibido con una mueca para luego comenzar a alejarse.

Mientras caminaba hacia la salida sentía un pequeño malestar y un mal sabor de boca, él estaba acostumbrado a ese veneno con el cual era tratado pero en todo ese tiempo de "cortejo" no le había escuchado decir aquella palabra y menos con tan pesado sentimiento, por un instante eso dolió como una punzada en el pecho. Pero cuando recordó ese beso que se dieron lo volvió a vivir, se sintió en el cielo, perdido, tan satisfecho como deseoso, el tiempo se detuvo y lo demás no importaba, incluso estaba dispuesto a dejarse llevar sin quejas ni resistencia de por medio, solo los dos en un loco y perfecto encuentro en donde el placer gobernaría cada movimiento y decisión, sin importarles nada más que ellos, sin importarles lo que estuvieran haciendo, eso fue lo que sintió y por lo que parecía fue el único; porque en el contrario no vio una pizca de duda cuando le dijo que lo olvidara, solo una sólida y clara decisión, como si no hubiera valido absolutamente nada. Eso le revolvió el estómago, un sentir muy desagradable que apartó con un resoplido negando con la cabeza, ese no era el final, habría muchos más de esos y hasta mejores en un futuro, no terminarían en discusiones ni en peleas, despertaría a un lado de ese europeo recibiendo un "buen día" de su parte, obtendría una sonrisa y besos sin necesidad de pedirlos, las inconfundibles marcas en su piel representando su cariño, eso y mucho más conseguiría, seguiría insistiendo de una otra manera, si obtuvo un beso después de unos tres meses de coqueteo y con un poco de alcohol, tal vez con unos detalles esos besos se multiplicarían. Con un poco más de tiempo obtendría todo lo demás, solo tenía que ser paciente y perseverar, solo tenía que enamorarlo como él lo estaba del contrario.

Con la mente fría salió del lugar contento, no importaría lo que pasara ni cuánto le costara, él supo desde un principio que no sería fácil pero aún así lo quiso intentar, conseguiría lo que quería y si no, se alejaría con una de las mejores vivencias de su vida, sabiendo que lo deseaba y aquel beso que le hizo tocar el cielo.

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Hola, tenía muchísimas ganas de escribir algo de estos dos, necesitaba sacarme la idea de la mente jaj. Intentamos plasmar el acento argentino, pero no sé si salió bien, o si salió... me disculpo por eso.

Como dato, esto fue inspirado en la escena de una novela... Los protagonistas se besaron y uno le pedía al otro que lo olvidara pero ninguno de los dos podía hacerlo, de eso iba xD.

Gracias por leer ❤❤❤❤❤❤❤❤❤

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