❆ LVI: Recuperación & encuentro ❆
~ RECUPERACIÓN & ENCUENTRO ~
Alexa
Lo que inunda mi corazón en estos momentos, en este punto de mi vida, es tanta plenitud y satisfacción que incluso siento la necesidad de dar un recorrido en la mansión para comprobar que no hay nada que pueda quitarme la felicidad que siento.
Recuperé mis recuerdos.
El hermano que hasta hace poco conocí, mi mellizo, sometió mi mente y mi corazón durante horas hasta hacerme entender cómo es que Lo divino nos permite irrumpir en las memorias de otros.
No me soltó hasta que lo logré, no me soltó hasta que confirmé que es un entrometido de primera que aprovecha cada ocasión para escanear las memorias de quienes le rodeamos; incluyendo la de mi esposo.
Gracias a eso logré comprender muchas cosas antes de volver completa a los brazos del hombre lobo que justo ahora retiene toda la atención de nuestros bebés.
Los cinco estamos encima de nuestra cama, Enzo, León, la pequeña Laurie, mi esposo y yo.
Él juega con ellos y les habla calmadamente mientras los cuatro le observamos como si estuviéramos hipnotizados por él.
—Heredaste los preciosos ojos de mamá, —le dice a Laurie—, ustedes serán dos rompe corazones —con sus manos cubre las pancitas de mis pequeños hombrecitos—, y junto a mí rompe huesos de toda cosa masculina que intente acercarse a nuestras damas. ¿No es así?
Ambos agitan sus manitas como si fuese una afirmación.
No importa cuántas veces le diga que solo son bebés para que les esté hablando de asesinar ante la mínima amenaza, pero no lo puedo culpar. Su instinto protector se ha multiplicado y el mío también, sé que yo también sería capaz de cualquier cosa con tal de protegerlos.
Entregaría mi vida.
—Mamá está a punto de llorar.
Suelto una risa leve, me acerco a él y poso mi cabeza en su hombro, de modo que ambos observamos a nuestros bebés.
—Son hermosos.
—Nuestros —se las arregla para besar mi frente.
—Creo que León es una versión actualizada de ti.
—Puede. Solo hay que ver cómo sostiene tu seno con tanta premura cuando come de ti, no es casualidad. En cambio yo, ahora apenas puedo tocarlos.
—¿Qué más pretendes hacer? —Elevo una ceja mirándolo a los ojos—. Mucho cuidado con lo que vas a decir.
—¿Convertirme en un bebé? —Sonríe con inocencia—, vamos, fiera...
—No.
—Está bien, lo que tú digas.
Elevo mis cejas.
—Eso no parece aplicar para todo.
Su frente se arruga pero sus ojos permanecen fijos en los míos.
—¿Lo siento? —Pregunta al comprender a qué me refiero.
—No lo sientes. Naimara y Alía se mueren por conocer a los bebés y yo no veo el problema para que lo hayas impedido.
Suelta un suspiro y vuelve su atención a nuestros hijos.
—No quiero que los demás siquiera piensen en tocar esa puerta con la intención de ver a los trillizos.
—¿Los tendremos aquí encerrados durante toda su vida? —Pregunto.
—Al menos hasta que acabe toda la porquería que nos persigue, solo Arian y Adalia pueden entrar aquí. Marcus a revisarlos, mis padres cuando lo deseen y mis suegros cuando puedan venir.
—Estoy segura de que lo desean demasiado —respondo, refiriéndome a sus padres—. Pero son de tu misma especie, han de entender cómo nos sentimos con los bebés, principalmente tú.
Me mira a los ojos con una pregunta grabada en ellos.
Alek no mentía cuando me dijo que nuestros recuerdos son compartidos. Él también posee el don de leer la memoria y, al igual que yo con él, hay muchas cosas que no necesitó ni necesita decirme porque ya las sé.
Mis secretos con él y Aiker están a salvo, con mi hermano por poco no resisto las ganas quitar algunas cosas muy íntimas relacionadas con nosotros, pues el muy intruso incluso tiene un día en el que pudimos haber concebido a sus sobrinos.
Gracias a ambos mi mente ha vuelto al presente y no tengo las mismas preguntas por hacer. Han disminuido y también han cambiado el sentido.
Tomar mis recuerdos se sintió como un antídoto para mi alma, como las necesitadas respuestas que quería. Una tras otra.
Ahora sé dónde estoy parada y por qué.
Cuál es mi meta.
Mis prioridades.
Lo que estoy dispuesta a dar para cumplir mi propósito.
—¿Crees que mi madre me perdone?
—No debiste hablarle de ese modo.
—Quiere demasiado a Fabián, al menos lo quería. Lo defendió de mí.
—Cariño...
—Me desespera dudar de ellos ¿Sabes? No sé cuánto más soportaré sin pedirle perdón, la culpa me está consumiendo.
Me quedo mirándolo durante unos segundos y luego sonrío.
—¿Qué?
Me acerco más a él y tomo sus labios entre los míos Segundos después me alejo, me cambio de ropa y calzo mis pies bajo su atenta mirada.
—¿Dónde vas?
Tomo el pomo de la puerta y salgo de la habitación, no sin antes decirle:
—Te amo.
❆ • ° ❆ • ° ❆
Lo primero que hago es buscar a Arian y asegurarme de que se encuentre bien, el enojo que surge en mí al saber que Fabián y Lukas se aliaron para obtener sus mujeres de vuelta me enerva la sangre. Actuaron como si nosotras fuéramos dos objetos que tienen que estar a su lado y eso nunca será así, pues yo estaré en el lugar que quiera estar y con el ser que elegí.
Sé que para Arian es un poco más difícil desprenderse del desgraciado de su compañero, porque no se han rechazado. Por eso quiero estar aquí ahí para ella, si es posible traeré esa mujer de New Moon para que suministre el antídoto para ella, su padre y todo aquel que lo necesite. O quizás le pida que enseñe a mi nana a hacerlo.
Debemos buscar alguna forma de aminorar su dolor, que si bien ahora no es tan desgarrador, llegará un momento en el que va a serlo.
Es cuestión de tiempo para que Aleksandre termine con la vida de Amalia, con la de Lukas y con la de Fabián.
Y esta vez no habrá nada ni nadie que se lo impida.
Toco la puerta de su habitación, segundos después ella abre, sonriendo levemente al verme pero se queda en silencio.
—¿Te comió la lengua el gato? —Me burlo.
Su frente se arruga ligeramente y cuando pretende soltar algo me acerco a ella y la rodeo con mis brazos. La estrecho y ella envuelve los suyos alrededor de mí.
—Lo lamento.
—¿Qué cosa? —Pregunta como si no supiera a qué me refiero pero su cuerpo se tensa y rompe nuestro abrazo.
Le doy una pequeña sonrisa y acuno su rostro entre mis manos.
—No tienes que fingir conmigo.
—Alexa...
—No estás bien, Arian —escudriño sus ojos—. Por más bien que pretendas fingirlo y por más que quieras convencerte de ello.
Aparta la mirada de mis ojos y mira sus pies, cabizbaja.
—Cariño —tomo su barbilla, haciendo que me mire a los ojos.
Los suyos brillan con lágrimas, con enojo, dolor e impotencia reflejados en ellos.
Me adentro a su habitación por completo cerrando la puerta.
Y simplemente vuelvo a abrazarla, sus brazos vuelven a rodearme esta vez con más fuerza y los sollozos inundan la habitación apenas unos segundos después.
Verla me recuerda tanto a mí que duele, más porque sé que yo tengo a mi madre y a un compañero mucho mejor que el que pude llegar a pedir en algún momento de mi vida.
Pero ella no.
Ella no tiene nada.
Más que a un padre igual de sumergido en sus penas, una madre con el destino grabado en la frente, un compañero que no la merece en lo absoluto y un corazón inundado de dolor.
Arian llora con libertad. Mucho.
Y yo me quedo allí con ella hasta que se duerme. Al notarlo la recuesto en su cama y me quedo mirándola.
«Tienes tanta vida, pequeña, no te puedes rendir.»
Espero que Lo divino pueda darle otra oportunidad.
Una oportunidad que la merezca.
Alguien que pueda sacarla de la zona del sufrimiento.
Alguien con quién pueda construir un futuro.
Alguien que le de a ella lo que Aleksandre me ha dado a mí.
Dejo un beso en su frente y salgo de su habitación. Doy varias vueltas por la mansión en busca de la Señora Géiser pero no es hasta ir a la cocina que logro encontrarla hablando con Marina.
Ambas se quedan calladas apenas sienten mi presencia, cuando me adentro al lugar tengo sus miradas sobre mí, especialmente esos ojos verdes que tanto amo en mi esposo y que heredó de su madre, a pesar de que poseen algunos tonos de ámbar.
—Alexa.
—Señora.
Dicen al unísono.
Elevo las cejas y me siento al lado de mi suegra en uno de los taburetes, y luego tomo tres fresas de la canasta repleta que queda justo enfrente de mí.
El sabor ácido inunda mi boca cuando muerdo una casi haciéndome gemir en el proceso junto al divino olor de la fruta.
—Hablaban de mí —no fue una pregunta. Las escuché, y a juzgar por cómo se han quedado desde mi llegada, solo lo afirman.
Géiser carraspea y no dejo de sentir su mirada sobre mí.
—Hablamos de que mi hijo parece un León a punto de atacar a cualquier persona que pretenda conocer a mis nietos.
Suelto una risa leve y la observo.
—¿Por qué no ha querido conocerlos?
Permanece en silencio durante unos segundos y Marina sale de la cocina dándome una mirada conocedora.
—No es que no haya querido, Alexa.
—Él los quiere cerca.
—No estoy segura.
—¿Acaso no era el Señor Anton igual de protector con ustedes como Alek lo es con nosotros?
Permanece en silencio durante unos segundos.
—Lo es. Pero decidimos no intervenir demasiado, sabemos que lo que más desean en estos momentos es tranquilidad.
—No es como si ustedes fueran a quitarnosla, señora Géiser. Mi esposo desea hablar con usted, ambos deseamos que conozca a sus nietos.
Su rostro se ilumina, mucho más de lo que creí y la esperanza que inunda sus ojos me hace saber que se siente tan culpable como él. Ambos necesitan tiempo a solas.
Al dedicarle una última mirada salgo de la cocina en busca de una pequeña pelirroja y otra pequeña pelinegra que encuentro correteando en el jardín. Al verme, mi cuñada y mi hermano sonríen con complicidad. Ambos ignoran mi presencia y vuelven a sumergirse en su burbuja en cuanto les pido a Naimara y Alía venir conmigo.
Subimos las escaleras con dirección a las habitaciones, cruzamos pasillos hasta que nos sumergimos en el ala de los líderes de la manada.
Toco la puerta, segundos después un Aleksandre para nada sonriente nos abre, pero ni siquiera me mira a mí, solo a las pequeñas personas que vienen conmigo.
Carraspeo y él me observa con los ojos entrecerrados.
—Tu madre te está esperando —suelto las manitas de Alía y Mara para posar las mías en los hombros de mi esposo y moverlo fuera de la habitación, deposito un beso en una de sus mejillas, empujo a las pequeñas dentro de nuestra habitación y cierro la puerta en su cara.
—Está enojado.
Suelto una risa leve.
—Él es un gruñón, pequeña Alía.
—Lo sé, tía.
—Las estoy escuchando.
Las dos se asustan al escuchar la voz de Aleksandre tras la puerta, quien segundos después confirma su desaparición cuando escucho sus pasos perderse por el pasillo.
Me acerco a la cuna de los bebés, en donde permanecen dormidos y les hago un gesto para que se acerquen.
Ambas lo hacen.
—Son muy lindos —susurra Naimara.
Sonrío ampliamente y asiento en su dirección.
Mi atención recae en uno de mis bebés cuando se remueve con inquietud y abre los ojos de golpe. Mi corazón se acelera demasiado al no comprender el motivo de su agitación repentina, pero una vez sigo su mirada los engranajes de mi cerebro empiezan a funcionar.
Los ojos azules de Naimara brillan mucho, el contacto visual entre ella y mi hijo me saca un jadeo sorpresivo que no expresa ni de cerca mi conmoción.
Quien aparta la mirada es la pelirroja cuando sale corriendo agitada de la habitación.
Alía me observa con una interrogante grabada en su mirada pero lo único que yo consigo hacer es cerrar la boca.
Observo a mi hijo, él agita sus manos y el huracán que hay en sus ojos me roba el aliento.
No hay nada anormal en él, exceptuando su mirada brillosa y el latir desesperado de su corazoncito.
—Mi vida, solo eres un bebé —susurro tomándolo en mis brazos.
Un bebé que parece haber encontrado el amor de su vida apenas con unos días de nacido, ella con apenas unos añitos de vida.
Encontraron lo que aún no estaban buscando.
Ambos con nulo entendimiento de todo lo que eso significa.
Y... por alguna razón, ella ha salido corriendo.
Holaaa.
Si no se acaba el mundo antes y ellos no mueren, habrá historias de la segunda generación. :)
¿Quién habrá hecho huir a la pequeña Mara? ¿Enzo o León? jsjsjs
Desde bebés empiezan a dar problemas.
¿Les gusta el rumbo que está tomando la historia? A mí sí, me encanta que no tienen idea de dónde vendrá el desmadre porque tengo mucho por dónde desatarlo. ;)
Las faltas serán corregidas en cuanto las note.
No olviden votar y comentar, criaturas.
Nos volveremos a leer pronto. Besos :3 ❤️
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