❆ I: Hielo & fuego ❆
~ HIELO & FUEGO ~
Finales de otoño
Alexa
Inhalo, tomando el aire exquisito de la mañana y pensado en lo afortunada que soy por sentir un poco de paz al despertar, a pesar de estar en el mundo tan caótico que me tocó nacer.
Produzco fuego, cada día me quemo por dentro, pero a la vez actúo con frialdad, como si fuese hielo. Todo por causa de lo que me ha tocado vivir. No es fácil ser alguien que se quema y a la vez actuar como si fuese una rosa en medio de un precioso campo iluminado por el alba.
Soy un conjunto de guerras que con facilidad podría desatar una masacre, pero con todo y eso, trato de apreciar los momentos de paz.
¿Por qué tengo varias razas mezcladas en mi organismo?
Eso fue lo primero que pregunté cuando me contaron quien soy y qué implicaba serlo. A partir de ese día empecé a leer todo lo referente a un híbrido, también acerca de las demás criaturas del Mundo oculto. Luego llegó mi época de descontrol. Pues el ser una bestia inmortal no significaba que podía controlar todos mis impulsos. Por suerte tengo la virtud de hacer lo que me propongo y con esfuerzo logro mantenerme a raya (la mayor parte del tiempo), aunque el hecho de ser una híbrida de mi categoría es como si mi tercer apellido fuese desequilibrio.
Abro la puerta con la intención de perderme en el bosque lo antes posible, pero Adalia no se hace esperar.
—¿A dónde será esta vez?
Suspiro, elevando mi vista hacia el cielo, mientras estoy en el primer escalón sintiendo unas inmensas ganas de bajar los cuatro que restan.
El ambiente en el que vivimos es cómodo, satisfactoria naturaleza y un verdadero hogar. Sin embargo, tengo todo lo que necesito para no morir de desesperación, excepto poder volar, y ahí está el punto de desequilibrio: si no puedo volar todo me huele a encierro.
Hace varias semanas no salgo más que al patio a entrenar y siento que me asfixio. Tanto tiempo sin elevarme va acabar matándome antes que toda esta porquería que me obliga a sobrevivir en lugar de vivir.
Sé que el deber de mi nana es cuidar de mí y procurar que nadie me descubra, pero ya quiero que se acabe todo esto. Me cuesta, salir al bosque es lo único que puede contener mis ganas de desatar una guerra por nuestra libertad, porque cada día esta situación me consume más.
Siendo quien soy y sufriendo las consecuencias que sufro, estoy agusto conmigo misma, pero no con el mundo. Quisiera cambiar todos esos tratados y leyes que me condenan a persecución y tortura para poder empezar a vivir plenamente.
Cosas normales para muchos, para mí son como sueños. Jamás aprenderé a vivir así.
—A alguna parte de este gran bosque —respondo con tono cansino—. Quizás a las ruinas.
—Las ruinas están muy lejos.
«Tan lejos que ni siquiera sé dónde».
Soy más poderosa que casi todo ser sobrenatural que vive en este planeta, pero la autoridad que impone ella en mí, al igual que mis padres, es demasiada. A veces llega a ser preocupante.
—Sales cada vez que quieres. —Su tono de 'lo sabes muy bien', es lo que más me exaspera—. Tus padres y yo solo pedimos que no te transformes y que no te vayas muy lejos.
—Ya estoy grande —le respondo a la defensiva.
—También estás a un error de ser masacrada. No hace falta que tengamos la misma conversación de siempre, Alexa.
Mis labios forman una sonrisa de boca cerrada como primera reacción en respuesta.
—Bien, nana —digo para que deje de insistir—. Pero no aguanto más, me voy ya.
Su risa es como ella, adulta, sabia y siempre con algo detrás. Y es lo que me detiene cuando pretendo salir corriendo por ese camino con piedras incrustadas.
—No cambias, hija.
Me giro en su dirección, fijando mi vista en ella, en sus canas escasas pero existentes y en esos ojos marrones que siempre me dan apoyo cuando lo necesito.
—No puedes salir sin beber tu medicina —me recuerda—, el efecto desaparecerá pronto. Hace un mes no la tomas, yo sé que irás a las ruinas y que no regresarás hoy. Ven.
Ella es como una madre para mí, pero no es ni la mitad de lo que es mi madre. Si lo fuera y viviera con las dos, no pondría un pie ni en el patio. Poder hacerlo es lo único positivo que encuentro de no tenerlas a ambas, y a mi padre, viviendo a mi lado.
Suelto un suspiro.
—Es horrible. Y tiene algo de pollo esa receta —replico, sintiendo mi estómago revolverse. Pero sé que es verdad lo que ha dicho, no puedo salir sin antes beber esa cosa.
—Y eres vegetariana —dice con tono burlón—. Acabarás viviendo sin techo.
Una pequeña risa brota de mi garganta. No puedo añorar más la naturaleza y la facilidad con la que esta mujer me hace reír.
Cierro la puerta para después seguirla al sótano. Adalia, es mi guardiana (descendiente de un ser divino que se encarga de proteger a Los elegidos y elegidas de Lo divino), vivimos juntas desde que tengo el primer mes de nacida, porque mis padres me encargaron a ella para que cuidara de mí. Ellos también vivían conmigo, sin embargo, hace varios años dejó de ser así.
Se encarga de ocultar mi olor con una rara sustancia química que crea en su laboratorio. Porque no puedo ser expuesta ante las demás criaturas. Si eso pasara el consejo podría enterarse de la posible existencia de otra bestia indeseable, comenzaría una persecución hasta capturarme, hasta tenerme a sus pies por medio de torturas, y de paso, a solo un deseo de la muerte. El olor de un híbrido es muy fuerte, así como es el de los líderes, por causa de esto, podrían descubrirme con facilidad si dejo de tomar ciertas precauciones.
Tomo un libro de la estantería y me siento en una silla cerca de la entrada al laboratorio. Suelto un suspiro, observo a mi nana siendo consciente de que tardará un buen rato preparando esa cosa que tanto me gusta tomar y decido empezar a leer mientras cubro mi nariz.
Con la primera unión de dos especies desiguales, nació el primero, hace más de 3000 años. En el momento no se tenían los conocimientos suficientes acerca de la aparente nueva criatura. Ninguna otra era consciente de lo poderosa que podía llegar a ser esta 'nueva especie'. Solo con el paso de los años, luego de constantes investigaciones, pudieron descubrir que en realidad no era una nueva, sino una mezcla viviente de varias. En esos momentos el híbrido existente solo era de dos: Vampiro y hombre lobo.
Lo capturaron a sus veintiséis años, justo ocho después de su transformación. Lo estudiaron, averiguaron todo lo que podía sí y no hacer sometiéndolo a pruebas entre torturas y amenazas de muerte. De esta forma descubrieron algunos de los misterios acerca de estas interesantes criaturas: Los híbridos.
Existen pruebas de que heredan las habilidades de sus padres, aunque solo pueden convertirse en la especie que predomina en sus organismos. También de que pueden utilizar los sentidos heredados unidos y, además, que al convertirse se vuelven igual o más poderosos que cualquier superior.
El consejo sabía que si se continuaban juntando especies distintas esto haría un hecho la posibilidad de los híbridos gobernar en el Mundo oculto, y que ya no sería por apellido, sangre pura ni por ser descendencia de reyes, la elección de herederos o futuros gobernantes.
Los padres de este jóven eran de rangos importantes, por causa de esto, su familia no logró mantener en secreto su existencia, ya que cercanos conocidos descubrieron lo obvio. En cambio, algunas personas, a pesar del miedo que sentían ante la situación, intentaron ayudar a que no se descubriera cómo se concibió el bebé, sin embargo, todo el mundo sobrenatural se enteró de lo que sucedía algunos años después del 'descubrimiento'.
Intentaron matarlo, pero al ver que no moría lo declararon inmortal en secreto. Eso alarmó a todo el consejo, más de lo que ya estaba, por existencia de aquella poderosa criatura. Fue entonces cuando buscaron todas formas de asesinarlo, inútilmente, pero deseaban tanto su descenso que no se percataron de que todos sus intentos casi fueron en vano.
En la continua búsqueda de su muerte, los superiores llegaron a torturarlo con pociones, hicieron pactos con demonios, le dispararon, lo envenenaron, no le permitían respirar por largos períodos de tiempo... pero todo aquello no sirvió de nada y decidieron mantenerlo encerrado hasta reunir grandes cantidades de plata que adheridas a su piel por horas tampoco pudieron matarlo. Pero sí desfigurarlo, a pesar de que tiempo después solo quedaban las cicatrices de sus heridas.
Durante décadas le torturaban en público con distintos métodos y volvían a enterrarlo bajo tierra. Su cuerpo quedaba lleno de heridas, su rostro quedaba irreconocible, los hechizos en busca de su destrucción eran innumerables. Las criaturas encargadas de hacer esto eran autoridades y, desgraciadamente, las masas del Mundo oculto apoyaban lo que le hacían.
La tortura llegó a ser demasiado extrema. El hombre fue decapitado, pero aquello tampoco fue suficiente. Ni siquiera el demonio era capaz de llevárselo consigo. Porque los híbridos no son criaturas que existen porque sí. Estos nuevos seres nacen de la mezcla de dos especies, pero no todos los sobrenaturales que se mezclan tienen descendencia. Ya que, en el mundo sobrenatural, los hijos llegan a existir cuando entre la pareja hay un vínculo, cuando ese vínculo tiene amor o cuando está aprobado por Lo divino.
El primer híbrido no resistió vivir sintiendo todo tipo de dolor por las torturas, el odio y siendo físicamente un monstruo lleno de cicatrices. Y deseó descender. No sabía que si lo deseaba de corazón sucedía, tampoco reconoció su conexión con lo celestial, porque lo llamaron maldito, y lo creyó.
Declararon pecado la mezcla de dos especies distintas y las consecuencias siguen siendo las mismas. Por causa de todo esto, a día de hoy muchos compañeros son infelices o acuden a la esterilización para no tener hijos, aunque no se restringen de ser una sola carne.
Años después de haber prohibido las relaciones entre seres desiguales, el consejo decidió volverlo decreto...
«Todo ser que resulte de la unión entre dos especies será torturado hasta que desee descender por el pecado y la traición de sus padres».
A pesar de eso, años después, una segunda pareja conformada por una guardiana y un vampiro, se mezcló. De ella nació la segunda híbrida, que también fue capturada. Por más que sus padres intentaron protegerla, la descubrieron. Por más que huían, los atrapaban, escapaban, y los volvían a atrapar. Por más que intentó resistir, también deseó el descenso. Treinta y seis años después de su muerte, se descubrió la existencia de un hijo suyo: Anker Soiledis. El primer híbrido de tres especies y el más poderoso. Vive oculto en el mundo, nadie sabe de él y la última vez que le vieron fue en una isla de Grecia a los 34 años, cuando ni siquiera sus más cercanos sabían con exactitud de quién se trataba.
Página 1134, Los legados del Consejo, El anciano.
—Los legados del Consejo. ¿Nunca te cansarás de leerlo?
Niego.
—Este libro es muy especial para mí, Nana. —Lo dejo descansar sobre mi regazo y suelto un suspiro. Luego de haber absorbido toda esa información otra vez, siento más ganas de salir huyendo del encierro.
Según mis conocimientos, al híbrido griego no han intentado capturarlo. Supongo que tienen en cuenta su mayor capacidad de recuperación, y, también, que más de doce seres poderosos podrían ser destruidos por él.
«Ojalá nunca lo encuentren».
Los Sierich's son nuestros guardianes. Debido a esto, no hay ninguno, ni siquiera un descendiente de ellos, que forme parte del consejo. El Líder de los mismos es El anciano: el guardián más longevo en la actualidad.
Existen otros híbridos: el número cuatro, que nació de la mezcla entre una arpía y un brujo de magia negra, Dean Courtois, de origen Francés, vuela y se hace invisible. Hasta ahora también ha sido imposible su captura; la número cinco, quien resultó de la mezcla de vampiro y hombre lobo, al igual que el primer híbrido. Su nombre es Clea Pierce, y es mi madre.
En toda nuestra historia, solo se registran cinco. Porque yo no existo ante los ojos del Mundo oculto, gracias a que mis padres y Adalia han sabido mantenerme oculta de forma estratégica. Actualmente, la cabaña en la que mi nana y yo vivimos es inaccesible a los demás, y, aunque solo llevamos tres años viviendo en este bosque, nos ha ido muy bien en cuanto a seguridad.
Lo bueno es que esta parte del bosque no es habitada, solo visitada. Pero (aunque todo el esfuerzo hasta ahora ha sido efectivo) si por desgracia alguien se entera de que esta cabaña existe, investigan, me descubren y quieren entregarme podrían lograr su cometido si nos toman desprevenidas. Mi guardiana es muy cuidadosa, yo también lo soy, pero los del lado oscuro son astutos y saben muy bien cómo jugar sucio.
Clea Pierce y Julian Schwarz son mis padres. Yo soy Alexa Schwarz Pierce, su hija, el pecado número seis, la segunda híbrida de tres especies, la segunda más poderosa en la actualidad. Aunque, puede que ya haya nacido el primer híbrido o la primera híbrida de cuatro especies y el griego y yo ya no seamos los dos más fuertes.
Nadie debe saber que mis padres tienen una hija. Llegan a descubrirme y seré un pez gordo anhelado por la mayoría con la posibilidad de luchar y en el intento ser pescada. Y, asimismo, convertirme en una menos.
«O dos». Sacudo la cabeza, eliminando de mi mente la imagen de mi madre siendo capturada.
Si por mí fuera, daría la vida con tal de anular esos decretos, pero no pienso arriesgar más a mi familia. Aunque sigamos de brazos cruzados y nunca intentemos cambiar las leyes que nos condenan.
Desde que leí todo lo que pasó, siento más miedo. Tengo grabada en mi mente toda esa historia que me involucra y al pensar en el futuro no puedo evitar sentir temor por lo que podría pasarnos.
Los doce miembros del consejo, las doce criaturas más poderosas del mundo sobrenatural en contra de un ser igual o superior a ellos es... intimidante. En esos tiempos la problemática era reciente, personas jóvenes y sin conocerse a sí mismas estaban como centro en todo aquello sin saber de lo que eran capaces, ahora es distinto, sin embargo, sigue siendo igual de peligroso.
Los líderes han sido reemplazados, pero ninguno de los sucesores ha intentado cambiar lo que sus antepasados establecieron. Si llegan a hacerlo es por mero beneficio propio. Todo permanece igual.
Unos son reconocidos por su crueldad mientras que otros nos escondemos para tener algo de tranquilidad.
Tengo miedos. Muchos. Pero, ¿los miedos son más influyentes en mí que lo que amo hacer? No. Temo que capturen a mi madre, temo ser capturada, temo no poder vivir como quiero, temo no tener a todas esas personas que llenan sus espacios en mi pecho. Temo dejar a mi nana sola... pero nadie sabe que oculta a la sexta híbrida, y es una Sierich, además, el miedo no es suficiente como para tenerme acostada en mi cama.
—¡Alexa!
Me sobresalto, parpadeo varias veces saliendo de mi trance y la veo sostener el pequeño frasco frente a mi rostro, dándome cuenta de que me he sumergido en mis pensamientos una vez más.
—Está bien —respondo sin saber qué me decía y lo bebo rápidamente, a pesar del sabor tan desagradable que tiene.
—Lleva este, por si acaso.
Hago caso a su mandato con una mueca de asco y guardo otro frasco en la mochila junto con el libro.
—Gracias, nana.
Hace un ademán, restándole importancia.
—Cuídate mi niña, y cuida ese libro.
Asiento, inclinándome un poco para besar su mejilla. Salgo del sótano con ella detrás de mí hasta llegar a la parte superior de la casa.
—Nadie va a tocarlo, sé que es muy importante para ti, porque también lo es para mí. Cuídate tú, activa la alarma cuando salga y no dejes de encender los inciensos.
—Estoy segura de que no hay nada fuera de lugar. —Me dice con una sonrisa leve—. Pero está bien. No te transformes en el bosque, por favor...
«Buen intento».
—Que cumpla esa regla es imposible. Pero podría matar un posible testigo, ¿así estarías tranquila?
—Te conozco.
Yo anhelo explorar. Y sé que aún no conozco ni la mitad de todo lo que me rodea.
—¿Sabes que el infierno cada vez está más cerca de nosotros?
Asiento, tragando saliva.
—Lo sé. Seré precavida. —Escudriño sus ojos.
—Un error puede costarte lo poco que puedes tener y tanto anhelas, cariño.
—Lo sé —vuelvo a decir con la voz un poco alterada—, pero no puedo dejarme cohibir por el temor.
Es lo que siempre le digo, también para recordármelo a mí misma.
Mis botas rompen el silencio cuando doy la vuelta y empiezo a recorrer mi camino, regalándole una última mirada a Adalia tras quedar expuesta al exterior.
Acomodo la mochila y la aljaba mirando mi alrededor con atención... teniendo en mi mente la imagen perfecta de aquel destino que tanto anhelo poder conocer. Aunque, tal vez, le haya dicho a mi nana que ya lo conozco.
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