Entre en pánico, La verdad es que no sabía que mierda hacer, por lo cual, cerré la cortina muy rápido y a causa del jabón que se encontraba bajo mi pies, me di de bruces con la pared, produciendo un gran estruendo.

-Kato, ¿te encuentras bien? ¡¡Por dios, hombre!! –sentí sus pasos y luego, el cómo delicadamente abría la cortina para verificar si me encontraba bien. Creo que aquel momento fue el más vergonzoso que he tenido en mi corta vida.

Subí la mirada lentamente esperando a que este comenzara a gritar diciendo que hay una infiltrada en la escuela, pero lo único que se escuchaba, era la respiración de los dos y mis manos torpemente intentando tapar un poco de lo que me quedaba de dignidad.

-¿Eh?...-era el peor momento para pensar en algo coherente.

-¿Así que eras una chica? –dijo de lo más calmado, como si estuviera tomando una taza humeante de café a la vez que leía el periódico.

-éste es estúpido ¿o qué?, ¿Es que no ha visto mi cuerpo?, ¿será que tengo pechos muy pequeños?, ¿Qué le respondo ahora?, "mierda que no, soy un alíen que se parece a una mujer" –pensé.

-claro que si –me pare rápidamente y tome la toalla que se hace pocos segundos se encontraba colgada en la pared- Te pido desde el suelo hasta mi cabeza que no se lo digas a nadie

-eso suena muy insignificante como para pedirlo –se reía a la vez que se acercaba a mí para medir mi estatura con la de él- eres muy diminuta ¿Sera que en verdad no te importa que le diga a alguien?

- ¡Hey! Mi estatura es normal –lo golpee en el brazo derecho- tu eres el extraño que se pasa de lo llamado "grande"

-En la vida hay que aceptarse tal y como es uno, ¿es que no te lo han dicho? –nos desviamos totalmente del tema central.

-Solo no se lo digas a nadie –me queje, ya que lo único que quería era salir de ahí

-Trato hecho, pero me deberás algo a cambio –antes de salir me escaneo como si fuera bicho raro- Creo que tengo que reflexionar un poco de lo que ha pasado.

Me deje caer en la pared como un saco de papas, ¿Pero qué ha pasado? Decidida a salir por la puerta y enfrentar las consecuencias, tomo mi ropa y salgo.

Di mi primer paso hacia afuera y un frio viento me golpeo la espalda dorsal, carajo, vi a los chicos esperando que más de alguno me mirara de mala forma, pero no fue así, todos se encontraban en sus respectivas camas mirando al celular. Bien, seguro que Wade aún no les ha dicho.

Respiro como nunca antes y sigo caminando hacia mi destino, ya arriba, me pongo los audífonos y antes de encender la música, Zayn nos da las buenas noches.

¿Con que cara voy a mirar a Wade mañana?