PARTE 1: ARREPENTIMIENTO
*** Marcos ***
Camino por el campus, sintiéndome enfermo, vacío y agrietado al ver cómo Drago se fue, fui un estúpido al haberle dicho que ya no podía estar con una persona como el, que yo había cambiado y mis gustos también, eso no era cierto, me deje llevar por la rabia de mi ser, ni siquiera al estar con los míos podía dejar de pensar en él, sus recuerdos pesaban en mi alma, son de esos que jamás se olvidan y que son los únicos que dan fuerza para continuar. Maldijo al miedo que nunca me dejó decirle la verdad, pero ya no puedo resistir más.
— Abuela, ayúdame, estoy dispuesto a todo con tal de que el regrese — anuncié con algo de cansancio, contemplando la oscuridad del cielo.
— Deja de pensar en el humano, sabes muy bien que nuestro destino es estar con los nuestros — exclamó Carlo, el líder de la manada.
— Como digas, ahora no estoy para contradicciones — contesté gruñendo, olvidándome de todas esas estúpidas reglas.
Seguí hacia su habitación, dejándome llevar por aquella fuerza que de uno u otro modo siempre nos unía, trayendo nuevamente todas esas memorias. Faltando unos cuantos pasos algo azotó mi cuerpo, un dolor en mi pecho me arrojó al suelo, era como si un puñal estuviese enterrándose, no fui capaz de controlarlo, todo era bastante abrumador, salí corriendo en forma de lobo, necesitaba sacar esa molestia, una parte de mi lloraba, más cuando olí la sangre de Drago fuertemente, sentía que estaba esparcida por todo ese lugar, me cejé ante la desesperación que no me fije cuando un carro me golpeó.
Me veo siendo aquel niño miedoso, huyendo cada vez que veía como los mayores de mi aldea sufrían cuando despertaban ese lado salvaje; el único lugar donde me sentía seguro era donde Drago, el abrazo con el que me recibía, la atención que me brindaba cuando comíamos y jugábamos; en fin, toda su compañía y energía aniquilaban por completo mis miedos, así supe que él era especial para mí, sentía como una fuerza me llevaba a él.
— Tu y el tendrán un destino conectado— dijo mi abuela cuando tuve mi primera transformación, el dolor fue inimaginable, terminé varias veces desmayado en la forma de lobo, era el único que siendo un niño había logrado pasar de hombre a hombre lobo y de este a lobo, incluso en esa forma llegué a él, confirmando lo fuerte que era nuestra conexión, así mismo jugué, me liberé, lo conocí mucho más cuando me fue a bañar, fueron momentos inolvidables, hasta que el hambre me llevo a cometer un error.
— ¡Abuela!, lo siento, lo mordí sin querer, tome un trozo de carne y alcance a lastimarlo, dime que no le va pasar nada malo. — vociferé llorando, muerto de pánico, volviendo a mí forma humana.
— Ten confianza en ti mismo, lo quieres y jamás lo lastimaras, de seguro el quedo más preocupado — apuntó.
Lo anterior loconfirmé cuando volví, él no dejaba de hablar de ese lobo, tuve celos de mímismo, me nombró "Snowy", aquel detalle fue algo tierno, me dio la suficiente fuerza para seguir a su lado, más cuando mi abuela murió. La amé demasiado, muchas noches la tristeza me ganó, despertaba acostado en su tumba como lobo, solo que al sentir el olor a Drago rápidamente cambiaba, recibiendo su calor y comprensión, con eso ratifiqué que lo amaba.
Desperté con dolor de cabeza y en un costado, todavía persistía ese mal presentimiento, el miedo advertía que a Drago le había pasado algo malo.
— ¿Cómo te encuentras? — preguntó Carlo llevándome junto a Ignacio y Yuri (miembros de la manada) de regreso al campus.
— No sé qué me paso, perdí el control ¿percibieron el olor?
— Si te refieres al olor de ese chico, si lo percibimos — confirmó Ignacio
— Di las cosas como son — reclamó Yuri — Marcos, si percibimos el olor a Drago, pero en ti, desde que él llegó su olor se mezcló con el tuyo, fue tu aullido lo que nos llamó.
— Eso pasa cuando te juntas por mucho tiempo con humanos, su debilidad se contagia —sentenció patéticamente el alfa.
— No estoy de acuerdo, después de todo tenemos un lado humano
— ¡Suficiente Marcos! — interrumpió frenando de sopetón — por salirte de la zona pusiste en riesgo la seguridad de todos, te prohíbo que hagas un disparate más, así que dile a tu lado humano que se recupere rápidamente y te deje seguir adelante.
No tenía la suficiente fuerza para enfrentar a Carlo, decidí obedecerlo, con la esperanza de que todo se aclarara, cosa que no llegó a pasar.
Pasaron días y mi estado no mejoraba, el dolor seguía latente, como si algo de mi estuviese recibiendo todo lo que sentía Drago, mi cuerpo colapsaba repentinamente, las náuseas surgieron cuando pretendía ir a comer, por momentos llegaba una ansiedad de querer destruir. Los demás decidieron vigilarme, creían que era algún virus que estaba afectándome, solo que ellos nunca se imaginaron que todo eso era causado por el amor que le revelé a Drago desde hacía años.
Carlo no toleró másver en lo que me había convertido, parecía un cachorro indefenso, buscando la protección de su amo, así que decidió ser más estricto con mi entrenamiento,a las malas él quería hacer volver al Marcos que era antes, ese que dominó rápidamente las primeras fases de la trasformación, el que superó todos los promedios de los demás, que enorgulleció a su padre por la ferocidad con la que peleaba y mataba. Algo de eso funcionó,el sentir tanto dolor físico sepultaba por ratos el dolor emocional, sin embargo al ir hacia esa habitación este se acentuaba más, el calor abandonaba mi cuerpo, el frio de la soledad era lo que me acobijaba, lo único que daba calma era dormir en esa cama, ese lugar donde habíamos unido nuestros cuerpos, donde silencie ese miedo a lastimarlo, ahora caigo en cuenta que mi esfuerzo fue en vano, al final lo termine haciendo, solo me quedaba soñar con él para apaciguar un poco tanto dolor.
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