Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

PRIMER GOLPE, PRIMERA DESILUSION

Una vez cumplido la mayoría de edad todo se dio. Marcos decidió estudiar zoología y yo ingeniería de sonido. Al año logré convencer a mi abuelo que me dejara estudiar fuera de casa. Lo único malo de mi decisión es que tuve que dejar a mi hermana en un internado, antes de partir pase por ese trago amargo de la despedida.

— Porque tienes que ir a estudiar a otro lado, no me abandones aquí – suplicó Mirna.

— No te abandonaré, prometo llamarte todos los días y venir a visitarte

— Siento que pasará lo mismo que papá y mamá, saldrás por esa puerta y no volveré a verte. – anunció en un mar de lágrimas.

— Mirna no me va a pasar nada malo, somos tu y yo, más el abuelo misterioso, ayúdame si, entre más rápido me vaya más pronto volveré.

— No tengo más opción, solo cuídate y dale mis saludos a Marcos, me gustaría que el también viniera a visitarme

— Vale, vendré con él.

En el camino hacia esa vida universitaria, reflexioné con lo mucho que habíamos cambiado, siendo niños nos necesitamos uno del otro, ahora ambos éramos independientes, tratando de llenar ese vacío que quedo cuando partí de mi ciudad, extrañe mucho lo misterioso que era cuando salía por la noches con su padre y sus amigos. Una vez llegue al campus muchas emociones despertaron; los nervios incrementaron mi frecuencia cardiaca, al igual que mi temperatura, pero por otro lado estaba feliz porque la distancia se había acabado.

En medio de un montón de gente logré llegar admisiones, recibí el horario y mi habitación. Con el mapa tome la ruta rumbo hacia las zona de apartamentos, una risa me obligo a parar; era la de Marcos, vi a mi alrededor y solo vi un grupo de estudiantes que venían haciendo recocha, un cabello rubio plateado resaltó; pero más era su cuerpo que no podía dejar de ver, tuve que regañarme a mí mismo cuestionarme — ¿Por qué me sentí así con solo verlo?.

Estaba tan embobado que no vi por donde iba hasta que choque con algo.

— Fíjate por donde caminas — comentó un hombre malhumorado.

— Perdón, estaba distraído, creí ver alguien conocido — anuncié mientras levantaba mis cosas.

— Eso no me importa — volvió a decir aquel hombre.

Al retomar mi camino me encontré con esa mirada; era de asombro y de incomodidad al verme. En cámara lenta vino a mí sin dejar de observarme, ya me sentía perdido; y más cuando sus brazos se enlazan a mí.

— ¡Porque no me dijiste que llegabas hoy!, habría estado pendiente — exclamó Marcos sin dejar de abrazarme

— Te avise por correo, sabes muy bien que fue difícil convencer a mi abuelo; pero acá estoy.

— Que alegría verte — comentó cerca de mi oído. — Chicos mañana los veo, acompañare a Drago a instalarse.

Fue difícil desempacar y ordenar mi cuarto con Marcos pegado a mi espalda, besando mi nuca, jugando con sus manos que intentaron ir hacia mi entrepierna.

— Espera, déjame llegar, el viaje fue largo y necesito una ducha.

— Vamos a la ducha entonces.

Extrañaba esa forma ruda de tocarme, la ferocidad de su boca; siempre dejando marcas que demostraban nuestro acoplamiento. Esa vez fue diferente, algo en él quería ir más allá en fuerza, como si un lado dominante se despertara con las ganas de devorar y matar. Solo sentí esos gruñidos leves que estimulaban mi adrenalina al 100, aceptando todo de él.

Después de esa bienvenida creí que estaríamos más juntos, no fue así, nuestros encuentros fueron lejanos. La mayoría de veces quedábamos en la cafetería para desayunar y almorzar y en las noches casi no lo veía, una que otra vez lo vi salir con sus amigos; según él tenía que hacer investigaciones en los bosques y debían acampar. Con el tiempo nuestros horarios se volvieron más exigentes y solo podíamos vernos los fines de semana; el venía a mi cuarto o yo iba al suyo, en una charla que tuve con Mirna, me dio la idea de sorprenderlo.

Un sábado después de haberme reunido con unos amigos para captar sonidos y hacer una producción musical, decidí arriesgarme y sorprenderlo. Entré silenciosamente, estaba profundamente dormido, se veía tan infantil, lo abrace para sentir ese calor que me hacía dormir, lo fui a besar y todo cambio; entre dormido y despierto lanzó un golpe para quitarme de encima, lo recibí a la vez que salía volando hacia el suelo, sentí la sangre salir por mi pómulo derecho.

— ¡Que carajos te pasa! — exclamé

Lo siento, tuve una pesadilla — explicó levantándome del suelo mientras evaluaba mi mejilla, rápidamente trajo hielo y lo colocó sobre esta.

— Ya deja así, mejor me voy a mi habitación — anuncié desilusionado.

Mañana nos vemos, perdóname, no quise lastimarte.

Con la cara hinchada y dolor al comer no lo vi al día siguiente, tuve que soportar las burlas de mis compañeros, e inventar que me había golpeado con la puerta de un carro. Pasó una semana y no había rastros de Marcos por el campus. Deje las cosas así, lo menos que esperaba de él era una antinflamatorio al día siguiente; pero como siempre el salía con sus impedimentos, me costaba creer que era eso que no le permitía tomarse unos 5 minutos, que es lo que lleva preguntar un "Hola como estas". Lo más triste fue que lo vi relajado, disfrutando de esos supuestos impedimentos entre los brazos de sus compañeras; recibiendo el sol, riendo y haciéndose bromas. Algo en mí se quebró, ya no quería hablarle, ni verle, enterré toda esa molestia que golpeaba mi corazón, lastimosamente fue por poco tiempo.

Un proyecto nos llevó a ir al bosque y grabar todos los sonidos posibles de animales y de la naturaleza. Una de mis compañeras solicitó colaboración de alguien con experiencia en campo. Esa noche nos reunimos, Marcos llegó con su amigo malhumorado llamado Carlo, nos divertimos, más cuando algunos terminaron siendo víctimas de hormigas rojas, los pobres terminaron con poca ropa, había extrañado verlo reír como solíamos hacerlo en el pasado. Todo estaba bien; pero llego a su fin cuando una de las chicas se aferró a mí como un chicle y con el terreno inestable caímos; ella aprovechó el momento y me beso.

Noté el rostro serio de Marcos, se acercó, nos separó y cargo a la chica hasta el carro. El regreso fue corto e incómodo, sentía su mirada clavada en mí; traté de aclarar mi mente de tantas dudas que tenía hacia él. Al llegar Carlo se hace cargo de mis compañeros, y Marcos del equipo.

— Bien, donde quieres que lo ponga — preguntó estando pegado a mi nuca.

— ¿Qué cosa? — pregunte extrañado.

— El equipo, ¿qué creías que iba a poner? — expresó burlándose.

— Déjalo en el suelo — respondí metiéndome al baño para cambiarme.

— Quieres que te acompañe — sugirió

— No es necesario, ya puedes irte — dije cerrando la puerta del baño.

Al salir seguía ahí, viéndome de pies a cabeza.

— Háblame, no me gusta tu silencio, ¿es por el golpe? — comentó halándome hacia él.

—Tu haz cambiado mucho, no es malo, solo que me siento algo excluido; y con lo del golpe, pues tu desapareciste, dure 10 días con dieta blanda — expuse mirándolo a los ojos.

— Ya te dije que lo sentía, me he vuelto brusco, no podía verte a la cara — explicó.

— Pues ahora soy yo el que no quiere verte — afirme.

— No hay problema, eso se arregla — concluyó Marcos vendando mis ojos con su pañoleta.

— Tan gracioso, podrías tomarme en serio — exclamé tratando de distanciarme de él; pero fue tarde, estaba medio desnudo, cosa que no ayudo a separarnos. Otra vez caí con solo sus toques, su aliento y respiración agitada; y al escuchar esos leves gruñidos termine por excitarme, luego vinieron esos besos profundos y ya no pude lograr apartarme; mi cuerpo quedo como entrega directa y segura.

Desperté solo, vuelto una nada como si me hubiese atropellado una tractomula, mi espalda punzaba, mis brazos tenían marcas de su agarre, y mi torso estaba cubierto de hematomas, tome unos analgésicos, los cuales no ayudaron mucho.

En plena clase mi cuerpo paso factura, me desmaye por la intensidad del dolor, termine en el hospital, allí el médico quedo aturdido por mis marcas, tuve que explicarle lo sucedido, y con eso decidió dejarme en observación, a las tres horas me entrega una incapacidad con el diagnóstico de... fatiga muscular.

— Deja de ser el de abajo, no puedes cargar peso — comentó el doctor con algo de ironía.

Agradecí y volví al campus sintiéndome humillado, esta vez Marcos debía darme una explicación. Uno de sus amigos informó sobre una reunión esa noche en la casa de Carlo. Llegue al lugar y no era una simple reunión; era una fiesta fuera de lo común, habían chicos sin camisa, y las mujeres estaba sobre ellos como apareándose. Las miradas se posaron en mí, quise salir y ahí fue cuando vi a Marcos satisfaciéndose con una chica. Ignorando las punzadas de dolor salí corriendo, hasta que sus brazos me alcanzaron.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó

— Me volviste una mierda, solo quería saber porque me dejas tirado; pero veo que estas muy ocupado.

— Drago, espera, es que ya no puedo estar con una persona como tú, cambie y mis gustos también, lo siento — explicó

Sus palabras me destruyeron, en ese momento todos esos recuerdos junto a ese juramento se fueron a la basura.

— Me alegra el haber conocido a Marcos, pero a este nuevo Marcos solo le puedo jurar que no me volverá a ver nunca más — confirme saliendo hacia el parqueadero, me encontré con unos de mis compañeros, le pedí prestada su moto y el al ver mi estado me dio las llaves. La velocidad alejo todo ese dolor, solo anhelaba volver a casa, necesitaba sacarme esos recuerdos, desear no haberlo conocido. Estaba tan descontrolado que no vi el camión que invadió mi carril, el golpe destruyó la moto por completo, mi cuerpo fue lanzado al precipicio.



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro