_____ POV

4:30 p.m.

Literalmente estoy viviendo en este hotel, no se absolutamente nada de dónde está Chris, él me había prometido traerme las cenizas de mi padre y han pasado los meses y no he sabido nada, eh tenido la tentación de llamarle pero solo preguntar cuando me las traerá, estaba en un enredo, estoy en la habitación de mi cuarto mientras el radio está puesto y el sol de la tarde cae en mi cuerpo desmayado en la cama aún pensando en lo que voy a hacer, el tocar de la puerta hace que inmediatamente abra los ojos y me quedé casi ciega a los rayos del sol, voy corriendo hasta la puerta mientras que al abrirla me encuentro con Edward y su mirada tierna, rascándose la cabeza, mirándome con una sonrisa con pena y cargando una bolsa azul...

—¿Qué pasa Edward?—pregunté

—Disculpa... ¿Puedo pasar?—dijo apenado

—Claro!—respondí

—Disculpa... Yo te tengo noticias... De tu padre...

—¡Enserio!—dije con el corazón acelerado

—Un tal Raymond me ah dejado las cenizas, aquí las tienes—dijo entregándome la bolsa azul.

—Gracias—dije tomando temblorosamente la bolsa

—Estoy seguro de que él estaba orgulloso de ti.—dijo Edward apenado.

—¿Dices que un tal Edward te las dejo?—pregunte

—Si, es un señor algo mayor pero no tanto, es calvo y de manera intimidante.

—Ni idea...—dije dejando la bolsa en la mesita.

—Me dijo que tenía que hablar conmigo.

—¿De qué cosas?—pregunté

—No lo sé, pero tenía algo importante que decirme, así que... ¿Me podrías esperar un poco?

—Pero... Es que él es un hombre de Chris, no quiero que te haga daño.

–No te preocupes, yo me arreglo con el, quédate aquí de todas maneras y no bajes—dijo Edward mirándome a los ojos mientras pasaba mi cabello detrás de mi oreja.

-—Gracias—dije sonriéndole

—Por cierto... toma—dijo entregándome un sobre y alejándose.

Él se fue y yo me quede sola por un rato, miraba a la ventana mientras sostenía el sobre y pensaba mis momentos favoritos con mi padre, esos juegos de cosquillas, carreras y más juegos con... mi madre también... fueron los mejores momentos de mi vida, volví hasta la mesa donde se encontraban las cenizas de mi padre, mi espalda daba hacía la puerta, acaricie el bolso aterciopelado que tenía por fuera, unas lagrimas llegaron a mi, pero por un momento pensé... a mi padre no le hubiera gustado que yo llorara, así que aleje esos pensamientos y le di una gran sonrisa, mientras decía en mi mente gracias padre.

Al quedarme mirando unos momentos sentí una leve brisa detrás de mí pero no le di importancia, sentía algo extraño, me sentía insegura, pero de repente unos brazos rápidamente me tomaron de atrás abrazándome y rápidamente tapando mi boca con una tela con un olor muy muy fuerte a anestesia, los brazos alrededor de mí me apretaban demasiado y mi vista y sentidos lentamente se iban desvaneciendo.

Mi cuerpo estaba temblando, había despertado, mis ojos estaban cerrados, me sentía incómoda, mis brazos estaban amarrados e igual mis piernas, estaba sobre una cama bastante incómoda, tenía miedo en abrir los ojos,  hasta que un sonido de una puerta cerrándose hizo que me acelerará el corazón, sentí que alguien se sentó a la orilla de la cama y estaba observándome, no podía más y abrí de una vez por todas mis ojos, y allí estaba el.

Continuará...