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(Un mes después)
— Puja Yerim, puja, tú puedes —
Todos estábamos la sala, Jin y Yoongi estaban dentro de la habitación con Yerim quien ya había entrado en labor de parto, todos estábamos preocupados por ella, ya llevaban tres horas y no nos daban noticias. Hace un rato solo recibimos un rápido mensaje de Yoongi que dijo que ya había nació uno, pero no dió más detalles y se fue dejándonos a todos con los pelos de punta, eso ya había sido hace dos horas.
— ¡DUELE! —
— ¡PUJA UNA VEZ MÁS! — se escuchó el grito de Jin para luego escuchar un grito de dolor de Yerim
Luego fue todo silencio, para luego escuchar llantos chillones que inundaron toda la casa, Jungkook se puso de pie con una enorme sonrisa, sin esperar más subió, nosotros aún no podíamos entrar hasta que Jin nos dijera que podíamos.
— ¿Preocupado? — me preguntó Hoseok
— Así es... es difícil estar feliz cuando sabes que se irá alguien de tu vida, por más que no nos hayamos llevado bien — dije viendo por donde se había ido Jungkook
Luego de una media hora Jungkook llegó con una manta en sus manos.
— Es una niña — dijo él sonriendo — los otros dos llorones están con Yerim —
Cuando me acerqué vi una pequeña cosita rosada, tenía también el cabello blanco y con pequeñas orejas que tenían pequeños pelos del mismo color.
— Su hermano mayor es también del mismo color — dijo Jungkook sin borrar su sonrisa — el último tiene el color negro, como Yerim — dijo arrugando su nariz de forma tierna
— Vaya... felicidades hermano — dijo Hoseok también viendo a la bebé que dormía plácidamente en los brazos de Jungkook
— Son muy chiquitos — dije acercando mi mano para tocar su mejilla — felicidades Jungkook —
— Gracias amor — dijo Jungkook acercándose a mí — tú también eres papá — dijo pegando nuestras frentes — si es cierto lo que dice Yoongi de poder ocultar las orejas iremos a visitar a tu abuela, me gustaría conocerla — dijo a lo cual asentí emocionado
— ¿Y cómo se llamará? — pregunté sin apartar mi vista de la bebé
— Aún no lo hemos decidido — dijo Jungkook riéndose — Yerim quiere que todos estemos ahí para escucharlo — dijo haciendo que alcé mi mirada para verlo
Fuimos hasta el cuarto, ya todos nos habían ganado y la habían felicitado, cuando la vi se veía mas delgada, parecía incluso más cansada y es normal, un parto no debe de ser fácil.
— ¡Taehyung mira! — exclamó Jungkook guiándome a la cama donde estaban los otros dos bebés, como dijo Jungkook uno tenía la cabellera de color blanco y el otro de color negro
— Pero que lindos conejitos — dijo Yoongi riéndose — son una ternura, ay Hoseok, tú seguro también fuiste así, me hubiera gustado conocerte de esa forma — dijo de manera melosa
— El parto es difícil y cansado, yo he tenido tres camadas y déjame decirte que es muy agotador, bueno los dejo, felicitaciones a todos por los nuevos integrantes — dijo Jin retirándose
Luego de Jin, Hoseok salió junto a Yoongi, dejándonos a los tres solos junto a los bebés. Yerim solo sonreía y suspiraba.
— De hoy no paso... Jin dijo que perdí mucha sangre — dijo ella sin perder su sonrisa — me gusta verlo así, eso me asegura de que todo irá bien, los dos cuidaran de ellos y los querrán mucho — dijo suspirando con cansancio — él se llamará Jisung — dijo señalando al de cabello negro — me gustaría saber como los llamaran a ellos —
— Jiweon — dijo Jungkook viendo a la bebé para luego verme a mí
— Jisook — dije viendo a Yerim — me gusta ese nombre —
— Jisung, Jiweon y Jisook... me gustan — dijo ella viendo a los dos bebes que estaban a su lado — me gustaría quedarme más tiempo, pero no puedo... —
Todo ese día estuvimos junto a ella, no falleció en el parto como pensó, pudo verlos al menos más de un momento, pero a la mañana siguiente se fue, la encontramos sin vida en la cama junto a los bebés a quienes ella no quería dejar. Le hicimos una pequeña ceremonia entre nosotros, llamamos a las brujas quienes también hicieron su ceremonia y la enterramos, nadie vino, ni siquiera con la noticia de su fallecimiento, ni siquiera sus padres.
Jungkook dijo que solo nos quedaríamos una semana más, que debíamos tener todo planeado y organizado, juntamos ropa y mantas para los bebés, Jin nos dijo que podía darles de lactar y separarles leche hasta que nos marchemos, la mamá de Jungkook vino para despedirnos y ver a sus nietos, nos trajo un poco de comida para llevar y se marchó. Las brujas nos dieron esa poción, nos dijeron que duraría un día y medio, que si deseábamos más podían venir a visitarlas junto a los niños.
La casa poco a poco la fuimos despejando, tapamos todo con sabanas blancas y nos llevamos lo necesario. Partimos un día soleado, el viaje fue duro, pero Yoongi nos dijo que más allá había un señor que tenía unos pequeños transportes para todos, en menos de dos días logramos avanzar mucho gracias al transporte.
En mi mente estaba mi abuela, seguro estaba preocupada porque no la iba a visitar, también está mi amigo, pero ahora tengo a personas que son mi familia, ¿Cuándo podré ir a verlos? pensé mientras veía atrás como nos alejabamos de la frontera, la frontera en donde todo pasó.
— ¿Te pesa? — me preguntó Hoseok refiriéndose a la bebé
— Para nada — dije sonriendo — ¿Quieres cargarla? — le pregunté a lo que él asintió rápidamente
— Ya falta poco, en media hora llegamos — dijo Yoongi viendo el camino
Y sí, en media hora llegamos a una hermosa villa. Vi muchos híbridos, al principio Jungkook se veía amenazado pues se apegó a mí junto a los bebés, pero Hoseok le dijo que no harían nada, que ya todos llevan tiempo aquí. Luego de un rato Jungkook se relajó, la gente nos dió la bienvenida y nos ofreció una pequeña casa.
— ¿Te gusta? — me preguntó Jungkook
— Es linda... con el tiempo me gustaría vivir en otro lado, más cerca de la ciudad, me gustaría ver a mi abuela —
— De eso estuve hablando con Hoseok — dijo Jungkook echando a los bebés en sus pequeñas camas obsequiadas por los de la villa — dice que por aquí a unos kilómetros queda la civilización, dice que por las brujas que protegen la villa no nos pueden ver, pero nosotros podemos salir con tranquilidad —
— Eso suena bien... — dije echándome a la suave cama
— Te amo — lo escuché decir
— Yo también — dije tocando su mejilla — eres como ese instinto que no puedo negar..., no, eres el instinto que no puedo controlar —
— Tú también eres mi instinto, eres ese que siempre estuvo dentro mío, en lo más profundo de mi corazón — dijo sonriendo dulcemente
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