Cuando volteé ahí estaba Jungkook, llevaba un short negro y una camisa azul, se veía hermoso.

— ¿Sí? — pregunté viendo como se mordió el labio con nerviosismo

— Vamos a hablar un rato — dijo él dirigiéndose al bosque

Yo lo seguí de forma calmada desde atrás, no sabía que decir y que iba a decir él, tal vez un adiós o un golpe, no lo sé.

— Hoy te vas — dijo volteando a verme

— Sí, eso querías tú — dije acercándome a él — me gustó mucho haberte conocido, te pido disculpas por haber arruinado tus planes, espero que cumplas tu sueño de ser líder y seas feliz — dije sonriendo

— Idiota — dijo acercándose a mí

Me agarró bruscamente del cuello y me atrajo hacia sus labios, nuestros belfos se movían con rudeza, él era quien ponía el ritmo, que casi siempre era así de rápido y brusco. Lo escuchaba suspirar y también escuchaba el sonido chicloso que hacían nuestros labios al juntarse.

— No... quiero... que... te... vayas... — dijo entre el beso — no... quiero... —

El beso se hizo más lento, podía sentir su olor cerca a mí y no me pude resistir a abrazarlo, él correspondió y también se apegó a mí como si de esa manera nos fuéramos a fusionar.

— ¿Entonces qué deberíamos hacer? — pregunté cuando se separó

— No vamos a pensar en eso ahora — dijo atrayéndome de nuevo hacia sus labios

Poco a poco sentí como desabrochó mi pantalón, no me negué a nada de lo que él pensaba hacer. Él me jaló hacia unos arbustos, todos mis sentidos estaban cegados por algo llamado lujuria, nuestros cuerpos estaban calientes. Él se bajó el short quedando sin ninguna prenda en la parte baja, se sentó encima mío y nos seguimos besando, mis manos también querían explorar así que empecé a tocar su pecho, sus pezones mejor dicho. Los gemidos de Jungkook eran más fuertes, y yo no tenía mucha resistencia para aguantar tanta sensualidad.

— ¡JUNGKOOK! — escuchamos un grito que nos hizo parar de inmediato

Vi como el cuerpo de Jungkook se enfrió de inmediato, se puso pálido y sus manos que estaban en mis brazos empezaron a temblar.

Era su padre, ese grito fue de su padre y se escuchaba cerca, muy cerca. Estábamos casi desnudos escondidos en un arbustos, era obvio lo que el padre de Jungkook pensaría. Jungkook se alejó rápido de mí y buscó su short, él me miró rápidamente diciéndome algo con tan solo su expresión.

Jungkook tenía miedo de su padre, tenía miedo de lo que pasaría y no sabía que hacer.

— ¡JUNGKlOOK SÉ QUE ESTÁS AHÍ! — eso fue el detonante para que Jungkook empezara a llorar, yo quise abrazarlo, pero él se negó

— ¿Y-y ahora? — me preguntó en voz baja a lo cual no supe como responder

Jungkook se puso de pie, me miró y luego se dió la vuelta caminó hasta afuera, yo no me quedé atrás, tenía que estar a su lado. Cuando salí Jungkook estaba frente a su padre, el señor no miraba a Jungkook, me miraba a mí, desde que salí del arbustos me miró a mí.

— Explíquenme que es lo que pasa — dijo con la voz ronca

— Papá, él y yo... —

— ¡JUNGKOOK POR DIOS! — gritó sin dejarlo hablar — ¿¡ACASO TE DAS CUENTA DE LO QUE HACES!?, ¿¡ERES UN DELTA ACASO!?, ¿¡UN ASQUEROSO DELTA QUE NO SIRVE PARA LA ALDEA!?, ¿¡UN ASQUEROSO DELTA QUE NO SIRVE PARA LA VIDA!? — gritó haciendo temblar a Jungkook, nunca lo había visto así, se veía muy mal — ¡TÚ MALDITO IDIOTA ERES EL CULPABLE! — gritó acercándose a mí

No sabía que hacer, todos aquí eran más grandes que yo y el señor lo era aún más. Cerré mis ojos con miedo cuando sentí un golpe en mi mejilla, fue un puñete muy fuerte que hizo que caiga al suelo de forma brusca, como si fuera un saco de papas.

— ¡ERES TÚ EL MALDITO CULPABLE!, ¡DEBÍ MATARTE APENAS ESCUCHÉ EL PRIMER RUMOR!, ¡DEBÍ TIRARTE AL BOSQUE PARA QUE LOS ANIMALES SALVAJES TE COMAN! — gritó queriendo darme otro golpe, pero Jungkook se metió en medio

— No lo golpees — dijo en voz baja Jungkook

— Sal Jungkook — le dijo, pero Jungkook lo empujó — ¡MALDICIÓN SALTE! —

— ¡NO! — gritó Jungkook tirándole un puñete — no le vas a tocar ni un pelo, nunca lo vas a tocar, ni tú, ni nadie — dijo de forma amenazante

— ¿¡ACASO TE ESCUCHAS!? — preguntó su padre viniéndolo mal

— ¡ES MÍO Y LO AMO!, ¡DEJA DE JUZGARNOS! —

— Eres un asco, ¿Qué hice yo para tener hijos tan mediocres? — preguntó el señor pasándose las manos por la cara con frustración

— Papá... —

— No serás líder — dijo interrumpiendo a Jungkook — no lo serás, Soobin será el futuro líder, es más apto, es el mejor de todos ustedes — dijo viéndome a mí — te fijaste en un humano, pero eso no hubiera sido tan grave si hubiera sido omega, ¿Porqué un alfa Jungkook? — preguntó con una mirada diferente — ¿Porqué un alfa?, ¿Porqué...? —

— Papá, yo... solo me enamoré de él, no pude controlarlo y no pude hacer nada para evitarlo —

— Somos conejos Jungkook, pero tenemos problemas y lo sabes, no podemos tener numerosos hijos por dos motivos, los omegas no lo aguantan y no podemos tener una población numerosa, estamos en problemas, hay conejos en otras zonas, pero nosotros somos la fuente — dijo acercándose a Jungkook — tu hermano está con un gato, no va tener hijos y lo sabemos, ahora tú sales con los mismos, ¿Sabes cuántos niños nacen al año? — preguntó serio — nacen treinta Jungkook, de esos treinta solo cinco son omegas, solo cinco —

— Papá... —

— Estoy cansado Jungkook — dijo viéndome fijamente — espero que mueran en cualquier circunstancia, son una deshonra para su especie, son un asco —

— Señor... — dije poniéndome de pie — sé que ésto no debió pasar, tal vez no lo vea bien, pero no podrá separarnos, no puede porque somos uno, nos amamos a nuestra forma poco común, nada nos va a separar — dije acercándome a Jungkook para tomar su mano, tenía miedo de que me golpeara de nuevo y me dolía la mejilla por el golpe aún, quería llorar por eso, pero no lo soltaría

— Son un asco — dijo el señor viéndonos mal — tendrán una vida solitaria, sin hijos y sin nietos, sin nada, me dan pena — dijo frunciendo el ceño — pobre Jeonghwa, pobre de tu madre y de todos los que confiaron en tí Jungkook, años educandote para ser líder, años organizando tu futuro y vienes a hacer estás aberraciones, no sé que hice mal —

— Gracias por todo papá, pero nunca quise ser líder, ese era tu sueño, no el mío, nunca quise en realidad serlo, ahora lo sé, no eran mis planes, eran los tuyos... —