Capítulo 45 "Tragedia"
Al otro día, Victoria sigue profundamente dormida y Adrián no ha dormido nada. Se pueden ver las ojeras marcadas en sus ojos y el cansancio es latente en su cuerpo.
Una enfermera entra a la habitación para seguir de cerca el estado de salud de la paciente y ve como está el guardaespaldas.
-No puede estar así, puede dejarla por unas horas que no le va a pasar nada. Acá está en buenas manos.
Niega lentamente, sus ojos permanecen firmes en la abogada y sostiene su mano.
-Si usted desea, le puedo conseguir una cama y se queda descansando con la señora. Puede usar la ducha de la habitación.
-Gracias. -Susurra.
La enfermera lo mira con lastima y sale enseguida de la habitación.
El muchacho se restriega los ojos con las manos e intenta no quedarse dormido, sin embargo, el sueño lo termina venciendo y se queda dormido profundamente.
Mientras, Emilia está vomitando en el inodoro del baño y su pareja sostiene su cabello, golpea suavemente su espalda y la toma con cuidado antes de hacerla sentar sobre el suelo. Agarra una servilleta y limpia su boca.
-Me siento horrible. -Expresa con asco.
-Lo se mi amor.
No le gusta para nada verla así, todavía le falta que recupere un par de kilos y los vómitos no ayudan para nada.
- ¿Quieres una ensalada de fruta? ¿Un té?
Arruga el rostro y niega.
-Perdón pero no quiero comer nada. -Acaricia su vientre.
Suspira suavemente y lo que menos quiere es dejarla sola.
-Te llevo a la cama.
Ella asiente con los ojos somnolientos y la ayuda a ponerse de pie, Emilia cepilla sus dientes y al terminar, es tomada en brazos por Ben y la lleva a la cama.
La acuesta con cuidado y la tapa con las sabanas.
- ¿Sabes algo de Vicky? -Pregunta cansada.
-No, Adrián no me ha llamado.
-Tienes que ir al hospital a verla.
-Amor, mira como estás no te voy a dejar sola.
-Por favor, mi amor. Quiero que vayas o sino no estaré tranquila. -Le ruega.
-Emilia...
-Hazme caso. -Toma su mano. -Yo ahora voy a descansar y estaré bien.
-No le abras a nadie.
-No. -Sonríe un poco.
-No me tardo. -Besa sus labios y prosigue con su vientre antes de mirarla. -No voy a tardar, ¿sí?
Asiente en silencio y cierra los ojos, acomodándose para dormir.
Al abogado le duele dejarla pero solo estará por un momento, cierra la entrada con llave y camina hacia el auto.
Tiempo más tarde, Benicio entra a la habitación y Adrián se despierta al oír la puerta cerrarse.
- ¿Cómo está?
-Igual. -Llevándose la mano al rostro. -Está en constante observación y se espera a que despierte en las próximas horas.
-Ese hijo de puta está loco, se atrevió a intentar matarla frente a tanta gente.
-Su hijo esta en la cárcel, ¿Qué tiene que perder? Ya no le debe importar nada y por eso lo hizo. Solo espero que ese maldito pague.
-Y lo hará, le darán muchos años por intento de homicidio y frente a muchos testigos. No hay plata que lo salve.
El guardaespaldas asiente y observa a la morena, esperanzado con que ella despierte y vaya mejorando.
-Solo espero que no tenga secuelas.
-El medico nos dijo que está fuera de peligro, te aseguro que ella va a seguir siendo la misma polvorita de siempre. -Dándole ánimos y lo hace reír.
El guardaespaldas se siente más tranquilo y lo observa con atención.
- ¿Y Emilia? ¿Cómo está?
-Está con vómitos y ya no veo la hora para que termine este trimestre. -Suspira. -Todavía sigue perdiendo peso y no me gusta verla así.
-Entonces ve, te necesita.
-Me dijo que venga a ver como está Vicky, está preocupada por su amiga.
-Vicky estará bien. -Sonríe. -Los llamo cuando despierte.
Benicio se despide de Adrián y sale del hospital. En el camino, le compra un ramo de flores y al entrar a la casa, las pone en agua y saca una rosa. Sube las escaleras lentamente y al entrar a la habitación, la encuentra profundamente dormida y sin hacer ruido, se quita los zapatos y se acuesta en la cama.
Ella está acostada de lado, dándole la espalda y el aprovecha para hacer cucharita, utiliza su brazo para apoyarse en el y la contempla en silencio.
Mira enamorado al ángel que yace en el colchón y una sonrisa aparece en su rostro. Siente tanto amor por la rubia que hasta le duele el corazón, no obstante, este es un dolor que le da vida y le encanta, más al saber que este amor lo hace tan dichoso y más que ella corresponde ese amor.
Sus ojos se llenan con un brillo especial y nota que Emilia se mueve entre las sabanas.
-Mmm... -Murmura.
Abre los ojos y en un instante, el hombre le muestra la rosa y sonríe con dulzura.
-Está hermosa. -La toma y la lleva a su nariz.
Se mueve para quedarse boca arriba y ambos se miran con una sonrisa resplandeciente.
- ¿Cómo está?
-Todavía no despertó pero me dijo Adrián que lo hará en las próximas horas.
-Eso espero... si mañana me siento bien iré a verla.
-Amor... -Le reprocha.
-Ben... no va a pasar nada.
-Pero no vamos a estar mucho tiempo.
Ella pone los ojos en blanco y ambos ríen.
- ¿Cómo te sientes, mi amor? -Acaricia su cabello.
-Mejor. Todavía siento un poco de nauseas pero estoy bien.
Ben besa sus labios con dulzura y la acuna con sus brazos.
Al mediodía, Adrián está sosteniendo la mano de su pareja cuando de pronto, siente un apretón de Victoria y se pone feliz al saber que está reaccionando.
Ni siquiera alcanzo a hablar cuando la abogada abre los ojos y la luz blanca provoca que parpadee varias veces hasta que se acostumbra a la luz.
-Adri...
-Shhh... -La calla enseguida. -No hables, mi vida. -Besa su mano. -Ni loco me voy a separar de ti.
Ella asiente y en su mirada se puede transmitir el miedo.
-Ya paso mi amor. El ya está en la cárcel, no podrá hacerte daño nunca más.
Esas palabras son un consuelo para su alma y respira más tranquila.
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