Capítulo 38 "Sensible"
Más tarde, Emilia está en el comedor con su hijo cuando escuchan la cerradura de la entrada. La mujer se pone de pie y camina rápidamente hasta la puerta. La pareja se encuentra y se enfundan en un abrazo.
-Gracias a Dios que estás bien. -Asustada.
Ella no entiende que le está pasando pero las hormonas la están matando, rompiendo en llanto y Ben limpia sus lágrimas.
-Estoy bien, mi amor. -Envuelve el torso de la mujer con sus brazos y deposita muchos besos en su rostro. -No me paso nada.
Emilia sigue llorando hasta que los besos y mimos del abogado la calman. Los dedos de Benicio se enredan en los bucles rubios y ambos sonríen.
-Gracias por quedarte con ella, Mateo.
-Es mi mamá. -Acercándose y toma la mano de su madre. -Obvio que me quedare con ella para cuidarla o cuando me necesite.
Ella sonríe y abraza a su hijo. Minutos después, la pareja se despide del muchacho y Ben la abraza desde atrás.
- ¿Cómo te sientes?
-Más o menos, se me revuelve el estomago pero se que es por los nervios.
-Eso es lo que me tiene preocupado. -Le da la vuelta y la pega a su cuerpo. -Que estás adelgazando y necesitas comer. -Lleva su cabello hacia atrás. -Por eso te debe bajar la presión.
-Es que no tengo apetito. -Arruga el rostro. -Solo tengo ganas de comer unos panqueques con dulce de leche.
Benicio arquea una ceja al escuchar eso.
- ¿En serio quieres comer eso? -Suspira. -Pero eso es postre.
Ella le hace puchero y este rie a carcajadas, la mujer se une a la risa y el abogado la besa con ternura.
-Está bien. -Palmea su trasero con suavidad. -Vamos a la cocina.
La mujer sonríe como una niña mimada y caminan con sus dedos entrelazados.
Al otro día, los resultados de Adrián dieron bien y el doctor le dio el alta. Por seguridad, Victoria paro un taxi y regresa a la casa con su pareja. Victoria lo ayuda en todo momento y Adrián no puede tener una enfermera mejor como su novia. Ella se sienta a su lado y besa sus labios
- ¿Te duele la cabeza?
-Un poco, mi amor. Voy a tomar un analgésico.
-Ya te lo alcanzo.
Se regalan una sonrisa y le tira un beso antes de que la abogada desaparezca de la sala.
Solo tarda unos minutos en aparecer y le alcanza el analgésico con el vaso con agua. Se sienta a su lado y el hombre utiliza su brazo para envolver su cintura y atraerla a su cuerpo.
-Por suerte estás fuera de peligro. -Tranquila.
-Es que tengo una buena enfermera.
La mira con una pizca de luz en sus ojos y besa sus labios, besarla de esa manera provoca de que todas sus preocupaciones y miedos queden a un lado. Ella apoya la cabeza en su hombro y se relaja enseguida.
Más tarde, Ben está subiendo las escaleras con una bandeja con el desayuno cuando escucha a Emilia tosiendo. La deja sobre la mesa de luz y corre al baño para ayudarla.
La encuentra de rodillas y la cabeza está inclinada hacia el inodoro, se arrodilla a su lado y corre el cabello mientras acaricia su espalda.
La rubia sigue vomitando y no puede mantener los ojos abiertos.
-Mira como estas, mi vida. -La ayuda a sentarse. -Tengo que llevarte al hospital.
-Estoy bien. -Somnolienta. -Solo quiero dormir un poco más.
Ben no se conforma con eso y al ver su estado sabe que algo anda mal con su salud. La toma en brazos y la siente más liviana, no puede estar mucho tiempo así, tiene que recibir ayuda.
-Mi amor, te tiene que ver un médico.
-Seguro que es una intoxicación. -Bosteza. -Solo quédate conmigo y abrázame.
-Emi... estoy preocupado por vos, has adelgazado y no me gusta nada. ¿Por qué no vamos al medico así salimos de dudas?
Ben se acuesta a su lado y la atrae a su cuerpo antes de protegerla con sus brazos.
-Estoy bien, mi amor. -Toma su mano. -Solamente es un malestar y ya se me va a ir.
- ¿Entonces no puedo hacer que cambies de parecer?
-Veras que tengo razón y recuperare lo kilos que perdí.
El abogado suspira impotente al saber que no puede hacer nada y ella apoya la cabeza en su pecho, encuentra el sueño rápidamente y este se queda acariciando su espalda con ternura.
-Espero que no sea nada serio, mi amor. -Preocupado. -Ya no quiero que sufras más.
Más tarde, Victoria decide visitar a su amiga con la compañía de Adrián y Ben le abre la puerta.
- ¿Sigue mal?
-A la mañana volvió a vomitar. No la veo muy bien y me alarma.
- Pero ¿qué le pasa?
-No tiene apetito, todo lo que come lo vomita y lo único que quiere comer es algo dulce. Ayer me pidió unos panqueques y no sabia que decirle.
Victoria lo mira perpleja al darse cuenta y quiere hablar con su mejor amiga.
- ¿Dónde está?
-En la habitación.
La morena asiente y camina hasta las escaleras. Los hombres quedaron a solas y le dice a Adrián que tome asiento.
Emilia está sentada sobre la cama cuando Victoria entra.
-Hola Vicky... -Sonríe. - ¿Cómo estás?
-Bien, ¿vos? Ben me conto lo que te está pasando.
-Ay está exagerando. -Suspira. -Quiere que vaya al médico, pero estoy bien.
-Estás adelgazando.
-Voy a recuperar los kilos.
La morena frunce el ceño y vuelve a hablar.
- ¿Sabes? Una vez te paso lo mismo, hubo un tiempo en lo que solamente podías comer verduras. ¿Te acuerdas? Estuviste como tres meses bajando de peso porque te la pasabas con nauseas.
Emilia queda pensando hasta que da al clavo y sus ojos miran con sorpresa a su amiga.
-Estás loca... es imposible.
- ¿Por qué no? Estás con Ben y tienen sexo.
-Pero ya estoy grande... además no se si el quiere tener hijos. -Asustada.
- ¿Estás bromeando? Si ese hombre se llega a enterar que te pasa se volverá loco y ahí si prepárate, no te lo sacas más de encima. -Ríe.
- ¿Estás segura? No creo que sea posible.
- ¿Tuviste tu periodo?
-Tengo atraso de una semana... -Sacando cuentas. -Pero se me habrá atrasado por el stress.
-Por las dudas hazte el test.
Emilia se muerde los labios al sentir un poco de nervios.
-No le digas nada a Ben... no se como va a reaccionar.
-Confía en mí. -Le guiña un ojo. -Si quieres te puedo traer algunos a escondidas.
-Por favor... está tan nervioso que no quiere que salga sola. No se que hare con el trabajo.
-Ay Emi... justo un loco como Ben se vino a enamorar de ti. -Bromea.
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