Minutos después, el celular de Benicio empieza a sonar y atiende la llamada al ver que se trata de Victoria.
-Hola Victoria, ¿Cómo estás?
-Ben por favor, necesito tu ayuda.
- ¿Paso algo? -Pregunta al escucharla nerviosa.
Emilia y el abogado se quedan mirando con preocupación.
-Estoy en el hospital, estaba yendo para el trabajo cuando Adrián no pudo frenar y chocamos. Yo estoy bien pero el tuvo un golpe serio, no se cuándo le darán el alta y presiento que nos cortaron los frenos... no es normal que los frenos no funcionen.
Cumplió, ese desgraciado cumplió con la amenaza de sacarse de encima a Victoria y no puede mirar en estado de miedo a Emilia.
- ¿Dónde están? -Espera a que le diga y asiente. -Está bien, ya voy para allá.
El abogado corta la llamada y Emilia está desesperada por saber que paso.
- ¿Era Vicky?
-Si... me tengo que ir. -Aprieta su mano con suavidad y besa sus labios. - ¿Te puedes quedar con ella hasta que regrese? -Le pregunta a Mateo.
Ella se pone de pie y va tras Ben para saber que paso con su amiga.
-Ben por favor, estás ocultando algo...
El abogado suspira y se acerca antes de llevar sus manos a sus mejillas.
-Parece que Victoria y Adrián sufrieron un atentado.
El corazón de la mujer se detiene y se preocupa por su amiga.
-Quiero ir con vos.
- ¡No! -Levanta la voz por la desesperación y se calma. -No, mi amor... mejor quédate aquí... si es verdad lo que yo pienso tengo miedo de que te hagan algo. Por favor, mi vida quédate con Mateo, cierra todo y estarás bien. -Besa sus labios.
-Cuídate, por favor. -Le implora.
-Lo hare. -Sonríe y apoyan sus frentes. -Te amo.
La besa por última vez y sale de la casa, ella le hace caso y Mateo la ayuda, quien observo todo el amor que emanaba la pareja en la despedida.
- ¿Te sientes mejor ma?
-Si, solo fue un mareo y ya se me paso. -Suspira. -Pero tengo miedo por el.
- ¿Qué está pasando? '
- ¿Te acuerdas de Julieta Medina? -Lo ve asentir. -Los hombres de su padre están amenazando a Victoria y por estar con Ben recibí una amenaza.
-Mamá... -Exclama preocupado. -Es una gente muy peligrosa.
-Lo se... por eso tengo miedo, por Vicky, por Ben. -Se muerde los labios. -Quiero ir con él.
-Hazle caso, me quedare con vos y veras que Benicio regresara pronto.
Su hijo la hace entrar en razón y asiente, no obstante, una sensación de peligro no la deja tranquila.
Tiempo más tarde, Benicio se encuentra con Victoria y le preguntan como está.
-Está bien. -Suspira profundamente. -Lo van a tener en observación hasta mañana. -Inquieta. -Como me gustaría matar a Federico.
-No sabemos si son ellos.
- ¿Y a vos que te parece? Obvio que fue el.
-Lo se y por eso tengo miedo pero no podemos hacer nada si no tenemos pruebas.
Victoria se queja y se lleva las manos a la cintura.
-Odio que no podamos hacer nada... ¿puedes hacerte cargo de la denuncia? -Le pregunta a su amigo.
-Me voy a ocupar de todo, no te preocupes.
La morena asiente y se siente impotente por toda la situación que está atravesando. Sintiéndose culpable de que Adrián este así por su culpa.
Traga saliva y mueve la cabeza para sacar esos pensamientos de su mente.
- ¿Y Emilia? ¿Cómo está?
-Está en mi casa con Mateo. Quería acompañarme y no la deje, no quiero que corra peligro por esos miserables. -Suspira. -Lo que me tiene pensando es que últimamente está teniendo problemas con el estomago y hoy casi se me desvanece. Se que la situación la está sobrepasando pero me preocupa que este adelgazando.
- ¿Cómo?
-Si, la veo más delgada y no quería comer nada, apenas probo una salsa y corrió al baño para vomitar.
Victoria se quedo en blanco, tratando de recordar porque esos síntomas se le hacía muy familiar.
Una vez que Benicio se fue, entra a la habitación de Adrián y ambos sonríen.
- ¿Qué te dijo?
-Ya fue a hacer la denuncia. -Sintiéndose más tranquila. -Espero que la policía sea más apta y puedan comprobar que fue un atentado. Si fue así, voy a pedir más protección por Julieta. No se como vamos a hacer para llegar vivos al juicio y todavía falta un mes.
El guardaespaldas toma su mano y acaricia su piel suavemente.
-Tenemos más vidas que un gato, mi amor. -Dándole ánimos. -No van a poder con nosotros.
Aparece una sonrisa en el rostro de Vicky y con cuidado, inclina su cuerpo antes de besar sus labios.
-No van a poder con nosotros. -Decidida.
En ese momento, Facundo está detenido en una de las cárceles de la jefatura y no puede dejar en ese hombre que abrazaba a su mujer.
En sus ojos no hay expresión, permanecen estáticos al recordar como ese infeliz la consolaba besando su cabeza. La miraba con tanto amor y eso le hace enfadar. Se pone de pie y se acerca a los barrotes, golpeando con fuerza y aprieta los dientes.
¿Quién es ese tipo? ¿De donde lo conoce? ¿Es su amante?
Repite esas preguntas una y otra vez en su cabeza, no tiene ni idea pero desde la cárcel se las arreglara para saber quien es ese tipo y que tiene que ver con Emilia.
Y si comprueba que es su amante, hará todo lo posible para separarlos porque su esposa es suya y de nadie más.
-Tendría que haberme escapado con ella mucho antes y no estaría en está cárcel de mierda... -Reprochándose por no haber actuado antes y respira con dureza. -Así no se iba a ver con ese tipo nunca más. -Golpea los barrotes de nuevo. -No vas a ser feliz, Emilia. -Jura, sintiéndose fuera de sí. -Vas a ser mía hasta que la muerte nos separe.
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