Capítulo 33 "Divorcio"
Emilia se siente mejor pero no tiene ganas de hacer nada, todavía sigue latente su malestar en el estómago y ahora está tomando un poco de té.
Benicio está con ella, sin saber que hacer para que el animo de la rubia este un poco mejor y acaricia su cabello cuidadosamente. Una idea asoma por su mente y se pone de pie. La mujer lo mira en medio de la confusión, observando como este busca entre sus discos.
- ¿Qué buscas?
-Algo que no se si se te acuerdas. -Sonríe.
Ella frunce el ceño y Benicio camina hasta el equipo de música, lo enciende y luego coloca el disco, se queda de pie esperando la canción que quiere mostrarle y la melodía empieza a sonar.
Emilia se queda parpadeando, recordando aquella canción que a ambos le gustaban bailar en su juventud. El abogado baila y chasquea los dedos con el ritmo de la música, provocando una sonrisa en ella y extiende la mano para que baile con él.
Lo logra en cuestión de segundos y sus manos quedan entrelazadas. Ambos empiezan a bailar y la vitalidad de la mujer resurge de las cenizas mientras recuerda viejos momentos que vivió con él en su juventud.
"Lunes por la madrugada.
Yo cierro los ojos
y veo tu cara,
que sonríe cómplice de amor.
Días en la carretera
Yo siento aquí dentro
La emoción de haber dejado lo mejor".
- ¿Te acuerdas como la bailábamos? -Animado.
-Si... hace mucho tiempo. -Enrolla el cuello con sus brazos y el abogado acaricia su espalda.
- ¿Sabes? Escuchaba está canción y me acordaba de vos. La escuchaba todos los días para empezar el día. -Enamorado. -Siempre me tuviste como un loco y completamente enamorado de ti. -Sonrie suavemente.
La besa con dulzura y un escalofrío recorre el cuerpo de ambos. Sus frentes se unen y ella cierra los ojos, sintiéndose completamente relajada.
"Noches de melancolía
Pateando en una ciudad vacía
En mi oscuridad te busco a vos
Quizás, hoy sí te pueda encontrar
Mas allá de toda pena
Siento que la vida es buena
Hoy".
-Como me hubiera gustado que las cosas sean distintas.
-Lo se mi amor. -Suspira. -Yo también. -Acaricia su mejilla. -Pero tenemos una oportunidad de cambiar el curso de nuestras vidas y quiero que lo hagamos juntos.
Abre los ojos al escucharlo y echa la cabeza hacia atrás.
-Me gusta eso... -Su sonrisa se extiende. -Dios mío. -Apoya la cabeza en su pecho. -Como deseaba estar así con vos... por un momento pensé que nunca iba a pasar porque tenia miedo. -Susurra.
El hombre toma su cabeza con cuidado y se toma el tiempo de besarle toda la cara.
-No pienses en eso, mi amor. -Llevando su cabello hacia atrás. -Lo importante es que ese tipo no te va a hacer daño nunca más. -Besándola con dulzura y ambos disfrutan de su sabor, sus lenguas se entrelazan y exploran sus bocas.
Se separan para recuperar el aire y Ben la contempla en silencio, embobado al ver lo hermosa que es.
Emilia se le queda mirando con una sonrisa llena de amor y siguen bailando. Ben la levanta y ambos giran en el mismo vértice, riendo y disfrutando de la oportunidad que le está brindando la vida.
"Yo sé que no es en vano este amor
Mas allá de toda pena
Siento que la vida es buena
Hoy".
Gracias a Dios, Emilia se siente mucho mejor y está cocinando junto a su amante. Ella está probando la salsa y hace una expresión de asco. Duro unos segundos de esa manera y se tapa la boca al sentir nauseas.
- ¿Qué tienes? -Preocupado.
Empieza a toser y la bilis corre por su garganta, echándose a correr hasta el baño y al llegar al inodoro, empieza a vomitar y Ben sostiene su cabello mientras palmea suavemente su espalda.
Está alarmado por su salud y la ayuda a ponerse de pie, baja la tabla y la sienta con cuidado.
- ¿Cómo te sientes, mi amor?
-Mal... -Arruga el rostro. -Desde ayer que me siento así, hoy en el trabajo también estuve vomitando y ahora regreso este malestar.
Asiente y acaricia sus manos antes de levantarla.
-Mejor vamos a la cama, ¿sí? -Besa sus manos. -Si quieres te preparo algo mas liviano.
Se le revuelve el estomago y restriega su vientre.
-No. -Expresa con asco.
Eso le preocupa al abogado, que ella vaya a la cama sin haber probado un bocado. Suspira en silencio y la toma en brazos, llevándola hasta la habitación.
La acuesta sobre la cama y Emilia le pide que se acueste a su lado.
-No tienes que pedírmelo, siempre voy a querer estar con vos. -Encantado. -Sabes que es lo que más quería, dormir a tu lado y despertarme con la compañía de la mujer que amo.
Se sonroja y lo mira con una mirada emocionada.
- ¿Y quién es esa mujer? -Arquea una ceja.
-Ay es una mujer hermosísima, rubia, con unos ojitos azules preciosos. Alta, despampanante y demasiado inteligente. Debes saber quien es.
Ambos se miran con ternura y ella apoya la cabeza en su hombro.
-Te amo Ben, nunca pensé que iba a sentir tantas cosas como las que siento por vos.
-Yo también te amo mi amor. Eres lo más sagrado que tengo y haría cualquier cosa para que estés a salvo. -Feliz. -Yo sabia que iba a ser recompensado con tu amor, que mi espera iba a valer la pena porque tu amor me hizo mejor persona y voy a vivir para hacerte feliz, para borrar las heridas de tu alma y verte sonreír todos los días en los que estemos juntos, de los cuales estoy seguro que serán para toda la vida.
Emilia está que llora y lleva su mano izquierda hacia el cabello oscuro de su amor verdadero. Se encuentra tan sensible por todo lo que le está pasando pero también siente una fuerza increíble, la que tanto necesito en todo este tiempo, y ya no tiene miedo a nada, solo quiere ser feliz y lo será.
Ya no le importa Facundo, solo importa su felicidad y su felicidad está en Benicio.
-Quiero que me ayudes con el divorcio... no quiero estar más casada con ese poco hombre.
El hombre sonríe y la sostiene entre sus brazos, inclina su cabeza para besarla y sellan su amor con un beso apasionado.
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