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Capítulo 3 "Lunes por la madrugada"

Ben está en su casa, sentado en su sillón con la compañía de la música que inunda en todo en living. No puede borrar la sonrisa de su rostro mientras mira una de las fotografías que tiene el abogado con Emilia.

Una canción empieza a sonar y con tan solo escuchar la melodía lo lleva a uno de los maravillosos recuerdos que vivió con la rubia.

"Lunes por la madrugada
Yo cierro los ojos y veo tu cara
Que sonríe cómplice de amor

Días en la carretera
Yo siento aquí dentro
La emoción de haber dejado lo mejor"

Ellos eran tan jóvenes, ella todavía no se había casado pero estaba comprometida con Facundo, aún así, se divertían muchos cuando salían con Victoria.

Recuerdo de Benicio:

Lunes por la madrugada de Los Abuelos de la nada era la canción favorita de Emilia y Ben, y cada vez que la escuchaban sonar en el boliche, bailaban juntos y se divertían al compas de la música.

El dúo cantaba a todo pulmón sin importarles las burlas de Vicky y Laura.

"Yo no sé si es en vano este amor
Aquí no hay luces de escena
Y algo en mí no se serena

No".

Benicio la toma de las manos y sus ojos brillan al verla tan feliz. Le da la vuelta y mueven los pies antes de que la muchacha sea enrollada por el joven.

El estudiante de abogacía está tan enamorado de la estudiante de letras que ruega que está noche no termine nunca, solo se conforma con quedarse bailando toda la noche con Emilia.

"Noches de melancolía
Pateando en una ciudad vacía
En mi oscuridad te busco a vos

Quizás, hoy sí te pueda encontrar
Mas allá de toda pena
Siento que la vida es buena
Hoy"

El dúo sonríe con intensidad mientras se dejan llevar por la música y el exterior dejo de existir para ambos. La pista de baile solamente es de ellos y se llevan todas las miradas de los jóvenes que están en el boliche.

Fin recuerdo de Benicio.

Son de esos recuerdos en los que el abogado tendrá en su cabeza toda la vida, no importa saber que nunca tendrá la oportunidad de estar con la mujer que ama.

Solo se conforma con verla feliz, como siempre lo fue.

"Yo sé que no es en vano este amor
Mas allá de toda pena
Siento que la vida es buena
Hoy"

Al otro día, Victoria estuvo preparando los detalles para el cumpleaños sorpresa de Emilia y Benicio la estuvo ayudando en todo para que sea especial para la mujer que lo tiene enamorado.

Les tomo un largo tiempo en decorar todo y están conformes con el resultado.

-Quedo muy lindo. -Dice el abogado con una sonrisa. -Le va a gustar mucho.

-Y más le va a gustar el regalo que le compraste.

Benicio se ruboriza y asiente lentamente.

-Eso espero. -Nervioso.

-Ay son tontos los hombres cuando están enamorados. -Se burla. -Bueno, voy a buscarla con la excusa que quiero que tomemos una copa de vino y tu llama a sus amigos.

-Ya lo hago.

La abogada asiente y busca sus llaves para irse de la casa.

Más tarde, cuando la morena llega a la casa de su mejor amiga se encuentra con Emilia y con su ahijado.

-Feliz cumpleaños.

Victoria abraza a la rubia y está sonríe.

-Muchas gracias.

-Y a vos no te veía hace mucho. -Le habla a su ahijado. -Estás hermoso.

-Gracias tía.

Se dan un abrazo fraternal y pone manos a la obra a su plan.

- ¿Vamos a mi casa? Te llevo.

- ¿Para qué?

- ¿Y cómo para qué? Al menos vayamos a tomar algo, una charla de chicas.

-Mmm... -Duda.

-Dale ma. -Sonríe. -Te hará bien que salgas un rato.

Emilia sonríe y besa la mejilla de su hijo.

-Está bien, nos vemos más tarde.

Se despide de su hijo y sale de la casa con Victoria. La rubia ve como está el frente del coche de su amiga y la mira con sorpresa.

- ¿Qué te paso?

Victoria suspira al recordar el choque de ese muchacho y a pesar de todavía sigue molesta por lo sucedido, algo cambio en su mirada al recordar como se veía.

Ese cabello oscuro y peinado hacia atrás con la ayuda de un gel, esa barba recortada lo hacia mucho más varonil de lo que ya era gracias a su físico. Se muerde el labio inferior y se pierde en su imaginación.

- ¿Vicky? ¿Estás ahí?

- ¿Qué? -Reacciona y traga saliva al darse cuenta de lo que estaba pensando, mueve la cabeza y mira con atención a su amiga. - ¿Qué dijiste? -Confundida.

-Te pregunte que le paso a tu auto.

-Un pelotudo me choco de frente. -Se queja. -Estaba distraído con el celular, lo quise esquivar y ya era tarde. Mañana lo llevo al taller.

Su amiga asiente, ambas entran al auto y se colocan la correa de seguridad.

-Compre el vino que te gusta y vamos a cenar juntas.

-Por mi no hay problema. -Animada.

-Eso quería escuchar. -Sonríe.

La abogada enciende el motor y acelera.

Mientras, el joven está en el gimnasio y concentrado en su entrenamiento, está haciendo flexiones cuando recuerda del desastre que provoco por haber utilizado el celular mientras manejaba.

Se siente tan estúpido de haber hecho algo así pero no puede cambiar el pasado. Llamo al seguro para que se hagan cargo de los gastos de la señora y recuerda como ella se veía.

Enojada, con esos ojos verdes electrizantes por la furia del momento. La vio con un carácter tan podrido que le encanto lo hermosa que se ve así. No puede ocultar reírse y al quedarse pensando en ello, perdió la cuenta de las flexiones.

Adrián tiene 29 años, guardaespaldas, responsable, dedicado a su trabajo y muy audaz.

Ahora está disfrutando sus vacaciones, a la espera de un nuevo trabajo que lo llene de emoción como el anterior. Se pone de pie y se hidrata antes de seguir ejercitándose.

En la casa de Victoria, Benicio las está esperando con las amistades de Emilia y mira con cuidado desde la ventana a ver si llegaron. Estuvo así por un largo tiempo hasta que ve al auto estacionar y les pide a todos que hagan silencio. Laura apaga las luces del comedor y escuchan que se abre la puerta.

El ambiente permanece en silencio y solo se escucha a las dos mujeres entrar.

- ¿Por qué no vamos al comedor?

-Bueno.

Responde Emilia y en el momento que pasan al comedor, encienden las luces y la rubia se encuentra con la sorpresa.

- ¡Sorpresa!

Todos gritan y ella se ruboriza al verlos a todos.

-Sos una tramposa. -Mirando a su amiga y se rie.

-Cállate y disfruta de tu cumpleaños.

Abraza a su mejor amiga y Laura trata de suavizar la seriedad de sus ojos, acercándose a sus amigas y se abrazan.

Se separan y Emilia va saludando a sus conocidos.

El corazón de Benicio late a mil por hora, bombeando sin parar en el instante que la rubia se acerca al abogado y le da un abrazo. El tiempo se detuvo para el hombre y cierra los ojos con suavidad. Ella se echa hacia atrás y sonríe al ver la sonrisa del hombre.

-Feliz cumpleaños Emi. -La felicita.

-Gracias Ben. -Contenta.

Emilia sigue saludando a cada uno de los que están en el comedor y está tan feliz que no quiere que el momento termine, disfrutando de cada segundo de su cumpleaños.

Ahora está sosteniendo su vaso de vino, charlando con sus amigas y Benicio se acerca al trio para escucharla hablar. Victoria se da cuenta de eso y sonríe levemente.

-Espero que no te moleste que haya invitado a Benicio.

Ambos se miran y Emilia niega enseguida.

-Claro que no. -Animada. -Me alegra mucho que haya venido.

El abogado extiende su sonrisa y sus ojos aparecen ese brillo especial.

Victoria los mira con picardía y disfruta de ver como ambos se miran.

Luego, la fiesta termina y Benicio le propone a Emilia llevarla a la casa.

- ¿No te molesta?

-Claro que no Emi. -Tranquilo. -Me encantaría llevarte.

-Está bien. Gracias Vicky, te amo.

Las amigas se abrazan y cuando ellos se van, Victoria queda sola y bosteza debido al sueño que tiene.

Al ver que está todo ordenado, va apagando las luces y en el momento que está por llegar a las escaleras, el timbre suena y frunce el ceño.

-Que se habrá olvidado Emi.

Retrocede y camina en dirección a la puerta.

- ¿Qué paso, Emi?

Abre la puerta y se desconcierta al ver que no es su amiga. Es un hombre encapuchado y el pánico se apodera de ella cuando ve que sostiene un arma.

-No se mueva.

-No, por favor. -Asustada. -No me mate.

Le suplica una y otra vez, el tiempo no pasa más para ella y para resguardar su vida, intenta cerrar la puerta rápidamente pero este lo impide. Victoria le da un golpe en la cara y el asesino gime del dolor.

En un instinto para resguardar su vida, intenta alejarse del hombre pero resulta herida por la bala y cae al suelo. El sonido del disparo se escucho en todo el barrio y el hombre no tuvo otra que escapar, dejando a la abogada agonizando.

Su respiración es errática y trata de moverse, fracasando en el intento. Uno de lo vecinos irrumpe en la casa para auxiliarla y ella pierde la conciencia debido a toda la sangre que perdió.


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