Capítulo 15 "¿Tuvieron algo?"
Al otro día, Victoria abre los ojos y se topa con la sensación de los brazos de Adrián envolviendo su cintura y levanta la cabeza para mirarlo desde cerca.
El guardaespaldas está profundamente dormido y su corazón está experimentando un cortocircuito, su cuerpo esta adolorido y sensible por las caricias del hombre. Traga en seco y se levanta despacio para no despertarlo.
Sus ojos verdes lo observan con miedo y con un amor que ya no puede contener porque es más fuerte que su promesa. Conocerlo en está etapa de la que creía que nunca se enamoraría cambio todo su mundo de cabeza y se siente indefensa.
Indefensa porque tiene miedo de salir lastimada, que el también se burle de ella y le rompa el corazón.
Se coloca la bata para cubrir su desnudez, va al baño para darse una ducha y prepararse para el día.
Pensó que el baño aliviaría la cabeza de los tormentos de su mente pero no fue así, sembrando de a poco esas dudas que paralizan su corazón.
Termina de prepararse y sale rápidamente de la habitación con la bata puesta.
Lo primero que hace al entrar a la cocina es hidratarse y abre las ventanas para que el aire del afuera ventile la casa.
Se apoya en el mármol y respira hondo, lamentándose ser victima de los sentimientos que está empezando a sentir, se da cuenta por como su corazón late sin darle respiro cuando lo ve, cuando siente un tremendo hormigueo en su estomago al tenerlo cerca y ahora está pendiendo de un hilo al tener tantas dudas.
¿Tiene que seguir su corazón y entregarse a lo que siente por el guardaespaldas?
¿Qué hará con Eduardo? No tiene ninguna relación estable con Eduardo porque no lo ama, ni siquiera siente esa atracción que tiene por Adrián y ya no quiere tener ninguna relación con ese hombre.
Suspira y siente como los brazos fuertes del guardaespaldas envuelven su cintura desde atrás.
-Mmm,,, buenos días. -Animado.
-Buenos días. -Sonríe.
Adrián apoya las manos en sus caderas y le da la vuelta para mirarla a los ojos.
- ¿Cómo estás?
-Bien. -Mirándolo con atención. - ¿Y vos?
-También, muy contento. -Acaricia su cabello.
Ella asiente y se aleja para preparar la mesa. Adrián la mira con mucha intriga y quiere saber lo que está pensando.
-Está preparado el café. -Seria.
Asiente en silencio y se sienta frente a ella, le sirve en la taza y se la entrega a su jefa.
-Gracias. -Susurra.
-Te noto muy seria, ¿estás bien?
-Si...
-Estás muy pensativa.
Victoria se atreve a mirarlo y recibe una pregunta que la descoloca.
- ¿Te arrepentiste de lo que paso?
Le sostiene la mirada y es sincera con su respuesta.
-No, no estoy arrepentida.
-Yo tampoco. -Sonríe.
Otro momento de silencio y Adrián no puede evitar su interrogatorio al no saber que le pasa.
- ¿Te molesta mi edad? ¿La diferencia que hay entre nosotros?
-No me interesa la diferencia de edad.
- ¿Entonces que tienes? -Confundido. -Te puedo entender si me dices lo que tanto te hace dudar.
Los ojos le empiezan a picar y deja de mirarlo, odia tanto ese autocontrol porque no quiere mostrarse sensible delante de un hombre.
-Prefiero no decírtelo.
-Y una pregunta más... ¿Qué somos? Después de lo que paso anoche no podemos hacernos los tontos y actuar como si nada paso entre nosotros.
-No voy a dudar que me gustas. -Sincera. -Eres un hombre guapo, fuerte, bueno y demasiado responsable pero no soy muy buena con las relaciones estables, ¿entiendes?
Adrián está más confundido que nunca, quisiera entenderla para poder ayudarla porque de verdad le importa pero ella cada vez se cierra más.
- ¿Y Eduardo? Porque hace unos días me dijo que eres su mujer.
La cara de la mujer es completamente seria al escuchar eso.
- ¿Cuándo te lo dijo? -Sorprendida.
-Cuando se quedo contigo toda la noche. Estaba tomando algo en la cocina y el me enfrento para dejarme en claro varias cosas.
-Yo no soy de nadie. -Firme.
Esa respuesta le encanto al guardaespaldas y sonríe.
-Lo sé y me encanta eso de tu carácter. -Toma su café. -Tienes un carácter bastante podrido. -Rie. -Me gusto mucho el apodo que te puso Benicio.
- ¿Qué apodo?
-Polvorita y tiene mucha razón. -Bromea.
Ella suelta una risa y se la nota más relajada.
-Me lo puso en la universidad. -Pone los ojos en blanco. -Es un estúpido.
- ¿Tuviste algo con él?
- ¿Estás loco? Nunca. Es mi amigo desde la facultad y, además está enamorado.
- ¿De quién? -Curioso.
-De Emilia, hace años que está así. -Suspira. - ¿Se puede estar toda una vida enamorado de una persona?
Adrián se encoge de hombros y se inclina en dirección a Victoria.
-Solo si es un amor verdadero.
La mujer no parpadea, solo se le quedo viendo por un segundo y siente como su corazón se hunde.
Más tarde, Victoria tiene todo el sábado libre para ella y se queda toda la mañana leyendo. Deja el libro de lado al tener hambre y va a buscar a Adrián para preguntarle si quiere comer. Entra a su habitación sin tocar y no lo encuentra, solo escucha el agua de la ducha y sin vacilar, abre la puerta del baño y lo encuentra de espaldas. El vidrio de la ducha está cubierta de vapor por el agua caliente pero su cuerpo desnudo es visible. La mujer traga saliva al verlo de espaldas y sus ojos se llenan de deseo.
Adrián se da la vuelta al sentir una presencia y sonríe al verla. Abre la puerta y extiende su mano para que se acerque, ella le hace caso y poco a poco la va desnudando. No emiten palabra, solo se miran con excitación y al quedar desnuda, se mete en la ducha y es recompensada por el beso del joven.
La apoya en el vidrio y sus manos se detienen en los pechos prominentes de la mujer seductora, apretando suavemente y le roba un jadeo.
Victoria cierra los ojos y se deja arrastrar por la pasión.
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