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¿Cómo estar nervioso con tres palabras?

Solo Namjoon causaba eso en Jimin.

Habían pasado tres meses cuando el mayor corto comunicación con —el ahora rubio y salvaje— Jimin, eso claramente lo dejo triste, pero necesitaba sacrificar todo lo que llego a lograr cuando se liberó de Jackson para que ahora tuviese la confianza y las pruebas contra él.

Sabía que Jackson no se quedaría quieto, si este fue capaz de hacer todo eso tenía que estar preparado para lo que venía, pero demonios ya estaba cansado de estar alerta solo quería olvidar lo que paso, quitar su tarjeta de memoria de todo lo que paso con Jackson y lanzarla por ahí.

Lanzarse encima de Namjoon, decirle lo mucho que le hubiese gustado empezar una relación en aquel momento donde sentía que las mariposas hacían estragos en su estómago cada vez que estaba a su lado, cada que tenían un simple roce.

Quería revivir ese beso, una y otra vez no solo en su mente como cada noche cuando Jackson se iba enojado, por, bueno porque siquiera respiraba.

No entienda que había hecho para que Jackson hiciera tal cosa, se suponía que estaba enamorado, se suponía que decía que lo amaba entonces ¿Cómo fue que llegaron a eso?

Golpes, abusos, palabras tan denigrantes que a veces pensaba que en serio se lo merecía, pero no, no había hecho nada para merecerlo y no dejaría que Jackson volviera a tener poder en su vida.

Le enseñaría quien era Jimin y lo que este podía.

El sonido del timbre le hizo recodar que estaba esperando a alguien y que ni siquiera se pudo cambiar.

—Ya voy—medio grito saltando del sofá mandando a volar el cojín que estaba en sus piernas, ni siquiera lo pensó dos veces para abrir la puerta olvidando por completo su gusto incontrolable por esos enterizos tiernos, ahora mismo traía uno de dragón y ni en cuenta de ello hasta que la puerta estaba abierta y Namjoon lo miraba sorprendido.

Maldita memoria de pez, ¿Como no te acordaste de que lo tienes puesto?

—Oh por... —ni siquiera termino cuando Jimin había cerrado la puerta en su cara. — ¿Jimin?

—Tú no viste nada—dijo sin abrir la puerta y corrió escaleras arriba para deshacerse de su penoso amor a las cosas tiernas como esa.

Luego de unos minutos, los cuales trato de no alargar, bajo listo para ver una lluvia de estrellas junto con el mayor quien tenía una sonrisa divertida dibujada en aquellos gruesos y apetecibles labios.

—No digas ni una palabra de eso—murmuro en una ligera amenaza mientras cerraba la puerta y se aseguraba que todo estuviese en orden.

Antes no podría hablarle así al mayor sin que hubiese respeto y nerviosismo de por medio, pero necesitaba que su actitud diera un cambio, aunque fuese difícil de mantener, pero debía hacerlo si no quería que más personas pasaran por encima suyo.

Los moretones que aún no desaparecían de su cuerpo y todo lo que había sufrido le dejaban en claro que era hora de dejar de ser tan permisivo y débil, no llegaba a nada más que pura desgracia.

— ¡Jimin!

La voz del mayor le hizo reaccionar y darse cuenta que estaba a punto de cruzar la calle en luz roja, si no fuera por los brazos del mayor ahora tendría más moretones que antes.

— ¿Estás bien?

Sus ojos enfocaron el rostro de Namjoon, se notaba enormemente preocupado, tal vez un poco molesto y no lo culpaba era un idiota por no prestar atención.

—Yo... lo siento, hyung

La luz verde alumbro sus rostros en la oscuridad y antes de que las personas que iban a pasar, suponían que estos también estaban rumbo a sus casas o algún lugar para ver la lluvia de estrellas, sintió los fuertes brazos de Namjoon rodear su cuerpo con suavidad, como si fuese una muñeca de porcelana que con un simple toque podría romperse.

—No vuelvas a asustarme de esa forma, no me perdonaría saber que nuevamente no te he protegido

Sus brazos estaban tendidos a sus costados mientras lograba ver como algunas personas sonreían enternecidos, algunos asombrados al saber quiénes eran y otros, pues otros estaban pendientes a todo menos a ellos. Cerró los ojos olvidándose que estaban en el medio, donde se suponía que la gente debería pasar, y rodeo como pudo la espalda del mayor escondiendo su rostro allí.

—Lo siento hyung

Acababa de darse cuenta que mientras se cerraba a los que trataban de herirlo también se cerraba a los que querían amarlo, no quería sentirse herido, no quería sentir como la persona que decía amarlo le daba la espalda cuando más lo necesitaba.

Estuvieron así unos minutos hasta que escucharon el quejido de algunas personas que querían pasar, no tuvieron de otra que separarse y seguir su camino, otra vez estaba sumergido en su mente, pero esta vez un poco más consciente de su alrededor.

Era frustrante saber que ese momento podía ser especial, tomado de la mano de Namjoon, con una gran sonrisa en su rostro mientras sentía que su corazón pronto saldría de su pecho, pero ahora trataba de poner una pared contra los sentimientos de Namjoon hacia su persona, había dicho que lo intentaría, pero solo era para no herir nuevamente al mayor, ya lo hizo una vez y no estaba para nada feliz de ello.

Odiaba a Jackson, como nunca había odiado una persona.

Destruyó por dentro todo lo que tenía para dar, golpeo una y otra vez su alma hasta volverla una pared vacía llena de grietas, le hizo pensar que tal vez la muerte sería una buena opción, nuevamente le hizo llegar hasta el límite, pero a diferencia de la primera vez quiso pelear, aunque tuviera que dejar todo lo que lo hacía persona de lado.

Se sentía vació, como un cascaron, como si la vida hubiese perdido el sentido y había tomado la forma de su cuerpo.

Ese lo siento que había dicho, no fue por darle un susto si no porque su relación no llegaría a ningún lado, era una mala persona por darle falsas esperanzas al de piel canela y matarlas al decirle que no importaba si no llegarían a ningún lado. Suponía que él se había dado cuenta y por eso ambos caminaban a una pequeña distancia, que parecía miles de kilómetros, Namjoon habla de algo que su mente no descifraba, le dolía saber que quería amar, pero no podía.

Maldito sea el día, en que dejo que Jackson hiciera lo que quisiera con su vida.

Maldito sea el día, en que dejo que su persona fuese destruida.

Maldito sea el día, en que Jackson volvió a su vida.

Maldito sea el día, donde se rindió y no lucho por lo que quería.

Perdón chicos, por lo menos estoy contento de saber que ustedes lograron encontrar la felicidad.

Perdón a los que pasaron por Jackson también, si tan solo hubiese tenido valentía.

Perdón Namjoon, no podía amar estando tan roto.

—Llegamos

Su voz volvió a hacerse paso entre sus abrumadores pensamientos haciendo que mirara al frente donde todos estaban allí, Jungkook tenía una gran sonrisa mientras mantenía una mano en la cintura de su novio Hoseok quien también le sonreía, Yoongi estaba siendo abrazado por la espalda y no se le veía molesto por ello, Taehyug —quien pensaba que estaba en casa de Bogum— estaba allí con este a su lado también sonriéndole.

Cada uno vino a abrazarlo y no pudo corresponderles, estaba aturdido, paralizado.

No sabía qué hacer, como sentirse, no sabía si sonreír o llorar, se sentía como si se hubiese vuelto un extraterrestre y ya no sabía cómo comportarse.

Para su suerte nadie lo noto, nadie más que sus amigos quienes —con nada de disimulo— lo llevaron no tan lejos de la improvisada fiesta donde lo invadieron con preguntas, regaños y preocupaciones.

Quería detenerlos, que se callaran su mente estaba abrumada y lo que decían no ayudaba en nada, solo quería que una voz apacible le dijera.

No más sufrimiento, Jimin yo estoy aquí y no dejare que vuelvan a herirte.

¿Acaso nadie se daba cuenta que estaba pidiendo ayuda?

Taehyung hizo que los demás se calmaran para darse cuenta que Jimin no los estaba mirando, estaba allí, pero a la vez no lo estaba, cada uno se dio cuenta que Jimin se había convertido en lo que Jackson lo empujo hacer antes, un cascaron vació que dejaba que la golpearan una y otra vez.

El primero en abrazarlo fue el ahora pelirrojo, cubrió su cuerpo con amor mientras le susurraba al oído que todo estaría bien, luego fue el castaño de cuerpo trabajado quien lo abrazo por la espalda repartiendo cortos besos y suaves palabras en su cabello rubio, y por último el pelinegro de hombros anchos quien los trajo en un cálido abrazo que hizo que aquella pared se derrumbara por un momento.

Estoy roto

Su voz entrecortada dio aviso a las lágrimas que comenzaron a aparecer, su llanto no se hizo esperar llamando la atención de los demás quienes estaban no tan lejos de la escena.

E-Estoy jodidamente roto

Al estar rodeado de las personas que amaba se dio cuenta que no estaba tan perdido, solo necesitaba que lo sacaran de esa oscuridad, que estuviesen allí en cada paso que daba hasta que pudiese caminar solo como antes.

La suave música que se escuchaba arrullaba su débil y dolido corazón hasta que su llanto ceso, sus amigos se separaron regalándole una suave sonrisa causando que también lo hiciera.

Lo sabía, sabía que todo estaría bien de ahora en adelante, no importaba quien viniera no estaba solo en esa pelea.

El último en alejarse fue Jungkook quien rodeo su cuerpo en un cálido y duradero abrazo.

—Ya no te escondas, Minnie aquí estamos todos para protegerte y ayudarte, solo déjate amar ¿Sí? —susurro dejando un beso en su frente antes de separarse y dejarlo allí, sabía que este necesitaba espacio.

Espacio que fue interrumpido cuando avisaron que ya la lluvia de estrellas había empezado.

Su mirada paso al cielo donde pequeñas líneas aparecían y desparecían, era hermoso, pero no sentía nada por ello.

—Jimin—la voz de Namjoon lo hizo olvidar lo que estaba viendo para verlo a él quien tenía una mano extendida. — ¿Vienes?

Miro aquella mano y dejo atrás sus miedos y preocupaciones para tomarla, si no daba el paso nadie más lo haría por él.

La casa estaba ligeramente a oscuras, alguno que otro bombillo prendido y no necesitaban más ya que el mayor conocía el lugar y estaban tomados de la mano como para no perderse.

Al llegar a lo que suponía era la terraza de la casa logro ver dos sillas ya puestas, seguido de un telescopio, no sabía que marca era, pero se veía increíble, desde allí la lluvia de estrellas era increíble, era como si en vez de caer danzaban en el cielo.

—Jimin

¿Cuántas veces había escuchado su nombre de los labios del mayor? ¿Por qué esta vez era diferente?

—Namjoon

—Jimin, yo sé que no estás bien, dije que no iba a rendirme, pero no puedo obligarte a amarme, no puedo forzarte cuando sé que estas luchando contra muchas cosas tu solo, ese imbécil te destrozo pedazo por pedazo y aunque me gustaría ser quien te ayude a recogerlos no quiero que te sientas agobiado por mis sentimientos—el lindo paisaje de la lluvia de estrellas quedo en segundo plano y el rostro de Namjoon fue el único en su vista, aunque con la diferencia de altura era difícil. —No sabes las ganas que tengo de besarte, abrazarte, acariciar cada parte de tu cuerpo, besar cada una de tus heridas mientras te aseguro que no dejare que nadie te haga daño, no sabes las ganas que tengo de llorar al saber que el chico que me gusta, con el cual pude haber tenido una relación ahora está sufriendo por dentro, no sabes cómo extraño tus mejillas rellenas, como se sonrojaban con el simple roce de nuestros dedos, los tiernos pucheros que hacías cuando no estabas de acuerdo, esos berrinches de bebé grande que solo tú puedes dar, como echabas tu cabello hacia atrás cada dos segundos, como me mirabas, cuando saltabas de felicidad por los Pocky's que tanto te encantaban, oh mierda Jimin lo siento lo último que quería era que lloraras

Las lágrimas bajaban por sus mejillas sin ser consciente de ello hasta que el mayor lo menciono y las quito con sus pulgares, aunque rápidamente fueron reemplazadas por más.

—Solo logro hacer que llores, lo siento Jimin

—S-Soy un desastre, Namjoon

—No lo eres, Jimin

—Si lo soy—medio gruño aun sin dejar de llorar. —Estoy roto, estoy tan roto que ni siquiera sé cómo recoger los pedazos y ponerlos en su lugar, no sé qué hacer Namjoon. No sé si volver a ser el que era, no sé si quedarme como soy ahora, no sé si lanzarme a tus brazos sin importar que pase después, no sé si alejarme para no jugar con lo que sientes por mí, no sé si quiera qué hacer con mi vida, no lo sé Namjoon estoy jodidamente molesto conmigo mismo. Me odio por dejar que él destruyera mi vida hasta hacerla un montón de mierda, quiero dejar que me ames, quiero amarte, pero no sé cómo hacerlo, me siento perdido Namjoon y odio sentirme así—sus ojos estaban rojos al igual que sus mejillas, sus labios y su nariz, lloraba como si fuese un bebé. —Tengo miedo de salir a la calle, no se cuanta gente me odia que ni sabe lo que pasa y no quiero que me tengan pena, pero me gustaría que dejaran de meterse en mi vida como si tuviesen el derecho. Me siento tan mal porque quiero golpearlos, quiero gritarles que paren, quiero enterrarme en la cama y no salir más. Detesto mi cuerpo, aún tengo moretones, me tengo asco al cerrar los ojos y solo recuerdo como sus manos tocan mi cuerpo, el hombre que decía amarme hizo de mi cuerpo lo que quería, ¿Acaso yo no tengo voz en eso?

Namjoon también estaba llorando, no sabía cómo consolar al menor, no sabía que decir.

—Siento que estoy muriendo lentamente, me veo al espejo y no sé quién soy, quiero morir Namjoon quiero desaparecer del mundo, ya no quiero sentirme así

—No Jimin, pídeme que no te ame, que no te vea, que no sienta lo que siento por ti, pero no me pidas que te deje morir. No sé qué haría si ya no existes, Jimin puede que no me creas, pero te amo, lo daría todo por ti, no me importa si tengo que arriesgar todo con tal de que seas feliz, pero no me pidas que te deje morir, lo siento yo jamás dejare que te vayas. No me importa si no estás de acuerdo, si no te gusta o si estoy siendo egoísta no me importa, pero no dejare que lo hagas

— ¿Entonces qué hago? ¿Que se supone que tengo que hacer, Namjoon?

Su voz era pura suplica, sus ojos estaban tan desesperados por algo que calmara el dolor en su pecho.

—Cierra los ojos, Minnie solo ciérralos

Sus ojos miraron fijamente los de Namjoon antes de que sus parpados se cerraran, solo se escuchaba la música lejana, posiblemente las voces de sus amigos, el viento soplando, moviendo sus cabellos, la tranquilidad que empezaba a rodearlos hasta que unos gruesos pero encantadores labios se unieron a los suyos en un quieto beso.

Sus ojos se abrieron al instante, las manos del mayor tomaban su rostro con delicadeza, su cuerpo estaba agachado, posiblemente en una posición incómoda pero que se notaba que este no le importaba en lo más mínimo.

El mundo no merecía a Namjoon, Jimin tampoco, pero quería luchar por merecerlo.

Ridículo, ¿Ahora si quieres luchar?

Esa vocecita en su cabeza hizo eco en su mente, por milésima vez en el día.

Tú no mereces ser amado.

Das asco.

Todos los que dicen amarte terminan dándote la espalda.

No vales la pena.

Eres una zorra.

¿Por qué no mueres? Le haces daño al mundo al respirar.

Hazle un favor al mundo y desaparece.

Nadie te quiere.

Mentira...

Todos te odian.

Mientes...

Morir es la mejor opción.

No lo es...

Jamás serás feliz

No lo seré, si no me deshago de ti.

Basta, ya quiero ser feliz, tengo que serlo y voy a hacer todo lo que este en mi alcance, y ni tú ni nadie podrá evitarlo.

Voy a ser feliz.

Los labios de Namjoon se separaron y sus ojos estaban tristes, pero por lo menos estaba tranquilo al saber que por lo menos detuvo el llanto del menor.

Ninguno de los dos se alejó, la posición era jodidamente incómoda para Namjoon pero no quería alejarse, quería seguir besándolo, pero no iba a forzarlo.

Jimin por su parte empezó a respirar normalmente, como si la carga pesada que llevaba su cuerpo se hubiese caído, como si las cadenas que lo detenían lo hubiesen soltado y por fin era libre para amar.

Libre, era libre.

Las manos que colgaban en sus costados subieron al rostro de Namjoon acariciando este lentamente mientras sonreía dejando a Namjoon estático.

—Por favor, Namjoon bésame, bésame hasta olvidar todo, hazlo hasta que seamos uno por favor

Luego de ello sus labios se unieron, una y otra vez, sus respiraciones se volvían descontroladas a cada segundo, sus manos tocaban el cuerpo del otro, el espacio no existía entre sus cuerpos.

Aquella lluvia de estrellas fue testigo de cómo Namjoon y Jimin se volvieron uno, entre besos, toques, y miradas.

Con cada toque del mayor, cada vez que sus manos rozaban su piel expuesta sentía como si cada cosa mala que había pasado por allí se fuera de su cuerpo, sus labios besando cada parte de su piel, mientras susurraba lo hermoso que era, lo mucho que lo amaba.

Namjoon no merecía estar enamorado de alguien tan desastroso como Jimin, pero en la vida a veces había que ser egoísta y Jimin quería volver a amar y dejarse amar.

Ya no más tristeza, ya era hora de decirle adiós a su carga y tomar otro rumbo, un rumbo que involucraba la felicidad y a Namjoon.

—Jimin

— ¿Mhm?

— ¿Quieres ser mi novio?

Alzo una ceja para dejar de mirar al cielo y mirarlo a él quien lo miraba divertido.

— ¿Y las flores y la cena romántica con el violín intercalado?

—Se quedaron atrapados en el transito

Rio bajo y dejo su cabeza nuevamente en el pecho descubierto del mayor, sus dedos acariciaban su abdomen trabajado mientras suspiraba encantado.

—Si, Nammie hyung quiero ser tu novio hoy y siempre

Desde ahora en adelante pelearía por lo que quería y no dejaría que nadie ni nada vuelva a pisotear su vida. 





❁❣❁

¿Lo hicieron o no lo hicieron? e.e 


3/?

[Editado]

—Kim ♪

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