} Setenta y cinco { [Narrado]
Chae Young observaba detenidamente toda la habitación sentada desde la orilla de la cama. Estaba un poco sorprendida, pues no se imaginaba que el cuarto de Mina iba a ser todo tan rosita. Se esperaba algo más sombrio, obscuro; algo que encaje con ella.
Por otro lado, Myoui se encontraba parada frente a la ventana, mirando a unos pajaritos que estaban creando su nido en unas de las ramas del enorme árbol que tapaba la bella vista de luces y casas. — El rosa es mi color favorito. — Dijo sin quitar la mirada a las aves.
— N-no lo sabía...
Estúpido silencio incomodo. Estúpido silencio incomodo que se presenciaba por tercera vez en el día.
Mina soltó un suspiro y le echó una mirada rápida a la joven de baja estatura. Simplemente no lo podía creer; tenía un rostro perfecto. Suspiró nuevamente y se dirigió a la cama, sentándose al lado de Chae Young.
— Y-yo... — La menor estaba incomoda y se notaba a kilómetros. Quizás era por su tartamudeo, o tal vez sus mejillas la delataban por tornar a un rojo carmesí. — El rosa es una buena elección.
Mina, ignorando las palabras de la menor, se dejo caer en las suaves cobijas que cubrían la cama y acto a eso, Chae Young la copió. Ambas se encontraban tiradas boca arriba, nerviosas, mirando el techo de color rosa pastel, y pensando en millones de cosas a la vez.
La menor, quien seguía un poco incomoda, aprovechó el momento y rodeó la cintura de la mayor, haciendo que la contraria se aferrara al pecho de esta, sintiendo una sensación única; no había nada más hermoso que oír sus tranquilos latidos del corazón.
— Me calma...
— ¿El qué? — Preguntó la joven mientras acariciaba su melena.
— Tus latidos.
Chae Young asintió con una bella sonrisa. — ¿Sabes? Hay un estudio científico que dice que los latidos del corazón calman a las personas, y más a los recién nacidos. Al escuchar el corazón les hace bien. Cuanto más cerca se sienta el bebé del calor materno, de su respiración, del latido de su coraz... ¿Mina? — Chaeng le echó una mirada y sonrió nuevamente. Myoui se había dormido. — Quizás la aburrí.
Pero Chae Young se equivocó. No se había dormido por aburrimiento, si no, porque se sentía relajada gracias a los latidos del corazón, protegida por estar rodeada en los brazos de su ángel, y aliviada por esos mimos que estaba recibiendo. Y esas tres cosas, hacían que Mina olvidara el dolor y pudiese dormir tranquilamente.
O mejor dicho, Son Chae Young hacía que Myoui Mina olvidase el dolor...
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*GRITA COMO FLANDERS*
NO LO PUEDO CREER, NUNCA ESTUVE EN ESE PUESTO. LOS AMO MUCHO.
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