↠ Capítulo dos. ↞
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Capítulo dos:
Conociéndonos.
Desde ese breve e inesperado encuentro entre los infantes, Jimin y Hoseok se volvieron muy cercanos. El menor se preocupaba mucho del mayor, ya que lo que habían descubierto en cuanto a la salud de Hoseok, no había sido nada bueno, pero había entendido la razón de que le doliera tanto el pequeño golpe que le causó sin querer.
Durante el chequeo ella le había pedido a Hoseok quitarse su abrigo amarillo, cosa que al principio el pequeño se negó a acatar pero terminó por obedecerla; descubrieron algo horrible, en ambos brazos tenía montones de hematomas que ya se estaban tornando de un violeta oscuro. De la vergüenza que Hoseok sentía, cubrió su rostro negándose a mirarla. Poco después él les contó que en su anterior escuela los otros niños le agredían bastante e incluso le robaban la comida que llevaba.
Así que después de salir del consultorio, entendió que debía estar al pendiente del más bajo. Y a los pocos días que pasaban, Jimin le dedicaba sus pensamientos a Hoseok, y Hoseok a Jimin.
Cosa que no sabían entender, y que los llevaba a preguntarse, ¿por qué estar juntos se sentía tan bien, tan calentito y tan bonito? Pero, no, no hallaban ocasión para aclarar aquellas dudas.
Pasaron dos semanas de haberse conocido. Jimin se había levantado más temprano ese día, con la intención de pedierle a su padre que le preparara un segundo almuerzo, a lo que el Omega mayor no se negó a pesar que su pequeño no le quiso contar el porqué de eso; solo lo pidió con ojitos de cachorrito. Jinyoung con su buena intuición, sospechaba que ese almuerzo no era para su cachorro comilón sino para alguien más.
—¿Me dirás ya para quién es la otra lonquerita, Minie? —insistió otra vez el Omega con una sonrisa pícara—, vamos pollito, dime.
El castañito negó y llevó su debo índice al centro de sus labios los cuales estaban bien cerrados para después soltar un largo “shhh”, eso provocó una risita en el único adulto presente.
—Es un secreto, papi. TaeTae dijo que cuando te dicen un secreto, no puedes decírselo a nadie... ni a papis lindos como tú —le señaló con un mohín en su boquita rojita.
Jinyoung sabía más que nadie que su Jimin aprende demasiado rápido, y a veces debatía en que si era una característica ventajosa o no. Ante lo dicho, el Park mayor asintió dándole la razón a su cachorro.
—Taehyung-ah tiene razón, y me alegra saber que no eres un chismoso hijo.
El menor agachó la mirada sonriendo —. Sí, ChimChim no es un chismoso —afirmó sujetando con más fuerza la mano de su padre.
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La entrada de la escuela pronto se hizo visible para el Omega y su cachorro, y por suerte en la entrada se encontraron con Taehyung y Namjoon, quienes estaban acompañado por un adolescente alto, que Jimin conocía muy bien. Era el hermano adoptivo de Taehyung y de Namjoon sunbae; Kim Seokjin. Un Alfa de dieciocho años que de vez en cuando traía a ambos menores a la escuela. Jimin sonrió ampliamente mientras jalaba a su papá para el pequeño grupo de la familia Kim.
—Vamos papá, quiero que conozcas a Seokjinie hyung, me recuerda mucho a tí, es muy bueno y amable. ¡Y cocina muy rico!
—¿Es así? —el asentimiento su pequeño se lo confirmó, haciendo que el Park mayor sonriera también—. Pues, te sigo aún tengo tiempo antes de irme al trabajo con los señores Wang y Tuan.
Jimin saltó de alegría arrastrando con mayor intensidad a su padre. Cosa que hizo a Jinyoung preguntarse un par de cosas, ¿Desde cuándo su Minie era tan fuerte? ¿Un niño podría tener tal capacidad? Sabía que tendría que llevarlo a una revisión pronto, pero aún no estaba preparado para escuchar lo que un médico diría en relación a su hijo.
—¡TaeTae, Namjoon sunbae y Seokjinie hyung! —aquella exclamación adorable de su pequeño, le hizo regresar a la situación en la que se encontraban y su cuerpo se relajó volviendo a mostrar en su rostro su cálida sonrisa característica.
—¡Oh, ChimChim y Papá de ChimChim! Holaaa —respondió Taehyung en el mismo tono que el Park menor, soltando de inmediato las manos de sus hermanos para irse directamente a los brazos de su mejor amigo, quien por lo lado igual había soltado la mano de su progenitor.
El abrazo enterneció a los mayores que estaban a su alrededor. Para que luego el par se encerrara en una pequeña burbuja dejando de lado a los más grandes.
—Buenos días, Namjoon-ah —saludó Jinyoung al segundo menor de los Kim, quien le hizo una pequeña reverencia.
—Buenos días, señor Jinyoung —le sonrió—, mi hermanito y Jiminie son inseparables ¿verdad?
—Eso veo pequeño —luego elevó la vista al mayor de los Kim—, además es un gusto conocerte Seokjin-ssi, mi pequeño me ha hablado muchas cosas buenas sobre ti.
El adolescente agachó un poco la cabeza, pues no esperaba que el Omega mayor se dirigiera a su persona. Por lo que tardó un minuto en responderle al adulto.
—Igualmente señor Park. Kim Seokjin para servirle.
—Dime Jinyoung, dejé de ser “señor” hace un buen tiempo...
Se quedaron callados, en un cómodo silencio para retornar sus vistas hacia los mejores amigos del sitio.
—Papi, papi... ¿viste? Seokjinie hyung es genial. Mira la pulserita que me hizo TaeTae con la ayuda de Seokjinie hyung —se la mostró al Omega quien la tomó mirándola detalladamente.
—Es muy linda, bebé —concordó mientras extendía su mano—, ven te ayudaré a ponértela, pollito.
—¡Siiii! —Jimin rápidamente le dio su manita a su papi, quien le puso con suavidad el accesorio. Al ver la felicidad en su pequeño no se resistió y acarició sus hebras castañas—. Gracias papi.
Pero, no podía durar mucho ese lindo momento de Omega y cachorro, ya que el tono de teléfono de Jinyoung les interrumpió; la sonrisita de Jimin se borró gradualmente.
—¿Trabajo con señor Beta limón y Omega Ups?
—Sí cariño, tengo trabajo. Ya me tengo que ir. Nos vemos ahora —le dio un beso en su coronilla—, te prometo traerte algo rico cuando salgas ¿vale? —hizo un puño con su mano.
—Vale, ¡Adiós papi! —Jimin chocho sus nudillos con los de su papá.
—Adiós, papá de ChimChim —dijo Taehyung con un puchero, sus hermanos sonrieron ante esto y también se despidieron al unísono—, adiós señor Jinyoung.
—Cuidense mucho —les sonrió a los niños y al adolescente antes de marcharse corriendo de allí a la par que contestaba su celular.
—También tengo que irme a clases, Namjoonie cuida mucho de Taehyungie ¿está bien? —el aludido asintió realizando una pose militar muy chistosa seguido de un “sí, señor”.
—¡Nos vemos, hyung! —corearon los tres.
Seokjin se retiró apurado pero contento en dirección a su preparatoria. Namjoon se fue directamente al área de segundo despidiéndose y recordándoles que no faltarán al comedor más tarde. Taehyung junto con Jimin entraron puntuales a su respectiva clase, la profesora dijo que hablarían de un tema especial... ¿De qué se trataría?
—... Y con esto finalizamos esta parte niños, mañana seguiremos hablando de la importancia de la Jerarquía. Recuerden si no entienden algo pueden decirme respetando siempre y cuando las normas del buen hablante y el buen oyente, ¿sí, mis corazones?
—¡Sí, señorita! —se escuchó en todo el salón en perfecta armonía, en respuesta a lo dicho por la Beta.
—Excelente, ya pueden retirarse al comedor, mis tesoritos.
Los niños se fueron corriendo uno atrás del otro. Algunos iban riendo, otros hablando, a diferencia de Jimin y Taehyung quienes estaban un tanto intimidados por la lluvia de información que habían tenido durante cinco horas.
Por una sola palabra que ya les causaba temor: J E R A R Q U Í A.
Les habían hablado, sobre cada uno de los sub-géneros de esta. Y los cachorritos no podían estar más preocupados mientras entrelazaban sus manos. Tenían miedo de que al crecer sus futuros sub-géneros los separaran.
—Jimin... —Taehyung apretó su agarre para que dejara de caminar, Jimin volteó y vio que su amigo tenía la cabeza gacha —. Tengo miedo, ¿y si no me gusta el sub-género que me toque?, ¿qué pasaría si al presentarnos dejamos de ser amigos?
Esas palabras fueron como dos dardos al corazón de Jimin, tiró de Taehyung y a pesar de la diferencia de altura, lo envolvió en sus brazos de manera que la cabeza del azabache descansara en la curvatura de su cuello.
—Taehyung... tú y yo siempre, pero siempre, siempre y siempre seremos amigos, ¿me escuchas? —le acarició la espalda mientras continuaba hablando—, me importa una galleta si soy una gallina y tú un gavilán o lo que sea, somos amigos y eso ningún orden social lo va a poder cambiar, ¿entendido, TaeTae?
Para Taehyung que su amigo se tomase el tiempo de calmarlo, significaba mil cosas para él y si le decía que aquello no importa, entonces no importaba. Él y Jimin siempre serían los mejores amigos, no, serían almas gemelas sin importar qué o quién.
—¿Recuerdas la frase que aprendimos en inglés? —dijo Taehyung aún sin separarse—, You are my Soulmate, Park Jimin.
—You are my Soulmate, Kim Taehyung —reafirmó Jimin separándose lentamente del abrazo.
Luego, Taehyung se da cuenta de algo que había ignorado.
—Dijiste “galleta” en lugar de una mala palabra, ChimChim.
—No le digas a nadie pero, mi papito me enseñó a hacer eso.
De esta manera se fueron en silencio hacia el comedor.
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Estaban sentados a la mesa dentro del comedor, acompañados de Namjoon y Yoongi quienes murmuraban entre ellos, dejando de lado de los menores quienes acababan de terminar de comer. Se les hacía extraño que Hoseok no se fuese aparecido allí como habían concordado hacer. De verdad lo extrañaban.
En eso Jimin se levantó de su asiento y le susurró en el oído algo a Taehyung.
—Taehyung, disculpa tengo que ir a-
—Ver a Hobi hyung y quieres que me adelante ¿no? —completó por él, a lo que un Jimin avergonzado asintió.
—Ve, pero no tardes mucho yo me iré al rato con Namjoon hyung y Yoongi sunbae —Taehyung dice un tanto preocupado, no quería que los volvieran a sermonear por ser impuntuales... Su abuelita le había jalado su oreja muy fuerte.
—No tardaré mucho, vuelvo pronto —se giró para ver a los mayores—, gracias por la compañía sunbaes, pero ya me voy.
Jimin se fue corriendo buscando la cabellera pelirroja de su querido hyung. Porque él le había contado algunas cosas que no le había mencionado a la enfermera de la escuela, y como su nuevo amigo se sentía en la responsabilidad de protegerlo. Lo buscó por el área de segundo y después en el patio donde pudo hallarlo sentado sobre el césped en la parte más alejada de la institución.
Hoseok miraba al cielo fijamente, mientras tarareaba despacio una melodía. Jimin apenas podía oírlo, sin embargo le gustaban los sonidos que producía Hoseok. Quería escuchar más, pero lamentablemente mientras avanzaba piso una rama seca que sobresaltó al mayor, quién no tardó en gritar y caerse boca arriba del susto.
Hoseok era demasiado miedoso para su propia seguridad.
—¿Mimi? —Jimin rio ante el nuevo apodo—. Por la sagrada Luna, me asustaste.
—Ups, lo siento en verdad sunbae, solo quería escucharte más y... lo que tarareabas de escuchaba muy bonito —menciona el menor extendiendo su mano para levantar al mayor.
—Tome mi mano, lo levantaré —Hoseok sonrió y lo hizo.
La calidez que dominaba cada vez que estaban juntos, se sentía tan bien, tan correcto y tan indescriptible. Jimin no iba a mentirse, le encantaba su sonrisa incluso más que las galletas con chispas de chocolate o los deliciosos helados que su papá le compraba a veces. Espera... ¿Acababa de comparar lo que sentía por Hoseok sunbae con comida? Eso estaba muy mal.
La mano de Hoseok se posó sobre la de Jimin, y sus dedos se entrelazaron. Por la Luna llena, se sentía tan bien ese agarre que permanecieron unos segundos así, disfrutando de su cercanía. ¿Por qué se aceleraban sus latidos?, ¿por qué se miraban con un... algo?, ¿qué era ese “algo”? Dudas y sin respuesta.
—¿Eh, Jimin? —dijo Hoseok en un susurro—, ya me puedes levantar.
Jimin jamás se había puesto más rojo en su corta vida. Y de un jalón levantó a su mayor, si Jimin fuese estado más cerca ambos hubiesen chocado y eso es lo que menos quería el más alto.
—Disculpa sunbae, ¿te lastimé? —cuestionó algo preocupado Jimin mientras soltaba su mano.
—Ya pasó, no hay problema, pensé que no vendrías... ¿Podríamos hacer esto mañana? No quiero que te regañen por llegar tarde ni que saltes tus clases —le confesó rascándose su nuca.
Jimin negó—. No digas eso Hobi, eres increíble tal y como eres, no hay que echarse para atrás y te traje algo —abrió su mochila y sacó la loquera extra que su padre había preparado, dándosela al mayor.
—Es para tí, no sabía que te gustaba realmente. Es solamente un poco de Kimchi casero con un trozo de carne de cerdo, nada extraordinario —Jimin habla algo apenado por ni darle una mejor comida a su amigo.
En cambio, Hoseok casi suelta una lágrima al ver tal esplendor salir de la lonquera, el Kimchi con el pedazo de cerco se veía tan apetitoso que por poco babea frente a él.
—Jimin, no tenías que hacerlo... Pero, gracias, se ve delicioso. Me encanta el Kimchi de cualquier clase.
—Me alegra que te guste Hobi... hyung.
—No solo me gusta, amo este tipo de comida.
Al rato que Hoseok y había devorado el contenido de la lonchera, Jimin tomó algo de valor y preguntó sobre el secreto de su mayor.
—¿Pudiste ver a Dawon noona?
—Está mejor, hoy le llevé el almuerzo especial que traje de casa, un poco de arroz con carne y verduras, eso le dará fuerzas para sobrellevar el embarazo.
—Seguro se pondrá muy bien pronto, dalo por hecho.
—Eso espero Mimi, mis padres están muy preocupados y discuten mucho por la situación de mi noona, por eso trato de ayudarlos con lo que pueda. No me meto en problemas en la escuela y hago mis deberes como corresponde.
—Me gustaría acompañarte la próxima vez que vayas, sunbae —soltó el menor mientras tomaba la lonchera ya vacía—, quisiera conocer a Dawon noona.
—Créeme que también me gustaría, tendría que preguntarle a mi abuelo... Sería genial ir juntos —dijo completamente de acuerdo—, aunque no podremos hablar directamente con ella debido a su salud, solamente la veríamos por la ventana especial del hospital.
—Sí...Tendría que venir con mi papá a la visita ¿Tu abuelo lo permitiría?
—Te avisaré una vez le pregunte a mi abuelo. Pero, creo que sí.
Así se la pasaron bromeando, charlando y jugando juntos, hasta que llegó el momento de regresar cada uno a su área. Hoseok se quedó en el patio un rato más para luego irse a la enfermería e informar que se sentía mal y necesitaba que lo fueran a buscar. A diferencia de Jimin que sí terminó de ver sus clases, quedándose sentado a la espera de su padre Omega... quien volvió a llegar más tarde de lo habitual.
—... ¡Lo siento, pollito! —se disculpo jadeante su padre a lo que el pequeño reía divertido.
—No te preocupes papi, lo importante es que ya estás aquí. Vámonos.
Se fueron caminando contándole al otro sobre su día. Hasta que llegaron a casa, encontrándose con una no muy agradable sorpresa.
—Papá, la puerta está abierta.
—Ponte detrás de mí, Jimin.
Y eso no fue lo peor. Al entrar vieron a un hombre alto, sentado en uno de sus muebles como si fuera el dueño de su casa. El hombre al verlos sonrió poniéndose en pie, a juzgar por su apariencia y lo que Jimin había aprendido sobre la Jerarquía él podría ser un Beta bien dotado o un Alfa. Confirmó que era lo segundo al ver como su padre se tensaba frente suyo. Tal y como Taehyung y él se habían paralizado cuando vieron al maestro de Namjoon.
En definitiva, se trataba de un Alfa.
—Tiempo sin verte, Jinyoung-ah —dijo el desconocido soltando un gruñido amistoso al final.
[N/A]
Notita vieja:
Hi! Ahí vamos con el segundo capítulo, saltando de a poquito porque son unos bebitos tan tiernos. Excusa del día: Por culpa de mi madre casi no logro publicarlo, pero aquí estamos.
¡Gracias por las 100 vistas! No he dormido mucho, pero trataré de hacerlo pronto, me disculpo si hay algún error o algo parecido :(
MamiJiminn Regalito para tí.
Moontumooncito Espero te haya gustado.
Edité un par de cosas, y espero que con esas modificaciones puedan entender mejor la historia.
XD y si Mimi insulta y piensa con metáforas sobre comida, pido perdón por mi existencia jsjs.
¡Espero les haya gustado! Nos leemos ♡
⎯ɴᴇᴄʜɪ.
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