Cap 18. Blair.
¡¡¡3K!!! ¡¡¡3K!!! ¡¡¡3K!!! ❤️❤️❤️
¡¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!! 💚💚💚
Hace una semana que llegamos a los 2K y ahora ya estamos con 3K. Estoy más que feliz. Muchas gracias de todo corazón💙
Como os había prometido, tendréis otro maratón de 3 capítulos. Espero que os gusten😊🧡
1/3 Maratón
(___)
Ha pasado poco más de una semana desde que me enteré de lo de Tom. No he salido de casa ni para ir al parque. No quiero cruzármelo. Para lo único que he salido ha sido para ir a comprar.
9:37 am
Me despierto poco a poco. Me giro y veo a Dyl durmiendo plácidamente. Está en mi cama porque ayer tuvo una pesadilla y se vino a mi habitación llorando. Por desgracia como no sabe hablar mucho no conseguí adivinar que soñaba.
Me levanto de la cama con cuidado para no despertarlo. Lo tapo más con las sábanas y le doy un beso en la cabeza. Salgo de mi habitación y me voy al baño. Me lavo la cara para despegarme y vuelvo a salir.
Bajo las escaleras y me voy a la cocina. Me preparo un café con leche y una tostada con aceite y aguacate. Me siento a comer en el comedor mientras miro Instagram.
Cuando acabo limpio todo y le preparo el desayuno a Dyl. Le hago lo mismo que a mí pero en vez de café, leche. Dejo su desayuno en el comedor y subo a mi habitación.
Me acerco a la cama, donde está dormido. Le acaricio el pelo. Se ve tan a gusto dormido.
-Dyl, hora de levantarse- le digo y él abre sus ojitos.
Lo cojo en brazos y lo bajo hasta el comedor. Lo pongo en la trona y lo dejo desayunando mientras yo voy a hacer las camas.
Cuando vuelvo ya ha acabado así que lo bajo de la trona y sale corriendo a la sala. Limpio su plato y voy a la sala. Le pongo una película de dibujos y me subo a mi habitación.
Ayer duché a Dyl, pero no me dio tiempo a ducharme yo. Así que aprovecharé ahora. Saco ropa interior de la cómoda y un pijama limpio del armario.
Me voy al baño y enciendo la ducha. Me quito toda la ropa y la dejo en la cesta. Me meto debajo del agua y me ducho rápidamente.
Al salir me envuelvo el pelo en una toalla mientras me seco el cuerpo con otra. Me pongo la ropa interior y el pijama. Me quito la toalla del pelo y doy pequeños toques para quitar el exceso de agua de este. Me hago la raya y me desenredo.
Al acabar recojo todo y salgo del baño. Vuelvo a bajar y me pongo a jugar con Dyl. Después de un rato decido llamar a Natasha.
-Hola Nat- la saludo cuando me lo coge.
-Hey, ya pensaba que estabas hibernando- dice riendo. Yo también me rio.
-¿Qué tal?- le pregunto.
-Bien, ¿y tú?- dice alegre.
-Bien- aunque mi voz parece todo lo contrario.
-¿Segura? Llevas sin llamarnos o quedar desde hace 8 días. Desde mi cumpleaños básicamente.
-Sí, segura- digo intentando sonar más alegre.- Solo es que he estado muy ocupada últimamente.
-¿Has estado quedando con tus nuevos amigos verdad?- dice, pero no noto enfado en su voz.- ¿Nos los vas a presentar algún día?
-No, no he vuelto a hablar con ellos desde el día de tu cumpleaños. Y no creo que os lo vaya a presentar, no creo ni que vuelva a quedar con ellos- suelto todo lo que tenía retenido.
-¿Por qué?- me pregunta confundida.
-Em...- porque mi vecino es Tom Holland, el actor que tanto te gusta. El nuevo Spider-Man. Pero yo no lo sabía y él me ha mentido y no me ha contado nada de eso. Me he enterado al ver la película en tu cumpleaños. Me enfadé con él y no le he vuelto a hablar.- Larga historia- contesto simplemente.
-Bueno, si alguna vez me la quieres contar, sabes que me tienes para lo que sea- me dice y yo sonrío.
-Lo sé, gracias.
Seguimos hablando hasta que se me hace tarde. Me despido de ella y cuelgo. Me voy a la cocina y me pongo a preparar la comida. La sirvo en el comedor y me voy a la sala a por Dyl.
Lo llevo al comedor y le pongo un capítulo de Bob Esponja en mi móvil. Nos ponemos a comer y al acabar limpio todo. Dejo a Dyl en la sala viendo Bob Esponja.
Subo a mi habitación y abro el ventanal para que entre el aire. Me tiro en la cama necesito un poco de silencio. Me quedo boca arriba mirando el techo. Cierro los ojos.
<<Pum>> El sonido de un golpe me hace abrir los ojos de golpe y sentarme en la cama. El golpe ha sonado cerca así que no ha sido Dyl.
-Hola- dice Tom asustándome. Ha entrado en la habitación por el ventanal.
-Tom- digo poniéndome de pie.- Me has asustado.
-Lo siento- dice con una sonrisa a modo de disculpa.
-Espera un momento. ¿Cómo has entrado?- digo frunciendo el ceño.
-Pues...- dice pero lo interrumpo.
-¿Has saltado de balcón a balcón?- digo abriendo mucho los ojos.
-Digamos que sí- dice que una risa nerviosa.
-Estás loco.
-Era la única opción que tenía de hablar contigo- me dice y me acuerdo de que estoy enfadada con él.
-Pues no te va a servir. No quiero explicaciones, vete- le digo enfadada.
-Primero: ya estoy hablando contigo así que me ha servido. Segundo: No te voy a dar explicaciones. Y tercero: solo dame una hora, por favor- explica confundiéndome con lo último que dice.
-No, Tom- digo tajante.
-Por favor, por favor- me suplica. Bufo y pongo los ojos en blanco.
-Está bien, tienes una hora- le digo y él sonríe.
-Bien, vístete- me dice.
-¿Qué?- le pregunto sin entender.
-Vamos a ir a un lugar- me dice alegre.
- Pero, Tom...- digo pero me interrumpe.
-Ya has dicho que sí, no te puedes negar- me dice.
-Vale- digo molesta.- Podrías vestir a Dyl, por favor.
-Claro.
-Hay ropa en su armario- dice y asiente.
Tom sale de mi habitación, por la puerta. Cierro esta y le pongo el pestillo. Me voy hasta el armario y como está nublado decido elegir algo abrigado.
Cojo la ropa y cierro el armario. Me he puesto unos jeans negros, rotos por la rodilla, y un jersey gris con rayas blancas. Cojo mi móvil de la mesita de noche y salgo de mi habitación.
Empiezo a bajar las escaleras, a la mitad levanto la mirada y veo a Tom y Dyl en la entrada. Ha vestido a Dyl con unos pantalones vaqueros celestes y una sudadera gris. Por último una bufanda gordita del mismo color que la sudadera.
Cuando llego abajo Tom me mira y me sonríe. No quiero sonreírle de vuelta, pero no puedo evitarlo. Cojo la llave del mueble de la entrada.
-¿Lista?- me pregunta.
-Sí- le respondo y abro la puerta.
Sale primero Tom con Dyl en brazos y detrás voy yo. Cierro la puerta, con llave, detrás de mí. Me giro y lo sigo hasta el taxi que hay en la acera, enfrente de mi casa.
Me abre la puerta de atrás con la mano libre, ya que con la otra está sujetando a Dyl. Entro al coche y me pasa a Dyl. Como no hay sillita de niño llevo a Dyl en mi regazo. Cierra la puerta y rodea el coche para entrar en el asiento de al lado. Nos ponemos el cinturón y Tom le susurra algo al conductor, al instante arranca.
-Tu hora comienza ahora- le digo y él me sonríe como respuesta.
Durante todo el camino vamos en silencio. Solo se escucha la música que ponen en la radio. Dyl mira por la ventana observando todo con fascinación.
Pasan 15 minutos hasta que el coche se detiene. Tom se quita el cinturón y sale del coche. Miro por la ventana, pero no consigo adivinar donde estamos.
Tom paga al taxista por la ventanilla y me abre la puerta. Me quito el cinturón y bajo con Dyl en brazos. Él cierra mi puerta.
-¿Tom dónde estamos?- le pregunto.
-Sígueme- dice y comienza a caminar.
Lo sigo y empiezo a mirar a todos lados. Llegamos a una puerta de rejas y miro las letras que pone encima. Abro los ojos, sorprendida, pero no digo nada. La puerta está abierta así que Tom entra y yo lo sigo. No entiendo nada.
-Tom, ¿qué hacemos aquí?- le pregunto con el ceño fruncido por la confusión.
-Ya estamos llegando- dice ignorando mi pregunta.
Después de un par de minutos Tom se detiene y yo también. Se gira a verme con una leve sonrisa.
-¿Me puedes explicar qué hacemos aquí?- le pregunto ya molesta con la situación.
-Quería demostrarte que estoy arrepentido. Por eso te he traído aquí...- dice y hace una pausa. Yo frunzo el ceño, confundida.- A la tumba de tu abuela.
Al decir eso dejo de fruncir el ceño y abro un poco la boca, sorprendida. Él gira la cabeza hacia la derecha e instantáneamente giro mi cabeza hacia donde está mirando, en mi caso, a la izquierda.
Ahí está, la tumba de mi abuela. Vuelvo a mirar a Tom en busca de confirmar que es ella y él me asiente con la cabeza. Se acerca a mí y coge a Dyl de mis brazos.
-Te dejaré un rato a solas- dice y comienza a caminar por donde habíamos venido.
Me pongo delante de la tumba y me agacho. Apoyo las rodillas en el suelo y me siento en mis pies (no sé si se entiende).
Blair Ward
1948-2016
Al leer la lápida no puedo evitar llorar. Llevo esperando esto desde que murió. Y ahora que estoy aquí no sé qué hacer.
-Gracias- le digo a la lápida. Paso mi mano por su nombre.- Gracias por la carta y el anillo, por todo. Me hubiese encantado decírtelo en vida pero no pude. No me dejaron verte. Te busqué durante un tiempo, bueno a tu tumba, pero no te encontré. Hasta hoy. Lo siento, siento mucho haber tardado tanto. Pero mejor tarde que nunca. Gracias por dejarme esa carta y el anillo, gracias a eso he aprendido mucho. Tenías mucha razón en todo lo que decías, sobre mis padres, sobres el mundo... sobre mí. Gracias a ti he aprendido a valerme por mí misma- digo sin parar de llorar.- Siento no habértelo agradecido en vida, pero al menos te lo digo a través de esta lápida. Gracias- hago una pausa por culpa de los sollozos.- Te quiero.
No paro de llorar, pero tampoco quiero, necesito sacarlo todo. De repente siento una mano en mi espalda. Me giro y es Tom con Dyl en brazos.
Dyl estira los brazos hacia mí y Tom lo deja en el suelo. Dyl se acerca a mí y me abraza. Yo le correspondo mientras sigo llorando. Cuando me separo me seco las lágrimas con las manos.
-Mira Dyl, aquí está la abuela- digo señalando la lápida.
Dyl mira la tumba durante unos segundos y después me mira a mí. Le sonrío y él también me sonríe a mí. Sé que aún es muy pequeño para entender lo que le estoy diciendo, pero, aun así, quiero que oiga sobre su abuela.
Acaricio por última vez la lápida y me levanto. Tom coge a Dyl en brazos. Miro a Tom y no hace falta decir nada para que me entienda. Empieza a caminar hacia la entrada. Doy un par de pasos detrás de Tom pero me detengo. Me giro a mirar por última vez la tumba. Sonrío y me giro para volver a caminar.
Vuelve a ver otro taxi, pero no es el mismo. Tom me abre la puerta de atrás y entro. Siento a Dyl en mi regazo y Tom cierra la puerta. Me pongo el cinturón. Tom entra en el asiento de al lado, se pone el cinturón y le dice al taxista la dirección de mi casa.
El camino de vuelta a casa es en completo silencio, ni la radio está puesta. Pero no es un silencio incómodo, todo lo contrario, es un silencio agradable.
Cuando llegamos Tom sale del coche, paga y me abre la puerta. Salgo con Dyl dormido en mis brazos. Tom cierra la puerta. Me acompaña hasta la puerta principal.
-Gracias- le digo cuando llegamos a la puerta. Lo miro sonriendo y él me sonríe.
-Ha sido mi manera de demostrarte lo arrepentido que estoy de no haber sido sincero contigo- me dice.- Y espero que haya servido porque me he pasado horas buscando- dice con una leve risa. Yo me rio de la misma manera.
-Sí ha servido.
-¿Eso significa que me perdonas?- dice con una pizca de ilusión en la voz.
-Sí- le digo sonriendo.
-Gracias- me dice.
-Gracias a ti por hacer posible ver la tumba de mi abuela.
-No hay de qué.
Dyl se revuelve en mis brazos.
-Debería entrar- digo.
-Sí- me dice. Me acerco y le doy un beso en la mejilla.
-Adiós, Tom- le digo sonriente.
-Adiós, ___- me dice.
Abro la puerta y entro. Tom empieza a caminar hasta la acerca. Antes de cerrar Tom se gira y me sonríe. Le devuelvo la sonrisa y en cuanto se vuelve a girar cierro la puerta.
Me giro y me recargo en esta. No puedo dejar de sonreír. He podido agradecerle a mi abuela y todo gracias a Tom.
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