Capítulo 8
-¡Joder, esto está increíble! - exclama Carly, moviéndose al ritmo de la música que se escucha en el ambiente - ¡Nunca había estado en una discoteca para la alta sociedad!
-Y espera a que veas la zona VIP a la que nos dirigimos - menciona Eilen.
-Hace mucho que no venía por aquí - comenta Maya.
¿Recuerdan cuando Ari me invitó a salir con ella y sus amigas en el restaurante? Bueno, aquí estábamos, en una lujosa discoteca a la que ni trabajando por un mes podría pagar la entrada. Carly estaba tan emocionada con la propuesta de Ari para salir con las chicas que al final terminé aceptando venir.
Nos abrimos paso entre la multitud hasta llegar a unos pasillos iluminados con luces rojas, creando un entorno sensual y provocador. Al final del trayecto, nos topamos con unas puertas de madera color rojo vino, custodiadas por dos hombres a los lados. Uno de ellos saluda con la cabeza a Ari, al parecer ya la conoce, mientras ella muestra su tarjeta VIP, al igual que Maya, Eilen y Chloe.
-Ellas están conmigo - menciona Ari para explicar por qué nosotros no llevamos tarjetas VIP.
Los guardias asienten y proceden a abrir las puertas para que nos adentremos en el lugar.
Al entrar, nos topamos con un ambiente sofisticado y moderno, con una decoración elegante y cuidadosamente diseñada. La pista de baile iluminada con luces de colores se distingue, rodeada de mesas y sofás de alta calidad. La música llena el aire y observo a la gente bailando y socializando, mientras los camareros sirven bebidas exóticas y cocteles elaborados.
-Jo-der-escucho a Carly dividir la palabra en sílabas a mi lado, me giro para mirarla y la veo completamente asombrada por lo que tiene ante sus ojos.
-Ya te lo dije, es increíble -le dice Eilen.
-Esto es alucinante, nunca imaginé que estaría en un lugar como este. -vuelve a decir mi amiga.
-Bueno, entonces disfruta, eso es a lo que hemos venido -comenta Ari.
-No hace falta que me lo digas dos veces.
Entre risas por las palabras de Carly, nos ponemos en marcha. A medida que avanzamos, noto que hay unas escaleras que llevan a un segundo piso donde también hay mesas, asientos y, seguramente, se ve todo el lugar a la perfección.
-Estoy ansiosa por empezar a bailar en esa pista -dice Maya.
-Y yo estoy deseando ligarme a uno de estos riquillos -comenta Carly, pícara.
Nos situamos en una de las mesas que está un poco alejada de la pista de baile para que cuando hablemos sea más audible y podamos escucharnos mejor.
-Buenas noches, señoritas, ¿qué desean? -todas volteamos a ver al camarero.
-Pues, a mí me apetece emborracharme esta noche, así que tráeme una botella de Whisky -menciona Maya.
-A mí tráeme una Margarita, por favor -pide Ari.
-Yo quiero un Bloody Mary -menciona Elien.
-A mí me apetece un Martini -digo, y el chico voltea a ver a Carly para que le diga qué es lo que quiere.
-¿Y usted? -pregunta al ver que mi amiga no dice nada.
-Yo quiero un Orgasmo -el chico asiente-. Pero quiero que me lo des, no que lo mandes a preparar.
Mis ojos se abren completamente al escucharla y volteo a ver a Carly. Aunque no me presta atención, ya que está demasiado ocupada haciéndole ojitos al chico. Mientras que este no puede evitar reír con malicia ante lo que ella ha dicho. Volteo a mirar a las demás, que están igual de sorprendidas que yo.
-Me encantaría dárselo, señorita -expresa el camarero con una sonrisa en el rostro-. Pero, lamentablemente, estoy en horario laboral.
-Qué pena -dice mi amiga con voz seductora-. Será para otra ocasión.
Ella le guiña el ojo y él asiente, dándole una última sonrisa antes de retirarse.
-¿Qué? -pregunta Carly con cara de "Yo no fui" al darse cuenta de que no dejamos de mirarla.
-¿Qué fue eso? -pregunto sin poder evitar reírme.
-¿No dijiste que te ligarías a un chico adinerado esta noche? -cuestiona Elien.
-Y lo haré, solo que este chico me pareció mono -dice encogiéndose de hombros-. Chicas, hay que aceptarlo, está guapísimo. No me culpen, soy demasiado débil ante la belleza masculina.
Todos comenzamos a reír ante el comentario de Carly. Aunque, estábamos tan inmersas en nosotras mismas que no nos percatamos de las figuras que se acercaban a nuestra mesa.
-Buenas noches, chicas- una voz se hace presente ante nosotras, la cual recuerdo perfectamente a pesar de haberla escuchado una sola vez.
Volteo a ver al chico rubio de ojos claros que está a nuestro lado para darme cuenta de que es el amigo de Magnus. Recibe toda nuestra atención con una sonrisa, y ahí es cuando me percato de las dos personas que lo acompañan.
Desde mi posición, estudio al chico de ojos grises y no puedo evitar notar lo atractivo que luce con una camiseta azul oscuro con las mangas que le cubren hasta el antebrazo y los tres primeros botones desabrochados, revelando su pecho bien definido.
Evito mirarlo más allá de lo usual para no verme muy obvia, así que desvío la mirada hacia la otra persona. Ierek optó por un traje más elegante, sin corbata. Como siempre, la expresión en su rostro era totalmente nula, solo observaba el escenario.
-Ey, chicos. ¿Cómo están? No me dijeron que vendrían hoy al Night Fire. -menciona Ari, levantándose de su asiento y saludando a sus hermanos.
-Si no te lo dijimos, fue precisamente para que no vinieras. Pero bueno, veo que has buscado alternativas -habla Magnus, reparando en una por una hasta que cae en mí.
-Tranquilo, hermanito, no voy a importunarte la vida. Esta noche es de chicas -confirma Ari.
-Bueno, déjenme presentarme ante estas dos preciosuras que no me conocen -comienza el chico rubio a hablar, refiriéndose a mí y a Carly- Soy David, amigo de estos dos idiotas -se me escapa una pequeña sonrisa ante su presentación.
-Yo soy Carly, solecito -se presenta mi amiga, y él le regara una sonrisa deslumbrante al escuchar el apodo que ella le ha puesto.
-Sé que ilumino la vida de cualquiera, linda.-comenta David.
- Hayla -voltea a verme, mientras que estrecha su mano con la mía y me da un beso en la mejilla.
-De ti, he escuchado hablar un poco. ¿Eres la chica del restaurante, no? Me han comentado que trabajas para los Rabell también -justo cuando voy a responder, otra voz me interrumpe.
-Sí, es una empleada más de la casa. Sinceramente, no sé por qué tú, Ari, la has traído aquí -escucho a Magnus hablar y juro que si la mirada cortara, él ya estaría hecho pedacitos.
-Hayla no es una empleada más, es mi amiga e hija de una empleada muy preciada por la familia, que es muy diferente -lo contradice su hermana y en parte me siento un poco aliviada porque Ari piense eso con respecto al tema.
-Bueno, ya, no empiecen con una guerra en estos momentos, que estamos de fiesta. -los interrumpe David.
-Oye, Ierek, te ves muy bien desde la última vez que nos vimos -comenta Maya y no puedo evitar voltear a ver al chico que no ha soltado ni una sola palabra por la boca.
-Gracias -se limita a decir.
-¿Hace cuánto no nos vemos eh? -pregunta Eilen.
-Desde hace cuatro años, en las vacaciones en Hawái -menciona Chloe echándole una mirada a Magnus. ¿Qué está pasando aquí?
-Esas me encantaron -habla él y una pequeña sonrisilla maquiavélica se le asoma en los labios.
Chloe rueda los ojos restándole importancia a lo que él ha dicho como si estuviese incómoda. Definitivamente, algo pasa.
-Bueno, creo que deberíamos irnos a nuestro lugar. -propone David.
-Ya era hora -menciona Magnus.
-Que pasen una buena noche. -escucho hablar a Ierek por segunda vez y no puedo evitar que nuestros ojos se encuentren por un segundo para después perderce entre las personas del lugar.
-Los años le han asentado de maravilla a Magnus -comenta Elien.
-Sí. Sin embargo, los años solo han hecho que se vea mejor porque fuera de eso, sigue teniendo una personalidad de mierda- enuncia Ari.
- Es un idiota- susurra Chloe por lo bajito aunque la alcanzo a escuchar.
-¿Tuvieron algo?-la pregunta se escapó de mis labios sin antes pensar. ¿Y eso a ti que te importa, Hayla?. <Boca floja>
-Sí, estuvimos juntos-sentí una pequeña punzada en el estómago ante la confesión, la cual, decidí ignorar-Aunque, fue hace años, éramos unos críos y no fue nada serio.
-Lo que pasa es que Chloe es muy vengativa y todavía está enfadada por algo que Magnus le hizo en ese entonces-explica Elien con siento tono de gracia.
-¿Qué pasó?-dijo Carly, igual de intrigada que yo.
-Pues, en un viaje en el que fuimos todos a unas vacaciones en Hawái y nos hospedamos en el mismo hotel.-comienza a hablar Ari-Mi hermano le propuso irse para una casa en el lago que tenemos allá, como un acto romántico. Obviamente, Chloe aceptó y al otro día, el muy idiota la dejó ahí tirada, se llevó su ropa, teléfono, todo.
-Vaya imbécil-musita Carly.
-¿Y cómo lograste salir de ahí?-no puedo evitar seguir preguntando.
-Tuve que salir envuelta en sábanas hasta la carretera principal, ahí detuve un auto y le pedí que por favor me dejara utilizar su teléfono para llamar a las chicas, así fue como salí de ese marrón.-expresó Chloe
-Vaya joyita, traes como hermano-habla Carly.
-Sé que es un estúpido, y no justificó lo que hizo, pero fue el hermano que me tocó.
-Bueno, ya, una vez las dudas solucionadas y los chismes contados-expresa Maya-Vamos a perriar hasta el piso, como locas.
-Seguro-contesta Ari.
...
Han transcurrido dos horas desde que llegamos al bar. Siento mi cuerpo un poco pesado a causa del alcohol que he consumido. Desde lejos, observo a Carly en el mostrador del bar entablando una conversación con un chico, mientras yo bailo sin parar en la pista. Mis caderas se balancean de un lado a otro, y con una mano jugueteo sensualmente con mi cabello.
-¡Voy al baño! -grita Ari cerca de mi oído para hacerse oír sobre la música.
Chloe y Elien bailan a mi lado. Busco con la mirada a Maya y la localizo en nuestra mesa, charlando con un chico.
Continúo bailando de la misma manera que antes. Volteo y miro hacia arriba encontrándome con unos ojos felinos que no se despegan de mi figura. Siento como mi piel arde ante su intensa mirada y mi cuerpo se tensa. Magnus está en una de las mesas de la segunda planta junto a Ierek. Aún así, no dejo de moverme bajo su contacto visual, y es tanta la rabia o el alcohol en mi cuerpo que le saco el dedo del medio sin medir las consecuencias. Observo cómo claramente está sorprendido por mi acción, me percato de cómo unos segundos ojos interrumpen en nuestro duelo de miradas. Ierek voltea a verme cuando, al parecer, se da cuenta de que su hermano mira hacia un pinto fijo, yo. Rompo el contacto visual con los dos cuando me volteo dándole la espalda a ambos, concentrándome en divertirme con las chicas.
...
Magnus:
David se retira de la mesa, seguramente para buscar a alguien con quien follar. Aunque no lo culpo, es para lo que estamos aquí. El camarero deja la botella de whisky en la mesa y vierte un poco de este líquido en los dos vasos para luego dejarnos solos a Ierek y a mí en la mesa.
-¿Por fin firmaste el acuerdo con los españoles?-pregunta a medida que yo llevo uno de los vasos a mis labios para tomar un trago.
-Lo pospusieron para mañana.
-Magnus, sabes lo importante que es este contrato para la empresa...
-Esto es tan importante para ti como para mí, Ierek. Sé que lo es y que no puedo fallar, todo estará bien. Estos días que no estuviste la manejé a la perfección. Tengo estudios, sé cómo llevar una empresa, no soy un incompetente -respondo, cansado de que siempre saque el tema de la empresa.
Ierek es mi hermano mayor y aunque nos parezcamos mucho físicamente, nuestras personalidades son muy diferentes. Ierek es el típico hombre frío, serio, recto y elegante que solo se centra en el trabajo. Para él, no hay una cosa más importante que eso. Admito que creo que lo hace más por complacer a papá y no fallarle a la familia, pero no me quejo. Gracias a él, yo no he tenido que cargar con ese peso, me he permitido viajar, conocer otros países y concentrarme en vivir mi vida, hacer mis maestrías y graduarme en la mejor universidad de Inglaterra. En cambio él, ha tenido logros profesionales increíbles y ha viajado a muchas regiones, pero la mayoría son por trabajo, muy pocas veces he visto que mi hermano tome vacaciones desde que se unió a la empresa.
-Solo digo que no puedes perder ese contrato -menciona.
-Eso no pasará -expreso mientras llevo el vaso de cristal a mis labios, nuevamente.
Mis ojos se desvían a la pista de baile, la cual está muy activa. Desde mi posición en el segundo piso puedo verlo todo. Mis ojos recorren a las personas del lugar, ubico a Ari que le dice algo al oído a Hayla y luego se va caminando entre la multitud. Mis ojos vuelven a la figura del segundo nombre que había mencionado mientras observo cómo mueve sus caderas de forma sensual y juega con su cabello. Al estar de espaldas desde aquí puedo deleitarme con su trasero mientras se balancea. Al voltearse, nuestros ojos se encuentran. El vestido color lila que lleva puesto resalta sus curvas y la hace ver como una bola de fuego andante con lo sexy que se ve. ¿Cómo es posible que aquella niña malcriada de mi infancia se haya convertido en una mujer tan provocativa capaz de despertar la lujuria en mí?
Una ligera sonrisa aparece en mis labios cuando ella continua bailando sin romper el contacto visual. Eso hace de alguna manera que mi polla palpite entre mis pantalones. Pero luego muy descaradamente me saca el dedo del medio faltandome al respero, alzo las cejas sorprendido. Esa acción hace que en mi rebote la ira y la excitación entre mis piernas.¿Con que desafiando a tu jefe?.
Observo cómo Ierek sigue mi mirada hacia Hayla, quien luego nos da la espalda a ambos.
-No te metas con ella, Magnus -me advierte Ierek, y le presto atención.
-¿Y por qué no? -lo desafío.
-Sabes que Hayla está fuera de límites -comenta mi hermano con seriedad.
-Lo será para ti, pero no para mí -respondo apoyándome en el respaldo del sofá.
-Es la hija de Marta, si no le tienes respeto a la chica, al menos considera a la mujer que te puso los pañales cuando niño.
-Tú deberías respetarla por haber crecido juntos, pero yo no -digo encogiéndome de hombros, quitándole importancia.
-Estoy hablando en serio, Magnus -mi hermano se inclina hacia adelante con un tono amenazante-. Puedes follarte a todas las empleadas de la empresa, pero Hayla está fuera de límites. Nuestro padre la valora mucho y lo único que lograrás es lastimarla si te acercas a ella, así que mantente alejado.
Una sonrisa burlona se forma en mi rostro antes de preguntar: -¿Estás celoso, hermanito?
-No digas tonterías -refunfuña enojado ante mi provocación.
-Sería una tontería si no lo creyera -respondo.
-Hayla es una chica especial a la que aprecio mucho, y no merece sufrir por un idiota como tú.
Le dedico una sonrisa irónica a mi hermano: -En ese aspecto, no somos tan diferentes.
-Solo mantente alejado de ella -insiste nuevamente.
-Sabes lo que pasa, Ierek -expreso-. Te sientes atraído por ella y parece que en todo este tiempo no has tenido los cojones para decírselo o conquistarla por tus principios ridículos. Pero yo no soy así, si quiero algo, voy por ello sin importar a quién afecte en el proceso. Y lo peor para ti es que ambos sabemos que Hayla se siente atraída por mí y he logrado hacerle sentir en dos semanas lo que tú no has logrado en años.
-¿Qué le has hecho sentir?-pregunta con tono burlón-. Que se sienta incómoda y enojada. Además, ambos sabemos que si me lo hubiera propuesto, Hayla estaría a mis pies.
-No lo dudo, pero en ésta ocasión he sido yo quien ha captado su atención. Rabia, ira, enojo, deseo, todos esos son sentimientos, los cuales ella siente por mí. Con eso me vasta, no soy tan avaricioso cómo crees, hermanito.
En ese momento, el celular de Ierek suena y él contesta.
-Dígame-lo escucho decir.
Mientras mi hermano habla por teléfono, me distraigo observando el lugar. Mis ojos caen en una mesa cercana donde hay un grupo de chicas. Una de ellas me mira y me sonríe, levantando su copa en señal de saludo, a lo que respondo de la misma manera. La chica es atractiva y no estaría mal para una aventura casual.
-Vale, enseguida voy para allá-Ierek termina la llamada y se levanta del asiento.
-Hubo un problema con uno de los contratos de la empresa. Tengo que ir a solucionarlo-informa.
-Pero, es muy tarde, ¿por qué no esperas hasta mañana?-sugiero, aunque sé que es en vano.
-Tengo que solucionarlo hoy.-expresa-Recuerda lo que te dije, Magnus.-obviamente se refiere a Hayla.
No digo más y él se marcha. Localizo la mesa donde estaba la chica del grupo anterior, pero esta vez está sola, qué coincidencia.
Me acerco a su mesa y ella me recibe con una sonrisa.
-Hola, guapo-me saluda.
-Hola, ¿follamos?-respondo. Ella suelta una carcajada antes de replicar.
-¿Esa es tu forma de ligar? Porque si es así, lo estás haciendo fatal.
-No creo que lo haga tan mal si has sonreído. Además, creo que contigo sí me va a funcionar.-No soy tonto, esta chica no ha parado de mirarme desde que llegó. Sé que quiere lo mismo que yo, no voy a ponerme a contarle mi vida ni preguntar por la suya porque no me interesa, solo quiero tener sexo y ya.
...
Carly:
No tengo ni idea de cómo logré despegarme del chico con el que pensaba ligar. Es más aburrido que mi abuelo, lo único que hacía era hablar de su vida perfecta y de todos los lugares a los que ha viajado. Tuve que aguantarme las ganas de decirle "quiero follar, no hablar de tu maravillosa vida, idiota".
En estos momentos me encuentro en la barra, acompañada de mi segundo vaso de tequila. En fin, la noche de hoy ha sido una mierda para mí, pensé que la iba a pasar a tope pero por lo visto no.
-Hola, linda ¿Por qué tan sola?-volteo a ver al chico que está a mi lado y maldigo internamente, ya que lo único que quería era no volver a encontrarme con él.
-¿No has oído el dicho, mejor sola que mal acompañada?-le ofrezco una sonrisa forzada.
Él me ofrece una carcajada ante lo que he dicho. Idiota.
-Nunca pensé encontrarte aquí-comenta.
-¿Por qué no? ¿Porque no tengo el dinero suficiente como para asistir a un lugar así?-lo cuestiono.
-Sí.
-Imbécil-trato de irme pero él me toma del antebrazo para detenerme.
-No te enojes, es la verdad-susurra y volteo a ver sus ojos verdes.
-¿Qué quieres, David?-expreso.
-Tú estás sola, yo estoy solo, podemos hacernos compañía-una sonrisa coqueta se forma en su rostro.
-Creo que ya tienes compañía, hace rato te vi con una chica. ¿Qué pasa? ¿Ya te aburriste de ella?-menciono y la ira en mí aumenta cuando su estúpida sonrisa se agranda.
-¿Celosa, Carly?-pregunta.
-¡Ja!, ni de coña-me burlo de él.
-Pues, no es lo que parece. Además, tú no tienes nada que recriminarme, porque hace un momento tú también estabas muy bien acompañada.
Esta vez es a mí a la que se le forma una sonrisa. -¿Celoso, solecito?
De inmediato la expresión burlona de su rostro se esfuma.
-No me digas así-sé el efecto que causa en él cada vez que lo llamo de esa forma, lo excita y a la vez lo enfurece. Fue un apodo que le puse para burlarme de él cuando lo conocí, por su cabello rubio y sus ojos verdes.
-¿Por qué no, solecito?-vuelvo a repetirlo.
-Basta-menciona entre dientes.
-Me voy-escapo antes de que David pueda detenerme de nuevo, no sé ni hacia dónde me dirijo pero sigo caminando. Tengo que huir de él. David y yo hemos tenido sexo casual en varias ocasiones, y no lo voy a negar, ese hombre me vuelve loca, pero estoy harta de que solo me busque cuando él quiera. Hemos optado por mantener nuestra relación oculta, ya que a nadie le incumbe nuestra intimidad. Aunque, me siento un poco mal por no decírselo a Hayla, ya que ella siempre me cuenta sus problemas.
No tengo ni idea de cómo llegué a unos pasillos como los de la entrada, iluminados con luces rojas.
De un momento a otro siento como alguien me estampa contra la pared. Un leve grito sale de mi boca al sentir el impacto mientras percibo que David ya está sobre mí.
-Déjame, imbécil.- intento empujarlo pero no se mueve, me tiene acorralada, con sus dos brazos apoyados en la pared.
-Dejemonos de tonterías, Carly. Sabes que quieres esto tanto como yo.- menciona a centímetros de mi boca.
-Prefiero comer carne fresca, solecito- digo para provocarlo y noto como su mandíbula se contrae.
-No creo que te guste tanto como esta- me regala una sonrisa y juro que quiero golpearlo por lo sexy que se ve. Pero, aún así, no pierdo la compostura y me río en su cara.
-Hay personas más guapas y mejores que tú en este lugar, David.
-Mejores que yo sí, más guapos, no creo. Pero aún así-toma mi barbilla y roza sus nudillos en mi mejilla haciendo que me estremezca con su tacto- No son yo, y tú al que quieres es a mí.
-Eso no es cierto- menciono en un intento de defenderme pero mi fuerza de voluntad se esfuma cuando su aliento rozando mi cuello.
-Podrás estar con miles de hombres querida Carly. Pero tu coño por la polla que siempre va a palpitar es por la mía.- susurra en mi oído para luego tomar el lóbulo de este entre sus dientes.
-Mentira-jadeo empujándolo, pero solo logro que se separe de mi cuello.
-¿En serio? Pues, vamos a averiguarlo.-se lanza sobre mí y toma mis labios con rudeza. El sentimiento de tenerlo entre mis brazos de nuevo se hace presente. Una de sus manos se enreda en mi cabello para intensificar el beso y con la otra me toma de la cintura para pegarme más a su cuerpo. Siento su erección y juro por lo más grande que intenté no llegar a esto, pero es que David siempre busca la manera de tenerme a su merced. Ahora no me importa que estemos en medio de un pasillo donde nos podría ver cualquiera, lo único que quiero es que no pare de besarme.
...
Hayla:
Camino por los pasillos apoyándome en las paredes del lugar, ya que me cuesta un poco caminar debido al nivel de alcohol que tiene mi cuerpo. Una vez que me acerco a la puerta del baño, escucho pequeños gritos al otro lado de ella. La curiosidad se enciende en mí y continúo poniendo mi oído alerta para darme cuenta de que son gemidos, claro, sexo casual en el baño. En ese momento mi mente se debate entre si entrar o no, ya que no quiero presenciar cómo dos extraños se corren mientras que yo estoy haciendo mis necesidades en uno de los cubículos. Pero, por otro lado, tengo la necesidad de entrar, ya que mi vagina está a punto de explotar.
En ese instante los gemidos paran de sonar y unos segundos después la puerta del baño se abre, haciendo que una figura aparezca. Mis ojos se abren completamente y la vergüenza recorre mi rostro al ver a la persona que sale de él. Observo su atuendo que está todo fuera de lugar para luego volver a sus ojos grises.
-¿Qué? ¿Nunca has oído a alguien follar? -sale del baño mientras acomoda su camisa y los pantalones, mientras que yo no le quito la mirada de encima.
-¿Te gusta lo que ves? -pregunta, pero no respondo ya que toda mi atención se la lleva la chica que sale del baño con una sonrisa enorme en el rostro.
-Adiós, guapo -se despide de él dándole un beso en la mejilla.
Ruedo los ojos y continúo para entrar al baño, pero siento como Magnus me toma del brazo-Te gustó escuchar cómo la follaba.
-Vete a la mierda, imbécil -me suelto de su agarre y rápidamente entro al baño para adentrarme en uno de los cubículos. Después de hacer todas mis necesidades, salgo de este y le doy gracias a Dios al no encontrarme a Magnus. Voy hasta donde está el grifo, me lavo las manos y la cara. Cuando abro los ojos, doy un brinco al ver la figura de Magnus detrás de mí.
-Mierda -digo llevándome una de las manos a mi pecho.
-¿Qué haces? -pregunto ya que se debería haber ido.
-Tenemos una conversación pendiente -menciona a medida que avanza hacia mí y me enseña el dedo medio, y ya sé a qué se refiere. Al dedo que le saqué cuando estaba bailando.
-No creo que tengamos nada que hablar tú y yo -menciono con un poco de dificultad.
-Me desafiaste, Hayla -dice como si lo que hubiera hecho fuera muy grave.
No puedo evitar reírme en su cara.
-¿Y qué vas a hacer? ¿Nalguearme hasta que te pida perdón? -menciono entre risas.
-Pensé en masturbarte con ese mismo dedo hasta que te corrieras gritando mi nombre -la expresión divertida de mi rostro se esfuma de inmediato al escuchar lo que ha dicho-Pero tu idea no está nada mal.
Trago grueso cuando me percato de que él está muy cerca de mí. Me quedó por un momento en shock mientras que aquellas palabras turbias vuelven a repetirse en mi mente. Inclino la cabeza hacia atrás para poder mantener el contacto visual, ya que no voy a dejar que gane esta pelea.
-No estoy tan borracha como para dejar que hagas eso -me defiendo.
Él me dedica una sonrisa.
-No tienes que estar borracha para permitir que yo haga eso, Hayla. -él se acerca un poco más.
-Bajo ninguna circunstancia estaría dispuesta a estar contigo - digo con desdén.
-No estaría tan seguro si estuviera en tu lugar.
-Eres un completo idiota. Me largo - intento alejarme, pero él se interpone en mi camino.
-¿Cómo me llamaste? -su mandíbula se tensa.
-Idiota, eso es lo que eres. ¿Nunca te lo han dicho? - pregunto con sarcasmo.
-Ahora sí que creo que estás realmente borracha, mocosa.- sus ojos se clavan en los míos.
-Puede que sea el alcohol hablando por mí. Pero qué más da, es lo que realmente pienso de ti.
-Pues esa modesta opinión tuya sobre mí puedes guardártela para ti, querida Hayla - se inclina hacia adelante para susurrar en mi oído - Digo, si no quieres que eventos caóticos como el de ayer se repitan.
-¿No vas a dejarme en paz, verdad? - menciono al recordar todo lo sucedido y la forma en que tanto él como su madre me trataron.
-Desde el principio dejé claro que las reglas son diferentes conmigo, Hayla. No voy a seguir el patrón de comportamiento de mi padre y Ari, ni voy a ignorar tus errores como lo hace Ierek. Eres una empleada, al igual que tu madre, y así es como te trataré. Como tu jefe en la casa, espero que me respetes. No me importa en absoluto que Ari sea tu amiga y te haya traído aquí. Al final del día, siempre seré tu jefe y tú solo una empleada -sus palabras desatan una ira ardiente en mi pecho.
¿Cómo puede ser tan hipócrita al decir todas esas cosas? ¿Pide respeto cuando él mismo carece de él? Se cree con el derecho de humillar y menospreciar a cualquiera que se cruce en su camino solo por tener dinero. Estoy harta de su insolencia. Este es el momento perfecto para enfrentarlo y decirle la verdad en su cara. Si no lo hago ahora, bajo los efectos del alcohol, sé que no tendré el coraje de hacerlo cuando esté sobria. Así que tomo una respiración profunda y exploto.
-¡Vete a la mierda, Magnus! -lo empujo tratando de quitármelo de encima- ¡Crees que tienes el derecho de tratarme como una basura y luego venir a acorralarme y decirme todas esas cosas! ¡Pues no! ¡No eres el rey del puto mundo, ni tampoco gira en torno a ti! ¡Puede que estés muy bueno y que seas el hijo de Alex, pero no por eso puedes tratarme así, porque yo también merezco respeto! ¡No voy a aguantar ni una más, ni una más, Magnus Rabell! ¡Solo eres un niño egoísta, al cual le han dado todo y se enfurece cuando le niegan algo! ¡Solo llevas dos semanas aquí y ya me tienes harta, no te soporto y juro qué hago mi mayor esfuerzo para no coger ese hermoso rostro tuyo y abofetearlo...!
La siguiente frase que voy a decir se queda en el aire cuando se inclina hacia adelante y sus labios tocan los míos. Mis ojos se abren completamente, procesando lo que está pasando. ¡Me está besando! ¡Magnus Rabell me está besando!. Su boca devora la mía como si fuera un león sofocado atacando a su presa. Intento empujarlo pero él me toma de las muñecas. Sus labios se empiezan a mover sobre los míos mientras mis ojos se cierran, disfrutando del beso. Quisiera que no fuera así, pero besa tan bien que me olvido de todo lo demás.
-¡Dios, cállate ya! -susurra contra mis labios, para luego tomarlos de nuevo. Una de sus manos agarra mi cuello y la otra toma mi cintura. En un intento de recuperar la cordura, lo empujo con todas mis fuerzas y le planto una sonora bofetada en la mejilla. Su rostro se voltea con el golpe y me llevo la mano a la boca, sorprendida por mi propia reacción. Observo su mejilla enrojecida y retrocedo un paso, temiendo sus próximas acciones. Él me mira con furia evidente en su expresión.
-No debiste haber hecho eso, niña.- gruñe antes de lanzarse sobre mí y volver a besarme con intensidad. Intento apartarlo, pero agarra mi cabello y mis muñecas con brusquedad, moviendo su boca sobre la mía con ferocidad.
En ese instante, la puerta del baño se abre, dando paso a una persona. Volteo a ver a la chica y me las arreglo para empujar a Magnus para que se separe de mí. La vergüenza me recorre todo el cuerpo al darme cuenta de lo que he hecho. ¡Dios mío! He dejado que me besara.
Observo la expresión en el rostro de Chloe, el cual refleja sorpresa al encontrarnos a mí y a Magnus en esta situación.
-Tranquilos, pueden continuar -habla para luego desaparecer nuevamente por la puerta.
Recuerdo que ella anteriormente había tenido una relación con Magnus y no lo pienso dos veces para ir detrás de ella dejando a Magnus en el baño solo.
-¡Chloe! -la llamo y ella gira para verme.
-Chloe, lo que viste no... -me corta.
-Hayla, no me tienes que dar explicaciones. -menciona con una expresión comprensiva en su rostro.
-Pero es que tú y Magnus... -vuelve a interrumpirme.
-Lo de Magnus y yo fue hace mucho tiempo. Que no me agrade su actitud no significa que me moleste que él esté con alguien más. Magnus ya no me interesa. -expresa.
-Solo no quiero que pienses que yo estoy con él, ni siquiera sé cómo llegamos a esa situación.
-Te comprendo, un desliz lo tiene cualquiera. Mi único consejo para ti es que no te enamores de él.
¿Enamorarme de Magnus? Ni aunque volviera a nacer.
-Eso no va a suceder. Ya te dije, ni sé cómo fue que llegamos a lo de esta noche.
-Eso dije yo la última vez. Te lo digo no por maldad, sino para que no te pase lo mismo que a mí. Eres una chica increíble, Hayla, no te mereces un idiota como él.
-Eso lo tengo más que claro -menciono.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro