—¿Y cómo sabes lo que estoy pensando?— contesto, tratando de mostrar determinación mientras me alejo un poco y me libero de su agarre.

Él se endereza y una sonrisa maliciosa aparece en su rostro, haciéndolo aún más atractivo. Pero, ¡Despierta, Hayla! No puedes permitir que te afecte, es un completo idiota.

—Bueno— veo cómo el estúpido da un paso hacia adelante, pero yo me mantengo firme, no voy a dejar que me intimide. Sus ojos no se apartan de los míos y ninguno de los dos cede, pero el pánico me invade cuando su torso roza con mis pechos y se inclina hacia delante. ¿Qué demonios está haciendo? Siento su aliento mezclarse con el mío a solo 5 centímetros de distancia. Pasa la lengua por sus labios y eso me hace tragar saliva, mis labios se separan esperando algo más, pero todo se rompe cuando habla por encima de ellos. —Digamos que soy intuitivo.

—Las intuiciones a veces fallan— contrataco lo másrápido posible, esforzándome por no bajar la mirada a sus labios.

De repente, se separa un poco, pero no lo suficiente como para evitar que nuestros cuerpos se rocen. Su atención se posan en el vaso que descansa sobre la bandeja y lo toma con una mano, reparo detenidamente cómo lo lleva a la boca y le da un sorbo.

—Está muy dulce—comenta al dejar el vaso de nuevo en la bandeja, volviendo a su expresión seria anterior.—Ve y hazme otro.

Sé que todo esto es solo para molestarme, y que sus acciones previas fueron un juego para descontrolarme. Me siento estúpida por estar a punto de caer en sus provocaciones.

Me da la espalda y avanza tres pasos antes de que mi voz lo detenga.

—Si tienes tantas ganas de tomar jugo, ¿por qué no te lo preparas tú mismo?. Digo, para eso Dios te dió dos manos y dos pies sanos— no mido mis palabras, llegó apenas hace dos días y ya estoy harta de su actitud prepotente.

Su espalda se contrae, aprietando los puños. Se gira lentamente y nuestros ojos vuelven a cruzarse.

-Porque aquí yo soy el jefe - habla de forma autoritaria provocando que un leve escalofrío pase por mi nuca. - Y tú eres la estúpida empleada que obedece. Hay una diferencia muy grande entre nosotros dos.

Mi expresión cambia totalmente, la rabia corre por mis venas. ¿Pero qué mierda se piensa él? Yo no soy empleada de nadie y él no es el jefe aquí.

-En primera, tú no eres mi jefe, ni yo soy tu empleada - digo enojada - Y sí, tienes razón, hay una gran diferencia entre nosotros dos. Normalmente, el cerebro humano tiene más de cien mil millones de neuronas, pues creo que a ti solo te otorgaron la mitad.

—No te confíes tanto de tus palabras, mocosa.—avanza un paso hacia adelante.— Creo que sería conveniente para ti mantener tu boca cerrada para evitar más insultos, ya que no querrás enfadar a la persona que puede desalojarte a ti y a tu madre de esta casa.

- Tu padre no lo permitiría - comento obviamente.

- ¿Crees que me importa lo que piense mi padre? - sé que no, sé que no le importa - No necesito el permiso de Alex para hacerte daño, Hayla.

Me siento extremadamente furiosa, mi ira es tan intensa que siento que mi pecho está a punto de estallar. Sin embargo, decido contenerme y no decir nada más, porque sé que las cosas solo empeorarán si lo hago. He llegado a la conclusión de que él dice la verdad, no le importa nada ni nadie, está dispuesto a pasar por encima de cualquiera para conseguir lo que quiere. En este momento, solo puedo pensar en mi madre.

- Ahora vete y no vuelvas, ya no quiero nada.- gruñe mientras se da la vuelta y toma una de las pesas que está en el suelo.

Estúpido.

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Salgo del baño y arrojó la toalla que cubre mi cuerpo al pequeño sofá que está en la esquina del cuarto, me coloco las bragas blancas que están sobre la cama y a continuación me pongo el pijama que utilizo para dormir.

Me siento al borde de la cama y alcanzo mi teléfono que está en la cima de la cómoda, deslizo el dedo por la pantalla y una sonrisa se dibuja en mi rostro al ver que tengo dos mensajes de Zack.

Zack:
▪︎Hola Spellman
▪︎¿Cómo está tu noche?

Me doy cuenta de que estás en línea, así que me apresuro en teclear las letras para enviarle mi respuesta.

Hayla:
▪︎Bien aburrida la verdad, ahora he terminado de bañarme.

Escribiendo y espero su respuesta.

Zack:
▪︎¿Bañándote? ¿A esta hora?
▪︎Vaya, vaya, quien se iba a imaginar que la chica Spellman era toda una marrana.

Abro la boca con indignación falsa y una sonrisa pintada en mi rostro al leer el mensaje que me ha enviado.

Hayla:
▪︎Oye, no te pases.
▪︎No soy una marrana, solo me gusta ducharme en la noche porque así duermo más fresca.

Zack:
▪︎Sí lo eres, Hayla.

Hayla:
▪︎No lo soy, señor Jones, retráctese.

Zack:
▪︎¿Hayla?

Arrugo mi entrecejo al ver su respuesta y me apresuro a escribir.

Hayla:
▪︎¿Qué pasa, Zack?

Zack:
▪︎ Me gustas

Siento que el aire se me sale por la boca al leer su mensaje mientras que me quedo varios segundos leyéndolo. ¡Le gusto a Zack Jones!.

Sonrío para mí misma y la verdad es que no sé qué diablos me ha pasado con ese mensaje que simplemente no me lo esperaba.

Zack:
▪︎¿Hayla, te has quedado muda?

Hayla:
▪︎Es que simplemente no me esperaba esas palabras.

Zack:
▪︎Solo digo lo que pienso, Hayla. Lamento si te incomode de alguna manera.

Hayla:
No, para nada. Estoy bien.

Zack:
Esperaba decírtelo en persona, pero creo que ya lo sabías.

Hayla:
Lo intuía.

Zack:
En tonces, no eres tan descortés como para rechazar una invitación a cenar.

Parezco una niña de ocho años observando la pantalla de mi celular y leyendo todos los mensajes que me ha enviado Zack, me ha dejado muda con ellos y en serio una pizca de emoción se enciende en mi interior, pero aún así decido ignorar los tres primeros mensajes y contestarle el último.

Hayla:
▪︎¿Me estás invitando a una cita?

Zack:
▪︎Yo no he dicho tal cosa, Spellman.

Se muestra ofendido, pero noto el tono de gracia en el mensaje.

Hayla:
▪︎¿Ah, no?

Zack:
▪︎Claro que no, Spellman, pero ya que insistes tanto...
▪︎¿Querrá la señorita Hayla aceptar una salida con Zack Jones?.

Sonrío por sus dramáticos mensajes antes de contestarle.

Hayla:
▪︎Una salida no me vendría mal.

Zack:
▪︎Entonces, ¿eso es un sí?.

Hayla:
▪︎Eso es un tal vez, señor Jones.

Zack:
▪︎Bueno, ¿quizás mañana le dé una respuesta a mi invitación?.

Hayla:
▪︎Quizás

Muerdo mi labio interior esperando su respuesta con un cosquilleo en el estómago al ver como me sigue el juego.

Zack:
▪︎Tomaré eso como un sí, Hayla.

Hayla:
▪︎Okey, Jones.

Zack:
▪︎Buenas noches, Hayla.

Hayla:
▪︎Buenas noches, Zack.

Dejo caer el teléfono en mi pecho dando un suspiro fuerte y mirando hacia el techo sin creer todavía que tengo una cita con Zack Jones. La verdad es que sabía que a Zack le gusto desde hace tiempo y no sé por qué hasta ahora he aceptado una de sus invitaciones, ya que claramente Zack para mí no es indiferente, es un chico guapo, simpático, amable y además no puedo negar que desde hace un tiempo para acá me ha empezado a llamar mucho la atención y bueno, creo que es la hora de darle una oportunidad.

Me giro boca abajo en la cama para estirar el brazo y dejar el celular a un lado en la cómoda, luego de esto me acomodo en la cama entre las sábanas mientras apago la pequeña linterna que tengo sobre la mesa de noche. Cierro los ojos una vez acostada completamente y solo espero que el sueño llegue a mí...

Un jadeo sale de mi boca mientras que mi columna se arquea al sentir algo húmedo entrar en contacto con uno de mis pezones, sus manos estrujan brutalmente mis senos y siento como el corazón amenaza con salirse del pecho por lo descontrolada que tengo mi respiración. Siento como la boca de aquella persona devora mis pechos con una furia que me hace soltar gimoteos de pura excitación. Sin darme cuenta de mis actos enredo mis dedos en el cabello de aquella persona y lo aprieto contra mí, si tan siquiera conocerlo.

No sé en qué momento quedé abierta de piernas y sin bragas, en lo único que me centro en este momento es en la sensación de unos labios impactando contra mi estómago dejando un recorrido de besos húmedos y calientes mientras que va bajando a mi zona íntima. Muerdo mi labio interior sin aún abrir los ojos, ya que temo que cuando lo haga esto acabe y quiero más, mucho más. Abro mis piernas un poco para que tenga mejor acceso a mi parte íntima y un escalofrío recorre mi columna vertebral cuando pasa la lengua por la cara interna de mis muslos, eso me hace anhelarla aún más en otra parte de mi cuerpo. En ese momento no tengo más remedio que mover mi cadera dándole a entender lo que quiero, pero siento un alivio inmenso cuando su boca cubre mi sexo, un jadeo sale de mi garganta de imprevisto cuando empieza a saborear toda esa parte que me hace temblar de placer. Las sensaciones son extraordinarias, siento como algo explota en mi interior cuando no deja de darle atención a mi clítoris, mis manos hacen puños las sábanas cuando siento una sensación abarcadora en mi interior, los jadeos y las malas palabras no dejan de salir de mi boca, mientras que llego a un punto en el que todo mi cuerpo empieza a temblar, mi estómago a contraerse y todo en mí se quiere liberar...

Mis ojos se abren de un momento a otro y lo primero que observo en mi campo de visión es el techo. Trago grueso cuando me doy cuenta de que mi respiración está más alterada de lo normal. Miro hacia los lados para confirmar si sigo en mi cuarto o si esto es otro sueño, pero un alivio recorre mi cuerpo cuando me doy cuenta de que esto es la vida real. Mi cuerpo suda de lo caliente que se siente y suelto las sábanas que tenía hechas puños en mis manos. Ahora es cuando las preguntas se me vienen a la cabeza...

¿Qué demonios fue eso?

Y ¿Quién es la persona de mis sueños húmedos?... Espera ¿qué?

He tenido un maldito sueño húmedo.

Siento que las ideas en mi mente no se aclaran, ya que estoy un poco aturdida. No sé en qué momento fue que se me vino ese sueño a la cabeza aunque no debería tomarle tanta importancia después de todo es, solo eso, un sueño.

<<Un sueño húmedo y pegajoso donde te comen el coño como nunca te lo han comido en la vida real y para colmo lo hace una persona que no conoces>>.

Creo que la falta de sexo te está pasando factura hasta en los sueños, Hayla.

Me inclino hacia adelante y me siento en la cama, notando que estoy completamente mojada. Respiro hondo y me acerco a la mesita de noche que está al lado de la cama, alcanzo mi teléfono, lo enciendo y me sorprende ver que apenas son las 13:43 de la madrugada. Devuelvo el celular a la mesita y me froto los ojos sintiéndolos pesados. Me dirijo al baño y abro el grifo para salpicarme un poco con agua en la cara. Al mirar al espejo, veo mi reflejo con aspecto de chica zombie. Tomo la toalla que está a un lado y me seco completamente.

Camino hacia la puerta, para coger la perilla de esta y salir del baño. Una vez afuera de este vuelvo a la cama acostándome cerrando los ojos nuevamente. Imágenes se van reproduciendo repetidamente en mi cabeza, un cosquilleo invade mi estómago y tengo que ponerme de lado para poder conciliar el sueño, pero ni aun así mi cabeza puede dejar de recordar el sueño que tuve hace unos minutos. Decido rendirme y terminar levantándome de la cama para dirigirme a la puerta del cuarto, abrirla y salir de este para encontrarme en el pasillo, el cual está oscuro, pero no lo suficiente como para no ver nada. Camino por él, mientras que mi mente va distraída y hundida en los recuerdos que no me dejan dormir, una vez que llego a las puertas de cristal corredizas que dan paso para salir al jardín. Agarro una de ellas y la corro hacia un lado. El aire fresco de la madrugada hace que mi piel se erice cuando salgo de la casa y me encuentro en el jardín. Observo las estrellas que aún están en el cielo, cierro los ojos sintiendo la brisa chocar en mis mejillas. No puedo estarme quieta, así que comienzo a caminar por todo el jardín. Estar así me relaja, mejor voy a dejar los pensamientos negativos a un lado y disfrutar de mi soledad acompañada de las estrellas.

Recorro todo el jardín hasta llegar a la alberca, donde me quedo de pie en el mismo lugar, sin moverme, observando un punto específico en la piscina. Mi cuerpo se tensa y me pongo nerviosa al ver a alguien sumergido en el jacuzzi que se encuentra al lado de la piscina. Reconozco que tendría que alejarme, escapar o tomar alguna otra acción que implique alejarme de él, pero en cambio hago todo lo contrario. Avanzo dos pasos en silencio, procurando que no se dé cuenta de mi presencia. Observo su figura inclinando la cabeza ligeramente, mis ojos se detienen en su cabello mojado y la forma en que está recostado, con la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados, lo hace lucir increíblemente atractivo. ¿En serio, Hayla? ¿Estás pensando eso?.

No puedo evitar desviar mi mirada hacia su pecho mojado y viril, volviendo rápidamente a su rostro para no seguir viendo hacia abajo, oculto por el agua burbujeante del jacuzzi. Sin darme cuenta, me acerco más para observarlo detenidamente, mientras varias preguntas rondan mi mente.

¿No siente frío en ese momento?

Y sobre todo, ¿Quién se le ocurre sumergirse en un jacuzzi al aire libre en plena madrugada?

En ese instante, mi mente se llena de miles de interrogantes, pero de repente todas desaparecen al escuchar su voz.

—¿Qué haces aquí?— su tono hace que mis manos tiemblen y mi corazón se acelere. Su pregunta me sorprende y solo puedo voltear a mirarlo con temor, sin esperar su siguiente pregunta: —¿Tienes insomnio, Hayla?—Ese escalofrío recorre mi cuerpo de nuevo.

Maldición.

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