CAP. 10 - ¿Quieres ser mi novio?
Me vestí lo mas rápido que pude. Adam me esperaba en la entrada.
-¡Baja rápido!- Gritó.
-Ya voy- Dije colocándole el ultimo zapato mientras bajaba las escaleras sin tropezarme. Me acerqué a la puerta y salí con el. No sin antes cerrar con seguro.
Yo lo miraba mientras Caminábamos por la acera.
-¿Adonde iremos?- Pregunté curioso.
-Solo sigueme- El me tomo de la mano y me halaba por el camino. ¿Adonde me llevaba?, no lo sabia.
En eso, después de recorrer unas cuantas cuadras y pasar por un par de avenidas, llegamos a estar frente a un restaurante, no era muy conocido, nunca había estado allí ni había escuchado de el. "Psomí tou Theoú" tenia el gran cartel encima del local. Un puesto algo pequeño, con mesas de madera y sillas no tan lujosas pero que hacían ver el lugar rustico pero moderno. Traía consigo una decoración algo griega, con columnas que parecían ser hechas a mano y diferentes pinturas en sus paredes. Pinturas antiguas y reconocidas de mitos griegos, héroes, dioses, bestias todo el lugar mantenía una cultura griega en su resplandor y se contemplaba de gran manera. No había mucha gente, fue en lo que me fije.
Me quede un momento observando el local. Adam me volvió a halar.
-Vamos, es un lugar muy bueno, te lo puedo asegurar- Me adentro a aquel restaurante. Un campaneo sonó al abrir la puerta de la resección. Salio un anciano vestido con ropa de chef.
-¡Adam! Muchacho, que bueno verte aquí...- me impresiono la actitud del anciano con Adam. -Pasa pasa, ¿no quieres entrar a la cocina a probar mis creaciones?- Le decía el anciano. Debía tenerle mucha confianza y conocerlo de hace tiempo.
-No Sr. Mars, no vengo solo- Adam ligeramente sonrió. El anciano me miro, me analizo de pies a cabeza y luego sonrió.
-Mucho gusto joven, así que tu eres la pareja de mi pupilo- Me estrecho la mano. Ligeramente me sonroje por el hecho de que me llamara su pareja.
-Si... Mucho gusto, soy Ethan- Sonreí mostrando educación.
El señor no dijo más nada, solo me sonrió y volvió a entrar a la cocina. A los segundos asomo la cabeza por un pequeño ventanal y dijo.
-Bueno Adam, dime ¿Que vas a ordenar?... No, ¿sabes que?, sientense, el chef les prepara algo especial para ambos, de parte de la casa- Adam simplemente me miro y camino hasta un lugar no tan apartado. Una mesa estándar con un mantel rojo sobre él y a sus lados dos sillas de madera que portaban cojines. Un lugar ubicado no tan cerca de la ventana, pero desde allí se podría ver toda la calle.
Adam se sentó en una de las sillas de la mesa. Lo imité. Yo no decía nada al respecto, capaz esperaba explicaciones de parte de Adam. El chico solo abrió el menú.
-¿Eres conocido por aquí?- Pregunte extrañado. La reacción de aquel señor no era del trato que le daría a cualquier cliente que entrara por esa puerta.
-Conozco este lugar desde los 14... El fue mi maestro de dibujo y pintura- Fijo su vista a su alrededor. -De hecho todo lo que ves... Las pinturas, las columnas, incluso alguno que otro tallado de madera es hecho por el...- Dejo salir una sonrisa mientras contemplaba el panorama. -Es un señor muy bueno, y le encanta aprender diferentes tipos de culturas y diferentes tipos de artes-
Me quede viendo con leve impresión.
-¿Y una de esas culturas es la cocina griega?- Dije sarcásticamente.
-De hecho el restaurante era de su esposa... Era la mejor cocinera que podías haber visto, pero lastimosamente murió de una enfermedad cancerina- Suspiro y dejó tomarse algo de tiempo. -El ha manejado el restaurante desde entonces, y yo no he dejado de venir a visitarlo... Aveces pintamos juntos, otras veces me da a probar los platillos que el inventa- Reposo sus manos en la mesa y desvío la mirada de mi algo perdido.
-Increíble...- Le Sonreí. El miro mi sonrisa y se sonrojó. -Parece ser un gran y buen señor-
Aquel anciano se acercó a la mesa con dos vamos de vidrio con hielo dentro y una jarra llena de agua.
-La comida estará lista en un momento-... Volvió a entrar a la cocina.
...
Pasaron unos diez minutos, tiempo que paso volando mientras hablaba de cosas al azar con Adam. El anciano se acerco a la mesa y en sus manos traía dos platos. Y cambio un poco su acento diciendo.
-Tyropita para los caballeros...- Sirvió los platos con una gran sonrisa en la cara.
-¿Que es la Tyropita?- No pude soportar la curiosidad y decidí preguntar.
-Es una pasta envuelta de un queso llamado feta, un queso muy típico en grecía. Sin embargo este queso esta hecho con leche de cabra- Deleite la pasta y su plato, por su puesto estaba muy bien decorado y de este emanaba un olor exquisito. Podría aguar la boca de cualquiera.
-Gracias por la comida..- Repetimos Adam y yo. El anciano se marcho con una sonrisa en el rostro. Yo tomé el tenedor que había lado el plato y con ello enrolle el espagueti en el. Sople varias veces para evitar quemarme la lengua y di el bocado.
Adam me miraba, no dejaba de soltar risas mientras veía no cara de impresión.
-Esto esta muy bueno- Dije abriendo los ojos. Solté una sonrisa a Adam.
-El es muy bueno en todo lo que hace... Es mi ídolo- El también tomo su tenedor y comenzó a degustar su platillo.
-Pero ¿para ser simplemente pasta con queso?- La comida se deshacía en mi boca, a medida de que masticaba sentía todo su sabor estallando en mi boca. Lo degustaba lentamente.
-El tiene sus trucos y secretos- Se limpio la boca con la servilleta para poder decir la oración. Que educación tenia.
Seguimos comiendo hasta dejar el plato vacío. Un pedazo de queso se hacia quedado en mi labio y yo no me di cuenta. Adam me miro. Dejo salir una sonrisa.
-Acercate, tienes un pedazo de queso cerca del labio- El se levanto y estiro su brazo hacia mi. Yo me incline haciéndole caso. Que cosa para mas cliché, que el romántica mente me limpie... pues no. Acerco su boca rápidamente y con su lengua lamió el borde de mis labios. No pude aguantar la risa.
-¡Oye! no pensé que fueras a hacer eso- Quede algo impresionado, pero no paraba de reír, parecía un niño.
-Parejas clichés hay en todos lados- Volvió a sentarse en su asiento.
Lo tome de la mano. El me miro a los ojos. Mordía sus labios tiernamente.
-Eres un cursi- Volvió a soltar otra risa burlona. Me reí con el. En eso el anciano volvió a llegar, esta ves con un carrito de metal. Tomo los dos platos sucios y los puso en la parte baja de estos y de su parte superior tomo otras dos bandejas mas, cubiertas por una charola.
-Llego su postre- Levanto la charola. Parecían ser pedazos de tartas y por encima melocotón. -Esto es lo que creo que te imaginas joven Ethan... es una tarda de queso y melocotón- sirvió ambos platillos delante década uno y dejo una pequeña cuchara para postres. -Este siempre ha sido el favorito de Adam, mi esposa se lo preparaba cada vez que venia a tomar sus clases y a él le encantaba- el se sonrojó mientras yo lo miraba con entusiasmo. Me parecía increíble que hayan cosas en su historia que yo no sabia. Era como un libro, mi libro favorito, el que no puedo parar de leer, aquel que tiene los versos y las prosas que mas me inspiran, aquel que reflejó mi vida en el. Ese era mi chico... Mi libro favorito.
-Adelante, pruebalo- Expuso el viejo. Tome la cuchara y rebane la tarta. Adentre el pedazo de mi boca y lo deguste. "No puede ser" mi mente se quedo en blanco. Su sabor era maravilloso, enserio me derretía ante este postre. Ambos se me quedaron mirando. Yo solo reía. Reía de la emoción y si no era eso no sabia porque, me perdí en su dulzor.
-Esta demasiado bueno, enserio me encanto... Es usted un gran cocinero- Ellos sonrieron a mi par. Podría palpar la calidad que sentían al verlos sonreír a ambos... que momento.
...
Terminamos de comer y Adam se limpiaba con una servilleta. En eso lo mire a lo ojos. El sentía mi presión, lo estaba mirando nervioso. El no sabia porque así que se preocupo por mi mirada. Se le sintió incomodo.
-¿Pasa al..- no deje terminar su frase.
-Perdón...- Dije. Su rostro paso a ser mas desconcertado, no sabia cual era la razón de mi comportamiento. En eso, tome valentía.
-Se que el comienzo de nuestra relación fue forzado..- me levante de mi asiento y me fui acercando a el. -Y quiero pedirte perdón, por no decirte esta frase antes-.
Me arrodille ante el y extendí mi mano. En ese momento el ya pensaba lo que iba a decir.
-¿Quieres ser mi novio?- Dije con total seguridad. El estallo de risa y yo me reía con el. Me levante. El me abrazo y sello en trató con un beso. Sabia que no hacían falta las palabras, solo el que este conmigo, poder sentirlo y que sea capaz de mirarme a los ojos con sinceridad era suficiente. Lo amo demasiado.
...
Pero los problemas se aproximaban.
Créditos de la portada para:
@Editorial_galaxy2
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