Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XVIII

Resopla. Su voz no aguanta ya el acto. Su cuerpo, muy por el contrario, parece acceder sin remedio a continuar el asalto.

No ha acabado. Ninguno de los dos ha concluido –ni buscan concluir– los asuntos que tienen pendientes con el otro. Solo proximidad, solo aproximación, así comenzó lo que luego se volvió invasión, lo que claudicó luego una hazaña.

Mañana –había dicho uno el día anterior.

Siempre dices mañana –replicó el otro con fastidio; –¡Todavía estoy esperando!

Gimotea. Lo que siente viajar dentro de sí, lo sabe desde siempre, es demasiado, pero lo disfruta. El éxtasis tiene nombre, aunque no lo diga, y lo lleva atorado en la garganta mientras gimotea al compás del otro.

Le costará caro y es algo que llevará consigo en la conciencia. Le costará caro porque su fragilidad le obligará a desear una segunda porción, una tercera, una cuarta luego... pero teme no recibir más después de eso.

Teme. En verdad tiene miedo a sentir lo que siente. Se ha enfrascado demasiado en negar cuanto le es posible o juguetear con una posibilidad para, luego, rechazarla sin contemplaciones porque, en su temor, conoce un fracaso que no desea reavivar.

Pero es demasiado tarde para arrepentirse, en verdad. Es demasiado tarde dar marcha atrás mientras se aferra al poste de la cama y, con los pantalones en los tobillos, se deja poseer por aquella figura, similar a la suya, pero diferente.

Un muchacho se deja de otro.

Un muchacho penetra a otro.

Un muchacho ama a otro y no sabe lidiar con eso, no sabe confrontar eso.

Su cuerpo se ha convertido, entonces, en ofrenda de paz porque solo él –cree– siente algo al respecto. El otro solo busca –o eso cree– una liberación, un desahogo, un simple acto de dejarse llevar por la carne.

Se piensa cosificado.

Se cree tal cosa.

Siente que es la mejor manera de experimentar un poco, aunque sea una mínima pizca –la pizca incorrecta– de aquello que desea vivir, sentir, explorar con aquel otro.

¿Amor? Imposible.

¿Compañía? Imposible.

¿Relación? Un sueño idiota.

Pero está ahí, detrás de él, dentro de él, aguerrido, caliente, impúdico. Siente algo más que una enormidad en su interior, porque aquellas manos lo recorren, aquel aliento viaja y se diluye en el aire y se vuelve canción.

–¿Por qué insistes en eso? –preguntó tiempo atrás, cuando el suceso no era más que un parloteo.

–¿Y por qué no? –respondió el otro con gesto serio, sin titubeos.

Un muchacho se marchó.

Un muchacho lo pensó con cuidado.

Un muchacho aceptó con cierto temor, pero con emoción disfrazada.

Y ahí habían permanecido en silencio: uno prolongando la vida, el otro provocando los besos. Había caído rendido desde mucho antes del contacto, desde mucho antes de la insinuación, desde muchísimo antes de la petición, del reclamo y la insistencia.

Porque le insistió.

Porque le reclamó atención.

Le reclamó ciega aceptación aun cuando él sería no víctima sino victimario. Pero aceptó de todas formas porque quería lo que quería, sobre todo a él, aunque quería un poco más allá de eso.

Desnudos los cuerpos, caen rendidos sobre la ordenada cama. No se miran, no se tocan, apenas y se rozan obligados por la cercanía y el poco espacio.

Mañana –le dice el otro con la voz entrecortada.

¡¿Qué?! –pregunta sobre exaltado. Entonces una mano toma la suya y la aprieta con cierta dulzura.

Mañana...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro