Extra: Min Giyoon
Ficha Clínica
Nombre: Min Giyoon.
Edad: 43
Diagnóstico: Transtorno de la personalidad antisocial.
*nombres alternativos: personalidad sociopática; sociopatía; desorden de personalidad - antisocial)
En estudio: Posible psicosis.
Médico acargo: Jung Won-ho
1. Motivo de ingreso: Asesinato.
2. Observaciones generales: El paciente es atendido por orden del juez de la corte debido a su condena respecto al crimen cometido el 09 de marzo de 1993 (detalles omitidos).
Paciente muestra síntomas de falta de control, manipulación, impulsividad e irritabilidad.
*Internado inmediatamente bajo contante observación.
3. Antecedentes: Sin precedentes.
4. Recomendaciones generales y preocupaciones:
• Tenerlo bajo constante vigilancia.
• Mantenerlo en zona de aislamiento según orden de la corte.
• Sin derecho a visita.
• Seguir ordenes de tratamiento constante con el doctor Jung Won-ho.
• Evitar confrontaciones con el paciente. En caso de mostrarse violento, colocar chaleco de fuerza y enviar al cuarto de contención.
• En cuanto a lo anterio, no tolera conversación sobre su hijo. Evitar para no obtener respuesta violenta del paciente.
• No dejar objetos que sean potencialmente usado por el paciente para atentar contra su vida.
• Por ni un solo motivo mencionar el nombre de Kim Taehyung (víctima de Min Giyoon).
✶⊶⊷⊶⊷❍ ⛥ ❍⊶⊷⊶⊷✶
09 de marzo de 1995.
El doctor Jung entro a su consulta dentro del hospital psiquiátrico. Cerró la puerta, anunciando su llegada al espacio donde atendía a su propio paciente, Min Giyoon. El hombre que profeso alguna vez la fe fue odiado por un crimen espantoso.
Tratarlo fue una odisea; no hablaba, miraba reacio, con odio y sin ni un ápice de colaborar. Sus ojos eran oscuros, al igual que su largo cabello que hacían juego. Vestía un uniforme blanco, limpio y sin ni una sola mancha de comida u otro fluido.
Giyoon era un hombre de pocas palabras, alejado de todo lo que rodease; estaba, pero a la vez no, hablar con él era tiempo perdido. Preguntarle por qué lo hizo no valía la pena para nada, pues siempre respondía un desganado "aún no lo sé". Min era un acertijo de pies de a cabeza, no sabías exactamente por dónde empezar a examinar el origen de su trastorno, averiguar cuáles fueron aquellos motivos por los cuales asesino a Kim Taehyung, un chico con un maravilloso futuro por delante.
—Buenos días, Giyoon, ¿cómo pasaste la noche? —Se sentó en el sofá individual frente al largo en donde Giyoon permanecía sentado.
—Normal. —Se encogió de hombros sin darle importancia. —Siempre es la misma pregunta, Jung... —Se recostó un poco. Cruzo las piernas y entrelazo sus dedos con una mirada que solo mostraba desinterés por todo.
—Bueno, entonces cuéntame otra cosa. Que te parece si hablamos de Yoongi, me dijiste que cumple dos año, ha de ser un bebé muy grande. —Sonrió mirando al hombre que no apartaba los ojos de la ventana que se hallaba en su oficina, mirando fijamente un punto en la inmensidad de la nada. —Giyoon, ¿has visto a tu hijo?
—No. Mi esposa no lo ha traído y es mejor, no quiero que venga a este lugar tan... desolador y triste. —Le dijo mostrando un poco de preocupación y algo de tristeza en su voz.
—¿Lo extrañas?
—No. Sé que está bien con su madre.
—¿Cómo crees que sea cuando grande? ¿Tienes alguna visión respeto a su futuro? —preguntaba interesado tratando de sacarle tema de conversación a Min. Quién ahora sí se mostraba un tanto más con ganas de hablar. Yoongi siempre era su punto débil, aunque él lo negase.
Giyoon los últimos meses se ha adaptado a las terapias que recomendó el juzgado, con los pasos de los meses ya a dos años de su cadena perpetua, el señor Min comenzó a ablandar su corazón respecto a su hijo, al único que tenía. Muchas veces se preguntaba por qué simplemente no fue a verlo nacer y dejar a Taehyung volver a su casa.
Sin embargo, Giyoon cada que hablaban de Taehyung, se molestaba.
—Deja de preguntarme por Yoongi porque no le veo hace tiempo, y es mejor porque ser hijo de asesino no es agradable. ¿Qué espero para él? —Miro al médico con sus ojos ojerosos. —Que no ceda ante la misma locura que yo.
Jung asintió.
Giyoon miro de nuevo la ventana y otra vez, ahí estaba él.
Taehyung sonriéndole de manera tenebrosa con su mirada oscura. Estaba de pie detrás del médico. Suspiro molesto al verlo de nuevo. Se frotó la frente y se negaba a mostrar o decir que algo sobre las visiones, pues últimamente el doctor Jung le ha estado haciendo algunos exámenes y actividades para descifrar si a partir de su trastorno base ha desarrollado algún tipo de paranoia o delirios a raíz de asesinato que cometió, pues, fuera como fuera, había sido un evento catatónico que trastorno la mente de Giyoon a grandes escalas.
Abusar y asesinar a un joven de algún modo lo marco. Min tenía pesadillas con esa noche y con los días posteriores a la desaparición, ya que Taehyung se convirtió ahora en un parásito que lo estaba consumiendo poco a poco, para apagarlo y luego llevarlo al límite de su vida.
Sin decir nada, respondió las demás preguntas respecto a su hijo, Yoongi. ¿Qué más podía decir?
¿Amaba a su hijo?
No lo sabía. No lo vi nacer, no oyó sus primeras palabras y tampoco vio sus primeros pasos; tampoco verá su primer día de escuela, de preparatorio, instituto o cuando entré a la universidad y ver como se convierte en el hombre que el mismo Giyoon debió de ser. Jamás sabría nada de Yoongi, su esposa ya dejo de ir a verlo, dejo de insistir más o rogar por una misera pisca de cariño que jamás sintió por ella.
De corazón, lo que tenía aun latiendo, esperaba que su hijo no cometiera los errores que él cometió. Giyoon se sentía culpable, la única vez que llego a amar a alguien a pesar de su trastorno mental fue a Kim Taehyung. Ese chico de tez morena, cabello azabache y cuerpo delicado, logro remover sus muertas emociones y sentimientos, pero esa obsesiona por querer demostrarlo o querer tener el control lo llevo a la locura.
Lo tuvo tan cerca, que cuando aterrizo a tierra firme, fue tarde porque ya lo tenía enterrado bajo tierra.
—Fue un gusto hablar contigo. —Sonrió.
—El mío no, me cansas. Tener que oír como mencionas a Yoongi me aburre.
Giyoon se levantó y salió de la consulta. Cuando abrió la puerta vio a los hombres que lo llevarían a su celda nuevamente.
—Vamos Min. —Lo tomaron de los brazos para conducirlo hasta donde dormía.
De camino por pasillo oía pasos detrás de su espalda, miro de reojo y no había nadie. Luego continuo hasta que sintió un agarre que le quemaba el brazo derecho. Simplemente, lo ignoro, porque sabía que era Taehyung volviendo a molestarlo.
Unos metros después fue empujado a la su celda, quedando parado en el medio de la habitación.
Giyoon suspiro y se dejó caer a la cama cerrando los ojos para poder caer dormido, deseaba descansar.
Entre que buscaba conciliar el sueño oía como una voz murmuraba en sus oídos. Susurros molestos que no lo dejaban dormir en paz. Separo sus parpados, dándose cuenta de que estaba solo en la celda su mundo en una oscuridad sofocante. Se sintió perdido, provocando que se sentara de golpe, respirando con dificultad, acelerado y sin ritmo.
—Giyoon... Profesor Min... —Canturreo la voz en sus espaldas. Giyoon se dio la vuelta enseguida para buscar el origen de la voz, pero fue inútil, ya que no vio a nadie detrás suyas. —¿Le gusta su nuevo hogar? A mí sí, es perfecto para un asesino psicópata como usted.
—Cállate... —Se tomó la cabeza.
—¿Qué le pasa? ¿Ahora no quiere que esté cerca, profesor?
—Basta...
—Pues se jode, es mi turno de mostrarle lo que yo vi bajo tierra. ¡Todo! —La voz hizo temblar los barrotes de la celda. —Empezaré por usted y acabaré con... su hijo... —Min abrió los ojos. Primera vez que se sintió aterrado de verdad. —De tal palo, tal astilla suelen decir. Será como tú, un loco de mierda al que nadie le creerá nada; lo oirán suplicar por paz y nadie lo escuchara; llorará por miedo y nadie hará nada; sufriera y yo lo voy a disfrutar, justo como ahora.
—¡Cierra la boca, Taehyung!
—¿Te importa tu hijo? —Se ha sorprendido. —Pero si no lo amas... Qué falso es profesor Min. Una basura sin sentimientos, un cascarón vacío, sin vida y que no le importa nada más que él.
Min se levantó. Se cansó de oírlo.
Lo que hizo no tenía perdón de Dios. Lo sabía y si para detener todo debía volver a pecar. Lo iba a hacer.
—¿Qué harás? ¿Huir?
Tomo la silla y la coloco en el medio de la celda.
—¿Por qué me hiciste esto? ¡Mira lo que soy por tu culpa ahora!
Saco la soga que se había encontrado en el patio de reos y la escondió debajo del colchón. La doblo e hizo un nudo firme.
—¡No quería morir! —Kim comenzó a llorar. —¡No quería hacerlo!
Se subió a la silla y comenzó a amarrar la soga. Trago duro, su decisión estaba tomado. Pagaría el precio del peor pecado.
—¡Me mataste! ¡Me quitaste todo! ¡¿Qué fue lo que te hice?! Estaré contigo hasta tu último día y si debo ser el parásito de tu hijo, lo haré. —Le dijo con rabia. —Si debo hacerlo rogar, te juro que lo haré.
Por un momento las voces y Taehyung se había callado. Se miró en el reflejo del espejo trizado del lavamanos que tenía en la celda; por primera vez vio lágrimas en sus ojos. Respiro hondo.
—Perdóname, Yoongi...
En ese entonces, Taehyung volvió y tomo la silla con fuerza.
—Mi venganza empieza aquí, Min Giyoon.
La silla fue empujada con una patada.
El hombre agitaba los pies buscando sostenerse de algo, pero no lograba nada. Se afirmó la soga para dejar un paso de aire y tampoco servía. Dejo de luchar cuando la respiración se acabó.
Taehyung miraba como el cuerpo, inerte de Giyoon se balanceaba del techo de la celda.
Ese solo era el comienzo.
✶⊶⊷⊶⊷❍ ⛥ ❍⊶⊷⊶⊷✶
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