Wade estaba respirando pesadamente, tratando de aspirar la mayor cantidad de oxígeno posible para que pudiera llegar a sus pulmones. Concentró toda su atención en equilibrar hábilmente la cerilla en sus labios para que pudiera intentar escapar. Levantando la cabeza, escupió el pequeño trozo de madera en su mano y trató de encenderlo con su pulgar.

Después de algunos intentos fallidos, finalmente se encendió. La pequeña llama calentaba su piel seca y agrietada. Wade la tiró a la salida del aire que controlaba el flujo de oxígeno y esperó. El aire se incendió, subió por las tuberías y entró en los tanques de oxígeno, haciendo estallar toda el área donde se encontraba. El tanque de ácido de Marlene estaba resquebrajado por los escombros y toda la presión en su contra, causó que que el tanque se reventara. Las consecuencias de la explosión habían dejado a Marley bajo un montón de metal en un charco del ácido restante.

Wade había sido arrastrado por la explosión, debido a su mutación, lentamente comenzó a curarse del daño. Cuando Francis bajó para comprobar lo que había sucedido, sosteniendo un extintor de incendios, Wade ya había encontrado un escondite para saltar sobre él con el suyo. El calor de las llamas irritó su carne desnuda y causó que se produjera un sudor, el cual su piel quemada gritaba en protesta.

Francis se acercó y Wade supo que era hora de actuar. Con un poderoso giro, el extintor en sus manos contactó con la cara de Ajax, llevándolo al suelo. El hombre se levantó y le devolvió el golpe, solo para fallar y hacer que Wade cayera al suelo, donde ingeniosamente esquivó los golpes y se levantó. La pelea continuó, cada hombre recibió un buen golpe, hasta que Wade finalmente consiguió un golpe que hizo que Francis cayera otra vez al suelo. Su vestimenta del hospital se incendió y se lo arrancó, sin importarle que le estuviera dando al hombre británico un pequeño espectáculo, o tal vez grande, probablemente grande. Le tiró el extintor de incendios a Francis, que lo atrapó, y lo tiró al suelo. Wade lo golpeó dos veces, antes de quedar atrapado en un bloqueo de cabeza.

— No querrás matarme. Solo yo puedo arreglarte el careto — le dijo Francis al oído burlándose de él. Tiró a Wade al suelo con un rápido movimiento y, cuando se levantó de nuevo, tiró al mercenario hacia abajo en un movimiento de lucha.

Wade se arrastró por el suelo, la sangre se desprendió de su cara cuando no se dio por vencido. Francis tomó un palo y lentamente se acercó a él, arrastrando la tubería por el suelo detrás de él. Dejó escapar un grito de batalla mientras empalaba la tubería en el pecho de Wade, directamente hacia el suelo. Wade tosió sangre y escupió en el suelo. Las llamas crecieron a su alrededor, mientras Francis seguía golpeando al mercenario y Wade se quedó inerte donde estaba. Aprovechando la oportunidad, el idiota calvo dobló la parte superior de la tubería para que Wade no pudiera escapar y se agachó a su nivel.

— ¿Cómo me llamo? — preguntó antes de levantarse y se alejó al ver que él no respondía. 

Wade se quedó en silencio, pero levantó la vista cuando vio a alguien que lo llamaba.

— Wade — susurró una voz ronca. Ahí estaba él, David Cunningham. Atado a una silla sin salida. La expresión de su cara mostró una derrota cuando sacudió la cabeza y cerró los ojos, permitiendo que las llamas lo envolvieran.

Wade miró alrededor de la habitación en llamas en busca de alguna señal de la rubia que se había convertido en su amiga. No había evidencia de ella por ningún lado para ser vista. No podía decir si alguno de los cuerpos a su alrededor era el de ella o de alguien más. Eso fue hasta que vio una mano con uñas pintadas de color rojo que sobresalían de una pila de metal, el ácido se escapaba debajo de la trampa de metal. Wade no estaba seguro de si estaba viva o no y eso le causó una nueva determinación. Cuando todo se derrumbó a su alrededor, hizo una promesa en su cabeza a Marley antes de desmayarse. 

Te sacaré de aquí, Marley. Y después de que nos recuperemos, podremos correr desnudos por la ciudad yhacer todas las cosas de nuestras listas de deseos.

Las llamas no existían cuando Marley se despertó. Podía sentirse transportada mientras se balanceaba de lado a lado. Su piel estaba cubierta de ceniza negra y no podía ver una sola especificación de su piel. Miró a la persona que la llevaba en brazos.

— ¿Wade? — preguntó con su voz ronca por inhalar todo el humo negro del fuego. De alguna manera, ella sabía que era su mercenario amigo, a pesar de que su apariencia era completamente diferente. Marley no podía verlo del todo, pero su piel era más rosada y también podía decir que ambos estaban desnudos.Por supuesto que no podían ver nada el uno del otro, ya que la ceniza se había asegurado de ello.

— Shhh, Marley. Tengo que acostarte un momento en el suelo. Necesito entrar en uno de estos apartamentos para que podamos ducharnos y encontrarnos algo de ropa — la tranquilizó, la puso en un callejón y la envolvió en una manta al azar que le robó a una persona sin hogar. Ella asintió y lo vio entrar en un complejo de apartamentos a través de una ventana. Marlene no miró por mucho tiempo a su alrededor, ya que sus ojos comenzaron a cerrarse de nuevo y volvió a quedarse inconsciente.

Después de registrar y robar algo de ropa en el apartamento, Wade volvió a salir para buscar a su rubia amiga. La dejó en el suelo del baño y encendió el cabezal de la ducha. La ceniza y la mugre comenzaron a lavarse y cuando ella mostró signos de despertarse, él salió del baño para buscarle algo de ropa. Lo que eligió no estuvo fuera de una gran selección. No había ropa de mujer en el apartamento, excepto un sujetador ocasional y unas bragas. Obviamente quienquiera que viviera allí era un puto o un mujeriego. Al final, Wade se conformó con una camisa de hombre, unos pantalones anchos y toda la ropa interior de mujer que pudo encontrar porque no estaba seguro de lo que le cabría a Marley.

Marley, una vez más, se despertó después de desmayarse y notó que estaba en el baño con la ducha encendida. Se levantó inestablemente y de inmediato comenzó a limpiar toda la suciedad de su cuerpo. Cuanto más suciedad se quitaba, más notaba lo pálida que se había vuelto su piel. Saliendo de la ducha y envolviendo una toalla alrededor de su cuerpo, caminó hacia el espejo del lavamanos y comprobó su apariencia.

'¡¿Qué demonios nos pasó?!' exclamó la voz en su cabeza mientras miraba una vez más su aspecto. Su cabello se había vuelto rubio platino y estaba tan pálida como un fantasma. Observó cómo los cortes en su cara se curaban muy lentamente y sus ojos se agrandaron.

— Debo de haber mutado — susurró para sí misma en el espejo.

'¡No me jodas, Sherlock! ¡No lo sabía!'

Un golpe en la puerta la apartó de sus pensamientos y apretó la toalla alrededor de su pecho.

— ¿Sí?

— Soy yo Wade. Te conseguí algo de ropa. Y supongo que quieres saber todo lo que pasó.

Marley se acercó a la puerta, abriéndola. A ella no le importaba si Wade la veía solo con una toalla, lo hacía todo el tiempo con su ex esposo y estaba acostumbrada a que la miraran. No estaba avergonzada en absoluto, su cuerpo era algo de lo que estaba orgullosa. Incluso si el ácido hubiera jodido su aspecto.

Cuando la puerta se abrió para revelar a una Marley limpia, la mandíbula de Wade cayó ligeramente. Su nueva piel pálida parecía resaltar más los ojos de Marley, y verla en toalla definitivamente era algo excitante.

'¡Guau!' chilló la voz aguda en la cabeza de Wade. 'Está más buena que Vanessa'

— No puedo pensar eso — dijo en voz alta y Marley lo miró inquisitivamente.

— Whoa, Wade, ¿qué le pasó a tu cara? ¿Y qué me pasó?

Se aclaró la garganta y le entregó la ropa en sus manos, que ella tomó y esperó su respuesta.

— Te lo diré más tarde cuando regrese. Necesito ver a alguien — se alejó, pero Marley lo detuvo.

— ¡Espera! — Wade se dio la vuelta y Marley le besó la mejilla con un fuerte ruido — No digo esto muy a menudo, Wadie, así que más vale que lo aprecies. Gracias. Lo que sea que hayas hecho, sé que me salvaste la vida. Nos vemos.

Wade se levantó la capucha con una inclinación de cabeza y salió por la puerta, dejando a Marley sola en un apartamento que ni siquiera era suyo.

Marley estaba sentada en el sofá viendo a Oprah en el horrible televisor cuando el sonido de la cerradura en la puerta la alertó. Se giró para ver a un hombre pasar directamente junto a ella,pareciendo no darse cuenta de que había una mujer en su apartamento. Metió la mano en la neveray sacó un cartón de zumo de naranja.

'¡¿Qué diablos hago?!' pensó ella para sí misma.

'¡Mátalo! No puede decirle a nadie que estuvimos aquí'. le respondió la voz amenazadoramente. 

Parecía que su mutación la había vuelto aún más loca y a la voz en su cabeza más asesina. Acercándose más al hombre, ella agarró un cuchillo afilado del mostrador y lo hundió en el cráneo del hombre antes de que éste notase que había alguien detrás de él. Cayó al suelo con el cuchillo todavía en su cabeza y empezó a manchar todo el suelo de la habitación.

— K.O — dijo y volvió al salón para terminar de ver a Oprah.

No mucho después, Wade volvió con una bolsa llena de comida en sus manos. Lo dejó en el mostrador de la cocina y miró al hombre muerto en el suelo. 

— Marley... — la llamó.

— ¿Sí?

— ¿Por qué hay un hombre muerto en el suelo? Quiero decir, hermoso trabajo, ¿pero no podrías haber encontrado una forma más limpia de matarlo?

— Él vive aquí y no quería que llamara a la policía, así que lo maté, pastelito.

— Vale, al menos ya no tenemos que preocuparnos de que vuelva a casa. ¿Chino? — ofreció Wade dejándose caer en el sofá con un ruido sordo, con dos pequeñas bolsas en la mano.

— Oooh, sí, por favor. Amo a los chinos. Cuanto más sonríen, menos ven — bromeó ella, agarrandola bolsa de su mano y zambulléndose en la comida que había dentro. (perdón si eso fue ofensivo, no quise que lo fuera)

Comieron en silencio viendo a Oprah con comentarios ocasionales sobre las personas que lepedían consejo a ella. Hubo una mujer que dijo que había arruinado su propiavida al follar con su jefe, y cuando ella se negó a volver a tener relaciones sexuales con él, la despidió. 

— Wade — comenzó Marley, silenciando el televisor y girándose hacia el hombre que estaba a su lado.

— ¿Sí, Rubita? — respondió él, con los ojos fijos en la pantalla de la ahora silenciosa tele.

— Dijiste que me contarías todo lo que pasó.

Él suspiró y se volvió hacia ella, contándole todo lo que había sucedido cuando ella fue arrojada alácido y que dos horas antes visitó a su novia. Al principio estaba confundida, pero una vez que Wadereveló que Francis se había escapado, Marley resopló de frustración y se tendió en el sofá cerrandolos ojos. Wade tomó eso como una señal de que ya no quería hablar, le puso el sonido la televisión y siguió viendo a Oprah.