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Capítulo único.

Advertencia: Este es un os AU de ObitoxOc y tiene MUCHO contenido con escenas de sexo explícitas y lenguaje inapropiado. Se recomienda discreción y se ruega que si no te gusta el lemon por favor te retires. Gracias💓

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El pelinegro de orbes negras llegó con unos minutos de sobra a la universidad y se dirigió al respectivo y trillado salón de clases, para esperar pacientemente a la única alumna que necesitaba clases de apoyo y mientras, con un suspiro entre medio, abrió su libro favorito para comenzar a leer.

Sabía que aquella muchacha que tenia fama de problemática y rebelde no iba a aparecerse, siempre lo dejaba plantado y hacía perder su tiempo pero de todas formas él la esperaba pues, aunque en la clase normal le reclame sus faltas a estas horas extras, ella siempre decía que iría algún día de estos y el Uchiha no podía hacer nada más que creer en ello. De todas formas le pagaban.

En otro lugar, Maki había sido obligada por el presidente del consejo estudiantil de la universidad, que la había atrapado en medio de un acto de vandalismo, a dirigirse a sus clases de apoyo o abstenerse a la consecuencias, ahora caminaba por los pasillos de la uni con sus brazos sobre la cabeza y aburrida, soltando un pequeño suspiro. No quería entrar a la clase la cual la habían recomendado, odiaba las clases, pero lamentablemente era su deber.

Al llegar al salón, entró despreocupada sin miedo de que haya alguien ya que era tarde para su parecer.

El pelinegro que leía, escuchó la puerta de su salón abrirse y volteó a ver a la bella alumna que ya conocía. No pudo evitar quedársele viendo fijamente, mientras sus ojos seguían su recorrido con ella hasta su asiento y descaradamente se posaban en su trasero que se meneaba frente a sus ojos, como llamándolo e incitando a ser probado.

Sí, Uchiha Obito estaba sexualmente frustrado y todos sus deseos sexuales se encendían al ver a su peor alumna.

Maki se acomodó en su asiento con pesadez y al ver hacia delante se dio cuenta de la presencia del profesor.

— ¡Ah!.— gritó un poco asustada de verlo tan de repente y tapó sus labios.— Ho-ola.. — dijo un poco avergonzada de no haberlo visto. Él la miró atentamente y luego murmuró audiblemente.

— Buenos... días...— cerró su libro y comenzó a sacar sus pertenencias. intentando ignorar el calor que había resurgido en su cuerpo.— No esperaba verla aquí señorita Maki pero... es un logro que mi alumna problemática venga, después de todo eres la única que necesita clases de apoyo por lo que sé...— la observó con cierta soberbia, destacando su orgullo de profesor.— No hace falta presentarme ¿no es así?.— alzó una de sus cejas, siendo irónico.
Él era su profesor titular y ya se conocían bastante bien pues Obito solía meterse en problemas por esa respectiva alumna en la universidad y en casa, cuando él recordaba la forma de sus pechos y se la imagina saltando sobre su miembro una y otra vez.

Los sueños e imágenes mentales que el Uchiha solía tener eran realmente enfermizos a su parecer, lo estaban volviendo loco y desde que la conoció no pararon jamás. Tener todas esas fantasías con la alumna que parecía más odiarlo era su pasatiempo inconsciente, su mente lo traicionaba y ya se sentía un maldito pervertido por eso. Lo era.

Ella estaba bostezando algo cansada y paró al notar que le hablaba.

— Si profesor Uchiha, no hace falta.— respondió rápidamente, negando.

— Perfecto.-— una sonrisa ladina se formó en su rostro al escuchar su nombre salir de sus lindos labios y después paso a sacar unos libros.
A decir verdad, a él -fuera de lo sexual- le agradaba aquella muchacha despreocupada, además de ser bonita sabia que era más inteligente de lo que aparentaba y estaría mintiendo si dijera que jamás soñó en - además de tenerla gritando su nombre y acariciar sus hermosas piernas- salir en una cita y llevarla a pasear pero lamentablemente era su alumna.

Maki suspiró para llevar su vista al techo, tranquila y aburrida. Él caminó y comenzó la clase, escribiendo en el pizarron.

— Este es el primer tema.— explicó de espaldas a ella.— Comencemos con un ejercicio.

— Bueno..— contestó la rubia y apoyó su rostro en sus brazos, mirando al profesor, que escribía ejercicios, con sus ojos entrecerrados y somnolienta. Odiaba la matemática.

— ¿Sabes resolver esto?.— preguntó Obito, dándose la vuelta a la rubia y señalando el ejercicio escrito

— ¿Me hablas a mí?.— Maki se señaló a sí misma con expresión de fastidio.— No, por algo vengo aquí.— respondió con obviedad.

— Entonces ven a hacerlo aquí.— ordenó pero rápidamente vio como ella negó con el ceño fruncido.

— No quiero.— se opuso. El Uchiha se sorprendió al escuchar esa respuesta, conocía bastante bien a la problemática chica pero al parecer esta vez estaba más irritable de lo normal y el estar con uno de los profesores más temidos de la escuela al parecer no le importaba.

— No es de que quieras.— aclara y le extiende la tiza.— Pasa a hacerlo.—  dijo con seriedad . No podía tratarlo como alguien cualquiera.

— ¡D-dije que no!.— alzó un poco la voz y sus mejillas iban enrojeciendo por el enfado.— Si quiere pongame un castigo o baje mi nota pero no lo haré.— contestó, corriendo la mirada. No quería pasar vergüenza ya que no sabia hacerlo. El profesor bufo, intentando tranquilizarse, miró a la chica que tanto le había interesado desde el principio, acercándose un poco a su lugar.

— Un castigo eh..— cruzó sus brazos el Uchiha.— Tú no aguantarías un castigo mio.— la desafió, mirándola con firmeza.

— No me subestime, no me importa quién es usted.— dijo con sus mofletes inflados y sin mirarlo, estaba irritada consigo misma por no poder entender nada de lo que estaba escrito e irritada con ese hombre. Inconscientemente Obito sonrió de lado viendo sus labios.

— Así, con esa actitud, deberás quedarte más rato. Tengo que asegurarme de que entiendas. Y espero, saques buena calificación en el examen para no reprobar.— caminó nuevamente a su escritorio.

Maki no quería quedarse para nada allí, pues perdía mucho más tiempo para hacer otras cosas.

— Maldición.— balbuceo tapando y refregando su rostro, rogando a que pasen las horas más rápido de lo normal.

— Por este momento, solo puedo dejarte unos cuantos ejercicios fáciles.— borra y escribe nuevamente en la pizarra.— Y los revisaremos en media hora.— dice luego de fijar su reloj y sentarse en su escritorio.

La media hora pasó pero ella no había siquiera tocado el bolígrafo, solo miraba por la ventana, agobiada de la clase.

Pensar que debía quedarse la desanimaba más. Ella no necesitaría las tontas matemáticas para su carrera, no necesitaba entenderlas.

Obito no dejaba de mirar a su alumna, sin expresión pero con varias indecentes cosas en la cabeza, no podía esperar más pues sentía que explotaría, así que tomó una decisión rápida.

— Señorita Maki.— la llamó y vio como la chica se levantó al instante, haciendo que sus pechos también se muevan y trayéndole más imágenes a la cabeza.

— Lo sé.— respondió con pesadez la rubia, mirándolo con fastidio.—Espero que sepa que su clase no me interesa.— cruzó sus brazos. Él volvió a alzar sus cejas, arrogantemente.

— Y yo espero que sepas que sin pasar mi clase, la recursas.— volvió a desafiarla sentado en su escritorio.— Ven.— extendió la tiza a ella.

— Voy a recursar pero no contigo.— lo trató sin respeto alguno mientras se encaminaba a él y se ponía frente suyo. El Uchiha se levantó y mirándola atento da una leve sonrisa

— No creo eso..— contestó sencillo.— Ahora.— señaló un ejercicio en la pizarra.— Hazlo.

Maki agarró la tiza en la mano de su profesor de mala gana y fue hacia la pizarra, dándole la espalda.

— No sé si en verdad entiende lo que digo pero, repito, no sé como hacer esto.— murmuró. Obito se acercó un poco mas a ella, lado a lado.

— Yo sé que no lo sabes, después de todo yo te recomendé.—dijo con seriedad.— ¿Por qué crees que te pedí que pasaras y que te quedarás?.— habló obvio y comenzó a mostrar los pasos uno por uno para que su alumna los anote.

— Bien.. pero luego no se queje.— contestó levemente sonrojada de ver tan de cerca a su profesor. Él era sólo unos dos o tres años mayor y a decir verdad se veía más joven a su edad, era bastante caliente y varonil, hacía fantasear a todas y por ese mismo motivo Maki se había convencido en no ser como las demás y no sentirse atraída con aquel hombre, no quería ser como las zorras de la escuela aunque realmente pensara que su profesor era muy sexy.

Ella ahora hacía el ejercicio concentrada y siguiendo todo los pasos que él le había otorgado, con un poco de dificultad.

— Eso...muy bien.— dijo por lo bajo su profesor, observándola mientras se pasaba detrás suyo a medida que continuaba el ejercicio.— Multiplica el sobrante y después dividelo entre dos.— descaradamente y aprovechando, paseo sus ojos lentamente por toda su figura y quedándose en su hermoso trasero deseando apretarlo e imaginando tenerla en cuatro para hacerla completamente suya.
Constantemente se preguntaba si esa muchacha ya había pasado su etapa de virgen o si tenía novio, no sabía por qué pensaba tales cosas pero hacerlo lo enfurecían y a la vez le daban más deseos de llenarla de él. Cada vez sentía más y más anhelo de tenerla bajo sus brazos, gimiendo por más.

— Si..— asintió ella, obedeciéndolo e intentando comprender toda la cuenta que hacia pero sin darse cuenta de lo que hacía su profesor.

Con discreción Obito comenzó a acercarse a ella suave por la espalda, imaginándola sin ropa o debajo de sus sábanas. Siempre la había deseado a decir verdad, desde la primer mirada, era la única en su aula que parecía interesante. Las otras muchachas eran completamente unas simples chicas que hasta se ofrecían abiertamente a acostarse con él.

— Supongo que ya está.— murmuró Maki, sintiendo la presencia de su profesor detrás suyo y creyó que solo vigilaba el ejercicio.— ¿Está bien?.— preguntó mirando dudosa la pizarra. Él volteó a ver el ejercicio rápidamente y lo revisó.

— Muy bien. Lo lograste hacer, aunque estaba muy fácil.— inspiró, haciéndose el desinteresado.— ¿Qué tal si intentas este?.— borró y anotó otro un poco más difícil.— Hazlo sola.— exigió.

— Claro..— asintió firmemente la rubia y se dispuso a hacerlo, concentrada en la pizarra y en aquellos números que la complicaban. Él volvió a ir detrás de la chica y lentamente se acercaba a su cuerpo tan apetitoso y excitante.

— ¿Todo bien? ¿Necesitas ayuda?.— mientras observaba como lo hacia, está vez, se apegó un poco más a ella, suavemente.

— N-no puedo.— dijo y sintió el leve tacto del profesor pero no le dio importancia, creyó que este se había chocado contra ella y solo siguió con el ejercicio trabajoso.

— ¿No puedes?.— repitió suavemente en su oído para mirar de reojo a la chica y por detrás indicarle qué hacer, apoyándose contra ella y frotándose un poco. Maki en un impulso se tiro más contra él, siguiendo sus movimientos.— Bien, recuerda. Baja éstos números.— indica mientras mira muy atentamente el cuello y los rasgos faciales de la chica y su mano desocupada acarició su cintura para atraerla más a él. Su miembro comenzaba a endurecerse mientras sentía el trasero de su alumna menearse contra él y suspiros agitados se escuchaban por parte de los dos.
Esa muchacha lograba excitarlo más de la cuenta.

— S-si.— susurra nerviosa por la cercanía, podía sentir su respiración detrás de ella y el bulto en su espalda baja y eso la apenaba  excitaba. Siguió con el ejercicio sin problema.
Al desocuparse, el profesor puso sus dos manos encima de sus caderas muy suave y lentamente.

— Eso es...— murmura atento a como resolvía el ejercicio. Las manos de Maki habían comenzado a temblar al sentir las manos del Uchiha, estaba nerviosa y se sentía extraña pero siguió con el ejercicio, terminándolo. Él acariciaba suavemente sus caderas, en silencio.— ¿Todo está bien...?.— susurra nuevamente en su oído.

— Estoy.. bien..— balbuceo con su voz temblorosa, sintiendo sus caricias y traga saliva, nerviosa y jadeando. Le gustaba lo que estaba sintiendo, con el profesor que siempre le había parecido caliente a pesar de no querer admitirlo.

— Perfecto... ¿qué esperas?.— pregunta contra su oído, dejando plantado un beso en su cuello.— Sigue con el otro.— su mano fue hacia los botones del saco de la chica. Asintió temblorosa para seguir escribiendo.

— Y-yo.. — tartamudeo la rubia sonrojada, sin moverse pues estaba sorprendida por los actos del superior y los suyos mismos. Obito rió con picardía al notar sus reacciones y lentamente desabrochó unos cuantos botones.

— Eso es.— lamió el lóbulo de su oreja y Maki no pudo evitar no soltar un par de gemidos muy bajos.

— P-profesor..— susurra mirando sus grandes manos en su cuerpo.— ¿Que.. hace?.

— ¿Quieres que pare?...— dice suavemente. — Si no te gusta me detengo.— hace un mechón del cabello largo de su alumna a un lado para acercar sus labios a su suave piel. Avergonzada ella asintió como pudo, dándole una afirmación para seguir, soltando un pequeño suspiro al sentirlo tan cerca y sin saber que hacer.— Aprendes rápido.— Obito volteó sus ojos hacia arriba, mirando la ecuación y le quitó lentamente el saco.— Creo que merezco un agradecimiento.. ¿no es así?.— su voz gruesa y seductora ocasionaban que las piernas de Maki flaquearan.

— ¿D-de qué.. habla?.— preguntó ella inocentemente en un balbuceo y corrió su rostro para mirarlo de reojo, sabía bien de qué hablaba. El pelinegro la miró a los ojos, no podía negar lo hermosa que se veía de esa forma.
Lentamente acarició los bordes de la camisa blanca que ella llevaba.

— ¿Tú que crees? algo como.. dejarme mirar tu hermoso cuerpo.— lamió la piel de su cuello, estremeciendola por completo.

— M..mhm.— suspiró ruborizada, bajando la mirada.— P-pero.. podría venir alguien.— advierte preocupada y con nervios. Obito acarició sus caderas por debajo de la camisa.

— No lo harán...— sonríe de lado.— Ya no hay nadie.— ahora su lengua había subido muy suavemente hasta su oreja, lamiendo sensualmente para incitarla.— Tú solo debes seguir mis indicaciones sin preocuparte. Eres libre de oponerte así lo quieres.— aprieta su trasero y le suelta una nalgada que tanto había deseado darle, mordiendo su labio inferior y sintiendo su erección ya bastante apretada.

— ¡A..ah..!.— gimió la muchacha y cerró sus ojos, con pena.— Bien.. Lo-o haré.— murmuró, mostrándose muy sumisa.— Me quedaré.— con una sonrisa maliciosa, el Uchiha bajo sus manos a lo largo de los muslos suaves de su acompañante.

—Perfecto.. supongo que con eso puedes llevarte unos cuantos puntos más.— muerde suavemente su cuello mientras va a desabrochar los botones de su camisa, con una sonrisa pícara. Maki estaba quieta y nerviosa, sus manos temblaban. No podía negar que era guapo y le gustaba la situación pero esto no estaba bien. No aguantaba sus gemidos, se sentía extraña al sentir sus labios, nunca se había sentido así pues había tenido relaciones, sí, pero nada que la haga sentir tan vulnerable y extraña como ahora .— Mmm...eso es... ¿Te gusta la idea?.— pregunta el Uchiha mordiéndole el cuello para dejar una marca suya y luego de sacarle la camisa. La llevó hasta su escritorio para sentarla y tenerla frente a frente.

— Y-yo.. a..ah.— susurra conteniendo su voz.— No.. creo que.. esto este bien.— entrelaza sus brazos en el cuello del profesor, sin atreverse a mirarlo

— Vamos... mírame.— dice y tomando su barbilla hace que lo mire y sonríe mirando su escote, para lamerlo muy suavemente por las orillas de éste.— Solo quiero.. ayudarte con tu nota final y que tú... Me ayudes con lo que siento por ti.— murmura y pasa sus manos hacia los extremos de su sujetador.— Porque esto que siento es insano, gatita.

— Si.. si..— murmura, viéndolo con vergüenza y placer. Aunque no quería admitirlo, le gustaba las caricias que él le otorgaba. Leves suspiros agitados salían de sus labios.

— Perfecto... eres perfecta.— desabrochó con facilidad el sujetador y mordió su labio cuando vio sus perfectos pechos hasta que subió la vista a sus ojos, para comenzar a acariciar sus senos suavemente y apretarlos mientras veía sus expresiones.— Son.. muy suaves, como imagine. — sonríe.

— Ngh.. n-no.. diga eso..— exige arqueando su espalda para darle más lugar a las grandes manos del profesor y mordiendo su labio inferior para no soltar gemidos involuntarios.

— Yo puedo decirte lo que quiera. Soy tu profesor.— aclara el pelinegro con una sonrisa ladina, tan orgulloso como siempre, mientras baja sus manos y deja mordiscos en su clavícula, jugando con los bordes de la falda que llevaba.

— P-pero..— intenta reclamar pero decide quedarse callada mientras veía sus manos, sus ansias y nervios crecían.

— No reclames.— ordena mientras lentamente sube la falda y acaricia sus bragas mientras sus besos bajan por todo su cuello para llegar hasta sus pechos y que su lengua jueguetee lentamente con uno de los pezones de la chica y con su mano desocupada pellizque el otro.— Hermosa... Solo prepárate.— murmura sobre su piel.

— S-si..— susurra ella mientras sus manos acariciaban la cabellera negra del Uchiha y sentía su cuerpo ardiendo y su entrepierna ya bastante mojada. No podía resistirse ante él y lo mejor era que además de placer conseguiría una buena nota.

— Verás que te va a gustar...— sonríe arrogantemente.— Y te ayudará mucho.— abre muy suavemente sus piernas y mirándola fijamente, baja lento sus bragas. Con sus dedos, sin esperar un segundo más, acaricia la piel de su entrada.— ¿Quien lo diría..? Mi pequeña y problemática alumna está húmeda..— comentó con cierto tono de burla.

— P-profe..sor...— Maki sonrojada corre la mirada soltando un pequeño gemido. Nunca habían tocado su zona íntima de tan vulgar manera y se sentía extraña.— A-ahh..— su ceño se fruncio leve y apretó sus puños un poco mientras su rodilla comenzaba a rozar de arriba a abajo la entrepierna bastante dura del hombre.

— Mgh..— suelta un gemido varonil al sentir aquel brusco tacto.— Tranquila.. no pasará nada que no te guste...— lentamente con su dedo masajea en círculos su clítoris.— ¿O no te gusta?.— murmura y luego baja hasta su intimidad para dejar un suave beso en su entrada y darle más confianza en lo que haría a continuación.

— Ngh.. s-si... me.. gusta.— admite entre jadeos, estaba excitada y avergonzada pero necesitaba sentir su tacto cada vez más.— Ah...ah.— gemía por lo bajo cuando él la tocaba.

— Te gusta aquí ¿no?.— él sonrió y lentamente​ lamió su clítoris mientras ella masajeaba sus propios pechos para estimularse mucho más.

— Agh... s-si..— gime suave y tapa su boca con una de sus manos para contener sus gemidos.
Obito lamia su orificio de entrada y mientras sacaba lentamente su miembro, el cual se encontraba muy erecto ante la situación, ella se tomó el tiempo de quitarle la camisa mientras y cuando logro sacársela, acarició toda su espalda.

— Bien hermosa.. sigue así, debes obedecerme.— le recordó cuando se separó y relamio sus labios sintiendo por completo la esencia de su alumna.

Ella lo miró apenada y acarició el abdomen tremendamente marcado del hombre, con timidez. Le gustaba verlo, era tan.. varonil y sensual, estaba ansiosa por ver lo próximo que haría.
Se acercó a Maki mientras abría sus piernas y se posiciono frente a ella, observándola.

— Eso es preciosa..— lentamente se comenzó rozar contra la rubia de entrada completamente mojada.— Aah...— cerró los ojos, agitado. Maki se sostenía de sus hombros y jadeaba al igual que él.

— Ngh..— gimió por lo bajo, completamente extasiada. El Uchiha intentaba controlarse pero al tenerla de esa manera le era imposible, le gustaba y mucho todo el ambiente.

— No.. no puedo más.. voy a entrar..— advierte, apretando sus caderas y lentamente, mete la punta de su miembro en ella, mordiendo su cuello, por el placer que esto le otorgaba.— Mhm..

— ¡Ahh!..— chilló ella con fuerza al sentir el repentino movimiento dentro suyo y fruncio leve el ceño, adolorida por su acción, para apretar sus hombros y aguantar la extraña sensación que hace mucho no experimentaba. Obito sonrió triunfal mientras empezaba a entrar por completo.

— P...perfecto...estás tan estrecha gatita..— lamió su oreja para apretar y masajear su seno con una de sus manos.— Mmm..— gruñó sintiendo como era apretado por aquella rubia que lo volvía loco.
Estaba cumpliendo su sueño, definitivamente.

— A-ah..— gimió Maki al sentirlo y se movió un poco incómoda para poder acostumbrarse a su gran tamaño. Jamás creyó que su profesor sería de esa manera y mucho menos el de matemáticas al cuál jamás le prestó mucha atención.

— Ahora... eres mía...— declara y la besa con pasión, mordiendo su labio inferior para jalarlo y saborearlo.— Dime.. cuando pueda moverme bien..— habla al separarse y se mueve muy poco, con necesidad.

— S-si..— dice sonrojada y al acomodarse mejor sobre él, asiente en señal.— P-por.. favor, muévase.. despacio...— habla nerviosa, mirándolo tímidamente. Su agresiva personalidad había cambiado radicalmente y ahora solo parecía una muchacha completamente sumisa.

— L-lo haré..— él la obliga a mirarlo fijamente.— Pero recuerda que quien decide aquí, soy yo...— gruñe y bajando su mano, acaricia en círculos su clítoris mientras se mueve muy lento pero terminando en estocadas duras.— Aahg..

— ¡Ah!... S-si...— gime avergonzada y cerrando sus ojos con fuerza, se acerca a él y se sostiene de su cuello, agitada.— Me... gu..gusta..— él sonrió y beso suavemente sus labios que sabían a caramelo y eran adictivos para su sistema completo.

— ¿Si preciosa...? ¿Cuanto...?.— se mueve aún más duro pero igual de lento para sentirla mejor.— ¿Cuanto quieres como nota final?

— La-a.. nota mas... mas alta.— exige entre gemidos, aferrándose a él y acariciando su cabello.

— ¿En verdad?.— sonríe de lado.— Aaah.. entonces pasa una rápida prueba que te haré..— dice y cambia de posición en el escritorio con rapidez, colocándola encima de él.— Salta preciosa.. eres libre.— ordena mientras coloca sus manos sobre los muslos de su chica.

— B-bien..— Maki se sostiene de su abdomen y comienza a dar cortos saltos sobre su miembro, autopenetrándose.— Ah.. ngh..— gemía agitada y moviéndose con rapidez. El Uchiha tomo su trasero para ayudarla un poco y mordió con fuerza su cuello moviéndose también.

— Exacto gatita.. Aah... así...— gruñe mientras ella se movía sonrojada y llena de placer.

— Ah.. s-se.. si..siente bien..— murmura avergonzada y muerde su labio inferior, sensualmente. Él le soltó una fuerte nalgada mientras sonreía con soberbia.

— ¿En verdad? ¿Qué tanto? Vamos.. brinca.— ordena y apreta con fuerza su gran trasero acariciando y pellizcando entre jadeos. Ella obedeció a lo que decía y salto mas rápido y brusco sobre él, llena de excitación.

— ¡Ah! ¡Agh!

— Mmghh.. Preciosa... me voy a venir en ti... ¿entendido?.— advierte en un varonil gruñido y la toma de la cintura para moverse más duro dentro suyo. Cada centímetro que era apretado y succionado por ella le parecía el paraíso.— Aaah..

— P-pero.. agh..— la rubia no pudo ni negarse ya que el placer le ganaba, siguió moviéndose sintiéndose cada vez mas acalorada.

— Ahh... ¡Aagh!.— cierra los ojos, embistiendola con más fuerza y soltando un gran gemido al correrse mucho dentro de la chica, desbordándose.— Ahhg...

— ¡Ahh!..— se sonroja al sentir que se había corrido y sigue penetrándose con fuerza para poder venirse.- Ngh.. Ah..

— Mghh...— gruñó y continúo penetrandole con fuerza y mucha rapidez para que se viniera.

— M-me... ¡vengo!.— grito con su voz aguda sintiendo como comenzaba a correrse sobre su miembro, jadeando.— ¡Aah!.

— ¿Y-ya te vienes...?.— sonríe satisfecho y aprieta sus caderas al sentir todos sus fluidos escurrir sobre él.— Mghhh...— rápidamente la tomó y beso sensual y apasionadamente, sellando todo lo que sentía por ella.

Al separarse, Maki agitada y exhausta se recuesta en su pecho. Su rostro estaba sonrojado y no podía siquiera regular su respiración.

— Mmh..— suspira. El Uchiha la abrazó con algo de fuerza y beso sus labios muy suavemente.

— Eres perfecta...— murmuró y acaricio muy lento su espalda.— Me encantas..— confesó, sorprendiéndola por completo.

— ¿Por qué.. dice esas cosas..?.— Maki preguntó ruborizada, suspirando suavemente y sosteniéndose de él. No quería hacerse ilusiones con su profesor ni nada de eso.

— Porque.. desde que te vi.. no pude evitar querer tenerte.— balbucea y besa su mejilla.— Y quiero ayudarte con tu nota.— sonríe de lado.— Si me obedeces en todo.. y me dejas que te ayude y dejas que te conozca más.. Tendrás un promedio perfecto.— propuso con una sonrisa pícara. La oferta sonaba muy tentadora para la chica. Placer y nota, sexo con alguien que era claramente estupendo y beneficio con la escuela.

— Y...yo..— lo miró dudosa por unos segundos y apenada, con sus mejillas sonrojadas.— Lo... haré.— asiente tímidamente pero firme y decidida.

— Perfecto preciosa..— besa cortamente sus labios.— A pesar que no lo demuestras, eres muy buena chica..— aprieta sus caderas con una muy leve sonrisa, con su mirada maliciosa.— Todo lo que ordene, debes cumplirlo.— declara y la mira fijamente, esperando su respuesta.

— Mhm..— lo mira con nervios a flor de piel y asiente, sin ganas de echarse a atrás.— Si eso me ayuda... lo haré..— susurra entre suspiros. Él alza una de sus cejas y se sienta mejor para colocarla sobre sus piernas.

— Bien hermosa..— inspira tranquilo.— Verás que te gustará. No te vas a arrepentir— la abraza de la cintura y ella lo toma por sus hombros, sonrojada y corre la mirada.

Todo era extraño, sensual, prohibido y de alguna manera insano. No podían enamorarse el uno del otro, solo sexo a escondidas, a pesar de los pensamientos que tenían respecto al otro, por sobre eso eran alumna y profesor y si no querían arruinarse ellos mismos, esto jamás debería salir a la luz.

—¿Soy... la única?.— se atrevió a preguntar Maki, la duda constante carcomía su mente. Se sentiría bastante imbécil si supiera que detrás hay otras diez.

— La unica.— afirmó el Uchiha con su semblante serio.— Jamás creí que una alumna en todos los años de mi carrera me atrayera tanto como para.. hacerle esto y ni mucho menos una tan problemática.— sonríe lascivo y lentamente acaricia sus muslos. No quería mirarla a los ojos pero sin embargo le era imposible no hacerlo, lo atrapaban por completo.

— E-eso... me deja.. mas tranquila..— admite y acaricia su cabello tímidamente. Luego de unos minutos de descanso y charla, lentamente comenzaron a colocarse la ropa y se fueron vistiendo el uno al otro.

Los dos estaban frente a frente, vestidos y a punto de irse.

— Bien. Ahora, recuerda la promesa que me hiciste.— Obito toma su barbilla delicadamente y la mira fijamente.— Todos los días, luego de clases necesito que vengas conmigo, aquí en este mismo salón ¿entendido?. Estudiaremos mucho y también tendremos sexo, traeré protección la próxima.— dijo tranquilo, ella asintió temerosa y se separó con cuidado por sus piernas temblorosas acomodando bien su uniforme.

— Me voy.— dijo firme al deducir que ya no diría nada más y se alejó más de él para ir hacia la puerta. Obito rápidamente la agarró con fuerza y un gesto serio en su rostro, regresandola a él.

— Espera, ven acá.— bufa.— Eso ni siquiera fue una respuesta, contestame lo que harás. — ordenó.

— Pero.. No hace falta si usted ya sabe mi respuesta..— fruncio el ceño levemente y negó. Él puso su dedo índice sobre los finos labios de la chica para callarla.

— Claro que lo hace.. Te dije que me obedecieras en todo...— la jala más a su cuerpo, apegandola. Maki hizo una pequeña mueca y puso las manos en su pecho.

— Maldición..— murmura sonrojada, odiaba que le den ordenes. Él sonrió de lado al saber que la tenía comiendo de su mano y tomo su mentón para que lo mire.— Sí vendré, profesor Uchiha.— contestó y el pelinegro no evito sonreír.

— Buena niña.. — se separó de ella y le dio una nalgada.— Puedes irte y no llegues tarde mañana, hay mucho que aprender.— volvió a ponerse serio y luego la vio salir, tranquila y apenada.

Ese era el comienzo de unas clases llenas de sudor, placer y.. amor.

Es un one shot bastante extraño y perdón, no soy muy buena escribiendo esta clase de escenas pero voy practicando.
Espero lo hayan disfrutado y nos leemos luego🌸

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