Una hermosa propuesta
Los besos de Tzuyu repartiéndose todo su cuerpo fueron suficiente como para que se diera cuenta de que iba más allá y la verdad es que lo estaba deseando hace demasiado tiempo que no lo hacía, eso significa que ha estado más de 12 horas sin hacerlo una chica así no puede aguantarlo.
Su vientre duele como el demonio por las ganas enormes que tiene de que su novia se la folle como a ella le gusta, que toque lo más profundo de su ser llevándola al mismísimo cielo, eso es lo que tanto desea que se abra paso entre sus paredes vaginales y que la haga suya de una buena vez.
No es que no haya pasado porque Sana se siente completamente entregada a Chou, gimió por lo bajo debido a los movimientos de su novia en su coño, arqueo la espalda y rodó los ojos dejándose llevar por la sensación de los dedos de la misma moviéndose con agilidad y rapidez se notaba que quería que terminara rápido porque quería saber la respuesta de la pregunta que le hizo y esta era nada más y nada menos.
¿Quieres casarte conmigo?
Esa fue la pregunta que le hizo y no ha tenido la oportunidad de poder contestarle porque en menos de 5 minutos ya no tenían ropa y estaban desesperadas besándose buscando el afecto físico que tanto habían deseado, la respuesta está más clara y la verdad es que siente que estaba un poco de más decirla pero sabe que su querida y muy deseada novia quiere escucharla de sus propios labios.
— ¿Por qué lo haces tan fuerte? —. Preguntó intrigada por la repentina fuerza que estaba ejerciendo.
No es que no fuera muy común pero no lo suficiente como para no preguntarle qué es lo que sucede.
— Porque me encanta ver la forma en que gritas que quieres más incluso cuando estoy siendo fuerte contigo además de que no puedo evitar amar como te retuerces debajo mío —. Un ligero apretón a los dedos de ella y un pequeño jadeo fue la respuesta a lo que acaba de escuchar. — además no actúes como que no te encanta que te destroce como gime si me haces saber quieres más es suficiente como para querer hacerlo de esta forma.
Soltó una pequeña risilla porque lo conocía mejor de lo que ella creía. — Sigue así por favor —. Gimoteo y abrió aún más las piernas para lograr entrar lo suficiente como para hacerla gritar qué es lo que estaban buscando. — justo así —. Entre abrió los labios y gimió aún más alto cuándo Tzuyu arqueo los dedos encontrando su punto se lo sabía de memoria.
Sana ya no podía pensar muy bien las cosas estaba completamente destrozada por la forma en la que su novia se lo estaba haciendo y le encantaba sentirse así porque eso reafirmaba las tantas veces que había disfrutado presumirle a sus amigas el cómo lo hace la taiwanesa.
— estar en la playa con las fiestas al mar todo este hermoso hotel escuchando como gimes mi nombre una y otra vez mientras veo como tú coño chorrea esos líquidos tan deliciosos —. Jadeó sobre los labios de la dulce japonesa que estaba debajo suyo ronroneando por las palabras que estaba diciendo. — esto es un sueño hecho realidad —. Minatozaki no le escuchaba bien, no lo suficiente como para poder comprender todo lo que estaba diciendo.
Y es que Chou Tzuyu tenía la fórmula de cómo callarle las palabras y dejar libre las maldiciones gemidos jadeos y cualquier sonido que pudiera salir de su boca por lo mucho que estaba disfrutando
— Te escuchas como una maldita perra —. Ese tono burlesco le llegó a los oídos e impactó en su cabeza. — ¿Sientes como estás apretando porque estás por terminar? —. Preguntó con una sonrisa ladina.
La contraria estaba muy consciente de ello tanto así que fue lo único que se dio cuenta hasta que no pudo aguantarlo más soltando un gran gemido y sintiendo como de su coño salía fluido sin ella poder controlarlo mientras gritaba tan alto que estaba segura que las personas de las habitaciones cercanas sabían muy bien cómo se llamaba su novia.
— Dios amor —. Le dijo sorprendida por lo mejor que estaba en la cama y toda su mano dándose cuenta de que sí funcionaba el hablarle de esa manera. — ¿Tanto te gusta que te trate así? —. La cuestionó levantando una ceja y haciendo reír a sana en medio del trance que estaba teniendo por el orgasmo que acababa de conseguir.
La mayor intentó recuperar fuerzas para poder hablarle y responderle a la pregunta que le hizo.
Apoyando las manos en el pecho de su novia le hizo saber que necesitaba unos minutos más para poder contestar y esta asintió muy sonriente porque era obvio que ya sabía la respuesta.
Pasaron algunos segundos y comenzó a depositar tiernos besos en el rostro de Sana quién sonrío en grande por la forma tan linda que tenía de agradecerle.
— en primer lugar claro que me encanta que me trates así, y en segundo lugar... —. Tomó una pausa y pasó ambas manos detrás del cuello de Tzuyu para posteriormente con un casto beso en los labios responderle. — claro que me quiero casar contigo —. Y con esa respuesta dicha no bastaron besos ni miradas cómplices, ni mucho menos palabras porque eso fue suficiente como para darse cuenta de que iban a vivir para siempre juntas sin importar qué.
A pesar de que Sana no pudiera estar demasiado tiempo sin necesitar a Tzuyu, y Tzuyu no pudiera esperar a que Sana no le hiciera caso.
Ambas se amaban con locura desde el primer día en el que se conocieron y así ha sido por los últimos años en los que se han apoyado en todo.
Y es que Sana era una pequeña insaciable que Tzuyu tenía que cuidar porque si no lo hacía estaba gritando pidiéndole que lo hiciera y Tzuyu era la chica perfecta para complacer a Sana.
Dos chicas que eran insaciables a su manera y que se amaban también a su manera.
Fin.
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