Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Disfraces

Halloween y como ya es tradición hacen una mini fiesta en la que invitan a amigos y algunos familiares para que vayan a su casa a celebrar, todos obligatoriamente deben ir disfrazados sin importar de que lo hagan y llevar algunos dulces por si unos niños pasan por ahí y les piden.

Sana al no tener tiempo ya que siempre es la que más se preocupó porque todo saliera perfecto y no hubiera ningún error, decidió tomar un vestido algo usado y cortarle varias partes, se iba a disfrazar de cenicienta zombie, demasiado básico a comparación de las veces anteriores, sin embargo, esta vez era un poco distinta a las demás y es que Tzuyu no la ayudó ni siquiera a pasarle un globo para inflarlo.

Había estado demasiado ocupada en el trabajo y ella como una chica independiente, que no le importaba mucho su trabajo, dedicó gran parte del mes para hacer las mejores decoraciones nunca antes vistas, están tan perfectas que cree que no va a poder dormir.

Desvió varias veces la mirada hacia la, lamentablemente muy realista, Anabelle que se encontraba justo al lado suyo, tomó un poco del trago que tenia entre las manos y miró hacía delante, no sabía por qué se había arreglado tan temprano pero bueno así era ella, Tzuyu todavía seguía bañándose, lo sabía porque de fondo se escuchaba la ducha.

Aunque quería ser optimista, sentía que Tzuyu estaba algo enojada y que por esa razón quiso estar alejada de ella por todo el proyecto y es que Sana cambia por completo cuando se trata de hacer lo que le gusta, no acepta opciones de los demás y muchas más cosas que le hierven la sangre a su novia que solo quería hacerlo con ella.

— ¡Amor! —. Caminó hacia el baño.

— ¿Qué? —. Contestó de mala gana y se sentó en la cama cruzando las piernas, intentando actuar como que no tenía interés  cuando en realidad quería entrar y ver lo que estaba haciendo, la forma en la que movía el jabón por todo su cuerpo o la sonrisa que se seguro tenía mientras cantaba.

Estaba perdidamente enamorada de Tzuyu. — ¿De qué te disfrazas? —. Rodó los ojos e hizo un puchero involuntario.

— No es tu problema —. Masculló, no era para nada normal que la tratará así pero es que se encontraba tan enojada y no había podido decir lo que pensaba que siente que no puede ocultar lo que ahora mismo la está carcomiendo.

Al poco tiempo se escuchó como la ducha dejó de sonar y unos pasos firmes resonaron por toda la habitación hasta llegar frente a la puerta. — ¿Cómo dijiste? —. Sana ni siquiera tuvo el valor de mirarla, pues ya sabía lo que su cuerpo haría por el simple hecho de verla.

Tzuyu era consciente de eso así que dió un paso más hacia delante. — Dije que no es tu problema —. Encendió la televisión y lo primero que vió fueron las noticias, rodó los ojos y se mordió la lengua para no decir o hacer nada, tenía que concentrarse en lo que realmente importaba.

Y eso era molestar a su novia.

— ¿Por qué estás enojada? —. Sintió como la parte de su lado derecho se hundía. — Mi amor te ves muy bien de Cenicienta zombie —. Absoluto silencio. — Estás preciosa —. Le dijo y movió la mano, el roce de la piel de Tzuyu en Sana tiene la misma función que encender la luz cuando la casa está llena de gas.

Una gran explosión que hizo que por fin la mirara, Tzuyu mantenía una pequeña sonrisa pero en sus ojos se notaba la preocupación que tenía.

— No me has prestado atención por mucho tiempo —. Seguía molesta a pesar de que sus bragas ya estaban lo suficientemente mojadas como para tener que quitárselas. — He intentando hacer hasta lo imposible porque me hagas caso pero no te despegas del trabajo —. Murmuró al ver cómo Chou se arrodillaba frente suyo.

— Perdóname bebé —. Le besó los muslos despacio. — Lo he hecho mal —. Sana suspiró sintiendo como subía. — Es que hay algunas cosas que están pasando, muchos problemas a decir verdad y sabes que tengo que estar al pendiente de eso —. Lo sabía más que nadie, es la única con la que Tzuyu habla de todo.

Esta enganchó el dedo en el filo de la ropa interior y lo apartó un poco, el coño de Sana brillaba tanto como las noches estrelladas y creyó que debía actuar rápido, por eso se hundió entre sus piernas y lamió con devoción, sintiendo aquel sabor agridulce que la hizo gemir, tal vibración disparó los sentidos de su novia que arqueó la espalda abriendo aún más las piernas en el proceso.

— Justo así —. Balbuceó y agarró el cabello de Tzuyu jaloneandolo cada vez que sentía que estaba por terminar, su clítoris palpitaba por cada lamida de la pelinegra, su rostro rojo como la sangre que le hervía y sus manos empuñadas con el cabello suave de su novia.

Y todo por una gran molestia que tuvo ya que esta no la ayudó.

— Es tan fácil hacer que me perdones —. Habló en tono de burla provocando que Minatozaki temblará. — No me mal acostumbres —. Se separó y la miró a los ojos, Sana estaba a su merced por completo, estaba segura que no había nadie que la viera así, solo ella, tan sumisa y desesperada por hacer que la haga terminar.

Un deleite para sus ojos que se oscurecen al meter solo un dedo en la intimidad de su novia.

Sana estaba destrozada, no podía recomponerse, solo gemía y balbuceaba algunas cosas que no se entendían por completo, sus piernas se tensan y al poco tiempo tiemblan como si fueran gelatina.

— ¿Acabarás en tiempo récord? —. Preguntó con una sonrisa ladina típica de ella, Sana estaba enojada, lo seguía estando, pero no tenía la fuerza como para apartarla, se sentía demasiado bien sobre todo esos besos alrededor de su clavícula o como mordía con tanta fuerza que sentía que quería llorar. — Si lo haces rápido te prometo que te explicaré —. Sana frunció las cejas ya que no le creía y la verdad es que ya llevaba un buen tiempo aguantandose. — Quiero que me aprietes los dedos y me salpiques como lo haces siempre —. Un gemido salió de lo más profundo de su garganta. — ¿Puedes hacerlo por mi? —.

La japonesa ya no sabía que decir, intentó hablar pero cuando estaba por contestar, Tzuyu metió otro dedo que fue suficiente para que terminara, un gran grito inundó la habitación y agradecen que haya habido música de fondo porque si no tendrían que explicarles muchas cosas a los vecinos.

— Así me gusta —. Le dió un beso en los labios y Sana suspiró.

Tzuyu tenía el control de su anatomía, y le encantaba.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro