[⭐]Me gustaría besarle.
Tenko estaba pensando seriamente el mudarse a Ámsterdam con tal de alejarse del imbécil de Touya, aunque el muy maldito era capaz de irse detrás de él para instalarse en su sofá, alegando que los mejores amigos no deben separarse.
¡Y un demonio! ¡Qué esa mentira se la crea el pollo rostizado que tiene como otro mejor amigo! Dabi sólo iría porque allá la marihuana es legal.
—Es que estuve a punto de tocarlo y el bastardo me lanzo la mochila al rostro. —Se quejó a viva voz tirado sobre su alfombra, porque Tenko lo derribo del sofá.
—Yo hubiera hecho lo mismo. —respondió indiferente, cambiando con fastidio el televisor y contando las horas para que el imbécil se fuera.
—¡Me importa una mierda que tu lo hagas! Es tu retorcida forma de dar amor, pero él. Eso si me dolió. —Se retorció como gusano al que le tiran sal, mientras se quejaba entre gruñidos.
—Si te ayuda a dormir creer que yo te quiero. —Tenko miró su reloj, ese bastardo no parecía querer irse. —Creí que aún tenías algo de dignidad, pero parece que no.
—¡Aún tengo!
—Ajá. —Shimura rodó los ojos. —Y no estás aquí, llorando como un bebé porque tú crush te manda agresivamente a la zona de amigos. ¡Oh, cierto! Ni a eso llegas.
Tenko era mordaz con sus comentarios, y ni siquiera se molestaba en sentir pena por su supuesto amigo que era más un fastidio que otra cosa. Después de todo si Touya hubiera querido alguien que lo ayudará a auto-compadecerse habría ido con el pollo gigante o con la loca de Toga.
En cambio lo encontró ahí justo cuando salía de su ducha, tirado en su sofá con una cerveza que robó de su nevera regodeandose en su miseria.
—¡Tomura, maldito bastardo! ¿podrías intentar ser un poco más amable por una vez en tu jodida existencia? —gruñó empinando lo último de la lata antes de aplastarla y lanzarla cerca de los pies del chico de ojos rojos.
—¿Podrías dejar de ser un jodido cerdo? Este no es tu puto cochinero para que andes dejando la basura por donde te plazca. —respondió antes de tomar la lata y lanzarla directo a su cara.
—Y luego Kurono me apartó.
Y ahí va de nuevo, Shimura sólo pudo exhalar con fastidio, preguntándose por qué demonios ha estado atrasando el momento de cambiar las llaves de lugar desde que el imbécil de Dabi descubrió el escondite.
—¿Por qué tiene que ser tan jodidamente sexy, el muy malnacido? —Se preguntó con aire soñador y a Tenko le dieron ganas de vomitar.
—¿Por qué tienes que ser tan jodidamente arrastrado? —preguntó antes de golpear con sus talones el abdomen del Todoroki, este exhaló aire y se escuchó el gemido de dolor. —Estoy empezando a creer que tienes tendencias masoquistas. El idiota con terror a los gérmenes te trata como la mierda y ahí estás tú dispuesto a besarle el trasero.
—Me gustaría besarle el trasero. —comentó con tono lastimero.
—¿Y eso a mi que me importa?
—¿Por qué no puede quererme?
—Tal vez porque eres un reverendo fastidio, un imbécil que no se baña por días, y que sueltas más humo que una puta chimenea. ¿Quieres que siga?
—Eres un maldito.
—Ya lo sabía. —respondió Tenko, cruzando sus piernas y revisando su celular que de pronto había sonado. Rumi llegaría en cualquier momento, y si veía al imbécil sin casa en su sala no iba a querer entrar. —Se acabo tu tiempo de lloriqueos. Vete de una vez que Rumi va a venir.
—¿Te importa más la coneja que yo?
—Sí, ella es linda y me trae pasteles. Tu eres un idiota que ensucia mi casa y roba mi nevera. Así que largo. —Tenko pateó las piernas de Dabi que no quería levantarse. —Voy a lanzarte un balde de agua, y me importa una mierda mojar la sala.
—¡Agh! Eres un amigo despreciable. ¡Prefieres coger que estar con tus amigos!
—Al menos yo tengo con quién hacerlo, y no me la paso dando lástima en casas ajenas. —Y Shimura terminó de empujarlo fuera de la casa, con una sonrisa torcida al ver tan ofuscado al pelirrojo. —Anda y dile a Kai que quieres besarle el trasero, con suerte no te arrolla con su auto.
Después cerró de un portazo, y Dabi escuchó como pasó llave. Le gustaría entrar de nuevo sólo para molestar pero olvidó la llave de repuesto adentro sobre la mesada cuando fue a robar la cerveza. Así que chasqueó la lengua antes de alejarse con las manos en los bolsillos.
Supone entonces que tendrá que irse a lamentar a otro lado, o tal vez ir a molestar a Kai intentando besarlo cada que tenía oportunidad, lanzado muchos coqueteos baratos y chistes obscenos.
<<¿Estás ahí?>>
<<¿Qué quieres?>>
<<Amarte como sólo tú lo mereces.>>
<<¿Dónde estás?>>
Y Dabi estaba esperando un mensaje donde lo mandaba a la mierda, o le dejara en visto. Nunca se espero que llegará un mensaje con su ubicación.
<<Más te vale no joder tanto.>>
Apenas podía controlar la sonrisa en su rostro, tal vez, sólo tal vez su insistencia no era en vano, o a Chisaki le gustaba de cierta forma su compañía.
<<Lo prometo.>>
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