◦•●◉✿ Capítulo 06 ✿◉●•◦
20 de mayo del 2022…9:36pm
Pov’s Clarissa
— ¿Qué sucedió, Clarissa?
—Solo necesito un abrazo —Unas lágrimas salen de mis ojos.
Ella hace lo que le pido y me lleva para el patio trasero para que podamos estar solas las dos en la pequeña casita de juego que tienen ellos. Donde casi he pasado mi infancia desde que conozco a Brianna. Me escucha atentamente todo lo que ha pasado y cuando nos damos cuenta, son casi las dos de la mañana. Bri me insiste varias veces que me quede aquí, que he tomado mucho como para que me fuese sola, pero termino yéndome para mi casa. Gabriel llamó a Bri para saber si esta yo con ella.
⊱┈❊ Flashback ❊┈⊰
Le estoy contando la parte en que él me despertó para que fuese a la fiesta cuando interrumpe el tono de llamada de Brianna. En la pantalla se refleja el nombre de Gabriel.
—No voy a tomar la llamada —comenta ella.
—Seguro está preocupado.
— ¡¡No lo defiendas!! —Me grita Bri, está insultada.
—No le contestes entonces —Me mira con cara de “no te creo”.
La llamada se cae pero él insiste nuevamente. Ella me mira con cara de que no le hablará.
—Está angustiado, contéstale, no le tienes que decir obligado que estoy aquí —Me vuelve a mirar.
—Fue tu decisión.
Abre la llamada y pone el altavoz para que yo escuche.
—Buenas noches Brianna, ¿Clarissa está contigo? Es que se marchó y dejó su celular aquí —pregunta de buena manera.
—Ella no está aquí. ¿Qué le hiciste? —Salta mi amiga.
Ellos dos nunca se llevaran bien.
—Nada, solo que cometo errores —resopla y le notamos la voz triste.
Ella pone el silenciador a la llamada y me mira.
— ¿Tiene un resfriado? —niego, quita el mute de la llamada y vuelve a hablarle.
— ¿Qué errores? —le bufa Brianna.
—Si ella aparece en tu casa, por favor, dile que se comunique conmigo —En verdad se le nota afectado.
— ¿Por qué tendría que hacerlo? —Brianna le sigue molestando, pero le doy un alto
—Pobre de él—Le susurro.
—Pobre de ti —Ella también me susurra para que no nos escuche Gabriel.
—Porque estoy preocupado de que le haya pasado algo —Guarda silencio un momento.
—Sí, Gabriel, ella está aquí y bien, pero no la molestes y se quedará a dormir conmigo —Pongo mi cara de que no lo haré pero ella me ignora.
—Por favor dile —Cuelga y él todavía hablaba.
⊱┈❊ Fin del Flashback ❊┈⊰
Al llegar a la casa, no hago tanto ruido al abrir la puerta. Lo veo al momento. Está en un sofá de espalda a la puerta, con sus audífonos puesto. Tararea la letra de una canción, no logro escucharla por lo que llego hasta donde está para saber cuál es y termino sorprendiéndome.
“Sabiendo que tus besos matan, moriré de amor”.
Pov’s Gabriel
9:06 pm
Estoy buscando a ver si Clarissa vino a la fiesta, pero no la veo, supongo que debe estar en su cuarto estudiando. También le dije que no tenía que venir
« ¿Se lo habrá tomado en serio?»
Pero me confesó que se fue con el bartander a su casa y tuvieron sexo, ella llegó casi a la misa hora que nosotros y, ¡en una moto! La rabia que sentí en ese momento, cuando me acordé de la mía y que no puedo montarla nuevamente, fue inmenso. Al llegar, toco en la puerta pero no contesta. ¿Habrá salido sin decir nada?
«No eres su novio, Gabriel»
Me recuerdo, pero aún así, entro y la contemplo tan plácida durmiendo. Está murmurando unas palabras, me aproximo para escuchar que dice en sueños.
—Gabriel, sí, acepto ser la señora Katz —Sonrío ante sus palabras, está soñando algo que es imposible ahora mismo.
La tomo en brazos para que salga de su habitación y poder mirarla mientras baila o hace cualquier locura en la fiesta. Abre los ojos de repente y me mira estupefacta.
—No seas tan mojigata y ven a divertirte un rato —Me burlo de ella.
—Gabriel, te dije que no, además, ¿cómo voy a bajar con esta ropa? —Baja su vista.
Lleva puesto la ropa perfecta, pero podría haber una mejor.
—Estás perfecta —Le digo para que se tranquilice.
—No, Gabriel.
Comienzo a caminar y ella empieza a tirar manotazos por cerca de mi rostro, no está pendiente a donde la llevo. Veo que bosteza, ¿tendrá sueño?
— ¿Tienes sueño?
—Un poco, ¿por?
—Vamos a despertarte —comento mirando la piscina.
Clarissa comienza a mirar a todos lados y su cara es para reírse por todo un mes.
— ¡¡Gabriel!! —Me grita cuando la dejo caer.
— ¿Te despertaste? —pregunta sonriendo cuando lo miro.
—Que estúpido eres.
—En el salón, si no te veo allí en veinte minutos, te buscaré nuevamente. Ponte una ropa para pasarla bien y ven a la fiesta.
Trato de salir de la piscina, por suerte no hay nadie aquí fuera.
— ¿Dónde están todos? —inquiero.
Me le quedo mirando, como un tonto embobado. Ahora es que me he dado cuenta de que la blusa, al estar mojada, se nota transparente. Me siento muy excitado pensando en todo lo que le puedo hacer y ella se burla ante mi erección.
— ¿Qué sucede, Gabriel? ¿Te excito? —bufo molesto.
Acerco una toalla para poder cubrirla y me marcha. Al entrar nuevamente al salón, Evelyn me está esperando. Su rostro muestra fastidio.
— ¿Qué haces, Gabriel?
—No te metas, Evelyn. Si no quieres estar aquí, ¡vete!
— ¿Para qué te deje el camino fácil con tu hermanita? —bufa ella.
—Primero que todo, es mi hermanastra, y segundo, ¿por qué la metes en todo esto? —inquiero curioso en lo que arrugo mi entrecejo.
—Eres hombre, Gabriel Katz, sé que te mola tu hermanastra.
La beso para que no comience una escenita de celos, yo solo molesto a Clarissa, más nada.
«Puede también que la desee, es una chica hermosa»
Al cabo de un rato, entre bailes para que Evelyn se tranquilice y después de que una chica estuvo cantando en el karaoke, mi mejor amigo, Adael, anuncia a alguien más.
—Ahora seguiremos con Clarissa Stern.
No me sorprende que mi hermanastra esté cantando, a ella le gusta esto, pero cuando escucho que canción ella escoge, si capta mi atención completa, quisiera acercarme un poco más al escenario, ya que es mi canción favorita y también la de Clarissa.
— ¿Te quedas aquí o vienes conmigo? —Le pregunto a Evelyn.
—No vas a ir a ningún lado, Gabriel.
—Yo no hago lo que me dices, te repito, ¿vienes o te quedas?
—Voy contigo —Ella no puede quedarse atrás.
Clarissa comienza a cantar y yo solo la miro embelesado con esa ropa color azul y esos labios que quisiera morder ahora mismo.
Quién te dijo esa mentira,
Que eras fácil de olvidar,
No hagas caso a tus amigos,
Solos son testigos de la otra mitad.
Dos besos son demasiado,
Y un beso no bastará.
Y aunque adviertan al soldado,
Si está enamorado,
En guerra morirá.
Ya no tienes que cuidarme porque yo,
Siempre he sabido que tus besos matan,
Que tus promesas riman con dolor,
Que eres experta en robarle latidos a mi corazón.
Y tú, nunca juraste que saldría ileso,
Ya no te atrevas a pedir perdón,
Le lanzo un caramelo que tenía en un bolsillo a sus pies para ver si la distraigo, pero no lo consigo. Que Evelyn me vea observándola la pone verde, está muy celosa y ver como veo a Clarissa, le pone peor. Toma mi rostro y me da un beso largo, como para que ella se dé cuenta. Yo me separo, pero ya es muy tarde para eso.
Yo te confieso que no me arrepiento
Y aunque estoy sufriendo puedo estar peor.
Sabiendo que tus besos matan, moriré de amor.
Algo cae al escenario y ya no la veo cuando me separo de Evelyn. Corro rápido entre la multitud para seguirla, pero al llegar afuera, ya ella se está marchando en su auto. Evelyn sale y es a la que menos quiero ver ahora mismo. ¿Por qué sus celos? Estoy con ella, ¿no puedo mirar a más nadie?
«No como miro a Clarissa»
—Gabriel, déjala. Mejor, vamos a tu cuarto y tenemos sexo hasta que te canses, en todas las poses que quieras —Me ofrece ella.
Si no estuviéramos en esta situación, si la hubiese aceptado. Además, hace ya casi un mes que no tengo relaciones con Evelyn, ya no me excita, solo sueño con Clarissa. Mis mejillas se tornan seguramente de rojo cuando pienso todo lo que le quiero hacer. Evelyn mueve su mano por cerca de mi rostro y me percato que sigue ella aquí.
—Evelyn, vete.
—Pero Gabriel… —La interrumpo antes que siga.
— ¡¡Que te vayas!! —Le grito colerizado.
Sube las escaleras, como va hacia la derecha seguro que entra a mi habitación a buscar su bolso. Al bajar y llegar a donde estoy me mira, me da una bofetada y se marcha. Yo entro al salón y me dirijo a quien está cantando ahora en el karaoke, le quito el micrófono y les hablo a todos los que están aquí dentro.
—La fiesta se ha acabado. Todos salgan de la casa, por favor.
Hacen lo que pido con reclamos, Adael es el único que se queda. Él me mira sorprendido.
—Quédate, por favor —Le pido.
Se acerca a donde estoy.
— ¿Qué pasó, Gabriel?
Me pregunta cuando ya la última persona está pasando por la puerta del salón.
—Se marchó.
Continuará…
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