◦•●◉✿ Capítulo 04 ✿◉●•◦
Brianna llega en su auto a recogerme. Rápido bajo para no hacerla esperar ni tampoco tenemos mucho tiempo como para eso. Al entrar en su coche, ella pone música y nos marchamos para irnos de compra. Llegamos en pocos minutos al centro comercial. A la primera tienda que entramos, no hay vestidos de gala que me llamen la atención, así que ágilmente pasamos a otra tienda.
En esta, nos hemos reído demasiado, ya que Bri me ha hecho ponerme un vestido de época que me hacía ver como una de esas mujeres del siglo XX. Antes de seguir buscando los vestidos, pasamos por frente de una joyería, donde hay unos colgantes, uno de una gema color turquí y otro de color negro. Nos lo compramos en unos segundos ya que nos llamó mucho la atención. Ahora lo que tendríamos que buscar algo a juego con respecto a los vestidos.
Hay en un maniquí con un vestido del mismo tono del collar que primero he comprado. Además otro de un color azabache, nos hicimos la tarde con esta tienda. Entramos y lo primero que nos dice quien nos atiende, es que el negro está disponible, pero el turquí está reservado para alguien más. Yo me pongo triste al saber de ello, pero por otra parte estoy feliz por Brianna al ella poder comprarse el que le gusta. Cuando ella se lo está probando, llega la misma señorita y saca un diseño exclusivo que le habían llamado segundos atrás que ya no lo necesitarían de un tono igual al anterior.
Al final, lo pasamos entre risas y como locas, compramos helado y un chico terminó chocando con ella tumbándole su helado.
⊱┈❊ Flashback ❊┈⊰
Vamos doblando por una esquina cuando un chico que está atendiendo su celular, choca con Bri haciendo que su helado caiga al suelo.
—¡¡Idiota!! ¡¡Me tumbaste mi helado preferido!!
El chico sigue caminando y eso provoca que Brianna se enfade aún más.
—¡¡Ojalá te den en los huevos, te quedes estéril y no tengas hijos!!
Yo río ante el show que está ofreciendo mi mejor amiga a todos las personas que están en el centro comercial. Afirmo aún más que con ella se pasan los momentos muy divertidos, y al principio me hacía la que no la conocía, ahora muestro orgullosa que soy amiga de esta loca.
⊱┈❊ Fin del Flashback ❊┈⊰
Volviendo al vestido, es bello y sencillo, nada llamativo, no quiero ser el centro de vista de la celebración. Yo hablo y hablo de la celebración y no les explico a que me refiero. Mientras cenábamos, Greta y mi padre, nos anunciaron que se van de viaje de negocio este fin de semana, pero el sábado es el aniversario de la compañía de Greta y por eso la adelantaron para hoy.
—Ese vestido turquí te queda espectacular, Issa, tu hermanastro no dejará de mirarte, te lo aseguro —afirma Bri.
—Lo que digas, Bri. Para que no te demores, en lo que yo me ducho, ve al cuarto que siempre te damos y usa ese baño y aquí nos arreglamos.
—Lo que ordenes, mi generala.
Abro el grifo de la ducha, una vez que estoy dentro y el agua caliente recorre mi cuerpo. Me mantengo así por dos minutos, cierro el grifo, tomo el gel y vierto una pequeña cantidad en la esponja y voy restregando cada parte de mí.
Nuevamente abro el grifo y dejo que el agua fluya para eliminar todo rastro de espuma que hay. Al cerrar la llave, alcanzo la toalla que cuelga, me seco y la enrollo por todo mi cuerpo a modo que cubra mi desnudez.
Alcanzo la crema corporal y la paso por mis piernas, brazos y rostro, luego suelto mi cabello para que no se le haga ninguna marca, me lo he planchado antes de salir de compras hoy para no demorarnos en eso, seguramente Bri se riza el suyo. Ella escogió un vestido más suelto que el mío, con un escote en forma de corazón, es negro y pega con su cabellera. Mientras, me voy poniendo el mío que es ceñido al cuerpo, me queda tan ajustado que se notan cada curva de mi cuerpo. No creo posible que Gabriel me mire.
Luego de unos segundos, ella entra al cuarto, ya vestida.
— ¿Cómo nos acomodaremos? —pregunta ella, se refiere a que haremos cada una para ayudarnos.
Como ya la he ido conociendo por los años, me voy acostumbrando a su forma de expresarse.
—Ve rizándote el cabello, yo mientras me voy a ir maquillando, para luego hacer lo mismo contigo y de último, nos ponemos los tacones. Te dejo que escojas entre todos allá dentro, al igual que la colonia que usaremos cada una.
Horas más tardes…
Van a ser las cinco, cuando miro el reloj de mi celular, ya estamos listas y ya saldremos, como nos había dicho mi padre. Bajo las escaleras junto a mi mejor amiga y toco la puerta del salón. Entramos una vez que nos emiten un adelante. Allí están él, Greta, Gabriel y Evelyn, su novia. ¿La invitó? Miro a Bri, ya sé de sobra que solo la quiere a ella y que lo que pasó en el gimnasio, no es absolutamente nada, se la dio como un alfa y al final terminó siendo un lobito.
Greta llevo un vestido vino que es de un escote en V, largo y no tan ceñido pero si un poco ajustado a su cuerpo. Mi padre lleva un traje negro de corbata con una camisa blanca. Gabriel algo parecido a mi padre, se ve tan sexy, pero no me puedo distraer y Evelyn lleva un vestido esmeralda corto, también ceñido a su cuerpo. Miro a mi padre que está hablando con Gabo.
—Ya estamos aquí, papá.
—No van a ser fantasmas los que tocaron la puerta —espeta Gabriel.
— ¡¡Gabriel!! —Le regaña, Greta.
—Vamos saliendo que las princesas están lista —alega de mala manera de nuevo, todavía sin verme directamente.
—Ya es hora de irnos —expresa mi padre, se levanta y lo sigue Greta y Evelyn —. Se ven bellas —Nos halaga Greta cuando pasa por nuestra lado.
El último es Gabriel y cuando gira, su boca se abre y hace con sus labios un “wao”. Me giro moviendo mis caderas para provocarlo, me río ante las pequeñas cosas que delatan que le vuelvo loco. Aunque no estoy segura de lo que siente por mí, si lo estoy de lo que le provoco. Sé que cada vez que vamos al gimnasio, él se hipnotiza con mis curvas y como la mayoría de mis ropas se me ciñe al cuerpo, es mejor para él mirar, pero debo resignarme a que sigue prefiriendo estar con su novia. Llegamos al local que ha reservado mi padre junto a Greta, a tiempo, tenemos que recibir los invitados que deben comenzar a llegar en menos de una hora.
Dos horas más tarde…
El salón está lleno de personas, están por grupos hablando de negocios, con copas de champán, otros están en la barra. Muy pocos jóvenes hay, pero ya Bri les ha echado ojitos a todos, yo por el contrario, ando sola y en la barra tomando de vez en cuando.
«Quisiera bailar»
Gracias a que Brianna está aquí, no a mi lado literal, ya se está ligando a uno de la compañía, no he pasado la noche tan sola y mal. Gabriel ha estado todo el tiempo junto a Evelyn, entre besos y él diciéndole cosas al oído haciéndola sonreír. Me levanto del taburete y llamo al barman.
—Hola —Me acerco a su oído —, necesito que seas mi cómplice. Mueve tu cabeza en forma de asentimiento —Le muerdo el lóbulo y él muerde su labio inferior inconsciente.
Doy la vuelta para estar al lado de él.
— ¿A quién le quiere dar celos? —indaga averiguando.
—A un idiota que está aquí —confieso.
— ¿Qué harás? —inquiere curioso.
—Besarte —Lo hago, él me acerca más a su cuerpo y siento como su erección crece —. ¿Te excito?
Esta vez, él se acerca a mi oído.
—Claro que sí —muerde mi lóbulo tocándome.
— ¿Está mirando, Gabriel? —averiguo.
— ¿A sí que es él el susodicho? —Ríe.
— ¿Está mirando? —Vuelvo a repetir haciendo caso omiso a su pregunta.
—Sí y también está cerrando su puño y abriéndolo —Lo que quería.
—Perfecto —Aproximo nuevamente mis labios a los de él, le doy un beso y me marcho, él me guiña un ojo y yo silenciosamente le doy las gracias.
Me acerco a donde está mi padre junto a Greta, mi hermanastro y Evelyn. Están hablando con un inversionista y me presentan cuando llego.
—Artvin, ella es mi hija, Clarissa Stern.
—Un gusto en conocerla, señorita —Estrecha su mano con la mía.
—Igualmente —Suelto su mano —. Discúlpenme, voy al tocador un momento.
Me demoro poco estando allí, siento que alguien más entra y está vomitando, pero no quise saber quién es, ni ayudarla, porque soy muy débil para estas cosas y creo que acabaré vomitando yo también. Me retoco el maquillaje y salgo del baño, encontrándome a Gabo afuera de la puerta.
— ¿Qué haces aquí?
—Estás hermosa, Clarissa — ¿A qué vienen ahora los halagos?
—Tu novia también.
—Ella no irradia tanta luz como tú —Este chico me va a enloquecer —. ¿Te vas a coger al barman? —Le doy una bofetada.
—No es de tu interés lo que yo haga —Él me mira y sus ojos muestran fastidio —. ¿Por qué viniste si te has pasado toda la noche con Evelyn?
Se va acercando poco a poco a mí, yo mientras voy retrocediendo, hasta que ya me tiene acorralada contra la pared. Él se aproxima a mi oído, muerde suavemente mi lóbulo y me dice con esa voz tan sensual que tiene.
—Espero que ella salga del tocador.
Entonces se echa hacia atrás y me muestra esa sonrisa irónica que tiene.
Continuará…
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