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◦•●◉✿ Capítulo 03 ✿◉●•◦

18 de mayo del 2022…12:45 pm
Pov’s Gabriel

Me giro para irme, me despido de las monjas antes de salir del orfanato y luego sigo mi camino hacia el gimnasio. Yo estoy entrenando actualmente para una carrera que próximamente dirán su fecha. El atletismo no es solamente correr, es mantenerte tu ejercitado para que tu cuerpo se adapte a ese ritmo, sino, es en vano el esfuerzo que pongas en la carrera.

Los lunes suelo empezar el entrenamiento más tarde porque primero voy a los niños de dos a tres horas. Con los años se han ido incrementando más y más los niños que quieren aprender y ahora en total tengo cuarenta y siete alumnos. Muchos, ¿no? Pero me gusta esto de enseñar y más que es una afición lo que tenemos mi guitarra y yo.

Sigo caminando para llegar al gimnasio, llegaré media hora antes que Clarissa, pero mejor, así entreno solo la primera parte. No es que ella me interrumpa, pero su cuerpo si provoca que mis ojos miren en dirección a él. Ya estoy llegando, veo el gimnasio desde lejos ya que es alto y de dos pisos.

Es completamente de cristal, el primero tiene una piscina en medio del salón con una habitación con cuatro duchas y cuatro cubículos más con retretes. El segundo tiene tres habitaciones. Una de ellas tiene un televisor donde dan clases de yoga, baile, también ejercicio cardiovascular y entrenamiento de fuerza. La segunda habitación tiene pesas, máquinas de andar, correr y demás cosas. La última habitación es para las personas que practican boxeo. Está bastante organizado y los entrenadores son bastantes compasivos.

Subo al segundo piso para ponerme a correr en las caminadoras. Llevo casi veinticinco minutos cuando escucho su dulce y excitante voz saludando a las personas que se encuentran en el primer piso. Eso es típico de Clarissa. Pauso el aparato y me pongo a levantar pesas mejor, es algo que hacemos habitualmente. Estando ya en el mismo piso que yo, como siempre, Clarissa va a saludara los entrenadores de las otras dos habitaciones. Aquí, en donde me encuentro, solo hay dos chicos que levantan pesas y una chica que está en una máquina igual a la que estaba hace unos segundos.

Cuando entra, ni se fija que estoy, lo sabe, pero no me saluda, va directa a la máquina que he dejado hace unos segundos y mientras deja sus cosas, saluda.

—Buenas tardes amigos, que tengan una feliz tarde —Tan educada como siempre.

Se puede decir que esa caminadora es nuestra preferida. Trae puesto un conjunto de un top y una licra azabache que por los costados son transparentes, luciendo esas largas piernas que tiene. Como me gustaría, ahora mismo, en la pose que está, terminar de ponerla en cuatro y cogérmela allí mismo, arrancándole la licra que la tiene tan ajustada que se le parece como una segunda piel. No me va a interesar quién más esté allí, ella me pone tan cachondo y lo sabe. Se me está notando una erección que debo disimular a los ojos de las personas que se encuentran en la sala, si no dejo de mirarla, no me voy a contener.

Con Clarissa es así desde que la conozco. Me pareció una chica muy guapa y con un gran cuerpo. Me ha excitado desde el minuto cero y ella se ha dado cuenta muchas veces. Pero no puedo estar con ella, primeramente estoy con Evelyn y segundo, es mi hermanastra, que van a pensar las personas. Me imagino las revistas.

La talentosa gimnasta Clarissa Stern y el atleta Gabriel Katz, están teniendo una relación a pesar de que son hermanastros.

Saco esos pensamientos de mi mente y continúo con mis ejercicios. Los dos chicos que están aquí, le están mirando el trasero a Clarissa, comentando entre ellos. Al parecer ella no se da cuenta que está provocando aquí a los tres, no a mi solo. Sigo haciendo pesas tratando de no pensar en las diferentes poses que la pondría, seriamente debería verme un doctor, no debe ser normal tener todas estas fantasía sexuales. Los dos chicos se sitúan en las dos máquinas que se encuentran detrás de ella.

«Pero qué coño les pasa»

Mientras que no se metan con ella, todo bien. Me levanto y salgo para buscar en el armario unas pesas pequeñas. Este se encuentra en un pasillo que divide la habitación de boxeo con la de yoga. Al regreso, veo que sale la chica que entrenaba. Deja apurarme que Clarissa se quedó sola con esos dos idiotas. Entro suave para no armar revuelo desde un comienzo.

—Mamacita, si fueras un helado, te lamería completa —Le toca el trasero, dándole una nalgada.

— ¿Por qué mejor no me lames la polla? —contesto, el enfado se me nota desde lejos.

—Este no es asunto tuyo, amigo.

Que no es asunto mío dice, él está más loco que la casa de locos de Francisco de Goya. Me sitúo en frente de uno de ellos y le quito de un golpe la mano del trasero de Clarissa.

—Es mía —Los presentes bufan antes mis palabras.

— ¿Tuya? —Se miran y se ríen aún más.

—Ella es mi mujer —Se escucha una pequeña risa por parte de Clarissa, pero también sorprendida, no pensó que comentara eso —. Así que… —Cierro el puño y le pego, tumbándolo al suelo.

Directamente paso al segundo y logro también tirarlo de una, no sé de donde haya sacado tanta fuerza. Me subo encima de uno de ellos, la adrenalina la tengo en las nubes, comienzo a golpear una y otra vez al chico que le tocaba el trasero. Cada vez más, mientras la imagen se reproduce en mi mente y las hormonas aumentan.

—¡¡Gabriel!! — grita y trata de agarrar mi mano, Clarissa. Comienza a sacarme de arriba de él, al principio no quiero y luego comienzo a ceder —. ¡¡Basta,Gabriel!!  —Me empuja para que salga, pero quiero darle más —. ¡Gabo, mírame! —la miro de soslayo, tiene los ojos llorosos, la abrazo y la saco de ahí. Sé qué es lo que quiere más que nada.

La llevo súper rápido, ella se queja, pero yo estoy enfadado hasta la médula. Veo un callejón que hay por aquí cerca, nos metemos allí, la pego contra la pared, acercándome lo más que puedo a ella y me dirijo a su oído. Ahora mismo podría hacerle cualquier cosa y también reprocharle su provocación, que se salvó porque estaba allí, pero al final no le digo nada de eso.

Pov’s Clarissa

—Él único que puede mirarte y tocarte, soy yo, que te quede claro —Lo miro incrédula antes esas palabras y mi primera acción ante eso, es empujarlo para lograr zafarme.

Mi intento falla cuando él vuelve a pegarme a la pared y esta vez más fuerte.

—Recuerda que eres solo mía.

— ¿Estás loco? —Le doy una patada en sus partes íntimas, logrando salirme de entre sus manos y me voy corriendo.

Pov’s Gabriel

Estoy anonadado con lo que acaba de hacer Clarissa, el dolor que me ha provocado su golpe es inmenso, pero claro, Gabriel, ¿qué acabas de hacer? Te has declarado y puesto celoso ante ella. ¿Cómo me mostré tan blando? Ella me incita a hacer estas locuras, pero es que tampoco podría dejar que esos dos se metieran con ella. Gabriel, que lío tienes en la cabeza por esa chiquilla a la que tanto odias.

19 de mayo del 2022…
Pov’s Clarissa

— ¡Issa! —Unas manos acarician mi rostro —. ¡Issa, despierta! —Me giro y paso la colcha por encima de mi cabeza para que sepan que no quiero que me molesten —. ¡Clarissa Stern Bond, si no te levantas ahora, no comerás cupcake! —Hago caso omiso de lo que me dice mi padre, ni unos cupcake, que es lo que más me gusta, me harán levantarme.

—Papá, no tengo deseos de ir a la celebración, por más que me hagas lo que más me gusta, no iré —Le comento para que no sigas.

—Clarissa, es un día importante para Greta, hazlo por ella, por favor —Me chantajea.

—Papá, sabes que no me van esos rollos. Me quedaré aquí con Brianna —Mi padre me mira como si hubiese dicho un error.

— ¿Por qué no invitas a Brianna y así no estás sola? —Lo miro incrédula.

«Para nada»

—Tendré que preguntarle —A lo mejor me deja en paz.

—Llámala y ponlo en altavoz, para que no mientas —Lo miro nuevamente —, te conozco Clarissa, como si yo mismo te hubiese parido —Es cierto, tanto tiempo los dos juntos.

Refunfuño por lo bajo, alcanzo mi celular y le marco a Brianna, espero que diga que no, cruzo hasta mis dedos. Al segundo timbre contesta.

—Ya voy saliendo de mi casa, pesada —Se nota la burla en su voz.

—Espera, ¿puedes venir a la fiesta de celebración de Greta?

— ¿Habrán jóvenes guapos?

— ¡Brianna! —La regaño, está mi padre enfrente, aunque ella no lo sabe.

—Sí chica, voy —grito en mi interior.

Raioz.

—Gracias, Brianna —Agradece mi padre, que esperaba su respuesta.

«Triunfaste, Carlos Stern»

— ¿Señor Stern? —pregunta ella asombrada.

—Tenías que haber dicho que no —bufo molesta.

—No sabía, para la próxima avisas antes —No tenía opción.

Mi padre me interrumpe.

—Las veo a las dos a las 5:00pm en el salón de la casa —Sale de mi habitación sonriendo por que acaba de ganar.

—A las dos en mi casa para podernos arreglar, aunque, ahora que lo pienso.

— ¿Que sucede, Issa?

— ¡¡No tengo vestido, Bri!!

—Voy para allá ahora, arréglate y busca tarjetas de crédito que nos vamos de compra.

Cuelgo y me acuesto en la cama a pensar lo que ha logrado mi padre. Uff, tendré que asistir a esa ceremonia, ¡con las ganas que tenía! Que se note el sarcasmo. A mi mente llegan los recuerdos de anoche con lo que me ha dicho Gabriel. Es obvio que se ha puesto celoso, eso no lo dudo. ¿Sentirá algo por mí?

Continuará…

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