Jimin se había quedado a dormir en la casa de Hye Soo esa noche, pensaba que no era un buen momento para dejar solos a sus mejores amigos. A la mañana siguiente, él se dispuso a preparar el desayuno para todos. La madre de Hye Soo fue la primera en levantarse, Jimin amablemente le ofreció el desayuno, el cuál ella no rechazó. Jimin podía llegar a ser un gran chef cuando se lo proponía.

Fue a la habitación de Lucy, quien ya estaba sentada en su cama. La cargó en sus brazos y la llevó a la cocina para darle de comer.

Hye Soo en ningún momento se apartó de Taehyung. Sostenía su mano fuertemente, esperaba a que volviera abrir los ojos, tal vez ya se sentía mejor. Sus ojos se habían cansado de estar abiertos toda la noche, dejo que el cansancio tomara control de su cuerpo, y termino por poner su cabeza en el abdomen de Taehyung. No era una buena posición, pues estaba en un banco al lado de él; sin embargo, el abdomen de Taehyung se sentía muy suave, tal como una almohada, ella no tardó en quedarse dormida.

Al cabo de unos minutos, Taehyung empezó abrir los ojos. De nuevo estaba en un lugar en el que no tenía idea de cómo había llegado hasta ahí. Todo seguía mezclándose en su cabeza, ideas y recuerdos, pero por más que tratara, él no sabía cómo se había hecho un adulto tan rápidamente. En su mente, hace unos días él iba a la escuela, al lado de su novia, se divertía en la escuela tal y como cualquier otro estudiante, pero ¿Qué pasó luego de eso?

Quiso reincorporarse en la cama, pero tenía un peso extra en su abdomen. Volteó su vista hacía abajo, y ahí estaba ella. La misma chica del hospital. Su mano derecha estaba aprisionada por la de ella. Mechones de cabello de la chica caían por su cara. Su calmada respiración decía que ella estaba teniendo un buen sueño.

Por más que intento, ella no tiene ni una imagen en mi mente. Ni siquiera un misero recuerdo.

La puerta se abrió de repente, Taehyung llevó su vista hacía ahí llevándose una gran sorpresa.

-¿Park Jimin?- el movimiento irregular en el abdomen de Taehyung hizo despertar a Hye Soo. Esta abrió los ojos, y una sonrisa se posó en su rostro al ver a Taehyung despierto.

-Tae, ¿Cómo te sientes?- Jimin caminó hasta el borde de la cama.

-¿Qué hago aquí?- esa pregunta hizo que la sonrisa de Hye Soo se borrara. Pues la pesadilla que ellos estaban viviendo aún no había acabado. Se reincorporó en el banco, y vio seriamente a Taehyung.

-¿No recuerdas nada?- él se encogió de hombros sin apartar la vista de Jimin. -Te lo explicaré luego, traeré tu desayuno...

-¡No!- lo paró antes que pudiera salir de la habitación -Dímelo ya.

-Pero...

-Hazlo.- habló por primera vez Hye Soo viendo al piso -L-los dejaré solos.

Ella salió de la habitación seria. Pensaba en qué reacción podría tener Taehyung al saber todo lo que no puede recordar. Esperaba que no se lo tomara tan mal, pues su salud no estaba del todo bien.

Llegó a la cocina, y una sonriente Lucy la recibió. Caminó hacía ella dándole un beso en la frente.

-¿Ya despertó?- preguntó su madre mientras llevaba un vaso con jugo a donde estaba Lucy.

-Sí.- dijo apagada. Tomó la cuchara y empezó a darle de comer a su hija.

-Hay hija, no estés así. No hay mal que por bien no venga...

-Pero en mi caso, yo no veo el bien venir.- su madre tomó la mano libre de Hye Soo llamando su atención. Ambas se vieron a los ojos, y su madre le sonrió tiernamente.

-El bien ya vino, cariño. Él aún respira el mismo aire que nosotras, él ahora ha despertado. Tal vez te sientas impotente, y que ya no sabes qué hacer. Pero recuerda, que él no haya muerto en ese accidente es lo mejor que te pudo haber pasado ¿no?

-Tienes razón.- sonrió con tristeza y volteó a ver a Lucy, quien jugaba con una servilleta -Que él esté vivo me alivia... p-pero... me duele saber que... no nos recuerda.

Su madre la abrazo, y Hye Soo le correspondió al instante. Pues su madre sabía el dolor por el que estaba pasando su hija. El padre de Hye Soo era policía, y lamentablemente perdió la vida en una misión. Ella fue valiente al soportar el dolor desgarrador de su alma y sonreír para Hye Soo, quien en ese tiempo tenía apenas cinco años. Le alegraba saber que su hija no perdió a la persona que más amaba, tal y como su madre lo había hecho.

-Ella es.- se escuchó la voz de Jimin. Ellas se separaron y voltearon a la puerta de la cocina. Ahí estaba Jimin al lado de Taehyung. Él miraba a Lucy fijamente, sus ojos estaban hinchados y rojos, parecía que había estado llorando anteriormente. -Se llama Lucy.

Todos vieron como se acercaba a la silla donde la niña se encontraba. Esta al percatarse de él sonrió, y extendió sus brazos para que él la pudiera cargar. Pero no lo hizo, sólo la miraba sin decir nada.

-Quiero irme de aquí.- dio dos pasos hacía atrás, como si la niña lo hubiera asustado.

Eso hizo que el ambiente se volviera incómodo, y la madre de Hye Soo entendió que tal vez no era un buen momento para estar presente, pues eran cosas que ellos tenían que arreglar. Se llevó cargada a Lucy en sus brazos y se fue a su habitación. No era bueno para la bebé que estuviera presenciando ese tipo de vibras.

Jimin fue el que rió nervioso tratando de alentar el ambiente, pero eso era imposible.

-¿Qué cosas dices, Tae? Creí que estabas siendo serio.

-¿Qué te hace pensar que no lo estoy haciendo?- preguntó viéndolo sin expresión, su voz era fría, como desde que despertó en el hospital. -No quiero estar aquí.

-¿Por qué?- fue la primera vez en que Hye Soo cruzaba palabras con Taehyung después de un largo tiempo. -Este es tu hogar, aquí vives.- ella trató de sonar calmada, pero sólo logró que su voz se rompiera, y un nudo en su garganta apareció evitandole hablar.

-No quiero estar con desconocidos.

Pues eso es lo que Hye Soo y Lucy eran para Taehyung, unas desconocidas.

Aún trataba de asimilar todo lo que Jimin le había contado, pero era demasiado. La muerte de su padre, el odio de su madre, el rompimiento de su ex novia, el accidente, su novia e hija; todo le resultaba difícil de creer. Quería estar solo, pues su cabeza empezaba a doler después de tantas cosas.

-Puedes venir conmigo, si quieres.- dijo Jimin -Tengo un apartamento, y...

-Vamos.- no lo dejó terminar cuando ya estaba caminando hacía la salida.

Jimin volteó a ver por última vez a Hye Soo, y esta le dio un asentimiento de cabeza en modo de aceptación. Tomó sus llaves de la mesa y salió de la casa siendo seguido por Taehyung. Ambos entraron al auto, y ninguno dijo ni una palabra en todo el camino.

Cosas nuevas, personas que conocer, lugares por recordar. Eso era lo que Taehyung tenía que hacer de hoy en adelante.

Al llegar al apartamento, él se sentó en el sofá, cerró sus ojos para intentar dormir, pero el lado derecho del sofá se hundió. Abrió los ojos encontrándose con Jimin, quien lo miraba extrañado por su comportamiento.

-Dijiste que hablarías con Hye Soo, pero no lo hiciste.- lo reprochó.

-Jimin, no estoy de humor para esto. Quiero dormir.- acostó su cuerpo en lo que quedaba del sofá -¡Ey! ¿¡Qué te pasa!?- se quejó luego que Jimin le pegara con una almohada.

-Espero que no tengas sueño cuando pierdas a la única persona que te ayudó para que siguieras viviendo.- se levantó y se fue directo a su habitación.

-¿Que mosca le picó?- dijo, pero Jimin no le escuchó. Rodó los ojos, y volvió acostarse en el sofá, durmiendose casi al instante.

Jimin podía soportar cualquier cosa, pero no toleraba el comportamiento que Taehyung estaba teniendo con Hye Soo. Parecía que su familia no le importaba en absoluto.

《No sé qué pasó, pero quiero regresar a mi pasado. Donde no tenía preocupaciones de nada.》

Nadie sabía las ganas inmensas que Jimin tenía de darle un golpe a Taehyung por sus palabras inmaduras. Al parecer, no sólo sus recuerdos hasta los quince años quedaron, pues era un hombre de veinticinco años viviendo en la mentalidad de un adolescente.