Capitulo 11
Las manos de Taehyung no dejaban de moverse nerviosamente. Las metía entre sus piernas para que su nerviosismo no fuera tan notable, pero todo su cuerpo no dejaba de temblar. Con su vista perdida en el piso, en su mente se repetía aquella escena que percibió en el baño.
Un sonoro suspiro salió de Jimin, y se levantó de la banca, pasó su mano por su cabello para revolverlo con furia, y se paró firmemente enfrente de TaeHyung.
—¿Ya nos dirás lo qué pasó? —escupió ya sin paciencia— Estás a punto de hablar con un oficial de policía y nosotros seguimos sin saber nada. ¿Qué somos para ti? ¿Unos desconocidos?
Taehyung bajó aún más la mirada, y mordió su labio con miedo.
—Él hablará cuando se sienta cómodo. —intervino Hye Soo, con su vista perdida en el piso.
Jimin se acercó a ella, totalmente confundido por el comportamiento extraño de su amiga. La persona con menos paciencia que él estaba diciendo aquello con tanta tranquilidad.
—¿Bromeas? —preguntó incrédulo— Deberías tomarte un café para que...
—Estoy totalmente consciente, Jimin. —levantó su vista para ver a su amigo.
—Hye Soo. —se acercó aún más a ella, y tomó su cara entre sus manos— Taehyung, nuestro amigo, tú esposo —enfatizó cada palabra— estuvo en una escena problemática y por eso estamos en la estación de policía. ¿Sabemos algo? No. Lo único que sabemos es que había una mujer semidesnuda golpeada al lado de Taehyung, llorando, ¿y te sentarás a esperar a que se lo lleven preso?
Las palabras de Jimin sonaban temerosas, ya que los pensamientos negativos se apoderaban de su mente, y aquellas posibles hipótesis que él había creado le daban miedo de que pudieran ser ciertas. A pesar de conocer a su amigo de toda la vida, Taehyung no estaba en su mejor estado en ese momento, pensaba que aún tenía quince años, y si mal no recordaba, Taehyung quería hacer que el mundo fuera solamente de él y no le importaba nada.
Hye Soo apartó las manos de Jimin de su cara, y le vio sin expresión alguna.
—Si es inocente, no irá preso.
—Muchos presos están pagando por crímenes que no cometieron. —añadió Jimin.
—Entonces esperemos que el tenga suerte ¿no?
Una risa sarcástica salió de Jimin. Y negó con la cabeza, totalmente en desacuerdo con su amiga.
—Iré a tomar aire. Me avisas cualquier cosa. —y sin esperar una respuesta, se marchó lleno de furia.
Hye Soo sintió un poco de alivio, ya que no quería pelear con su amigo. Ella sabía lo que hacía y no se arrepentía de sus acciones hasta ahora.
Y se formó un silencio entre Taehyung y Hye Soo. Oficiales, civiles, y empleados eran los únicos que pasaban alrededor, sumidos en sus propias conversaciones y pensamientos.
¿Cuánto pasó? ¿Cinco, diez minutos? No sabían. Pero un ambiente incómodo se presentó de la nada con la llegada de dos personas, Kai y la chica de la discoteca.
La atención de Hye Soo fue directamente a Kai, mientras que la de Taehyung fue hacia la chica de la discoteca.
—Veo que el destino nos quiere más juntos que separados —habló Kai, sonriendo como si nada pasara—. Ah. Justo como los viejos tiempos. —suspiró melancólicamente, viendo hacia el techo, como recordando con nostalgia aquellos recuerdos que no para todos habían sido agradables.
Hye Soo decidió ignorarlo, volteando su mirada hacia el frente.
—Actúas como si no hubieras disfrutado. Es una lastima que hayas cambiado. —seguía provocando, y Hye Soo lo sabía muy bien, por lo que no le daría gusto— Aunque, al lado de él ¿quién no cambiaría?
Sí, Hye Soo había cambiado. Pasó de ser la chica inteligente, pero rebelde y holgazana, a ser una mujer centrada y con más empatía. Su madre le llamaba "madurez", sin embargo, Hye Soo pensaba que una persona nunca maduraba, solo cambió su manera de pensar y ver al mundo, ya que ella nunca dejaría de ser la chica inmadura de la cual Tae se enamoró.
Kai rió sarcásticamente, totalmente dolido por el rechazo.
—Pensaba llegar a un acuerdo, pero veo que tendremos que dejar que esto lo resuelva el juez. —y sin más se marchó, tomando el brazo de la chica y arrastrarla, quien no dejaba de llorar viendo al piso.
Sí, Hye Soo sentía mucha curiosidad que podía hasta morir. Estaba haciendo el mayor esfuerzo para controlarse.
Se levantó, ganándose la mirada de Taehyung. Caminó hacia la ventana para ver si Jimin había ido hacia el auto. Y desde allí miraba a su amigo agarrarse los cabellos con las manos y hablando solo, haciendo que los que pasaban a su alrededor le vieran como un bicho raro.
Probablemente Hye Soo se pondría así en cualquier momento.
—Yo sólo la ayudé.
Inmediatamente Hye Soo giró su cabeza hacia Taehyung, quien jugaba con sus manos mientras veía hacia un punto fijo en el suelo.
—¿Y? —preguntó mostrando desinterés, pero con mucho interés en su interior.
—No quiero ir a la cárcel. —dijo en un hilo de voz.
—Pues veamos si la suerte está de tu lado.
Luego de unos segundos, él se paró y caminó directamente hacia Hye Soo. Su miraba mostraba miedo y vulnerabilidad.
Hye Soo estaba a punto de acortar la distancia para abrazarlo, pero quiso dejar que ese sentimiento de acogimiento se esfumara, ya que Taehyung no lo conocía por parte de ella.
—Ayúdame, por favor.
Y eso fue lo que a Hye Soo le dio esperanza de poder recuperar la confianza de Taehyung.
***
—La señorita Do ya dio su declaración. Es su turno para poder abrir una investigación, señor Kim.
El ya mencionado volteó a ver a Hye Soo, y ella asintió dándole a entender que debía hacerlo para poder ayudarlo.
Tomó una gran bocana de aire, y empezó a hablar.
—Yo sólo la ayudé. No hice nada malo.
Hye Soo posó una mano en el hombro de su novio, tratando de relajarlo de todo aquel nerviosismo y estrés que estaba pasando.
—Necesito que me cuenta todo lo qué pasó con detalles si es posible. —dijo el oficial, viendo seriamente a Taehyung.
—Yo... —su voz se quebró, sin poder decir más.
Tal vez su cuerpo se encontraba en una edad ya desarrollada, sin embargo su mente aún vivía en aquella etapa donde ni siquiera se conocía a sí mismo.
Y aunque Hye Soo no tenía nada que ver con la situación, se sentía culpable. No podía hacer nada más que solo ayudarlo a que recuerde aquellas memorias que ni siquiera estaba garantizado que volvieran.
No muy lejos de donde estaba el escritorio, se escuchó una risa burlona en la esquina de la habitación, donde se encontraban aquellas dos personas con expresiones totalmente diferentes ante la situación.
—Señor Kim, usted puede ser acusado de un crimen si no nos dice exactamente qué pasó.
Soy un cobarde, se repetía Taehyung mentalmente, empeorando su estabilidad mental.
—Llame a mi mamá, por favor. —pidió bajando la cabeza, a punto de llorar.
Hye Soo inmediatamente se arrodilló para tratar de encontrarse con aquella mirada temerosa.
—Ey, Tae. —dijo suavemente— ¿Qué pasa?
No hubo respuesta.
Tomó aquellas manos que jugaban nerviosamente. Estaban frías y con una fina capa de sudor. Al tomarlas, las acarició dulcemente.
—Lo siento... —dijo en susurro.
—No pidas perdón. No hay nada de lo que te tienes que sentir culpable, chico bueno.
Sí, aquel lado materno y amoroso estaba saliendo de nuevo. Pero esta vez no parecía ser un mal momento para mostrar el afecto a aquella persona que tanto quería y que ahora estaba en necesidad de escuchar palabras de apoyo.
—¿Disculpa? Quiso abusar de mi pobre hermana, ¿cómo le puedes que no ha hecho nada malo? —soltó en voz alta Kai, realmente ofendido.
Ignorando a aquella persona, ayudó a Taehyung a levantarse, y consiguió que el ya mencionado le viera a la cara.
—¿Quieres ir a comer helado con Lucy? Vamos. —no esperó respuesta cuando ya estaba indicándole con la mano que pasara frente a ella hacia la salida.
Pero él no se movió.
Estaba totalmente confundido, al igual que todos en aquella habitación.
Por lo que el oficial intervino.
—No se puede ir de aquí. Si cruza por esa puerta— apuntó con su dedo índice a la salida, perdiendo la paciencia— el señor Kim será catalogado como principal sospechoso del intento de abuso sexual y físico a la señorita Do. Y viendo la situación, usted se le acusara de cómplice por incitarlo a huir. Usted decide qué hacer.
Taehyung le volteó a ver aún más preocupado. Aquella ansiedad que tenía se volvió aún más grande que sentía que el suelo se lo estaba comiendo vivo.
—¿Quieres ir con Lucy? —preguntó Hye Soo a Taehyung, viéndolo fijamente serena.
Taehyung tardó unos segundos en reaccionar ante aquella pregunta.
Negó con la cabeza.
Ver aquel individuo sentarse nuevamente en la silla, dándole la cara al oficial le causó una gran felicidad a Hye Soo.
Porque ella, a pesar de no tener un buen pasado, no quería que aquello perjudicara más a Taehyung. Jamás le hubiera ayudado a salir de esa sala sin haber dado su testimonio. Aunque sabía que él no había hecho nada, salir de ese lugar les haría ver a los demás que estaban escapando de algo que no estaba claro aún.
Con mucho esfuerzo, Taehyung empezó a redactar su testimonio. Y con Kai interponiéndose casi en cada oración que Taehyung soltaba, se le fue obligado a esperar afuera con su hermana.
Al terminar, el oficial felicitó a Taehyung por haber sido capaz de hablar sobre lo qué pasó. Ya que el oficial ya había echado un vistazo al expediente de Taehyung, y era consciente de la situación.
Hye Soo se quedó a unos pasos atrás de Taehyung al salir, se dio la vuelta hacia el oficial nuevamente cuando el ya mencionado cruzó la puerta.
De su chaqueta sacó un teléfono viejo y lo puso en el escritorio del oficial.
—Sé que él ya dio su testimonio, pero espero que esta grabación le ayude a que el caso se resuelva.
—Créame que haré lo mejor para encontrar la verdad de este caso.
Hye Soo asintió, y giró sobre sus talones para salir de aquella habitación que la tenía asfixiada.
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