Nuestro Primer Día
El primer día en una escuela nueva siempre es abrumador, es horrible tener que dejar a tus amigos en una escuela y luego ir a otra con gente nueva, profesores nuevos y empezar desde cero... Es una situación bastante aterradora, nada especial, pero igualmente aterradora. Hoy es mi primer día de preparatoria y las cosas no van del todo mal, aunque tampoco están del todo bien, solo son regulares... Incluso diría que son aburridas.
Hola -dijo la chica a mi lado y a la cuál no le había prestado atención desde que llegué-
Hola... -la mire con cierto recelo-
La verdad es que no soy buena haciendo amigos, todos dicen que siempre tengo cara de estar enojada con el universo y eso hace que casi nadie se me acerque, además de que prefiero estar sola y rechazo a muchas de las personas que buscan mi amistad.
Eres Karina, ¿No? -asenti extrañada- yo soy Sandra -me extendió su mano y yo en vez de tomarla solo me quedé mirando sus uñas mal pintadas de color negro- veo que no eres muy amigable...
No lo soy -afirme-
Pues muy mal hecho -dijo seria- estamos en una nueva escuela, lo adecuado es hacer amigos o al menos estrechar la mano de la chica que quiere ser tu amiga
No me da la gana hacerlo -dije de malas-
Ya deja de molestarla, Sandy -dijo el chico que se sienta frente a mi- si no quiere ser tu amiga es por qué eres un fastidio
¡Tú cállate, Gerardo! Contigo no es el asunto -gritoneo la castaña-
Ella siguió discutiendo con el tal Gerardo, yo en cambio me quedé en silenció presenciado su forma bastante brusca de llevarse... Me quedé observando a Gerardo, es un chico mucho más alto que yo, tiene el cabello castaño y la piel pálida, no diría que es guapo, pero tampoco es feo, diría que es común; Sandra en cambio tiene un cabello castaño muy largo, piel clara y unos bonitos ojos azules, es una chica bastante bonita.
No deberías observar así a la chica a la que ignoras -declaro la castaña-
Lo siento, me quedé pensando en como una chica tan pequeña puede gritar tanto -afirme sería-
Yo también lo he pensando -afirmo el castaño- soy Gerardo -me saludo con la mano y yo devolví el saludo-
¡Ah, claro! ¡A el idiota si lo saludas! -la castaña me golpeó el hombro y yo solo la mire divertida-
No lo tomes a mal, no te di la mano por qué me quedé viendo tus uñas -admiti-
Ah -un sonrojo se extendió por sus mejillas- ¿Serás mi amiga?
No es que tenga una mejor opción -me encogí de hombros-
¿Que se siente ser la última opción, Sandra? -pregunto Gerardo-
¡Cállate, zorra! -dijo regresando a la pelea con Gerardo-
Después de esa rara forma en la que nos empezamos a hablar, nosotros tres nos volvimos amigos; Sandra resultó ser una alocada chica fanática de el anime, poseedora de una personalidad alegre y bastante fastidiosa para una chica como yo, mientras que Gerardo resultó ser algo así como el mujeriego de la escuela... Sin duda no son los amigos que yo esperaba tener, pero son geniales.
*****
Los días siguieron su curso, los chicos y yo nos volvimos más cercanos, no pasaron muchas cosas en dicho tiempo, a nuestro grupo se unió una chica de nombre Violeta que es bastante agradable y muy divertida y bueno, Sandra consiguió un novio de otro salón al que todos odiamos, pero fuera de eso nada más que tareas y platicas triviales.
¿Que crees que esté pasando? -pregunto Violeta mientras ambas miramos hacia Sandra que habla con su novio, ambos lucen muy serios-
No sé, sabes que el nos odia tanto como nosotros a el... Tal vez se está quejando por qué ella aún nos habla -afirme molesta-
Si, pero bueno, hablando de nosotros ¿Dónde se metió Gerardo? -ambas lo buscamos con la mirada sin conseguir verlo-
No sé, se ha portado muy extraño los últimos días -la morena asintió de acuerdo conmigo-
No paso mucho tiempo para que Sandy regresará con nosotras, parecía afligida y molesta, sentí que no debía meterme en lo que sea que ocurriera entre ella y su novio.
¿Que ocurrió? -se aventuró a preguntar Violeta-
El ya no quiere que les hable, le dije que es un ridículo por pensar que me importa lo que el piense de ustedes -afirmo la linda chica con gesto de molestia-
¿Terminaste con el? -pregunte emocionada-
No, el solo se siente un poco amenazado por ustedes, es normal que me quiera lejos de ustedes y no es motivo para terminar con el -afirmo risueña-
Violeta y yo nos observamos mutuamente sabiendo que lo que dijo no tenía el menor sentido, luego optamos por dejarla vivir su vida y no dijimos nada. El receso termino, entramos al salón y en primer plana nos encontramos a Gerardo besándose apasionadamente con una chica de nuestro mismo grupo.
¡Así te queríamos encontrar, zorra! -grito Sandra con diversión-
El castaño se alejo de la chica y nos miró avergonzado, Violeta y Sandra se reían por el comentario de está última y yo solo opte por observa la escena con mi habitual seriedad, el castaño camino hasta nosotras.
Lamento que hayas visto eso -dijo mientras me observa-
¿Por qué? -pregunte seria- no es como que no haya visto a un chico besando a una chica antes...
Eso no es besar -dijo Violeta- ¡Eso es comerse! ¡Por dios, Gerardo! ¡Le llenaste la cara de saliva a la pobre Alisson!
Cállate, tonta -dijo el castaño de malas- en fin... Compré unos dulces antes de entrar, ¿Quieres? -me pregunto-
¡Yo sí quiero! -grito Sandra-
A ti no te ofrecí por qué eres detestable igual que la otra -afirmo-
Antes de que ambas chicas empezarán a gritarle, me tomo de la mano y me guío hasta nuestros lugares, luego me hizo sentarme en mi asiento mientras el buscaba entre sus cosas, finalmente encontro una caja de chocolates y me la dió.
Puedes quedartelos, la verdad no me gustan tanto -afirmo dándome la caja-
No sabía que los vendían aquí -dije confundida-
¿Ah, no? -negue- deberías fijarte mejor...
Asentí mientras pensaba en lo obvio que es que los compro para mí en otro lugar, alguien debió enseñarle como conquistar a una chica de una forma menos obvia.
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