El corazón es caprichoso, siempre hace lo que quiere aunque la razón dicte que es una mala idea.

El corazón se enamora de quién quiere sin importarle el sexo o el color de piel, sin hacer distinciones siquiera sobre si la persona es digna de su amor.

Parecería que el corazón es un idiota, pero no, realmente el corazón sabe lo que hace... Y aunque se enamore de la persona incorrecta, al final siempre hay una razón para ello.

Les contaré el inicio de está historia, está empieza cuando yo solo tenía trece años de edad... Era una adolescente que sinceramente no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, era descuidada e ignorante con respecto a mis sentimientos, apenas empezaba a saborear un poco lo que es la vida y eso se veía reflejado en mis acciones. No me alargare demasiado al contarles está parte de la historia por qué hay cosas más importantes en ella que su accidentado comienzo.