Pegue un par de trozos de diurex para terminar de unir la envoltura blanca que elegí para envolver el regalo y después de poner el moño negro en su lugar estuve satisfecha con el resultado. Pocas veces en mi vida he dado regalos a la gente que me rodea, más que nada por qué no suelo tratar muy bien a las personas, pienso que solo un pequeño número de ellas son merecedoras de mi cariño y a dichas personas trató de demostrarles cuanto me importan; creo que es el momento perfecto para que Sandra se de cuenta de cuanto me importa tener su amistad y tal vez pueda ser el momento para reparar lo que rompimos.

Después de tomar una ducha observe atentamente mi clóset buscando el atuendo perfecto para la fiesta, primero tome un vestido negro un poco ajustado y con detalles plateados, pero opte por no usar ese, después de todo no creo que sea adecuado para una fiesta de cumpleaños; finalmente elegí unos jeans claros, una blusa rosada y una chamarra de piel color negro, complete el atuendo con unos botines negros, el cabello suelto así como también un poco de rimel y brillo labial. Sonreí satisfecha por el resultado antes de salir a la sala a esperar a Gerardo, el castaño no tardó en aparecer vestido de forma bastante agradable con una camisa blanca y jeans de mezclilla.

Estás hermosa -afirmo observándome embelesado-

Gracias -sonrei antes de recibir un beso suyo- ¿Nos vamos?

Asintió y sin más nos pusimos en marcha a la casa de Sandra. La castaña no vive muy lejos de mi casa así que decidimos caminar hasta allá, pero apesar de la poca distancia a recorrer, el caminó se me hizo eternamente incómodo, de forma discreta observé a Gerardo que parece totalmente encantado de tener mi mano entrelazada a la suya... ¿Acaso no se da cuenta de lo poco que me gusta todo esto o simplemente está ignorando mis sentimientos para enfocarse en los suyos?

Después de el espantoso camino finalmente llegamos a la casa de la anfitriona, tocamos el timbre y Sandra no tardó en salir a recibirnos con un bonito vestido color morado con una falda algo amplia y zapatillas color negro, luce como una princesa y debo decir que me alegra verla tan linda.

Si viniste -dijo mirándome con una sonrisa-

Dije que lo haría -afirme-

Hola, cumpleañera -dijo mi novio interrumpiendo nuestro momento-

Hola -dijo con una ligera sonrisa- los demás chicos ya están adentro, tal vez deberías ir con ellos...

Eso haré -me dio un efímero beso antes de irse dejándome sola con Sandra en el patio de la casa-

Me alegra que si hayas venido -tomo una de mis manos-

Tenía que venir para arreglar las cosas contigo -afirme-

Considera todo arreglado -asenti emocionada por escucharla decir eso-

Para ti -le extendi la caja que envolví yo misma hace poco tiempo- espero que te guste... No es la gran cosa, pero creí que te gustaría

Me miro curiosa antes de empezar a destapar el regalo con todo el cuidado del mundo como si hubiera adivinado todo el esfuerzo que le puse a esa sencilla envoltura, después de un momento logro descubrir la caja blanca y la abrió esta vez con prisa, rápidamente saco la linda caja de música que me costó bastante trabajo elegir, al darle cuerda empezó a sonar una de sus canciones favoritas y su gesto de felicidad me hizo sentir increíblemente bien.

¡Ay, dios! -me miro emocionada- ¡Es hermosa! -se lanzo a abrazarme con fuerza- gracias, Kari.... -se alejo un poco de mi para mirarme directamente a los ojos, quedamos a escasos centímetros de distancia de el rostro de la otra-

No es nada -sonrei- sabía que te gustaría...

Es el segundo regalo más perfecto que he recibido hoy -beso mi mejilla con cariño-

¿Segundo? -pregunte confusa- ¿Cuál es el primero?

Que hayas venido a arreglar las cosas -dijo aún sin apartarse de mi-

Me quedé un tanto hipnotizada al ver de cerca sus ojos, son más bonitos de lo que creía... son azules, pero tienen algunos detalles verdosos, poseen espesas y largas pestañas, además de que el maquillaje brillante en sus párpados hacen que si ojos sean aún más bonitos; sin quererlo baje la mirada a sus labios divinamente delineados y cubiertos con un labial rosa.

Kari... -susurro haciendo que un escalofrío me recorriera- ¿Te puedo pedir algo?

Claro... Es tu cumpleaños -afirme sin perder de vista ninguno de los movimientos sutiles de sus labios-

Bésame -dijo casi suplicante-

No tuvo que repetir lo que había dicho, tampoco me tomé el tiempo de pensar lo que estaba pasando, simplemente tome su mejilla bajo una de mis manos y plante mis labios en los suyos con dulzura; el beso se sintió diferente a los que había dado antes, se sintió agradable, cálido y todo lo demás dejo de interesarme. Cuando nos separamos casi solté un ruido de molestia por tener que alejarme de sus labios. Sonreí al ver qué su labial dejo de ocupar el lugar que le corresponde.

Ahora la caja de música está en tercer lugar y que hayas venido quedó en segundo... -afirmo robándome otra sonrisa-

Feliz cumpleaños, Sandy -dije divertida-