Pov Valerian

—¿Has llegado bien? —Pregunto, a través del teléfono—. ¿Cómo estuvo el vuelo?

—Genial ¡Jamás había viajado en clase ejecutiva! y ahora descanso en el espacioso departamento, además ¡Me dieron el día libre! —Mi novia se echa a reír y me siento feliz por ella; al menos lo está disfrutando y eso es lo que importa—. Y me he comprado un montón de cosas monas, es que, ¿Dios? ¿Por qué me hiciste pobre? Si aquí pertenezco

Me rio y el sonido resuena por todo el departamento.

—No te vuelvas adicta y se juiciosa Lyana —Le digo tratando de ser su buena conciencia

—Lo sé, lo sé. Extrañare tanto tus regaños y ataques de limpieza... —Me cuenta—. Todo tu drama y cuando te vuelves demasiado cariñoso y sensible... eh, Empiezo a creer que en esta relación yo soy el hombre.

—Tus huevos imaginarios son más grandes que los míos, así que sí.

Se echa a reír y yo la acompaño.

—Te extraño —Me cuenta cuando ya se ha tranquilizado—. ¿Todo como quedamos? Solo serán meses y volveré ¿Vale?

—Está bien —Afirmo, después de todo nada podía cambiar en solo cinco meses. Suspiro—. Ahora este departamento es muy grande, se siente algo solo.

—¿No has pensado en mudarte? —Me quedo en silencio por esa pregunta. Pero sí de todas maneras vuelves en algunos meses—. Me refiero a que, te vayas por meses a otro lugar donde te sientas cómodo y cuando regrese buscamos otro espacio más amplio para ambos.

—Hmm... —Considero esa idea—. Mala idea no es, ahorraría para nuestro departamento... aunque dudo encontrar un contrato solo para dos meses.

—¿Cómo qué no? Mira tengo una amiga que trabaja en bienes raíces, te mandare todos los candidatos.

—Vale, lo espero entonces.

Quito el celular de mi oreja, cortando la llamada y justo al instante me llega su mensaje.

Pero que productividad la de Italia o ¿Es que ya lo tenía preparado?

Pienso.

—Uy no, ese tiene problemas con el desagüe.

Miro la fotografía que manda Lyana y luego a Kyklos que había aparecido de repente; ya se me hacía tan familiar que el apareciera y desapareciera de la nada.

Paso la foto.

—¿Quieres tener a un fumador de compañero?

Sigo pasando las publicidades escuchando cada uno de sus comentarios, después de todo él sabe el futuro, mejor fiarme de él.

—Uy, si eliges ese probablemente quedes en el hospital

—¿Qué? —Lo miro—. ¿Por qué?

—Cinco palabras; filtro de gas más explosión.

—Oh. —Expreso y paso a la siguiente publicidad rápidamente, pero esta vez Kyklos no dice nada—. ¿Y esta?

—Déjame agarrar señal —Bromea mientras mira al techo pensativo—. Te queda un poco lejos de tu editorial, pero todo lo demás está bien. Lo mejor es que tienes tu espacio y... Uy, tendrás una grandísima oportunidad de trabajo ¿Eres poliglota? —Me mira con ambos ojos abiertos—. Venga un trabajo en una editorial importante del país, si yo fuera tu...

—¿De verdad? —Miro la fotografía con mucha emoción ¿importante? ¿Hablará de la editorial Ghoul? Y... ¿Cómo escoger un edificio cambiaba tus posibilidades en la vida? —. se ve realmente bien, hablo del piso... hmm. Voy a llamar para preguntar.

—No. —Me cuenta rápido, deteniendo el momento justo donde me iba a levantar—. Si no haces una oferta un poco por encima de lo ofrecido, te lo robaran y es casi imposible que lo superes, cierra trato cuanto antes, tienes un límite de... —Se mira el reloj en su muñeca—. Quince segundos... catorce... trece...

Mierda ¿¡Tan rápido!?

¿Qué hago? ¿Debería comprarlo sin chequear nada?

—Nueve... ocho... la oportunidad se esfuma chico.

Después de todo es una deidad en quien confiar ¿No...?

¿No?

Tomo mi móvil con rapidez y marco el número.

—¿Hola? Quisiera tomar el apartamento de la publicidad, si...

Me alejo un poco el teléfono y miro a la deidad que se come las uñas por aparentes nervios

—Kyklos tengo toda mi confianza en ti. —Le digo cuando cuelgo y le miro con seriedad

—En efecto.

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—Nunca debí confiar en ti.

—Oye, mis sentimientos idiota —Me comenta entrando por las grandes puertas del lugar, lo que muy pronto seria mi nuevo hogar por poco tiempo

¿A poco y tienes sentimientos?

Giro a verlo.

—Te faltó el gran hecho de que tengo que convivir con un compañero ¿Por qué el vendedor no me lo ha dicho antes de firmar el contrato y pirarse?

Kyklos sube ambos hombros y hace un puchero

—Tu tampoco preguntaste.

—Porque pensé que lo habías tomado en cuenta —Le digo recalcando lo obvio ¿No está en mi cabeza pues? —. Equis, ya lo he comprado y me ha costado más de lo esperado, pero lo justo como para empezar ahorrar, así que... no hay vuelta atrás. —Lo miro—. Aunque por tu culpa no hay vuelta atrás.

—Pero que buen plan.

Lo miro, casi partiéndome el cuello.

—¿Plan? ¿Tenías un plan? —Inquiero—. Entonces... ¿Para qué me quieres en este lugar? —Le pregunto subiendo las escaleras ya que el elevador estaba ocupado. Ahora he comprado este departamento, pero, aunque especifiqué que lo quería para mí solo, y gracia a la presión que ejercía Kyklos de comprar rápido no me fije que, luego de leer el contrato con calma... tenía que compartir con un compañero o compañera...

Por eso estaba tan barato

—Oh ya lo veras, nada malo. —me cuenta él haciéndose el inocente

Llego al piso indicado, saco el papel con el código y lo inserto en la cerradura inteligente mientras respiro con lentitud.

—Espero que no sea ningún psicópata, mínimo.

Cuento hasta tres mentalmente, mientras siento un aleteo en mi pecho; Tal vez porque Kyklos se ve demasiado emocionado de lo normal y eso repercute en mí.

Abro la puerta cuando me siento preparado; una sala amplia y hermosa me da la bienvenida, tal vez photoshopiaron un poco la publicidad, pero está mejor de cómo lo imaginaba.

Escucho murmullos y es hasta ese momento, donde me percato que en uno de los muebles se encontraba alguien sentado en posición indio, hablando en murmullos mientras parece hacer algo en una Tablet, el ambiente era algo oscuro y por ello mismo sentí un escalofrío que probablemente la deidad también sintió, ya que se escondió a mis espaldas.

Y se supone que es un Dios.

Miro hacia la persona que, no parecía para nada un psicópata planeando su próximo crimen, que va.

Apoco ¿Es una mujer o un hombre?

Tiene sabanas encima, un gorro negro y tiene su cara hacia abajo, me inclino más porque que sea mujer, digo su cabello es largo para ser hombre. Me aclaro la garganta antes de pasar de largo a mi habitación y decido saludar a mi nueva compañera.

—Hola —Le digo mientras subo mi mano en son de paz, pero parece importarle en lo más mínimo porque me ignora completamente, quiero decir, ni siquiera le da la gana de verme a la cara.

Kyklos me mira y noto como el brillo de sus ojos se apaga de apoco y de repente toda su emoción se ha esfumado, me dice con la cabeza que siga de largo y así me encierro en lo que sería mi habitación.

—¿Qué pasa? —Le pregunto a la deidad que se deja caer en la cama, abrumado.

—No lo entiendo... ¿Me he equivocado? ¿Por qué ya no puedo sentirlo?

—¿A quién? —Le pregunto acercándome a él y dejando mis pertenencias cerca de la puerta

—¿Lo he perdido nuevamente...? Creo que voy a llorar

—¿A tu bello durmiente? —Cuestiono, él asiente—. Me dijiste que podría poseerlo el idiota mangaka ¿Algo ha cambiado?

—De hecho, si —me expresa y le pongo suma atención—. La deidad dentro del recipiente puede pasar a otro, solo si el antiguo recipiente ya no sirve, por eso se me ha hecho difícil encontrarlo en todos estos siglos.

—Explícate —Rebobino en una de sus palabras antes dichas—. ¿Cuándo no sirve un recipiente?

Asiente mirándome a los ojos.

—Cuando muere.

Ah vale...

Espera un momento...

—¿¡El mangaka murió!?

Kyklos se le llena los ojos de lo que parece ser lágrimas y se echa nuevamente hacia la cama.

—Quiero llorar —Me murmura siendo un crio, revolcándose en mi cama. Yo me mantengo absorto en mis propios pensamientos tratando que la tormenta de sentimientos que tenía Kyklos no me afectaran a mí también—. Pensé que era esa persona en la sala, pero no es su... alma y no hay nada de la deidad allí. Nada.

Y vuelve a llorar. Por mi parte aun trago la muerte de ese chico.

—Kyklos, tranquilízate buscaremos una solución. Tal vez solo desapareció, déjame y contacto a Lyana para saber su paradero o... su contacto.

—Si yo no lo puedo sentir es porque él ya no se encuentra aquí.

—¡Exacto! —Le digo recordando lo que me había dicho la última vez que lo vi—. ¿Él no se iba a un vuelo a rusia? ¡Eso es!

Kyklos se gira para mirarme.

—Su vuelo se atrasó porque cerraron fronteras, él nunca viaja en este momento, si no mucho después, aunque la fecha exacta es incierta.

—Oh...

—Si estuviera en esta ciudad, es este país o en este continente lo sentiría, incluso tú lo sentirías, pero...

—¿Y si se fue a otra parte?

—No veo ningún pasado, presente o futuro de él en otro lado además de aquí, en todas las posibilidades, simplemente no lo hay, solo...

Abre los ojos y se levanta con rapidez, en eso noto como sus ojos vuelven a brillar con intensidad, yo también he sentido algo extraño.

—Valerian, siento otra persona.

—¿Qué?

Con rapidez me agarra las manos y me mira como un cachorro.

—Dime que sabes primeros auxilios.

a

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