21. Te lo digo, no eres para nada mi tipo.
VALERIAN POV
Una semana ya había pasado desde entonces.
Sebastián se comportó de una forma agradable en estos días, también salía a cenar conmigo al pequeño comedor, aunque no hablábamos de mucho en realidad. De cierta forma se sentía distante pero no tanto como antes, tal vez fue algo de culpa lo que le hizo cambiar, no lo sé.
Kyklos no había aparecido desde ese día, por ello, no había logrado abarcar el tema del collar.
Al menos sin Kyklos podía concentrarme en mí, y sentirme nuevamente atraído por mi novia.
Desde entonces me habría contado por videollamadas una variedad de cosas geniales para su carrera como profesional, estaban ayudando a algunas modelos de prueba y de pasarela como su estilista, la misma diseñadora que la llevó estaba creando un conjunto con ideas de ambas partes, y pensar que uno de sus diseños podría desfilar en las pasarelas de Milán, me orgullece mucho.
Está ocupada en ello, pero cada vez que la dejan respirar, me llama.
Por mi parte, me estaba planteando mejor la idea de irla a visitar muy pronto.
—¿Cómo esta esa convivencia? —Sonrío al escucharla a través del teléfono y verla a través de la pantalla—. Creo que no he podido preguntar por eso y en vez, he estado hablando como un loro
Me rio
—Pues amo escucharte hablar, y sobre eso... —Titubeo—. digamos que bien, neutral...
—No seas mentiroso —Me cuenta—. Sebas ya me ha contado, te la has pasado con el moco tendido
Chismoso.
—¿Entonces para que me dices si ya sabes?
—Pues porque quiero escuchar tu versión.
—No es nada, solo es difícil convivir con él.
Se ríe
—¿Por qué?
—Es que desde que llegué aquí se ha comportado muy frio conmigo, he sentido cosas que antes no y cuando me rechaza realmente me duel... —Espera, le estoy diciendo esto a MI NOVIA
—Woah... —Dice ella mostrando una cara de pasmo—. Te has vuelto muy sensible últimamente ¿No?
—Tal vez —Le digo nervioso y trato de sonreír—. Solo quiero acercarme a él como un amigo, pero es demasiado hiriente a veces.
—¿Quieres que te dé un consejo? —Asiento— No hables con él del pasado, es mejor que viva en el presente.
—¿Qué? ¿Por qué?
Hace una mueca
—Es... algo complicado —Niega varias veces—. No excaves en el pasado, o volverás a perder su confianza
Ja, hacerse amigo de él es como pisar suelos falsos, en cualquier momento puedes caer y todo se va a la mierda.
—En fin —Veo por la computadora que cambia la cara a una más positiva, hmm... conozco esa expresión, está en modo chismosa—. ¿Están comiendo bien?
Asiento.
—Sí, me he encargado de eso ¿Puedes creer que el niño apenas y sabe hacer fideos instantáneos?
—Su vida no era muy saludable en ese entonces... de hecho la mía tampoco lo era, fuiste tú el que comenzó a cocinarme.
—Cierto, lo primero que te cociné fueron las papitas fritas a los quince años ¿No?
—Exquisitas de hecho, tal vez desde ese momento comenzaste a gustarme, ya sabes, barriga llena, corazón contento
—Lo sé —Sonrío, con la autoestima por las nubes—. Es mi método de seducción.
—hum. —se cruza de brazos y se acerca más a la cámara—. cuidado con enamorar a otras chicas con esos métodos, parecen ser demasiado efectivos.
—Qué va, tengo cuidado con todos mis encantos.
La escucho reírse.
—Venga pues, parece que ya estás un poquito más animado desde que te llamé, así que, sigue así, te amo y te extraño muchísimo
—Yo también te amo y te extraño
Sonríe.
—Te llamo más tarde.
—Vale...
Hay un silencio, aunque para nada incomodo, esperando que el otro finalice la videollamada
—Cuelga —Me dice
—No, cuelga tu
—Ay no, cuelga tu...
—Que asco con ustedes. —comenta una voz interrumpiendo en nuestra conversación
Estoy de acuerdo con el chico, menudo cringe me han dado los dos.
Mira quien llegó, KyKlos.
Estaba del otro lado del salón, cruzado de brazos, mirándome fijamente con sus ojos amarillos.
Ya me había preocupado que no interrumpías mi vida, además tú no puedes decir nada, que te derrites con palabras bonitas de tu supuesta alma gemela.
La deidad me saca la lengua sin decir nada más.
Sebastián se acerca al mueble donde estoy sentado para saludar a Lyana, me parece tan raro que mi corazón no se agite por la cercanía de él, digo, conociendo a Kyklos y su sensiblera, esto debería ser más que suficiente para alterar mi corazón ¿Qué pasa? ¿Dejaste de quererlo?
No es eso, estoy emocionado pero los sentimientos hacia tu novia son más fuertes.
Me rio orgulloso en mi cabeza mientras veo a un Kyklos refunfuñando.
—Lyana, no sabias que eras así de cursi.
—¿Yo? —Titubea mi novia, señala hacia un lugar donde la cámara no capta y dice—. Eh mira un unicornio.
Y cuelga la llamada.
Woah, pero que salvada.
Cierro la laptop y noto que el chico no se ha movido de su lugar, así que talvez tenga algo que decirme.
—Es muy lindo tu fondo de pantalla —Me dice y hago memoria del papel tapiz que tengo
—Oh, si —Sonrío al recordar del manga que provenía dicho dibujo—. Es una de mis obras favoritas, es sobre un forense que tiene el poder de...
—De hacer autopsia por medio de la electricidad, lo sé. —Sonríe y rodea el mueble para sentarse al lado de mi—. Cuando estaba en la prepa ayudé al autor en su coloreado
QUE
Ay no, otro nerd.
—¡¿Qué?! —Me siento de lado para mirarlo mejor—. ¿Conociste al autor?
—Si, es una comic-con que se hizo en España
Abro la boca, anonadado.
En ese entonces ni sabía que había venido a España.
—¿Lo conociste? ¿Cómo es? ¿Tienes su autógrafo?
Sebastián asiente, con una sonrisa tímida pegada a su cara.
—Es un señor mayor, no pude comunicarme bien con él por el idioma, pero... —Saca su teléfono y me muestra en su galería, una fotografía con el autor.
Sebastián era pequeño en ese entonces y tenía el cabello mucho más corto que ahora, mientras que el autor parecía un fósil, ah... ¿seguirá con vida?
—Le mostré mi trabajo y justo por esos tiempos iba tarde con la entrega, así que le ayudé a colorear el capítulo 117
—No me puedo creer ¿Tu lo hiciste? —Me emociono—. ¡Habrá sido todo un honor! Es uno de los capítulos más brutales de toda la historia, descubren que el asesino que tanto buscaban era una mujer periodista
—¡Totalmente! —Responde con la misma emoción—. Estuve tan feliz después de ese día, pensé que me daría un calambre de tanto sonreír...
Suelto una pequeña carcajada al ver su mirada de tonto mientras lo recuerda, sus ojos concuerdan con los míos por un segundo y volvemos a entregarnos a este aire de familiaridad.
—Oh, disculpa —Se levanta del mueble con rapidez, como si fuésemos imanes que se repelen—Me he acercado mucho sin darme cuenta...
Pero sigue ahí, parado, sin decir absolutamente más nada.
Se lleva la mano a la nuca, inquieto, su mirada esta fija en el suelo y por dentro sonrío, porque es obvio que quiere decirme algo más.
—Solo suéltalo Sebastián.
Me mira sorprendido, capaz porque he leído sus pensamientos
—eh... ¿Quieres que cenemos afuera? —me pregunta y yo me sorprendo de esa iniciativa—. Y-yo invito
Que raro
—¿Me vas a matar?
—Estoy siendo amable, no preguntes —y se da media vuelta para alejarse de mí.
Espero que esa amabilidad no traiga problemas consigo, si Kyklos, te lo digo a ti.
¿Pero qué culpa tengo yo?
→──✦──←
No lo puedo soportar...
Doy un bocado a mi comida intentando pasar este ambiente tan incómodo, ya iba a terminar mi plato y todo había trascurrido en un silencio infernal ¿Por qué seguía siendo así? Pensé que ya había pasado lo peor, no lo entiendo.
Niego la cabeza.
Algo debe pasar y tengo que averiguarlo.
—¿Te ocurre algo? —comento yendo directo al punto, pero es que no es discreto, mueve la pierna debajo de la mesa, no es capaz de mirarme a los ojos y cada vez que busco conversación me corta con una respuesta muy breve, vamos, antes sí que era distante pero ahora parece que pone otros muros en frente a mí —. ¿Me invitaste a comer para hablar de algo que te moleste?
—No... solo es que —se corta al instante. Vamos, sácalo—. Tengo dos cosas que decirte, en realidad.
Asiento para que prosiga
—Lo lamento tanto, por hacerte sentir mal todo este tiempo... creo que te juzgue mal
Me quedo en silencio, tal vez con la barra de cargando en la frente.
—¿Por qué... ? de repente
—He pensado mucho... Y, creo que no eres una mala persona; Lyana tenía razón y realmente veo porqué le gustas tanto, no te mereces la manera en que te traté, ahora mismo me gustaría que estén bien.
—¿Estén? —Pregunto descolocado—. ¿Plural?
Ahora si conecta con mis ojos y asiente con sinceridad.
Woah, ya no es sólo ella, si no nosotros; ella y yo.
—A mi... —Baja la mirada y juega con sus manos—. tampoco me gusta verte llorar, así que... si te sientes mal u algo, no luches tu solo.
Asiento lentamente, incrédulo.
Sigue moviendo el pie debajo de la mesa supongo que por nervios.
—Y... lo otro —Traga grueso y se sienta derecho en la silla del pequeño restaurante —. Quería pedirte disculpas y gracias nuevamente, cuando me ayudaste a recuperar mi collar... si fuera otra persona, no se hubiese molestado en eso, por eso...
Suspira dándose ánimo.
—Realmente quiero que empecemos de nuevo
a
—Digo —Sacude las manos—. Todo empezó mal desde el inicio, ha pasado cosas un poco extrañas y...
—¿Un poco? —Pregunto más para mí mismo
Y creo la duda: Si ahora está más abierto a mi ¿Cuánta confianza debe haber para ver el tatuaje que tiene en la costilla? ¿para que me cuente de su vida? O ¿para que me tenga aprecio?
Parece sacarle de casillas la pregunta que le hecho y menos mal que no he dicho todo lo que pensé.
—sí, un poco... —Carraspea—. Valerian, también quiero preguntarte algo, porque no quiero que mis actos sean malinterpretados.
Inclina su cuerpo hacia mí y apoya sus codos sobre la mesa, creando un ambiente más discreto.
—No quiero faltarte el respeto con mi pregunta, pero... —Su voz muere, como si estuviese inseguro de proseguir
—Lánzalo, no me voy a ofender. —Le digo comiendo otro bocado de la comida, para que vea que estoy relajado
—¿Eres gay?
Me llevo el puño a los labios cuando siento que me voy a ahogar, pero por suerte no pasa nada mas de ahí, solo trago con fuerza y bebo agua.
—¿A-A qué viene esa pregunta?
—Es que... ¿Cómo decirlo? —Se aleja y se vuelve un manojo de nervios—. A veces te he capturado mirándome y...
Mierda.
—Bueno —Vuelve hablar y de apoco parece sonrojarse—. No tengo gustos predeterminados, pero no siento nada por ti, más que una reciente amista...
—¡Es que me recuerdas mucho a mi hermano! —Me salvo recordando la mentira de aquella ves, joder, Oliver debe tener alergia de tanto que lo nombro aquí—. De verdad, es que he estado tan lejos de él por dos años que ya lo extraño muchísimo, y... tú eres lo más cercano, es algo fraternal ¡Nada amoroso! —Rio nervioso, demasiado nervioso. —. Además, tampoco es que fueras mi tipo.
Te lo digo, no eres para nada mi tipo.
Me paso la mano por la cara.
Joder, de verdad ¿Lo he estado observando tanto?
—¿Tu tipo? —Dice descolocado—. Quieres decir ¿Qué no te importa que sea un chico? O... ¿has estado con chicos antes?
Uff Imposible contar a todas sus parejas ¿Empiezo a enumerar a todas las chicas o chicos?
Cállate Kyklos.
—Cuando era adolescente era muy travieso — Me llevo una mano a mi cuello y me rio—. Digamos que experimentaba mucho.
Sebastián abre sus ojos.
—Disculpa la pregunta, creo que es muy personal, pero ¿Lyana lo sabe?
Asiento.
—Claro, es mi mejor amiga, ella presenció mis locuras.
—Quiere decir que ya eres un experimentado en el tema... Nunca lo imaginé. —Me dice y a mí me entran nervios —. ¿Has estado sexualmente con algún chico?
DIOS MIO, QUE JODIDA PREGUNTA ES ESA
Vamos, dile que en tus días de juventud eras muy...
LALALLALALAL ¡CALLATE!
—Oh por Dios—Me tapo la cara, porque el nivel de vergüenza que tengo ahora mismo no es normal—. Fue hace mucho tiempo, ya no tiene ciencia sacarlo a relucir.
Se remueve en su silla
—Lo lamento si te hice incomodar... Tenía curiosidad y bueno... saber si estabas engañando a mi amiga
Suelto una sonrisa y lo observo
—Hablando de ella... —inicio—. Iré a verla.
—¿A Italia?
Asiento con lentitud
—Me es difícil soportar tenerla lejos, al menos quisiera pasar un día juntos
—Y... ¿Le has dicho?
Niego con la cabeza.
—Quiero decirle cuando sea seguro, aún la empresa me prohíbe las vacaciones
Frunce el ceño
—¿Qué? ¿Te las prohíbe?
—Sí —afirmo—. no he podido visitar a mi familia desde que entré ahí
—Y ¿No has pensado en cambiarte de trabajo?
Mantengo la mirada fija en la madera de la mesa.
—Es lo más estable que tengo, no puedo saltar a la nada.
—Comprendo —Prolonga un silencio, pero por fortuna no es muy largo—. Entonces... ¿Volverás a perseguirla?
levanto mi mirada y me fijo en la determinación que hay en sus ojos.
—Realmente debes amarla—Vuelve a decir
—Lo hago —Afirmo—. Movería el tiempo por ella.
Expreso con un poco de ensueño y se me escapa una sonrisa por lo literal que suena aquello.
Se toca el pecho, mientras se remueve incómodo
—Me va a dar diabetes —Expresa—. Era mejor seguir indagando tu vida personal
—¿Y porque no la tuya?
—Paso.
Subo ambos hombros en respuesta
Vuelvo a tomar los últimos bocados de mi comida, pero un nuevo tacto me trae de vuelta al presente; en un toque casi inexistente roza mis dedos, ambos nos sorprendemos de la acción, pero lo más curioso es que apenas sentimos una pequeña oleada de calor, cuando hace días era insoportable estar cerca del otro.
—Lo lamento, actúe sin pensarlo... —Lo miro fijamente y todo vuelve a caer en un silencio bastante incomodo—.Val, ¿Puedo llamarte así?
Asiento
—Puedes.
—Yo... ¿Podría tocarte por un momento? —Me quedo tieso—. Necesito estar seguro de algo.
—¿P-Perdona?
—Es solo para ver si el "Fenómeno" sigue pasando
Dejo salir el aire retenido ¿Qué estaba pensando? Sin duda, mi cabeza voló con esas palabras malinterpretarles.
Asiento, dándole el permiso.
Vuelve a rozar su dedo índice con el mío, como si tuviera miedo de tocarme, y la misma sensación se mantiene; más bien, es como si de a poco desapareciera.
—Desaparece... —Murmura lo que yo pienso—. ¿Tú sabes que puede ser esto?
No lo entiendo, tu tenías un collar con el símbolo de mi marca ¿Te haces o eres?
¿¡COMO QUE ENCONTRASTE UN COLLAR CON TU MARCA¡?
Ups Kyklos ¿No te conté?
Sabía que en tu mente había algo de un collar, pero no le preste mucha atención.
Pelitos blancos, te cuento después.
Fijo mi vista en sus ojos verdes porque tengo curiosidad qué pasa por su mente, y cuando los encuentro, me da un pinchazo de la nada en el pecho, que me obliga a desviarla.
¿Cuál era su pregunta?
Solo niego con la cabeza.
—Tal vez si hacemos esto mañana—Me dice—. el ardor desaparezca por completo... y tal vez, quiere decir que vuelve en cierto periodo de tiempo
—¿Qué cosa? —Pregunto perdido de esta conversación
—Hay que seguir tocándonos.
PuFFFF
Me quedo mudo al escucharlo, alejo mi mano de la suya cuando siento que mi corazón se va a salir del pecho, y me llevo ambas manos a la cara porque creo que me estoy sonrojando demasiado, además de que me trago las ganas de cagarme de risa.
Mierda, lo que dijo se puede malinterpretar jodidamente mal, joder, esto me pone de los nervios. ¿Es que no se da cuenta? ¿Qué tan inocente es?
Joder, cálmate Valerian.
—N-No hay que pensar mucho en eso—Cuento con una leve sonrisa—. solo tener cuidado de no tocarnos.
Hay un breve silencio.
—¿No te da curiosidad del por qué nos pasa solo a nosotros?
—No es como si fuéramos almas gemelas u algo —bromeo
Ustedes no, las deidades dentro sí.
—Tal vez deberíamos intentarlo.
¿Qué?
¿Qué?
—¿Ser almas gemelas?
Sebastián frunce el ceño, súper extrañadísimo.
—No, investigar más acerca de esto.
a
Mierda, ahora quedé como payaso.
—Claro, Claro —Me rio, aunque mi cara ya está roja—. Solo estaba bromeando contigo... ¿Ya terminaste de comer?
Le pregunto impaciente por cambiar de conversión, es más, me he avergonzado tanto que ahora mismo quiero huir lo más lejos de él.
Sobre mi cadáver.
—Si ¿Tienes prisa? —Asiento frenéticamente a su cuestion
—Tengo que ir a un lugar antes que cierren —Doy excusa
—Oh, entonces puedes ir saliendo, voy a pagar
No deja que ni le conteste cuando desaparece de mi lado.
Salgo del lugar y una brisa bastante congelada abrasa a toda la cuidad y pienso que tal vez debí traerme un abrigo, aún se sentía el frio por la noche de diciembre, aunque estemos a principios de febrero, que raro...
—Listo —Llega a mi lado y se mete ambas manos en el bolsillo del suéter, claro si lo usa hasta para el calor—. ¿A dónde vas?
Comienza a caminar y por alguna razón le sigo ¿No quería huir de él?
Cierto ¿A dónde quiero ir? No tenía nada en mente cuando me pregunto
—Eh... —Intento pensar en laguna opción, en eso me señala con su dedo en algún lugar de mi camiseta
—Te has manchado ahí
Miro el lugar que indica, y si es cierto, tengo un poco de sopa de calamar ahí
—¿No vas hacer nada? —Me pregunta como si hubiera alguna opción
—¿Qué quieres que haga? —Le pregunto—. ¿Quieres que me quite la camisa y vaya así?
—Y-Yo, no me refería a eso, solo me molesta ver manchas y... —Mira al suelo con timidez y yo sonrío por alguna razón—. Olvídalo.
Seguimos caminando, en silencio.
Y es tan raro que me acompañe todavía...
Comprendo al instante que aún no termina de contarme sus pensamientos, porque de otra manera, ya hubiese ido a casa sin ningún problema
—¿Quieres... —Comienza el— que me vaya primero? No quiero seguir incomodándote.
Quiero llegar al fondo de sus pensamientos, para eso, tengo que pasar más tiempo con él
—No me incomodas para nada, claro, si quieres quedarte está bien —Suelto algo nervioso y busco desesperadamente algo de ayuda en mis pocas neuronas.
—Vale...
—Iba a ese lugar. —Le informo
Sigue con la vista donde señalo.
—¿La librería?
Asiento y corro la poca distancia que nos separa hacia su ventanal, veo que varios libros están allí, pero señalo al que más le hacen promoción.
—Quería comprar ese.
—Oh...
Se sonroja al instante que se lo muestro y me pregunto por qué, miro bien la caratula y veo el nombre del autor.
Es su volumen.
—Tengo como cinco copias en casa, puedo regalarte una.
Bendita casualidad.
—¿Pero no es mejor si lo compro? —Le digo abriendo la puerta de la Librería—. Tendrás muchas más ventas
Por último, veo como sus ojos me sonríen y entro a la tienda, yendo lejos de él para tomarme un descanso.
—Dime Kyklos —Susurro cuando ya estoy solo—. ¿Tú creas estas casualidades?
El susodicho aparece detrás de un estante, con un libro de física cuántica y unos lentes sin vidríales.
—Si pudiera crear casualidades ¿no crees que impediría muchas cosas en la vida? Digo, así no habría necesidad de haberte escogido como mi mascota, ya que—Se quita los lentes y dice con un tono sarcástico—. puedo crear casualidades.
—Pues más vale que tu magia me ayude en algo
La deidad se acerca a mi recordando algo y una sonrisa traviesa pegada a su rostro
—De hecho, ya tengo un plan.
→──✦──←
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro