Pov Sebas

—¿Ahora estas lo suficientemente avergonzado como para mirarme a la cara?

—¿Y tú puedes parar de burlarte de mí? —Le digo ya un poco irritado, esto era lo que me refería con insoportable—. ¿No tienes que llamar a tu novia o hacer algo?

—La verdad es que no —Me expresa Valerian relajado en el sofá—. Lyana debe estar comprando medio centro comercial y no quiero molestarla en su búsqueda —Fija sus ojos en mi cara y luego en la cuenca que tengo en mi mano—. No te veo comiendo.

Dejo mis labios en una fina línea y me concentro en el plato que me ha preparado de improvisto.

Hay un breve silencio en el que solo me mira fijamente, algo que realmente me incomoda.

—¿Algo ha cambiado en ti? —Me pregunta el novio de mi amiga y me parece demasiado extraña la atención que ahora me da—. ¿O te has sentido diferente? ¿Qué tal tu mano?

Mastico la comida en mi boca y fijo mi mirada en él ¿Ahora somos los mejores amigos del mundo? ¿Qué estará tramando?

—¿Sigues teniendo fiebre? —Le cuestiono y vuelvo a dar otro bocado, el parece un poco aturdido por la pregunta, pero se establece enseguida

—No.

—Entonces no estas delirando, que raro... ¿ahora por qué me tratas bien? —Levanto una ceja, escéptico de su actitud

—Yo... —Titubea—. solo quiero saber si te encuentras bien.

Mentira.

—Ya lo estoy, así que deja de fingir que esta situación es agradable.

Abre un poco los ojos y gira su cabeza ligeramente para mirarme confuso.

—No estoy fingiendo nada.

—Ay vamos —Le cuento haciendo una mueca—. Pensaste que Lyana estaba en... alguna relación conmigo, el día que nos conocimos salió realmente mal y luego me tratabas fatal ¿No son suficiente razones?

Se queda totalmente callado y se sienta con seriedad en el mueble, tratando de encontrar las palabras para enfrentarse a mí.

—Mira —Comienzo a hablar antes que lo haga primero—. Si estás aquí para sacarme dinero solo por descubrir que soy elaxel y no sé... ¿Venderlo a la prensa? Pues, ya te digo que, no era necesario seguirme hasta mi departamento para extorsionarme, además con la noticia que estuve inconsciente en mi departamento y...

—Espera, espera.

Me detiene y los siguientes segundos que pasamos en silencio, él lo rompe con una sonora carcajada, algo que no esperaba para nada

—¿Es que tu piensas que...? JAJAJJAJAJJAJJAJA —Parpadeo varias veces ya que no entiendo de mucho el chiste—. Ay no puedo... mi estomago...

—¿Tu no viniste por ello?

—¿Es que te crees tan importante o qué? JAJAJJAJAJAJJA

¿Entonces por qué esta aquí?

Tal vez... ¿es obra de Lyana?

—¿Lyana te dijo que me cuidaras? —Decido añadir unas cuantas palabras más para que no se malinterprete—. Ya sabes... por la herida.

Valerian se lleva la mano a la boca para calmarse y a los minutos lo logra.

—¿Por qué me enviaría? —Cuestiona—. No eres un nene, creo que puedes cuida- —Se detiene por un breve momento ya que parece pensar mejor sus palabras—. Bueno, creo que aun así no puedes cuidarte a ti mismo, digo hace segundos estabas en el suelo.

—¡Si puedo cuidarme a mí mismo! —Le dicto, aunque me arrepiento que saliera tan ñoño, lo hice sin pensar sin duda.

El chico al frente de mi se cruza de brazos con una sonrisa burlona en su cara.

—De hecho, cambio de opinión. —Asiente—. Sigues siendo un crio.

Bajo la cabeza porque ya me ha avergonzado lo suficiente este día.

—Déjame solo.

—¿Estás seguro? No podrás ver este culazo de infarto —Ay no puede ser ¿No puede simplemente obviarlo? ¡Eso haría cualquier persona normal! —. Uy, eso no sonó muy hetero de mi parte.

Se ríe y yo siento ponerme aún más chiquito en esta habitación, carajo, ni siquiera puedo levantar la cara.

—Oye. —Me llama secamente, pero aun así tengo demasiada vergüenza como para mirarlo—. No me caes mal, solo nos conocimos en... ocasiones desafortunadas y, fue una coincidencia que comprara este lugar, además lo hice por mientras, así que no me tendrás en este lugar por mucho tiempo

Me atrevo a levantar la mirada, el novio de Lya me mira por un segundo con seriedad y entrecierra los ojos.

—¿Puedo preguntarte algo? Es la última, lo prometo —Asiento, sí con eso me deja solo—. ¿Cuántos años tienes?

Que rara pregunta en este contexto.

—Tengo dieciocho.

Valerian abre un poco los ojos, sorprendido.

—Eres muy joven, como me lo temía—Sonríe con nostalgia—. Hasta te pareces a mi hermano.

Frunzo el ceño

—¿Tu hermano?

—Si, a mi hermano, talvez sea porque ambos parecen aparentar menos, aunque bueno, tu cabello está mucho más largo que el de él. ¿Te gusta el cabello hasta los hombros? Digo, no es que te quede mal, pero es raro verlo en hom...

—Me dijiste que sería la última pregunta.

Sonríe avergonzado y se toca la nuca sin saber que responder

—Y... ¿Tu hermano? —Digo, ahora cambiando papeles de detective—. Pensé que solo tenías una hermana ¿Tu familia de donde es? —¿Estoy hablando mucho? Debería callarme

—Es de Madrid España, donde debería estar ahora mismo mi padre y mi hermana, Lyana los trajo por aquí por un trabajo escolar de mi hermana.

—Cierto, eres extranjero con visa de trabajo aquí. —recuerdo—. Se me había olvidado por completo.

—¿Olvidado? Espera. —Piensa—. ¿Cómo sabes todo eso?

Lo miro con ambos ojos bien abierto.

—A-Ah es que, ahmm —Me quedo en blanco y por varios segundos parezco tonto—. Lyana no deja de hablar de ti... y supongo que de alguna manera ya conozco algo de ti ¡Digo! No conocer todo como un obsesionado ni nada por el estilo, tampoco le haría daño a las personas que me gustan ¡No es que me gustes! Solo por buenas personas y eso ¡Nada romántico por supuesto!

—Chico —Me llama obligándome a detenerme—. ¿Sabes que cada vez la cagas incluso más?

—Lo sé, mejor me quedo callado.

—Si por favor, por el bien de nuestra dignidad.

Reina un silencio demasiado incomodo entre ambos; tal vez por las estupideces que dije antes. carajo realmente odio que ese chico este aquí. Y es que la tensión en el aire se siente tan insoportable que quiero salir corriendo y meterme a mi cama.

Mátenme, mátenme, mátenme.

—Si... esto se tornó demasiado incomodo—Cuenta Valerian y siento que me voy a morir de la vergüenza en este momento—. Me voy a desem...

Escuchamos un ruido demasiado potente en el balcón y me percato como ambos saltamos de susto.

—¿También lo escuchaste?

Asiento y me levanto del sofá para ir con él

Otra vez los sonidos raros, justo como en la oficina...

Siento un escalofrío por todo el cuerpo de solo recordarlo.

Odio los fantasmas y toda cosa que tenga que ver con eso, desde muy niño mi hermano por alguna razón sentía o veía cosas que nadie además que él veía. Ya de por si, soy realmente muy asustadizo, pero era peor quedarme solo en la sala.

Llegamos al frente de la cortina que tapa la vista al pequeño balcón, escuchamos como alguien parece rajar el vidrio con la uña y en ese preciso momento veo como nuestras almas abandonan nuestro cuerpo.

—T-Tranquilo —Me cuenta, aunque es obvio que esta igual o peor que yo—. Tiraré de la cortina para saber q-qué hay detrás.

NONONOOOONONONONO ¡MALA IDEA!

—Uno, dos... —Titubea mientras yo me quedo detrás de su espalda, si alguien era el sacrificio por supuesto que sería él, lo siento por Lyana—. Tres.

Quita la cortina rápidamente y mi corazón corre sin parar al ver que hay detrás.

—Yo... creo que me voy a desmayar —Le cuento a Valerian llevando mi mano temblando al corazón

—Dios mío, el corazón se me iba a salir del pecho... —Expresa con alivio, luego mira al pequeño gato de ojos amarillos ¿Cómo ha llegado aquí? Este es el séptimo piso. Miro a mi compañero que parece estar viviendo un trance mientras fija su mirada a un lugar random

— ¿Valerian?

No responde.

—Valerian.

—¿Ah? —me mira, aunque parece sacado de sitio

—El gato... —Lo señalo—. ¿es tuyo?

Me mira por un segundo y luego al lugar donde veía antes; un perchero, para terminar otra vez en mí. ¿Qué le pasa? Solo es un perchero.

—S-si —se aclara la garganta—. Sí es mío.

Deslizo la puerta para tomar al animal ya que, el dueño aun parece reiniciar sistema operativo

—¡Ah!

Dejo al gato en el suelo cuando sin querer me ha dado con sus garras en la mano, reabriendo una herida que parecía ya sanada

—¿Estas bien?

asiento

—Si, solo fue un rasguño, no es nada.

Lo miro nuevamente y él solo me responde con la cabeza lentamente, me percato como traga y luego toma el gato entre sus brazos para comenzar a caminar a lo que sería su habitación

—D-Deberías descansar —Me cuenta con algo de nerviosismo—. Yo estaré en mi cuarto, e-estoy cansado.

¿Qué pasa con ese nerviosismo?

—Valerian...

—Si hay una urgencia llama a la puerta.

Y cierra la puerta con delicadeza, ignorándome por completo, hasta que soy el único en la sala.

Me abrazo a mí mismo a causa de esta extraña situación, mientras me pregunto:

¿Pero qué ha pasado?

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